Hallan partitura musical codificada en capilla medieval

AP - BBC Mundo - El Tiempo.com - Milenio
03-04-2007

La capilla Rosslyn, erigida en el siglo XV en la campiña escocesa, cerca de Edimburgo, esconde secretos. Eso no es novedad. Pero ahora dos músicos de Edimburgo, padre e hijo, acaban de descifrar una melodía oculta en las esculturas que la adornan.

Tras años de estudios, Thomas y Stuart Mitchell –padre e hijo, respectivamente- lograron “leer” una antigua melodía medieval, tallada en los capiteles y las bases de sus columnas por los masones que la construyeron.

Los Mitchell creen que los modelos en los cubos son los llamados patrones Chladni, creados por las vibraciones de diapasones musicales.

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''Descubrir el código fue un verdadero momento de eureka. Es como si hubiéramos recibido un disco compacto del pasado'', afirmó Stuart Mitchell, de 41 años, un maestro de música de Edimburgo. ''Pero a diferencia de la ficción de 'El código Da Vinci', éste es un eslabón tangible con el pasado'', agregó.

Su padre, de 75 años, quien fue decodificador para la Real Fuerza Aérea durante la Guerra de Corea, dijo que él pasó 25 años trabajando en el enigma.

La reliquia arquitectónica —mandada construir por un noble que, según la leyenda, era descendiente de caballeros de la Orden de los Templarios—, ya es un lugar de peregrinación para los fanáticos del Código Da Vinci de Dan Brown.

Según el best seller del escritor estadunidense, la capilla escondería el Santo Grial en una bóveda secreta, a la que nadie ha podido acceder desde la Edad Media.

La historia dice que la consagración de la capilla se retrasó por un terrible asesinato que tuvo lugar en ella; un crimen al parecer motivado por envidias entre miembros de la masonería.

Ahora, el sitio cuenta con otra historia para atraer a miles de turistas entusiasmados por sus misterios y leyendas.

Stuart Mitchell dijo que descubrió una orquesta de ángeles en la base de unos arcos que rodean el altar central.

Estas figuras cargan instrumentos musicales, y cada una mira hacia uno de los “cubículos” que se forman debajo de los arcos.

“Estábamos convencidos, por la posición de los ángeles en los capiteles de los pilares, y por el hecho de que se encuentran justo debajo de estas pequeñas bóvedas, de que aquí había música”, dijo Tommy, su padre.

Sus sospechas se confirmaron cuando encontraron un ángel que porta un papiro en que se ve un pentagrama y tres notas claves.

“También encontramos pistas en otros libros. Con el paso de los años esto se convirtió en una obsesión y decidimos descubrir qué era lo que estaba pasando aquí”, agregó.

Los expertos musicales se han abstenido de opinar sobre el presunto descubrimiento, pero no descartaron la teoría de los Mitchell.

''Hay 213 cubos (en Rosslyn) y la posibilidad de que tienen algo que decir no es inverosímil en absoluto'', afirmó Warwick Edwards, un experto en música escocesa antigua de la Universidad de Glasgow. Es necesaria más investigación, añadió.

Gordon Munro, un experto en música eclesiástica escocesa de los años 1500-1700 en la Real Academia Escocesa de Música y Drama en Glasgow, dijo: ''He escuchado la música y no es imposible, pero puede ser sólo una reconstrucción que está abierta a la interpretación''.

''Hay una serie de formas que ellos están usando, pero yo no podría decir si ellos leyeron las notas en el techo de la capilla de izquierda a derecha o de arriba a abajo'', agregó Munro.

Los Mitchell interpretarán la música que desentrañaron de la piedra -pieza musical a la cual han llamado “Motete de Rosslyn”-, en un concierto que se celebrará este 18 mayo en la misma capilla.

La pregunta inevitable es ¿por qué los escultores habrían escondido una melodía?

Stuart Mitchell aventura que hace 600 años el conocimiento de las armonías podía ser visto como peligroso e incluso herético por las autoridades eclesiales.

El pulso turco

Txente Rekondo
Rebelión
03-05-2007
El camino hacia el “Çankaya” (palacio presidencial turco) para Abdullah Gül parece que se cierra de momento. El candidato del gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) ha visto cómo el Tribunal Constitucional de aquel país anulaba la primera votación para elegir al presidente, un hecho que no había sucedido hasta la fecha.
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En los medios de comunicación occidentales se tiende a presentar en las últimas semanas un panorama desolador de la realidad político social turca, cayendo en ocasiones en lecturas simplistas o llenas de malintencionadas intenciones. Estamos asistiendo a un verdadero pulso entre dos concepciones de la política del país, entre las viejas élites formadas en torno “al ejército turco y a los burócratas del aparato estatal, junto a buena parte de las direcciones de los partidos de la oposición y algún que otro segmento de la sociedad civil”, y esas nuevas élites que representan los sectores del AKP. Todo ello estaría aderezado además con lo que algunos analistas califican como una importante “crisis de identidad nacional”.
La sucesión de acontecimientos estos días nos ha mostrado que para esa batalla ambos contendientes están utilizando su artillería pesada y han diseñado los movimientos de fichas en defensa de sus respectivas estrategias. La más que posible elección de un presidente del AKP había puesto muy nerviosos a los estamentos ligados al status quo, de ahí esa cadena de acontecimientos impulsados por éstos. Las maniobras de la oposición (que fue borrada del mapa parlamentario en las elecciones en las últimas elecciones), el pronunciamiento del todopoderoso ejército turco, y ahora la sentencia del Tribunal Constitucional, son las aportaciones de una de las partes al proceso presidencial.
Por su parte, el AKP, y más concretamente el primer ministro Recep Tayyip Erdogan, también han sabido maniobrar. Muchos medios señalaban que el propio primer ministro sería el candidato de su formación política, y que gracias a su mayoría parlamentaria lograría hacerse con el sillón presidencial. Sin embargo, Erdogan y el AKP, han mostrado una importante cintura política, al optar por el ministro de exteriores, y otro de los pesos pesados del partido, Abdullah Gül, para el cargo. Así, mientras que para unos este movimiento respondería a una cesión ante las presiones militares, otros señalan que el mismo respondería a una ingeniería política más profunda. Y a la vista del desarrollo de los acontecimientos parece que se confirmaría esta segunda lectura, ya que probablemente, con el adelanto de las elecciones parlamentarias, el AKP logre una mayoría que posteriormente le pueda permitir una reforma de la Constitución que abriría el paso a la elección presidencial en referéndum popular. Y tal vez éste sea el objet
ivo que han perseguido los estrategas del AKP.
En los cinco últimos años, el gobierno presidido por el AKP ha logrado “doblar la renta per cápita, ha reducido sustancialmente la deuda pública, y ha conseguido un relativo clima de estabilidad que ha facilitado también las inversiones extranjeras”. Frente a ello las ofertas de la “oposición” no parecen aportar nada nuevo (corrupción, mantenimiento del status quo…) y una intervención del ejército significaría el portazo definitivo a la Unión Europea (algo que parece estar deseando algunos estados de la misma), el fin de las inversiones extranjeras y una grave crisis económica.
La nueva encrucijada turca se encuentra con los mismos fantasmas del pasado, la bota militar que siempre se ha mostrado como una solución cortoplacista, donde esa institución dice defender el sentido secular y democrático de la República Turca, que irónicamente “es puesto en peligro por la voluntad de su propio pueblo”, un cruel ironía del destino.
El miedo al cambio, el temor a perder las privilegiadas situaciones, son el núcleo que unen a los diferentes sentimientos “anti” (anti- occidental, anti-UE y anti-democracia). Todo ello se adereza con el disfraz de la supuesta defensa del secularismo o el laicismo como columna vertebral de la identidad turca, sin embargo se asemeja más a una doctrina basada en el elitismo político y el autoritarismo, “que legitima el papel del ejército como garante de esa situación”.
Las amenazas de intervenciones militares, definidas como “un zombi inmortal con un espíritu muerto, muestran que para esos sectores la legitimidad política del sistema no reside en la voluntad popular sino en el estado y en el ejército. Frente a esta posición, otros sectores apuntan que el “secularismo sin democracia no es más que una ilusión”, un sistema donde encontraríamos ciudadanos de primera y de segunda categoría.
La sociedad turca se enfrentará a unas semanas complicadas, algo por otra parte que no es nuevo en la reciente historia del país, pero que en modo alguno obedece a las teorías prefabricadas desde algunas capitales occidentales, que nos quieren presentar una Turquía dividida en dos, en islamistas y laicistas. La complejidad de aquel país es mucho mayor y no obedece a esos esquemas tan simples. Harían bien esos mismos analistas en mirarse de vez en cuneado en su propio espejo (países occidentales oficialmente laicos, donde sus autoridades asisten como tales a actos religiosos cada día, o esos otros partidos que se definen cristiano-demócratas…).
De confirmarse la celebración de las elecciones parlamentarias próximamente (en principio programadas para noviembre de este año), y si de las mismas sale reformado el AKP, cabría preguntarse cuál será la reacción de los militares. ¿Volverían a dar otro golpe de estado, a pesar de las funestas consecuencias para Turquía?, y la llamada oposición, ¿ pondría el grito en el cielo por un sistema electoral (diseñado por ellos en su momento) que les puede volver a situar fuera del espectro parlamentario, “por la voluntad popular”? Es pronto para aventurar cuál puede ser la reacción del pueblo turco, si asumirá esos miedos que difunden algunos actores como ya lo hicieron anteriormente cuando Erdogan fue alcalde de Estambul, cuando circulaban “historias” que apuntaban que las mujeres no “podrían andar por las calles…”, y tras su gestión municipal logró liderar a su partido en la posterior victoria parlamentaria.
Turquía presenta un importante número de asuntos pendientes de resolver (Kurdistán, derechos políticos y sociales de los alevíes y otras minorías religiosas, democratización…), pero éstos no difieren mucho de los que deberían afrontar también muchos estados occidentales. Mientras tanto sigue sobre la mesa el pulso entre diferentes sectores de aquella sociedad dispuestos a conducir el país en una u otra dirección, en función de sus propios intereses, coincidan éstos o no con los de la población turca.

Ingenieros espaciales USA escriben manual de guerra contra ETs

30 Noticias
01/04/2007

Un grupo de ingenieros aeroespaciales de la NASA ha escrito un libro en el que se habla de los pasos que la tierra debería seguir para defenderse de un posible ataque alienígena.

No estamos hablando de un grupo de frikis obsesionados con el tema. El libro "Introducción a la Defensa Planetaria. Estudio de la guerra moderna, aplicada a la invasión extraterrestre" ("An Introduction to Planetary Defense: A Study of Modern Warfare Applied to Extra-Terrestrial Invasion") ha sido escrito por doctores universitarios e ingenieros físicos y tecnológicos. Todos ellos han trabajado en programas armamentísticos y espaciales para la defensa, en la NASA y en varios programas de las fuerzas armadas estadounidenses.

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John Ringo, autor de libros de ciencia ficción centrados en el tema de la invasión extraterrestre, escribía en su crítica en el New York Times:

“Creas o no en el tema, el libro sirve como un importante avance en el potencial futuro de la guerra. Se centra en realidades de la guerra de nuestros días y las extrapola a posibles escenarios futuros".

Los autores no explican muy bien la paradoja Fermi (¿si los alienígenas van a venir, por qué no lo han hecho ya?) ni el último pensamiento de Carl Sagan que dice que cualquier especie lo suficientemente avanzada como para poder viajar por el espacio habrá superado los problemas de la guerra.

En cuanto a la existencia de los extraterrestres, los cuatro ingenieros ofrecen la siguiente línea de razonamiento: “Sabemos que al menos un planeta del sistema solar de la galaxia de la Vía Láctea ha desarrollado vida inteligente (la nuestra)...esto sugiere que, por estadística, al menos existe una civilización por cada galaxia...Por eso, debería haber miles de millones de sistemas solares con civilizaciones extraterrestres".

