La "burbuja" del petróleo y las protestas sociales mundiales
Aurelio Suárez Montoya
Argenpress
18/06/08
El 21 de mayo pasado, los presidentes de las seis principales empresas petroleras fueron citados a una audiencia al Comité Judicial del Senado de Estados Unidos, para aclarar las razones por las cuales el valor del galón de gasolina al consumidor final pasó de 3 dólares, el del millar de pies cúbicos de gas se cotizaba en 11,83 y el del barril de crudo por encima de los 130. Los representantes de Exxon, Chevron y de otras multinacionales alegaron que en ese país no existe “libre mercado” de hidrocarburos, ya que por medidas del Congreso está excluido el 92% de territorio federal para hacer explotaciones; que, según ellos, “el 15% del costo de gasolina va para impuestos y sólo el 4% a las ganancias de las compañías” y que además “controlan sólo el 7% de las reservas mundiales y empresas estatales (de los países productores) el 75%”. No obstante, dichas firmas han obtenido enormes rentas en los últimos años; Exxon en 2007 se alzó con 40 mil millones de dólares en utilidades, 3% más que en 2006, e ingresos de 404 mil millones; Chevron consiguió entradas por 220 mil millones y ganó 18.700, el máximo en los últimos cuatro años y 9% más que en 2006.
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Fruto de dicha audiencia, el senador demócrata y ex candidato presidencial, John Kerry, pidió que “el Departamento de Justicia debe formar una fuerza para investigar la manipulación y la corrupción en el mercado de energía”. Distintas voces ratifican esa expresión: la Agencia Internacional de Energía (AIE), dijo que un desequilibrio entre oferta y demanda ampliado por una burbuja especulativa, creada por la “estampida” de los inversionistas afectados en el negocio hipotecario y la devaluación del dólar, está consolidando un “shock” petrolero; la OPEP aseguró que “sin la burbuja de la especulación que hay en el mercado…el barril costaría probablemente unos 70 dólares”; el ministro de petróleo Saudita dijo que “ha insistido durante meses que más petróleo no es la respuesta”. Los hechos también la ratifican. Aunque el consumo mundial diario, 86 millones de barriles, está satisfecho, los rendimientos bursátiles en los mercados a futuros de petróleo han crecido 40% en valor en 2008. Por ejemplo, un fondo financiero, formado por firmas operadoras de empresas petroleras, se valorizó más de un 30% en cinco meses y quienes se concentran en contratos de materias primas a futuro son campeones en las bolsas.
¿Cómo se forma esta “burbuja”? El economista C. Philbrook explica que” las tasas de interés aumentaron la liquidez y llevaron a que la especulación, especialmente en los mercados de commodities, creciera exponencialmente”. Según él, el mundo consumió 29.000 millones de barriles en 2006. Si se pone un precio promedio de 70 dólares, el valor anual de ese mercado fue de algo más de 2 billones. ¿En cuánto se registraron los contratos a futuros ese año? 8 millones de millones, cuatro veces más. La especulación se monta cuando el valor del petróleo es menor al día que hacia el futuro, los especuladores “lo compran donde vale menos, lo almacenan, y luego lo venden donde vale más, en los mercados de futuros”.
Descontando esas ganancias bursátiles, que William Engdhal estimó hasta en un 60%, en Estados Unidos los impuestos son cerca del 17% del precio final de un galón de gasolina, la refinación y el comercio son el 28% y el crudo es el 55%. En Colombia, la repartición es el 23% en impuestos, la refinación y la materia prima el 62,6% y el comercio, mayorista y minorista, el 14,6%. Los niveles altísimos que han tomado los precios han llevado a un encarecimiento, en primer lugar, de los alimentos y a un alza de la inflación básica en general. El balance para los pueblos del mundo, incluidos los de los países exportadores de petróleo, es negativo, pagan la crisis aumentando -por los bienes de primera necesidad- mayores porciones de sus ya disminuidos presupuestos. ¿Qué decir de los países importadores netos?
La protesta social no se ha hecho esperar. En naciones vendedores y compradores, el sector del transporte ha entrado en paro. En España, Chile, y Portugal, los camioneros, y los pescadores de Francia; en otros, exportadores de hidrocarburos, como Vietnam, hay huelgas industriales, en Emiratos Arabes Unidos, disturbios salariales, en Venezuela, la inflación crece como espuma (wsj.com) y en Colombia, pese a las desinformaciones oficiales, 145.000 camioneros están paralizados. Ha comenzado una nueva fase de la crisis: los especuladores se “refugiaron” en los mercados de materias primas para resarcirse de las pérdidas y trasladárselas a la sociedad en general y ésta, ante el sacrificio que eso le significa, recurre a la protesta y a la movilización. Hace algún tiempo escribí que el petróleo era el “talón de Aquiles de la globalización” ahora, con una especulación rampante incubada en el alma de los precios, esa frase cobra más vigencia.
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