Recordando el levantamiento de Varsovia 66 años después

Laura Knight-Jadczyk
Sott.net
02/08/2010



El levantamiento de Varsovia comenzó el 1ro de agosto de 1944. El Ejército Nacional Polaco, conformado por unos 40.000 patriotas polacos, habiendo recibido promesas de ayuda por parte de los aliados, se enfrentó a los soldados alemanes en las calles. Los Nazis enviaron ocho divisiones para combatir a los polacos. La ayuda nunca llegó y algunos historiadores sospechan que fue una acción deliberada. Muchos más polacos y rusos fueron asesinados durante la segunda guerra en comparación con los judíos. En realidad, los judíos constituyeron solo el 10% del total de muertos, si consideramos sus números a simple vista. Algunos no lo hacen, pero no me inclino a discutirlos ya que sabemos que hubo muchos judíos involucrados en la Industria del Holocausto. Tan solo lean a Hannah Arendt; para gran desesperación de los sionistas, ella estuvo allí e informó sobre ello.

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A fines de agosto de 1939, Hitler firmó un acuerdo de no-agresión con Stalin, el cual, efectivamente, fue un acuerdo entre los dos para dividir Polonia. Cuando los alemanes invadieron Polonia el 1ro de septiembre de 1939, el pueblo polaco apenas sabía lo que los Nazis les tenían preparado. Según el diseño de la solución Nazi ante la necesidad de "lebensraum," (espacio para vivir), todo el territorio polaco iba sufrir una limpieza étnica de su población nativa para ser colonizada por poblaciones étnicas germanas y para ser eventualmente incorporada al Gran Reich Alemán.

En consecuencia, y desafortunadamente, los polacos eran el siguiente objetivo de los Nazis, y el plan era poner a los polacos en contra de los judíos para asegurar su mutua destrucción.

Puramente Maquiavélico.

Los alemanes consideraban a los polacos como una raza inferior al igual que lo hacían con otros países eslavos. Entonces, según el plan, los polacos iban a ser categorizados mediante criterios estrictamente racistas. Aquellos polacos con ancestros alemanes iban a ser reclasificados como étnicamente alemanes. La transformación de Polonia en una provincia alemana iba a ser llevada a cabo en un breve período de 25 o 30 años. Por esta razón, no se iba a demostrar compasión a esta población. Y, para garantizar el éxito de esta rápida despoblación, la inteligenza debía ser exterminada. “Suena cruel”, Supuestamente Hitler dijo a Hans Frank, “pero así es la ley de la vida”.

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A través de las restricciones al matrimonio, empeoramiento de las condiciones sanitarias, reducción del suministro de alimentos, y la eliminación de cientos de miles de hombres físicamente capaces para trabajar en Alemania, se llevó a cabo una campaña biológica para producir una drástica reducción de la población polaca. Los niños polacos con fuertes características arias fueron secuestrados a la fuerza de sus familias y luego enviados a Alemania para su “re-germanización”.

Se prohibió el lenguaje polaco, y a las ciudades y pueblos les dieron nombres alemanes. En la región Zamosc del este, unos 110.000 polacos fueron evacuados y reemplazados por 25.000 colonizadores alemanes.

En otras palabras, toda Polonia iba a ser utilizada como campo de concentración.

El premeditado y constante ataque a la población polaca condujo a un incesante reinado del terror que duró lo que se duró toda la ocupación. Se realizaron arrestos individuales a escala masiva, y las rondas callejeras para ir a trabajar en Alemania se volvieron una realidad común y aterradora.

Y, debe recordarse, esto fue dirigido en contra de los polacos en general, ¡no solamente los polacos judíos! De los 11 millones de seres humanos asesinados por los Nazis, 6 millones fueron ciudadanos polacos. La mitad de ellos eran judíos y la mitad NO. Judíos y no-judíos por igual fueron hechos prisioneros en su propio país; nadie tenía permitido salir.