La mayoría del libro, sin embargo, habla de métodos militares y sistemas de defensa que podrían desarrollarse contra los invasores. Un tratado militarista no demasiado divertido, la verdad.

Nota Señales: ¿Porqué tres científicos respetables se tomarían el tiempo y a costa de su reputación, para escribir y publicar un libro en el que intentan abordar seriamente la posibilidad de una invasión extraterrestre?

Sobre los autores de este libro, el portal Brownwalker, comenta "los cuatro autores traen una cantidad increíble de ciencia seria del espacio a estas preguntas. El Dr. Taylor tiene una variedad de experiencias trabajando para el Departamento de la Defensa de EEUU y en la NASA. El Dr. Boan ha sido un miembro activo de la comunidad del espacio por más de un cuarto de un siglo. El Dr. Powell es profesor con especialidades incluyendo trayectoria del espacio, dinámicas de la actitud, y análisis numérico. Sr. Anding ha trabajado como principal ingeniero para el desarrollo de una nueva misión a Plutón."

¿Acaso debemos interpretar que la amenaza es real? Quisiéramos creer que no es así, quisiéramos creer que no se está intentando crear un colchón psicológico para la llegada de la cruda verdad.

Lo importante, tal vez, sería informarnos para llegar a la verdad, y no quedarnos cómodamente esperando que las editoriales clasifiquen este libro como Ficción o No-ficción.

Somos más acelerados

Redacción BBC Mundo

Es posible que nadie lo dude, pero ahora un estudio de una universidad británica que lo demuesta experimentalmente.

La investigación midió la velocidad con que la gente deambula en 32 ciudades de todo el mundo e indicó que estamos caminando un 10% más rápido que hace una década.

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Singapur es la más acelerada de todas las ciudades, seguida por Copenhague y Madrid. Curiosamente la ciudad que nunca duerme, Nueva York, aparece en octavo lugar, mientras que Londres está en el duodécimo y Paris en decimosexto.

Los países islámicos tienen un ritmo más relajado de vida, pero los asiáticos no tienen mucho de esa calma del estereotipo.

Lamentablemente sólo se midió una ciudad latinoamericana, Curitiba en Brasil, que salió sexta en la medición.

Participe: ¿es así en su ciudad?

Para medir nuestra velocidad diaria, los científicos se situaron en una calle céntrica y sin obstáculos de una ciudad, con suficiente espacio como para que la gente caminara a su ritmo natural y midieron el tiempo que tomaron unas 35 personas en recorrer unos 18 metros.

Tomaron sus recaudos. No midieron a gente que estuviera hablando con celular o llevando mucho peso y llegaron a una conclusión indudable: estamos acelerados.

Llegar antes de salir

Se pueden hacer reparos metodológicos a esta medición, pero se corresponde claramente con lo que cualquiera de nosotros experimenta: que la vida moderna se parece cada vez más a un bólido sin control.

El responsable del estudio, el psicólogo Richard Wiseman dijo a la BBC que a este paso, para el 2040 vamos a llegar a un lugar antes de salir. Es decir, nos ahorraremos el pasaje y quizá también hagamos nuestra contribución al medio ambiente.

Wiseman también afirma que caminar más rápido no necesariamente significa que tengamos más salud.

"A un nivel, caminar rápido es bueno, pero si es una forma de vida, es decir, si sólo es para ir de A a B lo más rápido posible, entonces ahí vienen toda una serie de conductas que no son buenas para uno", señala.

Wiseman apunta al papel que juega la tecnología: "Estamos constantemente en contacto mutuo y respondiendo a la gente lo más rápido posible y es asunto de minutos, no de horas. Eso está llevando a pensar que todo tiene que suceder ahora".

LAS CIUDADES MÁS RÁPIDAS
1. Singapur; 10.55s
2. Copenague (Dinamarca); 10.82s
3. Madrid (España); 10.89s
4. Guangzhou (China): 10.94s
5. Dublín (Irlanda); 11.03s
6. Curitiba (Brasil); 11.13s
7. Berlín (Alemania); 11.16s
8. Nueva York (EE.UU.); 12.00s
9. Utrecht (Holanda); 12.04s
10. Viena (Austria); 12.06s
Tiempo en segundos para cubrir 0.02 km
Fuente: Consejo Británico

Presidente de Ecuador llama a combatir regionalmente a multinacionales

Telesur
01/05/2007
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, propuso este martes la creación de un código laboral único en Sudamérica para enfrentar a las multinacionales y terminar con la competencia entre los países de la región.
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"Una de las instituciones fundamentales que debe darse es un código laboral humanista para toda Sudamérica, para enfrentar a las multinacionales y con eso no se siga impulsando a nuestra gente a la competencia", declaró el mandatario en un discurso ofrecido en Quito con motivo del 1 de Mayo. Correa, el primer mandatario invitado por las fuerzas obreras para las celebraciones del Día del Trabajo, culpó a las trasnacionales y al modelo neoliberal de la desunión del continente. "Las trasnacionales del gran capital, del capital especulativo financiero, nos ponen a competir, les permitimos que nos exploten y que ellos escojan el país con más ventajas y rendimiento para su capital. ¡Eso tiene que terminar!", afirmó. "América Latina tiene que acabar con la competencia entre países, debe darse la cooperación y la solidaridad", apuntó Correa, celebrando lo que llamó un "cambio de época en la región gracias a gobiernos soberanos y altivos que están junto a la clase trabajadora". Correa manifestó que seguirá "resistiendo a la globalización y el modelo neoliberal porque, en vez de integrar a la sociedad, ha querido crear un gran mercado donde los trabajadores sean dispuestos en función de las necesidades de acumulación".

Fuente: Afp-mt

Presidente de Venezuela ratifica denuncia sobre magnicido en su contra

Telesur
01/05/2007
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ratificó este martes la posibilidad de magnicidio en su contra, al tiempo que cuestionó nuevamente la posición de EEUU al liberar a un “terrorista confeso”, refiriéndose a Luis Posada Carriles."Se han reactivado los planes para asesinarme y la liberación del terrorista más grande de la historia de América Latina o de este continente, Luis Posada Carriles, protegido del gobierno de Estados Unidos no es casualidad", advirtió Chávez.
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"Lo están dejando precisamente en libertad para que coordine con mayor libertad los planes de magnicidio contra el presidente venezolano, este humilde servidor que aquí está con ustedes", añadió.El presidente venezolano acusó nuevamente al gobierno del presidente Bush de proteger el terrorismo."Es un gobierno que ha violado todos los convenios internacionales de lucha contra el terrorismo y contra la violencia y está protegiendo al terrorista, claro es su terrorista preferido (…) Han usado durante muchos años a Luis Posada Carriles para matar, para asesinar, para llenar de terror y de sangre a pueblos de América Latina, ahora lo están protegiendo", finalizó el presidente venezolano.

Fuente: Afp/NP

EE.UU. dice que los venezolanos "padecerán" la decisión de Chávez de retirarse del FMI y el Banco Mundial

Clarín
01/05/2007
"Está metiendo al pueblo venezolano en un agujero", dijo el vocero de la Casa Blanca. El presidente venezolano anunció su decisión anoche, en un discurso en el que consideró que los organismos internacionales actúan como "mecanismos del imperialismo". Además, amenazó con abandonar la OEA.
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Estados Unidos advirtió que el pueblo venezolano será el que va a "padecer" las consecuencias de las decisiones de su presidente Hugo Chávez, después de que anunciara que iba a retirar su país del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
"Lamentablemente, el pueblo venezolano es la víctima de todo esto", aseguró Sean McCormack, portavoz del Departamento de Estado, al ser preguntado sobre la decisión del presidente venezolano de abandonar el FMI y el BM, y amenazar también con retirarse de la Organización de Estados Americanos (OEA).
"Uno no le puede sacar la pala de la mano a un hombre. Sólo sigue cavando", ironizó el vocero. "Pienso que está metiendo al pueblo venezolano en un agujero", advirtió. "No sólo son las élites venezolanas que rodean al presidente que sufren las consecuencias de esas decisiones, sino que las padece el pueblo venezolano", alertó McCormack, cuyo país mantiene deterioradas relaciones con el Gobierno de Chávez.
El presidente venezolano anunció la víspera su intención de retirar a Venezuela del FMI y del BM por considerar que son "mecanismos del imperialismo". Además, ratificó que su país se retiraría de la OEA si ese organismo condena a Venezuela por una denuncia de periodistas de la televisora privada Radio Caracas Televisión.

Fuente: El Mundo

Estudio revela causa de creciente extinción de anfibios en el mundo

EFE
El Universal


Los anfibios que sobrevivieron a los dinosaurios, erupciones volcánicas y otras catástrofes durante millones de años se extinguen rápidamente debido a que no pueden adaptarse a los cambios que se registran en el mundo, revela un estudio publicado en la revista BioScience. Andrew Blaustein, zóologo de la Universidad estatal de Oregón, asegura que los anfibios, especialmente los batracios (sapos, ranas y salamandras) han sido los animales de mejor adaptación entre casi todos los vertebrados del planeta.

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"Aparecieron antes que los dinosaurios, han vivido bajo climas diferentes y han seguido multiplicándose mientras se extinguían otras especies. Pero, ahora, ya no pueden más" , señaló. El estudio de BioScience indica que entre esos cambios se incluyen la pérdida del hábitat, la contaminación de las aguas causada por los pesticidas, las infecciones y la mayor exposición a la luz ultravioleta.

Ya en julio del año pasado, un informe de la revista Science afirmó que de las 5 mil 743 especies de batracios conocidas, un tercio estaba en peligro de extinción debido a los cambios ambientales. Por otra parte, según ese mismo informe, desde 1980 han desaparecido al menos 122 especies de batracios, que son parte importante del ecosistema debido a que se alimentan de insectos y son a su vez presa de animales mayores en un permanente proceso de equilibrio ecológico.
Según los expertos, la extinción de especies ha sido especialmente importante en países como Ecuador, Panamá, México, Costa Rica, Colombia, Venezuela y Brasil. En relación con el informe de Science , alrededor de 50 científicos de todo el mundo instaron a que se tomen medidas urgentes para evitar la extinción de los anfibios.
Para ello, propusieron un plan que incluye la asignación de 400 millones de dólares a tareas de conservación de diferentes tipos de batracios. En el informe publicado en BioScience , los científicos de la Universidad estatal de Oregón indican que en las condiciones actuales de contaminación, se calcula que la extinción no sólo de anfibios sino que de otros animales y plantas es la mayor de los últimos 100 mil años.
Pero los anfibios atraen un interés particular porque, según los científicos, su fisiología y su ciclo de vida los exponen a una amplia variedad de cambios ambientales. Los anfibios tienen piel permeable, viven en el agua y el suelo y sus huevos no tienen caparazón dura como los de las aves en general.
Además, ponen los huevos en aguas poco profundas y bajo la luz directa del sol para proporcionarles mayor oxigenación, ayudar en su crecimiento y reducir la depredación. Sin embargo, el aumento de la radiación de la luz ultravioleta provocado por la erosión de la capa de ozono en la atmósfera está provocando mutaciones y alterando el sistema inmunológico de sus especies, según los científicos.
Por otra parte, antes el agua era pura y limpia. Ahora, el uso cada vez mayor de fertilizantes modernos, el vertido de desechos y de estiércol en su hábitat natural han aumentado la incidencia de infecciones parasitarias. Además, la contaminación química de los sistemas acuáticos es un hecho cada vez más común en todas partes, según los científicos.
"Históricamente, los anfibios evolucionaban y se adaptaban a las nuevas condiciones. Pero ahora está perdiendo la batalla" , según manifiestan en el informe. Abundando en los datos proporcionados por Science el año pasado, los científicos manifiestan que de todas las especies de anfibios que hay en la Tierra, un 43 por ciento está en declinación, un 32 por ciento bajo amenaza y se creen que hasta ahora la extinción total afecta a 168 especies.
Según Blaustein, esos anfibios están demostrando que los cambios ambientales en el mundo no tienen precedente por su rapidez. El científico agrega un comentario más funesto sobre las consecuencias de las modificaciones ambientales.
"Muchas otras especies tampoco podrán evolucionar con suficiente rapidez como para enfrentar estos cambios. Debido a sus características, los anfibios sólo son los primeros en desaparecer", señala.

