"El pacto entre Google y Verizon no es tan malo como temíamos, es mucho peor"

David Ballota
Nación Red
11/08/10

“El pacto entre Google y Verizon no es tan malo como temíamos, es mucho peor”, se puede leer en el comunicado urgente de respuesta de los grupos en defensa de la neutralidad de la red, al acuerdo o propuesta común anunciada hace escasas horas por Google y Verizon.

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El comunicado está firmado por los grupos más prestigiosos de la sociedad civil digital como MoveOn.Org, Credo Action, the Progressive Change Campaign Committee, ColorofChange.org y Free Press, todos ellos grupos destacados de la Coalición de la sociedad civil SavetheInternet.com.

Verizon y Google son defensores de la neutralidad de la red sólo para una parte de Internet. Pero están preparando el camino para un nuevo Internet donde la Neutralidad de la Red no se aplicará y las empresas podrán escoger y elegir los sitios que la gente puede ver fácilmente en sus teléfonos o cualquier otro dispositivo de Internet.

Este acuerdo entre Google y Verizon abre la puerta al bloqueo de aplicaciones, al igual que hizo Comcast con BitTorrent y al bloqueo de contenido como Verizon ya ha hecho. Será dividir la autopista de la información con la creación de nuevos y rápidos carriles privados para los grandes, dejando a los pequeños abandonados

Peor aún, este pacto a su vez, demuestra que la FCC (Comisión Federal de Comunicaciones) en un perro guardián sin dientes, persiguiendo infructuosamente denuncias e incapaz de hacer cumplir sus propias reglas.

Esto no es neutralidad de la red real. Y este pacto perjudicaría a millones de estadounidenses que se han manifestado del lado de nuestros líderes en Washington para defender un Internet libre y abierto. El presidente Obama, el Congreso y la FCC debería rechazar este acuerdo, restaurar la autoridad del organismo que se supone que protege a los usuarios de Internet y salvaguardar la neutralidad de la red una vez por todas

Internet es uno de los recursos más importantes de nuestra nación, y los responsables políticos en todas partes deben reconocer que el futuro de nuestra economía de la innovación es demasiado importante como para decidirse por un acuerdo de trastienda entre los gigantes de la industria.