La abrumadora cantidad de evidencia documental y los relatos de testigos apuntan al hecho de que los polacos, en general, NO se dieron cuenta de que eran los próximos en la línea, como población, para los campos de la muerte. No se dieron cuenta del todo que estaban viviendo al borde de un Agujero Negro que, una vez que terminara de devorar a los judíos, comenzaría a aspirar todo a su alrededor. Aún así, todos los polacos que quisieran dar ayuda a los judíos quedaron en desventaja porque hacerlo era una ofensa capital. ¡Incluso podían recibir un disparo por llevar a un judío en sus vehículos! En consecuencia, los polacos, para poder hacer ALGO, tuvieron que superar mayores presiones y temores que sus contrapartes en otros países ocupados por los Nazis. Entonces, aquellos polacos que SI rescataron judíos, o a cualquier otro que fuera objetivo de los Nazis, merecían un lugar especial de respeto, ya que demostraron un coraje y honor inigualado en otros países. Así va la cosa con las leyendas.

Lutsk, Polonia, cuyo rico pasado era parte de este lugar privilegiado que era codiciado tanto por Stalin como por Hitler. Hitler no tenía intenciones reales de dejar que Stalin se la quedara, pero quería asegurarse de que la URSS no unificara fuerzas con Inglaterra en su contra al momento de tomar Polonia.

Entonces, diecisiete días después de que Hitler invadiera Polonia desde el oeste, la URSS invadió desde el este. La política "Tierra Quemada" de Stalin requirió la evacuación de industrias, fábricas, maquinaria, trabajadores especializados y ganado – movilizando todo al este hacia Rusia. Casi 200 grandes plantas industriales fueron llevadas desde Ucrania a Rusia en dos meses. Y, más aún, Stalin también observó que era necesario aniquilar a la intelligentsia de Ucrania.

En un discurso de Lech Walesa, presidente de la República de Polonia, en el Cementerio de autoridades polacas en Katyn, el 4 de junio de 1995, se describió lo siguiente (traducido por Chester A. Kisiel):

“En septiembre de 1939 su mundo colapsó. Todo se quebró en pedazos: independencia, ley, del disfrutar de la construcción de su país, tranquilidad doméstica. Un asalto desde el oeste cayó sobre una Polonia aislada, seguida rápidamente por una desde el este. [...] Muchos de ellos [se convirtieron en prisioneros de guerra soviéticos] tales como los defensores de Lvov, y les aseguraron que nada malo les sucedería, que solo habían sido internados temporalmente, que les permitirían regresar a sus hogares. [...] ¿Cómo podían saber que el 5 de marzo de 1940, unas pocas firmas en un breve documento sentenciaron a la muerte a más de veinte mil personas inocentes? Este documento instruía: 'decidir los casos sin interrogar a los prisioneros y sin presentar acusaciones; la sentencia: recibir un disparo’.

“El NKVD cumplió las órdenes precisa y metódicamente. Una bala para cada hombre condenado… hora tras hora, día tras día; la procesión de la muerte continuaba. Al final, había una sola e indescriptible fosa común. No había cruces, nombres, ni plegarias”.

Más de veinte mil de los mejores y más inteligentes de la muestra genética de Ucrania fueron asesinados en una sola acción. Pero, esta era solo la punta del iceberg. Por ejemplo, la población de Kiev, en 1940 era de 900.000. En 1945 era de solo 186.000.

“Luego siguieron décadas de ocultamiento de la verdad. Mentiras, engaños y persecuciones. En la Polonia totalitaria, la palabra 'Katyn' era una palabra anti-estado. La amenaza a severas penalidades pendía sobre cualquiera que se atreviera a colocar una vela bajo una cruz con esa inscripción. Las familias de las víctimas de Katyn tenían que ocultar recuerdos de sus seres amados”.

Los rusos atribuyeron el asesinato de las clases educadas a los alemanes, y los alemanes a los rusos. La verdad es que ambos fueron culpables. Es a través de la eliminación y la supresión de los pensadores libres que cualquier régimen opresivo se mantiene.

© William Blake / Cassiopaea.org

Stalin no era estúpido. No iba a dejar nada para Hitler.

Pero, el rápido avance de la Wehrmacht alemana no le dio a Stalin el tiempo suficiente para vaciar Ucrania por completo, por lo tanto los rusos en retirada decidieron quemar todo lo que no podían tomar.