Gaza como laboratorio: El gran experimento

Uri Avnery
Counterpunch


Traducido para Rebelión por LB

¿Es posible obligar mediante el hambre a todo un pueblo a someterse a una ocupación extranjera? Una interesante cuestión, sin duda. Tan interesante, de hecho, que los gobiernos de Israel y de USA, en estrecha colaboración con Europa, se encuentran en estos momentos realizando un riguroso experimento científico destinado a obtener una respuesta definitiva al respecto.

El laboratorio elegido para el experimento es la Franja de Gaza, y los conejillos de indias son el millón y cuarto de palestinos que allí viven.

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A fin de satisfacer los adecuados estándares científicos, fue preciso en primer lugar preparar el laboratorio.

Para hacerlo se procedió de dos maneras: primero, Ariel Sharon retiró los asentamientos israelíes instalados en la Franja. Al fin y al cabo, no se puede realizar un experimento como Dios manda si tienes a tus mascotas correteando por el laboratorio. La retirada se realizó con “determinación y sensibilidad”, manaron lágrimas a raudales, los soldados besaron y abrazaron a los colonos desalojados y una vez más quedó demostrado que el ejército israelí es de lo más guay que hay en el mundo.

Una vez limpiado el laboratorio, se pudo acometer la segunda fase: todas las entradas y salidas fueron cerradas a cal y canto a fin de eliminar influencias perturbadoras procedentes del mundo exterior. No fue muy difícil conseguirlo. Los sucesivos gobiernos israelíes han impedido la construcción de un puerto en Gaza, y la marina israelí vigila para que ningún navío se acerque a la costa. Los israelíes bombardearon y clausuraron el espléndido aeropuerto internacional construido durante los días de Oslo. Cerraron toda la Franja de Gaza mediante una valla muy eficaz y sólo mantuvieron unos cuantos puntos de acceso, controlados todos menos uno por el ejército israelí.

Sólo quedó un punto de conexión con el mundo exterior: el paso fronterizo de Rafah, en la frontera con Egipto. Ésta no se podía sellar, pues de haberlo hecho Egipto habría aparecido como colaborador de Israel. Así pues, se encontró una solución sofisticada: según las apariencias el ejército israelí se retiró del paso fronterizo y lo entregó a un equipo de supervisores internacionales. Los miembros de este equipo son gente maja llena de buenas intenciones, pero en la práctica dependen completamente del ejército israelí, que supervisa el tránsito desde una sala de control anexa. Los supervisores internacionales viven en un kibbutz israelí y sólo pueden llegar hasta el paso fronterizo con el consentimiento israelí. De esta forma todo quedó dispuesto para comenzar con el experimento.

La señal de inicio se dio después de que los palestinos hubieran celebrado unas elecciones impecablemente democráticas bajo la supervisión del ex presidente usamericano Jimmy Carter. George Bush estaba entusiasmado: su idea de llevar la democracia a Oriente Próximo se estaba realizando.

Pero los palestinos suspendieron el test. En lugar de elegir a “árabes buenos”, devotos de los USA, votaron por unos árabes muy malos que eran devotos de Alá. Bush se sintió insultado. Pero el Gobierno israelí estaba eufórico: tras la victoria de Hamas, USA y Europa anunciaron el cese de todas las donaciones a la Autoridad Palestina, por estar “controlada por terroristas”. Simultáneamente, el Gobierno israelí cortó el flujo del dinero.

Una pequeña aclaración para comprender la anterior frase: según el “Protocolo de París” (el anexo económico del acuerdo de Oslo), la economía palestina forma parte del sistema aduanero israelí. Eso significa que Israel cobra las tasas de aduana que se aplican sobre todos los productos que entran a Palestina a través de Israel –en realidad, Israel es la única ruta de entrada. Tras deducir una suculenta comisión Israel tiene la obligación de entregar a la Autoridad Palestina el importe de la recaudación de las tasas aduaneras.

Cuando el Gobierno israelí se niega a entregar a los palestinos ese dinero lo que está haciendo es, por decirlo claramente, un atraco a la luz del día. Ahora bien, cuando uno roba a “terroristas”, ¿quién se va a quejar?

La Autoridad Palestina —tanto en la Franja de Gaza como en Cisjordania— necesita ese dinero como el aire que respira. Este hecho requiere a su vez de otra explicación: en los 19 años en los que Jordania ocupó Cisjordania y Egipto la Franja de Gaza, es decir, entre 1948 y 1967, no se construyó en esos territorios ni una sola fábrica importante. Los jordanos querían que toda la actividad económica se desarrollara en Jordania, al este del río Jordán, mientras que los egipcios desatendieron la Franja completamente.

Entonces se produjo la ocupación israelí y la situación empeoró aún más. Los territorios ocupados se convirtieron en un mercado cautivo para la industria israelí, y el Gobierno militar impidió que se creara ninguna empresa que pudiera competir de algún modo con una empresa israelí.

Los trabajadores palestinos se vieron obligados a trabajar en Israel por salarios de miseria (según los estándares israelíes). El Gobierno israelí deducía del salario de esos trabajadores palestinos todos los impuestos sociales que cobraba a los trabajadores israelíes, pero los trabajadores palestinos no disfrutaban de ningún beneficio social. De esta forma el gobierno israelí robó a esos trabajadores explotados decenas de millares de dólares, que desaparecieron como por arte de magia en las arcas sin fondo del Gobierno.

Cuando estalló la Intifada, los jefes de la industria y agricultura israelí descubrieron que era posible pasarse sin los trabajadores palestinos. De hecho, resultó que era incluso más lucrativo. Trabajadores traídos desde Tailandia, Rumania y otros países pobres estaban dispuestos a trabajar a cambio de salarios incluso más bajos y en condiciones rayanas en la esclavitud. Los trabajadores palestinos perdieron sus trabajos.

Ésa era la situación al comienzo del experimento: la infraestructura palestina destruida, prácticamente ningún medio de producción y ningún empleo para los trabajadores. En resumidas cuentas, el escenario ideal para iniciar el gran “experimento del hambre”.

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Como ya dijimos, el experimento se puso en marcha con la interrupción de los pagos.

El paso entre Gaza y Egipto quedó en la práctica cerrado. Una vez cada pocos días o semanas se abría durante algunas horas, para cubrir las apariencias, de forma que algunos enfermos y muertos o moribundos pudieran regresar a casa o llegar hasta hospitales egipcios.

Los israelíes cerraron los pasos fronterizos entre la Franja de Gaza e Israel “por urgentes razones de seguridad”. Ocurría que siempre surgían en el momento oportuno “avisos de un inminente ataque terrorista”. Las mercancías agrícolas palestinas destinadas a la exportación se pudrían en los puestos fronterizos. Las medicinas y alimentos no podían entrar, salvo esporádicamente durante breves y períodos —también para cubrir las apariencias— cada vez que alguna personalidad extranjera expresaba alguna protesta. Luego surgía otra “urgente alerta de seguridad” y la situación volvía a la normalidad.

Para completar el cuadro, la aviación israelí bombardeó la única central eléctrica de la Franja, de modo que durante parte del día no hay electricidad y el suministro de agua potable (dependiente de bombas eléctricas) también se interrumpe. Incluso en los días más tórridos, con temperaturas que superan los 30 grados centígrados a la sombra, no hay electricidad para hacer funcionar los frigoríficos, el aire acondicionado, la red de agua y otros servicios necesarios.

En Cisjordania, un territorio mucho más grande que la Franja de Gaza (que representa en extensión solamente el 6% del territorio pero donde viven el 40% de los palestinos [bajo ocupación israelí]), la situación no es exactamente tan desesperada. Pero en la Franja, más de la mitad de la población vive por debajo de la “línea de pobreza” palestina, que a su vez se sitúa muy, pero que muy, por debajo de la “línea de pobreza” israelí. Para muchos habitantes de Gaza sería un sueño ser considerados pobres [con el poder adquisitivo y las prestaciones sociales de que disfrutan los pobres] de la vecina ciudad israelí de Sderot.

¿Qué tratan de decir a los palestinos los gobiernos de Israel y USA? El mensaje es claro: si no os rendís vais a llegar al límite de la hambruna, e incluso vais a rebasarlo. Debéis destituir el Gobierno de Hamas y elegir a candidatos que cuenten con la aprobación de Israel y USA. Y, más importante aún: debes darte por satisfecho con un Estado palestino consistente en varios enclaves separados y cada uno de ellos absolutamente dependiente de las tiernas atenciones de Israel.

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Al presente los directores del experimento científico reflexionan sobre una cuestión desconcertante: ¿cómo diablos los palestinos siguen resistiendo a pesar de todo? ¡Según todas las reglas hace tiempo que deberían haberse rendido!

De hecho, existen algunos signos esperanzadores. La atmósfera generalizada de frustración y desesperación ha creado tensiones entre Hamas y Fatah. Aquí y allá han estallado enfrentamientos, se han producido muertos y heridos, pero en cada ocasión el deterioro de la situación se ha detenido antes de que degenerara en guerra civil. Los millares de colaboradores ocultos de Israel también están ayudando a revolver las aguas. Sin embargo, contrariamente a lo que se esperaba, la resistencia no se ha evaporado. Ni siquiera se ha conseguido liberar al soldado israelí capturado.

Una de las explicaciones de esa situación tiene que ver con la estructura de la sociedad palestina. La Hamulah (familia extensa) juega en palestina un papel central. Basta con que un miembro de la familia trabaje para que sus familiares no se mueran de hambre, aunque la malnutrición esté generalizada. Toda persona que dispone de algún ingreso lo comparte con hermanos y hermanas, padres, abuelos, primos e hijos. Es un sistema primitivo pero muy eficaz en esas circunstancias. Parece ser que los planificadores del experimento no tuvieron en cuenta este detalle.

A fin de acelerar el proceso, desde esta misma semana todo el poderío del ejército israelí está siendo utilizado de nuevo. Durante tres meses el ejército israelí ha estado ocupado con la Segunda Guerra del Líbano. En ella quedó probado que el ejército israelí, que durante los últimos 39 años ha sido utilizado principalmente como fuerza de policía colonial, no funciona muy bien cuando de pronto se enfrenta con un adversario bien entrenado y armado con capacidad de respuesta. Hizbullah empleó armas antitanque letales contra los blindados israelíes y sus cohetes llovieron sobre el norte de Israel. Hace mucho tiempo que el ejército israelí olvidó cómo luchar contra un enemigo así. Y la campaña no acabó bien.

Ahora el ejército israelí regresa al tipo de guerra que conoce. Los palestinos de la Franja no poseen (todavía) armas antitanque eficaces, y los cohetes Kassam sólo producen un daño limitado. El ejército israelí puede volver a utilizar sin restricciones tanques contra la población civil. La fuerza aérea israelí, que en el Líbano tenía miedo de enviar helicópteros para evacuar a los heridos, puede ahora disparar a placer misiles contra las casas de “personas fugitivas”, sus familias y sus vecinos. Si en los últimos tres meses los israelíes “sólo” mataron a 100 palestinos al mes, ahora estamos presenciando un dramático incremento del número de palestinos muertos y heridos.