Dos años después, cuando los alemanes se retiraban ante el avance ruso, robaron y eliminaron todos los trabajos de arte alemán, colecciones de arte folklórico, libros importantes, bibliotecas enteras, esculturas y colecciones de museos. Todo aquello que no podía ser movilizado debía ser destruido y bibliotecas enteras fueron arrojadas a las calles y quemadas. La ocupación alemana destruyó un total de 19.200 bibliotecas en Ucrania. Los soviéticos dejaron a Ucrania sin industria, y los alemanes la dejaron sin riqueza cultural.

Cuando Polonia fue invadida, todo el gobierno polaco se refugió en Francia donde continuaron funcionando como un órgano diplomático para su país ocupado por Alemania. Con la caída de Francia a manos de los alemanes, el gobierno polaco se reubicó en Londres donde continuaron trabajando para ayudar a la liberación de su país y el reestablecimiento de los derechos y nacionalidad de los polacos.

El 4 de julio de 1943, el presidente de Polonia, General Sikorski murió en un accidente aéreo en Gibraltar mientras regresaba a Inglaterra proveniente de una gira del cuerpo del Segundo Ejército Polaco en Medio Oriente. Nunca se estableció si fue un accidente o el resultado de un sabotaje. Hubo una comisión de investigación polaca, y también una británica. El último declaró que no había evidencia de sabotaje, pero no pudo establecer la causa del impacto. El piloto checo, único sobreviviente, siempre declaró que los controles de su Liberator se atascaron y causaron la catástrofe, y, los soviéticos tuvieron la oportunidad y los medios para dañar el avión.

El nuevo primer ministro polaco fue Stanislaw Mikolajczyk. Era el director exiliado del mayor partido político de Polonia antes de la guerra, el Partido de los Campesinos, y había sido segundo primer ministro bajo el mandato de Sikorski. Mikolajczyk estaba ansioso por reestablecer buenas relaciones con Stalin, como había hecho Sikorski. Pero, al igual que Sikorski, no podía simplemente aceptar las demandas fronterizas soviéticas. Ninguna opinión polaca, ni el ejército polaco podían aceptar tal solución, especialmente los soldados y oficiales de los Segundos Cuerpos de Anders, la mayoría de los cuales provenían de Polonia del este, y habían sobrevivido a las prisiones y campos de trabajo soviéticos.

Sin embargo, Stalin tenía su propia agenda para Polonia y la estaba implementando con toda la astucia e inteligencia de un zorro.

El 12 de Julio de 1943 nació la primera unidad del nuevo Ejército Polaco en Rusia. Esta era la División Kosciuszko, formada por la masa de polacos deportados a la USSR. Ya que había escasez de oficiales polacos (¿¡Por qué no nos sorprende?!), la mayoría eran rusos. Muchos de estos tenían nombres polacos y habían sido seleccionados por esa razón. Eran descendientes de exiliados polacos deportados a Rusia en el siglo 19. Los soldados fueron objeto de una intensiva “reeducación política” por comunistas polacos que sirvieron como oficiales políticos. Parte de la propaganda era que la Polonia preguerra había sido “feudal”, reaccionaria hacia Rusia, y “anti-soviética”. Ellos explicaron que el verdadero futuro de Polonia se aseguraba mediante una cercana alianza con su “verdadero” amigo, la Rusia Soviética. El objetivo era hacer de este ejército la fuerza decisiva en la Polonia de posguerra.

La primera de las “Tres Grandes” conferencias entre Roosevelt, Churchill y Stalin, se efectuó en Teherán, Irán, entre el 28 de noviembre y el 1ro de diciembre de 1943. Los tres líderes pasaron mucho tiempo debatiendo de estrategia y sobre el futuro de Polonia.

Muchos historiadores ven esta conferencia como la decisiva con respecto al futuro de Polonia y Europa del Este. Roosevelt seguía repitiendo que todo debía hacerse de cierta manera para mantener la amistad con Stalin ya que era obvio que Rusia estaba surgiendo como poder dominante en Europa. También, había una necesidad de concentrarse en el teatro del Pacífico, por lo tanto se dijo que generaría menos costos en términos de tiempo y recursos manteniendo a Rusia como aliado.

Supuestamente Roosevelt dijo a Francis Spellman, arzobispo de Boston, en septiembre de 1943, “No tiene sentido oponerse a los deseos de Stalin, porque de todas maneras posee el poder para llevarlos a cabo. Así que mejor aceptamos con gusto”.

Él apaciguó su conciencia diciendo a otros (y quizás, a él mismo) que la población de Polonia del este “quiere rusificarse”. Y él esperaba que “en diez o veinte años las influencias europeas de Polonia haría que los rusos se volvieran menos bárbaros”.

Es difícil para este autor comprender las manipulaciones de la FDR. Ha sido citado decir: "Nada en la política sucede por accidente; si sucede, puedes apostar que fue planificado de esa manera”. En la actualidad hay numerosos historiadores que, con gran cantidad de evidencia, dicen que Japón fue inducido a atacar a Pearl Harbor por ciertas maquinaciones de los cuerpos diplomáticos americanos. La supuesta razón para esto era animar el apoyo del pueblo norteamericano para que EEUU ingresara en la guerra. De ser así, ¡entonces hace que la actitud laissez faire que Roosevelt tenía sobre la idea de la mitad de Europa bajo un dominio comunista sea incluso más desconcertante! ¡Por no mencionar el hecho que Japón era una pequeña isla opuesta a todo el continente de Eusaria! Después de todo, el proyecto Manhattan para construir la bomba atómica ya estaba en camino, y parece que hubiera sido mucho más conveniente haberla arrojado sobre Hitler y/o Stalin asegurando, por lo tanto, la derrota del comunismo, en lugar de concentrar tanta energía en Japón, un país ya derrotado ANTES que la bomba fuera lanzada.

(Si, sabemos de las declaraciones sobre acabar rápidamente con la guerra y demás, que estaban detrás de la decisión de utilizar la bomba de hidrógeno sobre los japoneses, pero lo que ya estaba sucediendo en Europa bajo Stalin era un crimen contra la humanidad mucho más grave, ¡y continuó durante años y años con incalculables costos en términos de vidas humanas y recursos! ¿¡Era Roosevelt REALMENTE estúpido?!)

En todo caso, Roosevelt siguió reclamando y quejándose sobre la necesidad de hacer feliz a Stalin para que Stalin lo ayudara a combatir a los japoneses, y mintió y manipuló todo y a todos a la vista, incluyendo a Winston Churchill e Inglaterra.

EEUU solucionó el problema lavándose las manos diciendo que las relaciones polacas-soviéticas eran exclusivas de los involucrados. Stalin demostró su placer que las cosas estuvieran avanzando a su manera cuando el embajador Hull le dijo que los soviéticos ocuparían el este de Alemania. Tomó la mano de Hull entre las suyas y esbozó una gran sonrisa.

De todas maneras, Churchill fue a la conferencia de Teherán determinado a solucionar la “cuestión polaca”. Su objetivo era que Stalin acordara compensar a los polacos con los ex territorios alemanes en devolución por el anexo de Polonia del este a Rusia. Churchill también quería que Stalin reconociera la independencia polaca. Esto era importante para Inglaterra, ya que, como se señaló, habían comenzado literalmente todo el plan yendo a la guerra con Alemania por la independencia de Polonia. Churchill sabía que la opinión pública británica sería MUY crítica de todo acuerdo que amenazara la independencia polaca.

El 28 de noviembre, en Teherán, Churchill propuso a Stalin que Polonia debía “moverse hacia el oeste”, que debería ser modificada forzosamente hacia el oeste. Stalin, por supuesto, estuvo de acuerdo y señaló que la frontera occidental de Polonia estuviera en el Río Oder.

Tres días después, el 1ro de diciembre, Roosevelt habló secretamente a Stalin. La FDR dijo al dictador soviético que las elecciones presidenciales norteamericanas se llevarían a cabo a fines de 1944, y que debería postularse nuevamente. Dijo a Stalin que había unos 6 o 7 millones de norteamericanos de descendencia polaca y, "como hombre práctico que era, no deseaba perder su voto”.

Churchill intentó muy duro solucionar los asuntos polacos de manera justa, pero la agenda de Roosevelt fastidió los esfuerzos de Churchill. Molotov había sugerido a Roosevelt que un nuevo gobierno polaco podría incluir a tres polacos-norteamericanos, Lange, Orlemanski, y Krzycki, todos pro-soviéticos. Estos tres, un economista, un cura, y un industrial, viajaron a Moscú para socializar con los comunistas.