¿Cómo es posible que resista una población acosada por el hambre, carente de medicinas y equipos para sus primitivos hospitales y atacada militarmente por tierra, mar y aire? ¿Doblará el espinazo? ¿Se arrodillará y suplicará piedad? ¿O hallará una fuerza sobrehumana y resistirá el test?

Resumiendo: ¿Qué y cuánto hace falta para obligar a una población a rendirse?

Todos los científicos que participan en el experimento —Ehud Olmert y Condoleezza Rice, Amir Peretz y Angela Merkel, Dan Halutz y George Bush, por no hablar del premio Nobel de la Paz Shimon Peres— están inclinados sobre los microscopios a la espera de obtener una respuesta, que sin duda constituirá una importante contribución a la ciencia política.

Confiemos en que el Comité del Nobel permanezca atento.

Texto original: http://www.counterpunch.org/avnery10142006.html

Flashback: ¿Quieren Estados Unidos e Israel un Oriente Próximo sumido en una guerra civil?

Jonathan Cook
The Electronic Intifada
25-12-2006

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

La era del Oriente Próximo fuerte, apuntalado por occidente y obediente a la política occidental parece definitiva y verdaderamente terminada. Su poder está siendo reemplazado por el gobierno por medio de la guerra civil, al parecer el modelo favorito del gobierno estadounidense en toda la zona.

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Los territorios palestinos ocupados, Líbano e Iraq amenazan con sumirse, o ya lo están, en luchas fraticidas. Siria e Irán podrían ser pronto los próximos, destrozados por ataques que, según se dice, está planeando Israel en nombre de Estados Unidos. Es probable que las repercusiones puedan consumir la zona.

A los políticos occidentales les gusta describir la guerra civil como una consecuencia del fracaso de occidente en intervenir más eficazmente en Oriente Próximo. Si nos hubiéramos comprometido más en el conflicto israelo-palestino, o nos hubiéramos opuesto más agresivamente a las manipulaciones sirias en Líbano, o hubiéramos sido más prácticos en Iraq, se habrían podido evitar las luchas. Lo que subyace a ello, por supuesto, es que sin el benévolo asesoramiento occidental, las sociedades árabes son incapaces de salir por sí mismas de su primario estado de barbarie.

Pero, de hecho, cada uno de estos desmoronamientos de los valores sociales parecen haber sido maquinados ya sea por Estados Unidos o por Israel. En Palestina, Líbano e Iraq la diferencia sectaria es menos importante que un conflicto de ideologías políticas e intereses mientras facciones rivales discrepan acerca de someterse, o resistir, a las interferencias estadounidenses o israelíes. De dónde derivan las facciones sus fondos y su legitimidad -la opción se limita cada vez más a Estados Unidos e Irán- parece determinar su posicionamiento en esta confrontación.

Palestina está conmocionada porque los ciudadanos palestinos están divididos entre su democrático deseo de ver que se opone resistencia a la ocupación israelí -en elecciones libres mostraron que creían que Hamas era el partido mejor situado para llevar a cabo este objetivo- y la necesidad básica de poner comida en la mesa para sus familias. El asedio económico conjunto israelí e internacional al gobierno de Hamas, y a la población palestina, ha hecho inevitable una amarga lucha interna por el control de los recursos.

Líbano se está desmoronando porque los libaneses están divididos: algunos creen que el futuro del país radica en atraer capital occidental y en dar la bienvenida al abrazo de Washington, mientras que otros consideran que los intereses estadounidenses son una tapadera para que Israel realice su antiguo diseño de convertir Líbano en un Estado vasallo, con o sin una ocupación militar. El lado que elijan los libaneses en el actual pulso refleja su opinión acerca de lo plausibles que son las afirmaciones de la benevolencia occidental e israelí.

Y la carnicería en Iraq no es simplemente el resultado de la anarquía -como se suele describir- sino que también tiene que ver con los grupos rivales, los imprecisos "insurgentes", que utilizan diferentes y contradictorias estrategias: tratan de derrocar a los ocupantes anglo-estadounidenses y castigar a los iraquíes sospechosos de colaborar con ellos; obtienen beneficios del régimen títere iraquí y se disputan posiciones influyentes antes de la inevitable salida triunfal de los estadounidenses.

Se podían haber previsto todas estas consecuencias en Palestina, Líbano e Iraq - y casi con seguridad lo fueron. Más aún, cada vez parece más probable que las crecientes tensiones y carnicería fueron planeadas. Más que el problema sea la ausencia de la intervención occidental, parece que el objetivo de la intervención es, precisamente, la violencia y fragmentación de estas sociedades.

En Gran Bretaña han aparecido pruebas que sugieren que ése fue el caso en Iraq. El testimonio ofrecido por un importante alto cargo británico a la comisión de investigación Butler de 2004, que investigó los errores garrafales de la inteligencia durante el periodo previo a la invasión de Iraq, fueron tardíamente publicados esta semana, tras los intentos del Foreign Office de silenciarlo.

Carne Ross, un diplomático que ayudó a negociar varias resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, declaró a la comisión de investigación que los altos cargos británicos y estadounidenses sabían muy bien que Sadam Husein no tenía armas de destrucción masiva, y que derrocarlo llevaría al caos.

"Recuerdo que varias ocasiones el equipo británico formuló con palabras este punto de vista durante nuestras discusiones con Estados Unidos (que estaban de acuerdo)", afirmó, y añadió: "Al mismo tiempo, cuando Estados Unidos sacaba a relucir el asunto, muchas veces argumentábamos que el 'cambio de régimen' no era aconsejable, más que nada por la razón de que Iraq se sumiría en el caos".

La pregunta obvia, entonces, es ¿por qué Estados Unidos querría la guerra civil que asola todo Oriente Próximo y que, aparentemente, amenaza intereses estratégicos como el suministro de petróleo y la seguridad de un aliado regional clave, Israel?

Hasta la presidencia de Bush hijo, la doctrina estadounidense en Oriente Próximo ha sido instalar o apoyar hombres fuertes, mantenerlos o sustituirlos cuando caían en desgracia. Entonces, ¿por qué el dramático y, cuando menos aparentemente, incomprensible cambio de política?

¿Por qué permitir el aislamiento y humillación de Yasser Arafat en los territorios ocupados, seguido por Mahmoud Abbas, cuando ambos podrían haber sido cultivados fácilmente como hombres fuertes si se les hubieran dado las herramientas que implícitamente prometió el proceso de Oslo: un Estado, la pompa del cargo y los medios coercitivos para imponer su voluntad sobre grupos rivales como Hamas? Con escasas concesiones a Israel que mostrar durante años de, ambos les parecían a los palestinos más perritos falderos que rottweilers.

¿Por qué armar un escándalo repentino e innecesario acerca de la interferencia de Siria en Líbano, una interferencia que occidente alentó en un principio como un modo de mantener tapada la violencia sectaria? ¿Por qué desbancar a Damasco de la escena y promover entonces una "Revolución del Cedro" que le hizo el juego a los intereses de una sola sección de la sociedad libanesa y siguió ignorando las inquietudes de la comunidad más grande e insatisfecha, los chiís? ¿Qué podría resultar de esto sino la explosión del resentimiento y la amenaza de la violencia?

¿Y por qué invadir Iraq con el falso pretexto de localizar armas de destrucción masiva y el derrocamiento del dictador, Sadam Husein, que durante décadas había sido armado y apoyado por Estrados Unidos y había mantenido a Iraq unido de manera eficaz aunque despiadada? De nuevo, gracias al testimonio de Carne está claro que nadie en los servicios de inteligencia pensaba que Sadam planteara realmente una amenaza para Occidente. Incluso si había que "contenerlo" o posiblemente reemplazarlo, como parecían creer los predecesores de Bush, ¿por qué el presidente decidió simplemente derrocarlo, dejando un vacío de poder en el corazón de Iraq?

La respuesta parece tener relación con el ascenso de los neocons, que finalmente se hicieron con el poder con la elección del presidente Bush. La página web más popular de Israel, Ynet, observó hace poco acerca de los neocons: "Muchos son judíos que comparten el amor a Israel."

La visión de los neocons de la supremacía global estadounidense está íntimamente unida a la supremacía regional de Israel, y depende de ella. No se trata tanto de que los neocons elijan promover los intereses de Israel por encima de los de Estados Unidos como de que ellos consideran inseparables e idénticos los intereses de ambas naciones.

Aunque se suelen identificar con la derecha israelí, la alianza política de los neocons con el Likud refleja fundamentalmente su apoyo a adoptar medios beligerantes para alcanzar sus objetivos políticos, más que a los propios objetivos.

El objetivo constante de la política israelí, de izquierda y de derecha, ha sido durante décadas adquirir más territorio a expensas de sus vecinos y consolidar su supremacía regional por medio del "divide y vencerás", particularmente de sus vecinos más débiles, como los palestinos y los libaneses. Siempre ha abominado el nacionalismo árabe, especialmente la variedad baathista en Iraq y Siria, porque parecía inmune a las intrigas israelíes.

Durante muchos años Israel favoreció el mismo enfoque colonial que occidente utilizó en Oriente Próximo, donde Gran Bretaña, Francia y después Estados Unidos apoyaron a dirigentes autocráticos, generalmente de poblaciones minoritarias, para gobernar sobre la mayoría en los nuevos Estados que habían creado, ya fueran cristianos en Líbano, alhuitas Siria, sunniís in Iraq, o hachemitas en Jordania. De este modo las mayorías se debilitaron y las minorías se vieron obligadas a hacerse dependientes de los favores coloniales para mantener su posición privilegiada. Por ejemplo, la invasión israelí de Líbano en 1982 fue diseñada de forma similar para ungir a un hombre fuerte cristiano y títere de Estados Unidos, Bashir Gemayel, como un presidente dócil que estaría de acuerdo con una alianza anti-siria con Israel.

Pero décadas de controlar y oprimir a la población palestina permitieron a Israel desarrollar un enfoque diferente al divide y vencerás, que se puede denominar caos organizado, o el modelo de "discordia", uno que vino a dominar primero sus ideas y luego las de los neocons.

Durante su ocupación de Cisjordania y Gaza, Israel prefirió la discordia a un hombre fuerte, consciente de que el prerrequisito para este último habría sido la creación de un Estado palestino y suministrarle una fuerza de seguridad bien armada. Ninguna de esas opciones fue nunca contemplada seriamente.

Sólo brevemente y bajo presión internacional Israel fue obligado a transigir y a adoptar parcialmente el modelo de hombre fuerte permitiendo la vuelta de Yasser Arafat del exilio. Pero la reticencia de Israel a dar a Arafat los medios para asentar su gobierno y suprimir a sus rivales, como Hamas, llevó inevitablemente al conflicto entre el presidente palestino e Israel, que acabó con la segunda Intifada y la readopción del modelo de discordia.

Este último enfoque explota los fallos de la sociedad palestina para exacerbar las tensiones y la violencia. Israel lo logró inicialmente promoviendo la rivalidad entre dirigentes regionales y de clan que fueron obligados a competir por el patrocinio de Israel. Más tarde, Israel fomentó la emergencia del extremismo islámico, especialmente en la forma de Hamas, como un contrapeso para la creciente popularidad del nacionalismo laico del partido de Arafat, Fatah.

El modelo de discordia de Israel está llegando ahora a su apoteosis: un guerra civil de baja intensidad y permanente entre la vieja guardia de Fatah y los advenedizos de Hamas. Este tipo de luchas internas palestinas agota útilmente las energías de la sociedad y su habilidad para organizarse contra el enemigo real: Israel y su imperecedera ocupación.

Según parece, a los neocons les impresionó este modelo y quisieron exportarlo a otros Estados de Oriente Próximo. Con [el gobierno] Bush lo vendieron a la Casa Blanca como una solución a los problemas de Iraq y Líbano, y últimamente también de Irán y Siria.

No hay duda de que el objetivo del ataque israelí a Líbano de este verano fue provocar una guerra civil. El ataque fracasó, como admiten incluso los israelíes, porque la sociedad libanesa se unión detrás de la impresionante muestra de resistencia de Hizbullah en vez de, como se esperaba, atacar a la milicia chií.

La semana pasada la página web israelí Ynet entrevistó a Meyrav Wurmser, una ciudadana israelí y co-fundadora de MEMRI, un servicio que traduce los discursos de los dirigentes árabes y sobre el que hay fuertes sospechas de que tenga relación con los servicios de seguridad israelíes. También es la mujer de David Wurmser, un importante consejero neocon del vice-presidente Dick Cheney.

Meyrav Wurmser reveló que el gobierno estadounidense había dado largas públicamente al asunto durante el ataque israelí a Líbano porque esperaba que Israel extendiera su ataque a Siria.

"El enfado [en la Casa Blanca] se debía al hecho de que Israel no luchó contra los sirios ... Los neocons son responsables de que Israel se tomara mucho tiempo y espacio... Creían que permitiría ganar a Israel. En gran parte se debía la idea de que Israel lucharía contra el enemigo real, el que respalda a Hizbullah. Era obvio que es imposible luchar directamente contra Irán, pero la idea era que se iba a atacar al importante y estratégico aliado [Siria] de Irán".

Wurmser continuó: "Para Irán es difícil exportar su revolución chií sin unirse Siria, que es el último país nacionalista árabe. Si Israel hubiera atacado a Siria, hubiera sido un golpe tan duro para Irán que le hubiera debilitado y cambiado el mapa estratégico de Oriente Próximo".

Los neocons hablan mucho de cambiar el mapa de Oriente Próximo. Igual que Israel está desmembrando los territorios ocupados en ghettos aún más pequeños, Iraq está siendo despiezado en mini-Estados enfrentados. Se espera que la guerra civil desvíe las energías iraquíes de la resistencia a la ocupación estadounidense y hacia consecuencias más negativas.

Parece que a Irán y Siria les esperan destinos similares, al menos si, a pesar de que su influencia está languideciendo, los neocons logran llevar a cabo su visión durante los dos últimos años de [gobierno de] Bush.

La razón es que parece que Israel y sus aliados neocons tienen un enorme interés en un Oriente Próximo caótico y enfrentado, aunque para otros observadores más informados esto sea un desastre. Aquellos creen que todo Oriente Próximo puede ser controlado con éxito de la misma manera que Israel ha controlado a la población palestina dentro de los territorios ocupados, donde se han acentuado las divisiones religiosas y laicas, y dentro del propio Israel, donde durante muchas décadas los ciudadanos árabes fueron "des-palestinizados" y convertidos en musulmanes, cristianos, drusos y beduinos inactivos y faltos de identidad.

Esta conclusión puede parecer insensata, pero también lo es la idea de la Casa Blanca de que está envuelta en un "choque de civilizaciones" que puede ganar con una "guerra contra el terrorismo".

Todos los Estados son capaces de actuar de una manera irracional o auto-destructiva, pero Israel y quienes lo apoyan parecen más vulnerables a este defecto que la mayoría. La razón de ello es que la percepción que tiene Israel de su zona ha sido fuertemente distorsionada por la ideología oficial del Estado, el Sionismo, que es la creencia en el derecho inalienable de Israel a preservarse a sí mismo como un Estado étnico, por sus confusas ideas, extrañas para una ideología laica, acerca de los judíos que retornan a una tierra prometida por Dios, y por su desprecio, y negativa a entender, por todo lo que sea árabe o musulmán.

Más locos somos nosotros si esperamos un comportamiento racional de Israel o de sus aliados neocons.

Jonathan Cook es un escritor y periodista que vive en Nazareth, Israel. Su libro, Blood and Religion: The Unmasking of the Jewish and Democratic State, está publicado por Pluto Press

¿Por qué es tan importante que se condene a Israel y al grupo de presión sionista?

James Petras
Rebelión

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

“Las razones por las que las agencias judías continúan pregonando su apoyo a las desacreditadas políticas de esta fracasada administración no suponen ningún gran secreto. Consideran que el objetivo prioritario es la defensa de Israel, minusvalorando las demás cuestiones de la agenda. Esa única disposición las vincula aún más estrechamente a la Casa Blanca, que ha hecho de la lucha contra el terrorismo islámico su estandarte de combate. Los efectos de la campaña desplegada por el mundo han sido catastróficos. Pero eso les trae sin cuidado a las agencias judías” (8 de diciembre de 2006: declaración de J.J. Goldberg, editor de “Forward” (el principal semanario judío en Estados Unidos).

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Introducción

Muchos escritores judíos, incluídos aquellos que se muestran un tanto críticos con Israel, han planteado preguntas mordaces tras nuestras críticas a la 'configuración del poder sionista' [Nota de la traductora: a partir de aquí, la CPS] en EEUU y a lo que, erróneamente, tachan de singular dura crítica hacia el estado de Israel. Algunos de esos acusadores proclaman que ven síntomas de “antisemitismo latente”; otros, de tendencia más ‘izquierdista’, rechazan que la CPS tenga un papel decisivo, argumentando que la política exterior estadounidense es consecuencia de la ‘geopolítica’ o de los intereses de las grandes corporaciones petrolíferas. Con la reciente publicación de varios textos ampliamente difundidos y extremadamente críticos con el poder del ‘Lobby’ sionista [Nota de la traductora: a partir de aquí utilizaremos el equivalente en español de la palabra "lobby": grupo de presión], varios propagandistas liberales favorables a Israel concedieron generosamente que ése es un tópico que debería debatirse (y no estigmatizarlo o descartarlo de forma automática) y quizá ser ‘tenido en cuenta’.

Los que niegan la CPS: falsos argumentos para falsas reivindicaciones

Las principales alegatos de quienes niegan la CPS adoptan diversas tácticas: Algunos proclaman que la CPS es tan sólo ‘otro grupo de presión’ más, como el de la Cámara de Comercio, el del Club Sierra o el de la Sociedad para la Protección de los Peces de Colores. Otros declaran que al centrarse principalmente en Israel y por deducción en el ‘grupo de presión’, los críticos hacia el sionismo ignoran los abusos igualmente violentos de ciertos gobernantes, regímenes y estados en otros lugares. Este ‘enfoque exclusivo’ sobre Israel, argumentan quienes niegan la CPS, revela un antisemitismo latente o patente. Sugieren que los defensores de los derechos humanos condenen a todos sus violadores en todas partes (¿al mismo tiempo y con el mismo énfasis?). Otros aún defienden que Israel es una democracia –al menos fuera de los Territorios Ocupados (TO)- y por tanto no es tan condenable como otros violadores de derechos humanos y que deberían ‘reconocérsele’ sus virtudes cívicas al lado de sus fallos en el área de los derechos humanos. Finalmente, hay otros que declaran que, debido al Holocausto y a la ‘Historia de los Dos Mil Años de Persecución’, deberían manejarse con gran prudencia las críticas hacia los grupos de presión proisraelíes financiados por los judíos, que uno debería dejar claro que critica sólo abusos específicos, que investiga todas las acusaciones –especialmente las de fuentes árabo/palestinas/Naciones Unidas/Derechos Humanos- y que reconoce que la opinión pública israelí, la prensa e incluso los tribunales o algunos sectores de los mismos pueden también mostrarse críticos con las políticas del régimen.

Esas resistencias a abordar el conflicto árabo-israelo-palestino y las actividades de los grupos de presión sionistas como algo esencial para la guerra y la paz sirven para diluir, disipar y desalentar las críticas y la actividad política organizada frente a la CPS y frente a quienes la dirigen desde Israel.

La respuesta ante esos ataques por parte de aquéllos que se muestran críticos con Israel y con la CPS ha sido débil en el mejor de los casos y cobarde en el peor. Algunos críticos han respondido que sus críticas sólo se refieren a una política o dirigente concretos, o a las políticas israelíes en los TO, y que reconocen que Israel es una democracia que necesita fronteras seguras y que entre los intereses del ‘pueblo’ israelí figura el de disminuir sus barreras de seguridad. Otros argumentan que su crítica va dirigida a asegurar los intereses israelíes, influir en el grupo de presión sionista o abrir un debate. Proclaman que los puntos de vista de la ‘mayoría de los judíos’ en EEUU no están representados por las 52 organizaciones que componen los Presidentes de las Organizaciones Judías Más Importantes de América, o los miles de PAC, federaciones locales, asociaciones profesionales y publicaciones semanales que hablan con una sola voz como partidarios incondicionales de cada giro y vuelta en la política del Estado Sionista.

Existen numerosas líneas similares de críticas que evitan básicamente las cuestiones fundamentales que el estado israelí y la CPS plantea y que nos vemos obligados a analizar. La razón de que esas críticas y acciones dirigidas contra Israel y la CPS tengan actualmente importancia fundamental en cualquier discusión sobre la política exterior de EEUU, especialmente (pero no exclusivamente) en la política hacia Oriente Próximo y en la política doméstica estadounidense, es porque juegan un papel decisivo y tienen un impacto histórico-mundial sobre el presente y el futuro de la paz mundial y de la justicia social. Vamos ahora a examinar las ‘grandes cuestiones’ que enfrentan los estadounidenses como consecuencia del poder de Israel en Estados Unidos.

Las grandes cuestiones planteadas en EEUU por la CPS y el poder israelí

Guerra o Paz:

Un estudio crítico del período preparatorio de la invasión estadounidense de Iraq, de la implicación de EEUU a la hora de proporcionar armas a Israel (bombas de fragmentación, bombas antibunker de dos toneladas e inteligencia obtenida de vigilancia vía satélite) antes, durante y después de la abortada invasión del Líbano, el apoyo de Washington al bloqueo inhumano al pueblo palestino y las demandas de la Casa Blanca y del Congreso de sanciones y de guerra contra Irán están directamente vinculados con la política estatal israelí y sus consejeros sionistas, muy presentes en la rama del ejecutivo y en el Congreso estadounidenses. Uno no necesita más que mirar los documentos, testimonios e informes del AIPAC y de los Presidentes de las Organizaciones Judías Más Importantes de América para observar sus declaraciones triunfales sobre su autoría tras determinados actos legislativos, a la hora de proporcionar inteligencia (falseada) y a la hora de dedicarse al espionaje (AIPAC) y de pasar documentos a la inteligencia israelí (actos todos ellos denominados ahora por los sionistas liberales como ‘discurso libre’).

Como las abrumadoras evidencias indican, si la CPS jugó un papel trascendental en las importantes guerras de nuestro tiempo, guerras capaces de provocar nuevos conflictos armados, nos corresponde entonces rebajar el papel del grupo de presión judío/sionista ante la posibilidad de que consigan que EEUU se lance a futuras guerras. Teniendo en cuenta el enfoque teocrático-militarista de Israel sobre el engrandecimiento territorial y sus anunciados planes de guerras futuras con Irán y Siria, y considerando los actos de la CPS como incuestionables y muy disciplinadas correas de transmisión del estado israelí, los ciudadanos estadounidenses que se oponen a los compromisos actuales y futuros de EEUU en las guerras de Oriente Próximo deben enfrentarse a la CPS y a sus mentores israelíes. Además, teniendo en cuenta los extendidos lazos entre las naciones islámicas, las propuestas de ‘nuevas guerras’ de la CPS/Israel contra Irán darán como resultado guerras globales. De ahí, que lo que está en juego al enfrentarnos a la CPS son cuestiones que van más allá del proceso de paz israelopalestino o incluso de los conflictos regionales de Oriente Próximo: implica la gran cuestión de la Paz o la Guerra Mundial.