Cuando esto fue reportado en la prensa norteamericana, hubo tremendas objeciones por parte de la comunidad polaca-norteamericana. Crearon un Congreso polaco-norteamericano que se reunió y condenó a Lange y Orlemanski, y expresó su apoyo para el gobierno polaco exiliado en Londres. Ya que el Congreso tendría una gran influencia en la mayoría de los votantes polacos-norteamericanos, Roosevelt teatralizó el apoyo al gobierno polaco reuniéndose con Mikolajczyk. (Mikolajczyk había solicitado reunirse con el presidente desde enero sin éxito. Ahora, repentinamente, ¡Roosevelt podía verle!)

Sin embargo, Roosevelt intentó persuadir a Mikolajczyk a que acepte las demandas soviéticas – es decir, entregar Polonia del este y “reorganizar” el gobierno polaco a la Stalin. En intercambio, Roosevelt intentaría obtener Lwow y los campos petroleros para Polonia.

Es significativo que incluso el PPR (polacos comunistas) en la Polonia ocupada resistiera la presión de Moscú para reconocer públicamente la línea de Curzon como frontera oriental de Polonia. Incluso se dieron cuenta que la mayoría de los polacos no aceptarían perder el este de Polonia a voluntad.

Stalin se negó a considerar esto. El ejército rojo cruzó la frontera polaca-soviética preguerra en enero de 1944, pero no se movilizó a Europa Oriental hasta julio-septiembre. El 22 de julio de 1944, el ejército rojo cruzó el Río Bug y comenzó a movilizarse hacia lo que Stalin reconoció como territorio polaco. Ese día, el Comité Polaco de Liberación Nacional (Polski Komitet Wyzwolenia Narodowego, PKWN), proclamó su existencia en la ciudad de Chelm y publicó un “manifiesto” para el pueblo polaco. Este manifiesto, (llamado el “Manifiesto Lublin” porque el PKWN ingresó a la ciudad casi inmediatamente), fue delineado muy cuidadosamente para atraer el máximo apoyo posible en Polonia. Prometía una reforma territorial y nuevas fronteras polacas en el oeste.

Respecto a la frontera polaca-soviética, el manifiesto declaraba que debía establecerse basándose en la “autodeterminación”. Esto dio la falsa impresión que podría decidirse mediante un plebiscito, dejando las áreas predominantemente polacas, especialmente Lwow y Wilno, en Polonia.

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Stanislaw Mikolajczyk

Muchos años después salió a la luz que el PKWN no se había formado en Chelm, sino en Moscú, ¡y que su manifiesto había sido elaborado allí por los delegados del KRN bajo la cercana supervisión de Stalin y Molotov!

El Ejército Nacional Polaco tenía órdenes del gobierno polaco en Londres de cooperar con el ejército rojo. Entonces, mientras el ejército rojo avanzaba hacia el oeste, unidades del Ejército Nacional apoyaron a los soviéticos a luchar contra los alemanes en los territorios de la ex Polonia oriental. Por lo tanto, el Ejército Nacional Polaco esperaba que sus acciones se manifestaran en un reclamo polaco sobre esas tierras.

En cada ocasión, el Ejército Rojo aceptó la cooperación, pero luego arrestó a los oficiales y a los hombres, ordenándoles que se unan al Ejército Polaco comandado por Berling. Los oficiales que se negaron fueron asesinados o deportados a Rusia, mientras que las tropas fueron reclutadas obligatoriamente.

Mientras tanto, Mikolajczyk decidió ir a Moscú para hablar. Se estaba planificando un levantamiento contra los alemanes, y se decidió dejar el momento para el mismo al comandante en jefe del ejército nacional, el General Tadeusz Bor-Komorowski.

El plan original era que el Ejército Nacional se levantara consecutivamente en diferentes partes del país, justo cuando los alemanes se estaban retirando. Varsovia y otras grandes ciudades no debían levantarse para así evitar pérdidas civiles.