Democracia o Autoritarismo:

Sin las bravatas y escuchas públicas del antiguo Senador Joseph McCarthy, el grupo de presión judío ha socavado sistemáticamente los principales pilares de nuestra frágil democracia. Aunque el Congreso estadounidense, los medios, los académicos, los militares retirados y las personalidades públicas son libres para criticar al Presidente, cualquier crítica a Israel, y mucho menos al grupo de presión judío, tropieza con ataques furiosos en todas las portadas de los periódicos más importantes por parte de un ejército de ‘expertos’ propagandistas proisraelíes, que se ponen a exigir que se fusile, purgue y expulse de sus puestos a los críticos o que se rechacen promociones o nuevos nombramientos. Frente a cualquier crítica seria que pida que se cuestione el papel del grupo de presión cuando moldea la política estadounidense para adaptarla a los intereses de Israel, todo el aparato (desde las federaciones judías, el AIPAC, los Presidentes de las Organizaciones Judías Más Importantes de América, etc.) entran en acción: desprestigiando, insultando y estigmatizando a los críticos como ‘antisemitas’. Al rechazar el libre discurso y el debate público a través de campañas de calumnias y de consecuencias reales y amenazantes, el grupo de presión judío ha aniquilado una de las libertades y derechos constitucionales más fundamentales de los estadounidenses.

Las masivas, sostenidas y bien financiadas campañas de odio dirigidas contra cualquier candidato del Congreso que se muestre crítico hacia Israel eliminan, efectivamente, el libre discurso entre la elite política. La abrumadora influencia de acaudalados contribuyentes judíos sobre ambos partidos –pero especialmente sobre los demócratas- consigue la exclusión de cualquier candidato que pudiera cuestionar algún aspecto de la agenda israelí del grupo de presión. La absorción de la financiación de la campaña demócrata por dos fanáticos ultrasionistas: el Senador Charles Schumer y el congresista israeloestadounidense Rahm Emanuel aseguró que todos los candidatos estuvieran totalmente subordinados al incondicional apoyo del grupo de presión a Israel. El resultado es que no hay debate en el Congreso, y mucho menos investigación, sobre el papel clave de prominentes sionistas situados en el Pentágono que están implicados en la elaboración de informes sobre las ‘armas de destrucción masiva’ en Iraq, en el diseño y ejecución de la guerra y en la desastrosa política de ocupación. Los ideólogos del grupo de presión, haciéndose pasar por ‘expertos’ en Oriente Próximo dominan las portadas y páginas editoriales de todos los periódicos importantes (Wall Street Journal, New York Times, Los Angeles Times, Washington Post). En su pose de expertos sobre Oriente Próximo, se dedican a la propaganda de la línea israelí en las cadenas de televisión importantes (CBS, NBC, ABC, Fox y CNN) y en sus filiales en la radio. El grupo de presión ha jugado un papel fundamental en el apoyo y puesta en práctica de legislación altamente represiva, como el Acta Patriótica o el Acta de la Comisión Militar, así como en las modificaciones de legislación anticorrupción que le permiten al grupo de presión financiar, a costa del contribuyente, viajes ‘educativos’ de congresistas a Israel. El director de Seguridad Interior con sus cerca de 150.000 funcionarios y presupuesto multimillonario en dólares no es otro que el fanático sionista Michael Chertoff, inquisidor jefe contra organizaciones islámicas de beneficencia, organizaciones de ayuda palestina y otras organizaciones étnicas o musulmanas de Oriente Próximo en EEUU que pudieran suponer un desafío potencial frente a la agenda proisraelí del grupo de presión.

La mayor amenaza a la democracia, en su sentido más completo de la palabra –el derecho a debatir, a elegir, a legislar libre de coacciones-, se encuentra en los esfuerzos organizados del grupo de presión sionista a la hora de reprimir el debate público, en el control de la selección de candidatos y de sus campañas, en la legislación directa represiva y en las agencias de seguridad contra distritos o grupos electorales que se oponen a la agenda del grupo de presión a favor de Israel. Ningún otro grupo político o de activistas ha mantenido tanta y tan directa influencia en los procesos políticos, incluidos los medios, el debate y votación en el congreso, la selección de candidatos y financiación por parte del Congreso de cuotas de ayuda exterior y agendas en relación con Oriente Próximo como la organizada Configuración del Poder Sionista y sus portavoces indirectos que están en el Congreso al frente de una serie de puestos clave. Un primer paso para poder invertir la erosión de nuestras libertades democráticas es reconocer y denunciar públicamente las viles actividades financieras y organizativas de la CPS y movilizarnos para neutralizar sus esfuerzos.

¿Se trata de su política exterior o de la nuestra?:

Íntima y directamente relacionada con la pérdida de libertades democráticas y consecuencia directa de la influencia del grupo de presión judío sobre el proceso político se halla la elaboración de la política estadounidense en relación a Oriente Próximo y el sujeto que sale beneficiado de tal política. Todos los esfuerzos políticos del grupo de presión (sus gastos, las provocaciones étnicas, la censura y los viajes a costa de los demás) están dirigidos a controlar la política exterior de EEUU y, a través del poder estadounidense, influir en la política de sus aliados, clientes y adversarios en Europa, Asia y Oriente Próximo. El recorte sistemático de nuestras libertades democráticas por parte del grupo de presión está íntimamente relacionado con nuestra propia incapacidad para influir en la política exterior de nuestra nación. Nuestra mayoritaria posición contra la Guerra de Iraq, el repudio al principal ejecutor de la Guerra (la Casa Blanca) y nuestro horror ante la invasión israelí del Líbano y destrucción de Gaza se ven totalmente neutralizados por la influencia sionista sobre los políticos de la Casa Blanca y sobre los congresistas. Los recientemente victoriosos demócratas del Congreso ignoran a su electorado y siguen los consejos y dictados del liderazgo prosionista (Nancy Pelosi, Harry Reid, Rahm Emmanuel, Stephan Israel y otros) apoyando una escalada en los envíos de tropas y un aumento del gasto militar para la guerra en Iraq. Bush sigue la política de guerra contra Irán propuesta por los fervientes fanáticos sionistas del American Enterprise Institute, rechazando las propuestas diplomáticas de la bipartidista Comisión Baker. El Congreso cuadruplica la cantidad de armas almacenadas en Israel (supuestamente de doble uso) en el período posterior al bombardeo israelí del Sur del Líbano con un millón de bombas pequeñas antipersonas procedentes de las bombas de racimo, en desafío directo a la opinión electoral estadounidense. Mientras cientos de millones de niños y mujeres desnutridos sufren y mueren en África, Latinoamérica y Asia, el grupo de presión se asegura de que la mitad de la ayuda exterior estadounidense vaya a parar a los judíos israelíes, alcanzando unos ingresos per capita de alrededor de 22.000 dólares USA.

Ningún otro grupo de acción política organizada o firma de relaciones públicas actuando en nombre de los exiliados cubanos o venezolanos o estados árabes, africanos, chinos o de la UE consigue remotamente acercarse a la influencia del grupo de presión sionista a la hora de moldear la política de EEUU que sirve a los intereses de Israel.

Aunque el grupo de presión representa a menos del 2% del electorado estadounidense, su influencia en la política exterior excede con mucho al de la gran mayoría, que nunca ha tenido ni capacidad organizativa ni financiera para poder imponer sus puntos de vista.

En la historia de la república o imperio estadounidense, nunca una poderosa aunque diminuta minoría ha podido ejercer tanta influencia utilizando el poder económico y militar de una nación y las burdas presiones diplomáticas al servicio de un gobierno extranjero. Ni los francófilos durante la Revolución Americana, ni los anglófilos en la Guerra Civil, ni el Bund alemán en las etapas preliminares de la Segunda Guerra Mundial, ni el grupo de presión nacionalista anti-China de Taiwan tuvieron nunca el poder organizativo ni la sostenida influencia política que el CPS mantiene sobre las políticas interior y exterior de EEUU, ambas al servicio del Estado de Israel.

Enfrentando los asuntos del grupo de presión

La cuestión del poder del grupo de presión sobre las políticas de paz o guerra de EEUU, de autoritarismo o democracia y sobre quién define los intereses a los que sirve la política exterior de EEUU van obviamente más allá de la política en Oriente Próximo, el pillaje territorial colonial israelí en Palestina e incuso la salvaje ocupación de Iraq. El desarrollo de la influencia sionista sobre el poder militar más poderoso del mundo, que dispone de la mayor serie de estados clientes, bases militares, armas mortíferas y voz decisiva en las instancias internacionales (FMI/Banco Mundial/Consejo de Seguridad de Naciones Unidas), significa que el grupo de presión tiene medios para apalancar sus posibilidades en la mayor parte de las zonas del mundo. Ese poder de apalancamiento se extiende sobre todo un registro de asuntos, desde la defensa de las fortunas de los homicidas y gangsters oligarcas rusojudíos, hasta el aporreamiento de los aliados europeos de EEUU para que sirvan de cómplices en la limpieza étnica que Israel lleva a cabo en Palestina.

La CPS representa una amenaza básica para nuestra existencia como estado soberano y para nuestra capacidad de influir en quienes elegimos y en qué tipo de agendas e intereses debieran perseguir nuestros representantes. Y lo que es aún peor, con tal de servir a los intereses israelíes, nos convertimos en cómplices de un estado cuyo Tribunal Supremo legaliza los asesinatos políticos que violan fronteras nacionales, la tortura, las violaciones sistemáticas del derecho internacional y de un régimen que repudia las resoluciones de Naciones Unidas y unilateralmente invade y bombardea a sus vecinos y práctica un expansionismo colonialista militar. En resumen, Israel alienta y nutre las tendencias más retrógradas y las prácticas más brutales de la política contemporánea estadounidense. En ese sentido, el grupo de presión, a través de sus medios, influencias en el Congreso y think tanks, está creando una identidad que es la viva imagen de Israel. Como Israel, los EEUU han establecido en el Pentágono sus propios equipos de asesinos; como Israel, invade y coloniza Iraq; como Israel, viola y rechaza cualquier límite legal internacional o constitucional y tortura sistemáticamente a prisioneros a los que acusa sin haberlos sometido a juicio.

Por todas estas consideraciones fundamentales, no podemos presionar a nuestros colegas y compatriotas judíos ‘progresistas’ e inhibirnos nosotros a la hora de enfrentar con firmeza y urgencia al grupo de presión sionista. Están en juego demasiadas libertades; nos queda demasiado poco tiempo antes de que consigan afianzar una mayor escalada militar; nos queda demasiada poca soberanía frente al esfuerzo concertado del grupo de presión y sus ‘ideólogos y expertos’ en Oriente Próximo que presionan y nos empujan hacia una nueva y más devastadora guerra con Irán en aras de la búsqueda de Israel del dominio sobre Oriente Próximo.

Ningún otro país, que viole o no, los derechos humanos, con o sin sistemas electorales, tiene la influencia sobre nuestra política interior y exterior que tiene el estado de Israel. Ningún otro grupo de presión tiene el tipo de poder financiero y alcance organizativo del grupo de presión judío para socavar nuestras libertades políticas domésticas o nuestra capacidad para hacer la guerra. Tan sólo por esas razones, es lógico que nosotros, estadounidenses, tengamos una urgente necesidad de colocar nuestra lucha contra Israel y su grupo de presión en el primer puesto de nuestra agenda política. No es porque Israel tenga la peor agenda de derechos humanos del mundo –otros estados tienen incluso peores credenciales democráticas- sino por su papel impulsando a sus seguidores en EEUU para que degraden nuestros principios democráticos, nos roben nuestra libertad para el debate y nuestra soberanía para decidir nuestros propios intereses. El grupo de presión pone los recursos militares y presupuestarios del Imperio al servicio del Gran Israel, y eso provoca los peores derechos humanos del mundo.
Las respuestas democráticas, justas y pacíficas a las Grandes Preguntas con que se enfrentan estadounidenses, europeos, musulmanes, judíos y otros pueblos del mundo pasan por la derrota y desmantelamiento de la Configuración del Poder Sionista dirigida por los israelíes en EEUU. Otro planteamiento no nos permitirá comprometernos en un debate abierto sobre posibles alternativas a la represión en casa y al imperialismo fuera.