Sin embargo, en el verano de 1944, surgió una nueva situación de características militares y políticas. Desde el punto de vista militar, el gobierno polaco y el Comando del Ejército Nacional asumieron que los rusos pronto ingresarían a Varsovia. Era el centro de carreteras y vías ferroviarias entre Moscú y Berlín. Se pensó que el Ejército Rojo necesitaría de su máxima velocidad para llegar a Berlín antes que los Aliados Occidentales para tener la ventaja. Desde el punto de vista político, se asumió que si el Ejército Nacional ayudaba a los rusos a liberar Varsovia, los rusos tendrían que reconocer al Ejército Nacional y al Consejo de Unidad Nacional que era leal al legítimo gobierno en exilio. De esta manera, se esperaba que los polacos anticomunistas – que eran gran mayoría – tuvieran voz para decidir el futuro de su país. Y por ultimo, los líderes políticos y militares en Varsovia esperaban un acuerdo de cooperación militar a desarrollarse luego de los próximos encuentros entre Stalin y Mikolajczyk.

En consecuencia, el gobierno exiliado autorizó al Ejército Nacional en Varsovia a elegir el momento para el levantamiento. Sin embargo, el Comando del Ejército Nacional no excluyó la posibilidad que los rusos aceptarían su ayuda para liberar Varsovia, y luego volverse contra ellos, como había sido su patrón hasta el momento. En ese caso, el Ejército Nacional tenía planeado defenderse a si mismo hasta el final. También planearon hacer lo más público posible este evento para revelar al resto del mundo las verdaderas intenciones de Stalin respecto a Polonia y el resto de Europa Oriental. En consecuencia, se esperaba que los poderes occidentales se opusieran a la dominación soviética de toda esta área porque ello representaría una obvia amenaza para Europa Occidental también. Después de todo, los líderes del Ejército Nacional Polaco razonaron, Inglaterra fue a la guerra con Alemania cuando invadió a Polonia en septiembre de 1939, para no abandonar a Polonia a la buena de la USSR.

Pero, Polonia no contaba con la extraña agenda oculta de la FDR y Stalin. Cuando Mikolajczyk vio a Stalin, le dijo que Varsovia se levantaría contra los alemanes. Stalin era escéptico, pero dijo que esperaba que el Ejército Rojo ingresara pronto a la ciudad. No está claro si Mikolajczyk sabía que las transmisiones en lengua polaca de estaciones de radio soviéticas estaban pidiendo a la gente de Varsovia que ayudara al Ejército Rojo. Pero, si no lo sabía, esta era la mayor razón para asegurar la ayuda soviética para los insurgentes.

En Varsovia, el General Bor-Komorowski y su equipo decidieron en la noche del 31 de Julio que el levantamiento comenzaría al día siguiente. Esta fue, aproximadamente, una decisión forzada.

Los alemanes, que parecían estar en completa retirada pocos días atrás, de alguna manera se habían recuperado y solicitó que 100.000 personas se presenten a trabajar en las fortificaciones el 1ro de agosto. El Ejército Nacional no podía permitir esto sin perder a sus soldados. Al mismo tiempo, se podían escuchar armas rusas al este del Vístula y se informaron avistamientos de tanques rusos. Y, ¡estaban las interminables emisiones radiales soviéticas instando a todos los polacos a levantarse y pelear contra el invasor alemán!

Cuando estalló el levantamiento en Varsovia la noche del 1ro de agosto, se esperaba que la lucha durara unos pocos días, después de lo cual los rusos ingresarían. Sin embargo, en una maniobra devastadora, Stalin no solo no ayudó al Ejército Nacional, ¡sino que rechazó el permiso para que los aviones aliados aterrizaran detrás de las líneas soviéticas luego de volar desde Italia y arrojar suministros al Ejército Nacional en Varsovia!

¿Cuáles eran sus motivos?

Parece que Stalin pudo haber estado dispuesto a ayudar a los insurgentes de Varsovia si Mikolajczyk hubiese aceptado sus demandas territoriales y se hubiese unido al Comité Polaco de Liberación Nacional PKWN, que luego se hubiera transformado en el nuevo Gobierno Polaco. Sin embargo, Mikolajczyk no tenía poderes para aceptar cambios territoriales, o la oferta del puesto de segundo premier junto con un miserablemente pequeño número de puestos ministeriales para su Partido de los Campesinos que era, después de todo, el mayor partido de Polonia. Abandonó Moscú diciendo que transmitiría las propuestas de Stalin y la oferta del PKWN de unos pocos asientos a su gabinete en Londres.