El mito del "ejército más moral del mundo"

Silvia Cattori
www.michelcollon.info
Traducido por Beatriz Morales Bastos para Rebelion.org

Por regla general, los israelíes están muy orgullosos de su ejército. Las autoridades israelíes siempre se han esmerado en presentar al ejército como algo puro, noble, único. Y en repetir que es «el ejército más moral del mundo». El Tsahal (ejército de defensa israelí) no es un ejército de defensa como su nombre indica, sino un ejército ofensivo, xenófobo, responsable de la limpieza étnica más vasta y de la ocupación militar más larga del mundo moderno.

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Creado en mayo de 1948 con la participación de las organizaciones Haganah, Lehi, Irgoun, el Tsahal es un ejército ofensivo al servicio de la ideología racista del Gran Israel. Sus primeros hechos de armas y de salvajismo fueron la planificación y ejecución de las masacres, así como la destrucción de pueblos y ciudades, lo que debía empujar a los palestinos al éxodo y acabar en su deportación para edificar en su lugar el Estado reservado «exclusivamente a los judíos». A esta limpieza étnica, que vació Palestina de tres cuartas partes de su población autóctona y la expulsó del mapa, los israelíes la llaman cínicamente guerra de independencia. Una guerra colonial y una limpieza étnica que no han cesado nunca.

Este terror organizado -institucionalizado por medio de centenares de leyes racistas y de medidas de apartheid llamadas de «separación»-, que reglamenta toda la vida cotidiana de los palestinos para mantenerlos bajo la dominación y bajo el control total del ejército israelí, es lo que ha permitido a Israel imponer su «supremacía judía».

El ejército israelí tiene derecho a hacer de todo. A servirse de un arsenal militar concebido para enfrentarse a experimentados ejércitos modernos contra civiles completamente indefensos, mujeres y niños incluidos. «Israel tiene derecho a defenderse» es el leitmotiv de las autoridades israelíes cuando las protestas de la opinión pública las ponen en entredicho. El problema es que este «derecho a defenderse» que reivindica Israel es en un sentido único, exclusivo, como todo lo que tiene que ver con su proyecto de expansión colonial. En los años ochenta, los soldados del Tsahal apuntaban a las piernas de los niños, en los noventa a los brazos, desde 2000 al pecho y la cabeza. «Israel tiene derecho a defenderse», replican cobardemente los «grandes» de este mundo cuando la visión de estas odiosas masacres escandaliza a los ciudadanos. En otras palabras, el ejército israelí tiene derecho a masacrar pueblos con total impunidad. Ahora bien, hasta un niño puede comprender que cuando Israel envía batallones de soldados y de carros de combate a disparar con cañones de guerra contra poblaciones que están en situación de inferioridad y son incapaces de responder, no es para «defenderse», por supuesto, sino para envilecer, humillar, exterminar y hacer ver a estos árabes que se obstinan en permanecer sobre lo poco de tierra que les queda a pesar de lo duro que es eso, que el amo es Israel.

En 2006, los soldados israelíes quitaron la vida a 742 palestinos (145 de ellos niños), hirieron a 3.735 y secuestraron a otros 5.671, 360 de ellos niños. 210 palestinos murieron en asesinatos selectivos. Durante el mismo periodo en total los palestinos quitaron al vida a 23 israelíes y secuestraron a un soldado [1].

La política de «defensa» del Estado de Israel no es ni más ni menos que «terrorismo de Estado». Con sus escuadrones de la muerte (fuerzas especiales), que desembarcan por sorpresa en la vida precaria de los palestinos y sólo dejan tras de sí cadáveres y dolor, con sus agentes secretos que fomentan atentados terroristas -que a continuación atribuyen a los árabes-, con más de 600.000 soldados y reservistas (israelíes o con doble nacionalidad de origen ruso, polaco, moldavo, estadounidense, francés, etc.) que una vez en las zonas ocupadas sólo conocen el lenguaje del asesinato y de la humillación, el Tsahal no es, por lo tanto, esta entidad aureolada de virtudes que presentan los periodistas sojuzgados a Israel, sino un ejército exclusivo, bárbaro.

Para estas poblaciones árabes ocupadas por fuerzas extranjeras es una humillación ver a estos soldados rasos venidos de fuera dirigir sus armas y su odio contra ellos, y oírles decir que Palestina les pertenece, que «es Dios quien les ha dado esta tierra». En Israel hay un racismo latente que se expresa abiertamente; un rechazo mayoritario a considerar a los vecinos árabes como seres dignos de ser tratados humanamente, como iguales.

La idea de sacrificarse por el Estado de Israel está muy arraigada en el espíritu de estos israelíes que «han crecido en la cuna del sionismo». No hay ninguna familia israelí que no obtenga beneficio, directa o indirectamente, de la ocupación militar. Desde los 18 años, hombres y mujeres tienen la obligación de cumplir tres años de servicio militar (2 para las mujeres) y después un mes al año, hasta cumplir los 50.

«Nuestro ejército es puro. No mata niños. Tenemos una conciencia y unos valores, y hay pocas víctimas debido a nuestra moral», dicen los generales israelíes en la película Tsahal, de Claude Lanzmann. Así, como se puede constatar en esta película, siempre se muestra a aquellos israelíes que tienen las manos manchadas de sangre como unos corderos y estos cineastas, periodistas y escritores, que se hacen cómplices de sus crímenes disfrazando la realidad, mantienen a la opinión pública internacional en la ignorancia.

¿De qué «valores morales» se pueden valer cuando se envía a soldados disfrazados de árabes a ejecutar, sin otra forma de proceso, a palestinos que ni están armados ni están en posición de combate, y aviones de guerra a bombardear casas repletas de mujeres y de niños? Lo que ocurre sobre el terreno desgraciadamente contradice a estos generales a los que Claude Lanzmann ha dado la palabra.

Israel viola todas las leyes internacionales. Ha legalizado la tortura, la toma como rehén de una familia en la que se busca a uno de sus miembros, los castigos colectivos, las detenciones y ejecuciones extrajudiciales, el requisar las tierras, el control del 80 % de los recursos árabes de agua, el bloqueo de pueblos y ciudades que prohíben los desplazamientos y encarcela a millones de palestinos. Esta lista no es exhaustiva.

La vida cotidiana de los palestinos siempre se ha visto conmocionada por los asesinatos, las devastaciones, los secuestros perpetrados por estos batallones de soldados que irrumpen a cualquier hora del día y de la noche, invaden sus hogares de forma violenta, masiva, rompen todo, humillan a los padres en presencia de sus hijos, secuestran a los hombres; asesinatos, devastaciones y secuestros que desde 2000 no han dejado de multiplicarse y de redoblar su crueldad. En este periodo, muy traumantizante para los palestinos, fue cuando se oyó hablar de esos israelíes llamados «refuzniks», que se negaban a servir en Palestina. Eso hizo nacer la esperanza de que en esta negativa la paz pudiera encontrar una oportunidad.

En julio de 2006 el ejército israelí invadió de nuevo Líbano. Fue entonces cuando conocimos a ex soldados que habían firmado el manifiesto «Valor de negarse». En cuatro años solamente lo han firmado unos 600 israelíes. Mientras que su país se había lanzado a una nueva guerra inhumana, desequilibrada, ilegal, que suponía la muerte de centenares de libaneses, era sorprendente constatar que estos refuzniks, cuya negativa a servir había hecho soñar a muchas personas fuera de Israel, eran favorables a esta horrible guerra emprendida por Israel. Testimonio de ello son las respuestas de Elad, 32 años, físico, cercano a los «Anarquistas contra el Muro» [2], que recogimos cuando estaba esperando para irse a un centro universitario europeo en Hungría con una beca en el bolsillo.

- ¿Sigue perteneciendo al movimiento de los «refuzniks»?

- Firmé el manifiesto Valor de negarse, pero ya no pertenezco a él. Sus miembros son sionistas.

- ¿Se puede ser refuznik y sionista?

- ¡Por supuesto! ¿Qué quiere decir para usted el término sionista? Se puede ser sionista y estar contra la ocupación. El sionismo tiene diferentes significados. Para los palestinos quiere decir que se destrozan sus tierras. Por lo tanto, para ellos todo israelí que apoya la ocupación es sionista, una mala persona. Pero en Israel el sionismo significa algo bueno. Este término tiene un significado positivo. Por ejemplo, ayudar a una anciana a cruzar la calle es calificado de gesto sionista. En la opinión, por lo general hablada, sionismo significa que Israel debe ser un Estado judío. Muchas personas que pertenecen al movimiento Valor de negarse se definen como sionistas. Yo no soy sionista. No creo que el concepto de Estado judío sea un concepto justo: creo que implica el racismo a un nivel muy profundo.

- ¿Qué piensa usted en este momento en que su país ha vuelto a emprender una guerra contra Líbano y en que sus hermanos arrasan pueblos y ciudades?

- Creo que Líbano debe decidir si es un Estado o no. En Líbano hay dos ejércitos. Uno que es democrático, que es el más pequeño y menos eficaz de los dos, y que no ejerce su soberanía. Y el ejército de Hezbolá, que según todos los criterios es un buen ejército pero que no responde al pueblo libanés; que actúa en nombre de Nasralá y responde a Siria e Irán. Es un ejército de guerra. Hezbolá quiere la guerra; la guerra es un buen negocio para Hezbolá. No creo que sea el pueblo libanés quien debiera pagar el precio. Por otro lado, he leído que Israel ha matado a cientos de personas en pocos días. Es horrible y moralmente no hay excusa para ello. Y estratégicamente no sirve a ningún objetivo. Simplemente, han destruido Líbano. Creo que es lo que quería Hezbolá y que es bueno para él.

No sentimos desconcertados al oír como suya la propaganda militar más simple. Este hombre, que estaba ante nosotros y a quien habíamos querido conocer pensando que su manera de ver sería contraria a la del Estado Mayor israelí y de sus compatriotas en general, no se desmarcaba de sus opiniones.

- ¿En Bil’in usted apoya a los palestinos contra los que lucha el ejército israelí y en Líbano usted apoya al ejército israelí? ¿No es esto contradictorio?

- Si, así es. De hecho, si considero las cosas profundamente, cuando me opongo a lo que hace el ejército, lo hago con la esperanza de tener una vida mejor; no lo hago por los palestinos, sino por mí mismo.

- ¿Mató usted a libaneses cuando estuvo en Líbano en los años noventa?

- Tenía 18 cuando empecé en el ejército. Tras un año de adiestramiento en Israel, entre 1995 y 1996, fui al sur de Líbano y volví a los 21 años. Recibí más golpes de los que di. Murieron amigos. Era como en la guerra.

- Usted luchó en Cana en 1996. ¿No quiere hablar de ello?

- Sí, yo estaba en Cana durante la operación llamada «Uvas de la ira». Lo que hicieron entonces fue muy violento, pero menos violento que lo que hacen hoy. El objetivo de esta operación era el mismo que el que persigue el ejército israelí hoy: acabar con Hezbolá y presionar al gobierno libanés para que haga callar las armas de Hezbolá.

- ¿Su batallón disparó sabiendo que había civiles desarmados?

- Dispararon contra el mortero. No se disparó la bomba con el objetivo de matar a la gente. Tras una semana de combates, Hezbolá instaló sus morteros cerca del campo de refugiados para disparar contra las posiciones israelíes, pensando que el ejército israelí no dispararía ahí. Hezbolá alcanzó al ejército israelí y éste pidió poder disparar contra esta posición. Fue entonces cuando una de las bombas cayó en el campo de refugiados bajo protección de Naciones Unidas.

- ¿Cómo puede usted decir que «dispararon contra el mortero» cuando murieron al menos 130 refugiados palestinos y hubo centenares de heridos? ¡Un enorme baño de sangre! Sin embargo, se trataba de mujeres y de niños y no de combatientes de Hezbolá.

- El objetivo era el mortero.

- ¿Cómo se puede disparar para hacer callar un mortero cuando se sabe que se puede matar a mujeres y niños?

- El objetivo era el mortero.

Ninguna emoción, ninguna inflexión en al voz. Ninguna confidencia, pensamos nosotros. Respuestas breves, descarnadas, aprendidas de memoria. Para todos estos soldados que han sido enviados al frente a masacrar a los civiles, ¿se trata, nos parece a nosotros, de no reconocer nunca un crimen, de no asumir nunca el hecho de que toda operación militar sobre el terreno es una responsabilidad colectiva, de no incriminar nunca a sus compañeros?

- No parece que usted condene esta acción.

- No, no culpo al soldado que disparó contra el mortero. Recibió una lista de números, los introdujo en el ordenador y disparó. Culpo al gobierno israelí que no debería haber entrado en Líbano ni haber lanzado esta operación y que no debería haberse servido de la población civil para obtener fines políticos.

- ¿Fue entonces cuando abandonó usted el ejército?

- Sólo me quedaban cuatro meses para cumplir cuando dije que no quería continuar.

- ¿Y hoy está usted de acuerdo con su gobierno que masacra mujeres y niños?

- En aquella época Hezbolá luchaba contra la ocupación de nuestras tropas. Hoy es diferente, lo que hace Hezbolá no es legítimo.

- En el momento en que estamos hablando el ejército israelí ocupa y bombardea los mismos lugares en los que usted combatió. ¿Qué siente usted?

- Sí, conozco muy bien los lugares en los que están ahora. Yo estaba en el pueblo de Marjaron donde ayer hubo una gran batalla. Y en Benjel, donde están combatiendo.

- Firmó usted ayer el manifiesto Valor de negarse y hoy parece estar totalmente de acuerdo con la agresión de Líbano por el ejército israelí.

- No querría ser enviado a Líbano. Una vez dicho esto, la guerra no habría empezado si Hezbolá no hubiera secuestrado soldados. Creo que Hezbolá quería la guerra. Su objetivo era matar civiles. Israel no habría empezado su Hezbolá no hubiera secuestrado…

- Las informaciones que tenemos indican que los soldados capturados por las fuerzas de Hezbolá estaban dentro de Líbano.

- No es lo que yo sé. Lo que es seguro es que fueron secuestrados en Israel.

- Israel ha invadido Líbano, arrasado ciudades por tres soldados capturados. ¿No indica esto que Israel tenía un plan, que quería emprender una guerra y que ha aprovechado la ocasión?

- Por supuesto que Israel tiene planes preparados. Eso es lo que hace un ejército. Por supuesto, es lo que ocurre más allá del secuestro de los dos soldados. La decisión de ir a Líbano se basó en el hecho de que si Hezbolá proporcionaba un pretexto, Israel aprovecharía esta ocasión como un elemento desencadenante para cambiar las reglas del juego en Líbano. La dureza de la reacción de Israel se debe a diversas razones. Una es que Israel comprendió que si intervenía en Líbano su acción sería muy dura, muy eficaz. No se pueden dejar las cosas así, en una situación en que hay dos ejércitos en Líbano ¿Cuál es el soberano? ¿Hezbolá o el gobierno libanés? Por medio de su intervención Israel hace saber a Líbano que para él no es tolerable someterse a una situación en la que Líbano no es un Estado soberano. En Líbano hay dos ejércitos y uno de ellos hace lo que quiere cuando ya no hay ocupación israelí de Líbano.

- He estado recientemente en Líbano. Israel viola el espacio aéreo día y noche; y los libaneses consideran las granjas de Chaaba ocupadas.

- Chaaba tiene unos cientos de kilómetros cuadrados. Hezbolá lo utiliza como pretexto para continuar luchando. La guerra es un buen negocio para Hezbolá.

- ¿Pero usted no cree que la rama armada de Hezbolá que defiende a Líbano contra la agresión israelí lleva a cabo una lucha de resistencia? ¿No hay todo un pueblo que resiste contra su invasor?

- ¿Qué resistencia?

- Según parece, el pueblo libanés apoya unánimemente a las fuerzas que llevan a cabo una lucha de resistencia.

- ¿Resistencia contra qué?

- ¿Los libaneses que son masacrados no tienen derecho a defenderse? Usted apoya el movimiento de los «Anarquistas contra el Muro», que cada viernes se manifiesta en Bil’in contra su ejército. Hezbolá resiste en Líbano como los palestinos resisten en Bil’in. ¿No es la misma lucha?

- Apoyar Bil’in es lo que hay que hacer. No tiene nada en común lo que pasa en Líbano y lo que pasa en los «territorios».

Ni una palabra que llame a las cosas por su nombre: Palestina, palestinos. Permanece en la abstracción. Ni un «nosotros», ni asumir responsabilidades.

Las respuestas de Elad suscitan otras cuestiones. ¿No han sido los refuzniks un factor de equilibrio en un momento en que el Tsahal corría el riesgo de trastornar demasiado a la opinión pública? ¿No fueron un efecto de marketing, de moda? Presentados como una «luz de esperanza y de valor» por quienes en el campo de la paz canalizaban las ilusiones, ¿no quitaron el sitio de los resistentes a quienes Israel trata de «terroristas» y a quienes sus F-15 exterminan con misiles violando todas las leyes internacionales? Un militante por la justicia en Palestina nos da su respuesta.

«Los refuzniks se han quedado como un movimiento muy marginal en Israël. Se les ha concedido un lugar desmedido respecto a su realidad. Compuesto de diferentes grupos que están de acuerdo a grandes rasgos sobre la negativa a ir a hacer el servicio [miliar] y su periodo de reservistas en los «territorios palestinos ocupados». Sus motivaciones son morales y políticas. La primera frase del manifiesto fundador del movimiento Valor de negarse dice: «Nosotros, oficiales y soldados combatientes de reserva del Tsahal, que hemos crecido en la cuna del sionismo y del sacrificio por el Estado de Israel...». No es, por lo tanto, sorprendente que unos refuzniks hayan apoyado decididamente la guerra emprendida contra Líbano. Porque con ello ¡«defienden y refuerzan en Estado de Israel»! Su postura exclusiva sobre «los territorios del 67» es lo que explica por qué los refuzniks han gozado de una gran promoción por parte de los movimientos de solidaridad en Europa; estos últimos se han servido de ellos para defender su línea política y la del campo de la paz en general, que se limita a decir que «el problema es la ocupación desde 1967, que basta con retirarse detrás de la línea verde».

No tener en consideración lo que ocurrió antes de 1967 equivale a perennizar la existencia de Israël como Estado exclusivamente judío sobre el 80 % del territorio histórico de Palestina y, por lo tanto, eliminar la cuestión del derecho al retorno de los refugiados. En una situación en la que todo es legal, la tentación de la ambigüedad y de negar la limpieza étnica es una escapatoria humanamente comprensible. Sin embargo, ningún israelí puede perder nunca de vista que está pisando sobre la sangre de los palestinos, que solo por medio de la fuerza y de la brutalidad Israel puede imponerse como «Estado judío exclusivo» y que viviendo sobre esta tierra robada a los palestinos -que obliga a Israel ha emprender guerras sin fin para conservarla- sólo se puede prolongar el sufrimiento de los palestinos. La resolución 194 de la ONU reconoce a los refugiados palestinos el derecho al retorno a sus tierras, aunque Israel nunca lo haya reconocido de facto.

Ahora bien, los refugiados palestinos a los que Israel ha excluido, encerrado en ghetos, sólo esperan una cosa: que se les devuelva lo que se les ha quitado. Para ellos, todo israelí que vive en un Estado que se ha construido sobre su tierra es un colono que viola los principios de justicia y de derechos humanos. Sólo hay una cosa que hacer: dejar a los palestinos -y a los sirios expulsados de los Altos de Golán- volver ahí de donde fueron expulsados e inmediatamente. Y, por último, dejar de acusar de «antisemitismo» a quienes exigen a Israel que reconozca sus errores.

Transformar Israel en un Estado que reconociera a los refugiados palestinos el derecho a volver a sus casas y que aceptara tratarlos en pie de igualdad, en un solo Estado, sea cual sea su religión, no significaría en absoluto «la aniquilación de Israel» ni arrojar «a los judíos al mar», como a veces se oye decir, sino el final de una forma de Estado que practica la discriminación religiosa y étnica.

El campo de la paz [3] y el campo de la guerra no están tan alejados. «El problema en Israel es que, contrariamente a lo que se dice, entre Peace Now (Paz ahora) y Avigdor Lieberman no hay una distancia ideológica tan grande. Se trata de una cuestión de táctica para saber cómo asegurar un mejor Estado judío con una fuerte mayoría demográfica, si no exclusiva», afirma desolado el historiador israelí Ilan Pappe [4].

Negarse a servir en los «territorios palestinos ocupados» -este término «territorios» es tan ambiguo como inaceptable- al tiempo que se atribuyen el derecho a permanecer en esta tierra robada, lo que obligará a Israel a hacer la guerra a los árabes durante siglos, no es una postura humana y moralmente aceptable.

Ser autorizado a establecerse en Tel Aviv, en Jerusalén o en Haïfa -y poder elegir de facto la nacionalidad israelí- porque se es de confesión judía, instalarse para siempre en las casas a las que sus dueños, que han sido desposeídos de ellas brutalmente, no tienen derecho a volver y deben permanecer hasta pudrirse en ghetos miserables en Cisjordania, en Siria, en Líbano, en Gaza, ¿es eso normal? Desde luego que no. Pero en Israel nada es normal.

Notas

[1].- http://www.ism-suisse.org/news/article.php?id=6027&type=communique&lesujet=Rapports - De septiembre de 2000 a finales de 2006, el ejército israelí y los colonos mataron a 5.150 palestinos, 1151 de los cuales eran niños. El número de ataques israelíes desde la cumbre de Charm-El-Sheikh en febrero de 2005, se eleva a 70.079.

[2].- «Anarquistas contra el Muro» es un movimiento israelí, del que es iniciador el espléndido Yonatan Pollack, de 25 años, y cuenta con decenas de jóvenes militantes. Todos los viernes participan -junto con el International Solidarity Movement palestino (ISM) y los internacionalistas que están de paso- en la manifestación contra la construcción del Muro, especialmente en Bil'in. Son muy apreciados por los habitantes de los pueblos palestinos que les conocen y llevan a cabo acciones de resistencia no violenta directas junto a ellos y como ellos, son violentamente atacados por los soldados israelíes. Lo mismo que el pequeño grupo de militantes de Tayoush.

[3].- Comprende fundamentalmente: Gush Shalom (fundado en 1993 por Uri Avnery), Mujeres de Negro en Noir, Bat Shalom, (Comité contra la demolición de las casas), Físicos por los Derechos Humanos. Este campo de la paz sólo cuenta con unos centenares de miembros activos, pero fuera cuenta con un amplio apoyo político y financiero por parte de organizaciones judías y de asociaciones pro-palestinas. En Francia fundamentalmente tiene el apoyo de la Asociación Francesa Solidaridad con Palestina (AFPS) y de la Unión Judía Francesa por la Paz (UJFP), en la que se inspira su línea política: dos Estados («cada uno en su casa»), el reconocimiento de que la vuelta de los refugiados es un derecho que, sin embargo «ya no puede ser aplicable».

[4].- http://electronicintifada.net/v2/article6206.shtml

Enlace con el original: http://www.michelcollon.info/articles.php?dateaccess=2007-01-20%2018:22:32&log=invites