Tan pronto como Mikolajczyk había partido el 9 de agosto, la prensa y radio soviética, que se había mantenido en silencio sobre el levantamiento de Varsovia, ¡lo condenó como un “fraude político" y culpó al gobierno polaco en Londres!

Habiendo anteriormente negado permiso para el aterrizaje de aviones aliados, Stalin ahora permitía el aterrizaje de una aeronave norteamericana que voló desde Londres y arrojó suministros sobre Varsovia a mediados de septiembre. Estos suministros fueron arrojados desde una gran altura en un momento que los insurgentes solo controlaban una pequeña parte de la ciudad, ¡así que la mayor parte del material cayó en manos alemanas!

Los soldados de Rokossovsky tomaron el este de Varsovia a mediados de septiembre. En esos momentos, aviones soviéticos arrojaron algunos suministros a los insurgentes, pero sin paracaídas, ¡por lo tanto la mayoría de los suministros fueron destruidos!

De cierta manera, el presente escritor encuentra difícil creer que esto no fue planificado de esta manera por un acuerdo entre la FDR y Stalin. No puedo creer que semejantes acciones competentes fueron simples “accidentes”. Pero, el resultado fue que ambas partes podían decir que “intentaron ayudar”, ¡incluso si lo hicieron de una manera que estuviera condenada a no ayudar en lo más mínimo!

También fue en esta época que los soviéticos tantearon nuevamente a Mikolajczyk en Londres, sugiriéndole que se una al PKWN. El único intento del lado soviético por brindar ayuda directa al Ejército Nacional fue la entrega de un batallón de infantería del Ejército Polaco de Berling en el lado oeste de Varsovia. Sin embargo, no obtuvieron el apoyo adecuado de la artillería soviética y tuvieron que retirarse cruzando el Vístula sufriendo grandes pérdidas. Aunque Berling fue, durante mucho tiempo, culpado por esta acción que luego se pensó que habría causado su despido al poco tiempo, es poco probable que haya podido movilizarse sin el consentimiento de Moscú. Es probable que esto haya sido un engaño comunista para pretender ayudar a los insurgentes porque el hecho es que Berling, poco después, criticó al liderazgo comunista polaco en una carta a Stalin. Justo después, ¡llegó su despido!

El Comando del Ejército Nacional, desprovistos de ayuda, se rindieron a los alemanes el 2 de octubre de 1944, luego de 63 días de lucha. En aquel momento, los insurgentes solo controlaban pequeñas partes de la ciudad, no tenían municiones, la gente no tenía comida, agua y electricidad. Grandes partes de Varsovia fueron reducidas a escombros.

Luego de la rendición, Hitler ordenó la evacuación de los civiles restantes a campos especiales desde donde serían llevados para labores forzados (esclavos) a Alemania. Los soldados fueron llevados a campos de prisioneros de guerra, y luego se ordenó la destrucción final de la ciudad. Los alemanes metódicamente quemaron y dinamitaron todo lo que pudieron en el corazón de la ciudad y distritos circundantes. Destruyeron librerías, antiguos palacios, museos e iglesias sin importarles su valor histórico.

Algunos han comparado la destrucción de Varsovia con la de Dresden e Hiroshima. Y eso sin mencionar las pérdidas en términos de vidas humanas. Se calcula que unas 250.000 personas perdieron sus vidas en el levantamiento de Varsovia. Del cuarto de millón de muertos, solo unos 10.000 eran soldados del Ejército Nacional. La mayoría de las víctimas eran civiles que murieron mientras ayudaban al ejército en la lucha, o fueron masacrados por unidades de la SS y ucranianas, o murieron en los sótanos donde se habían refugiado mientras las casas colapsaban sobre ellos.

Durante años, mientras Varsovia era reconstruida, los trabajadores continuamente encontraban restos de personas muertas en el verano y otoño de 1944.

¿Cuál es la verdad sobre la destrucción de Varsovia?

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Varsovia 1944: Llevada al levantamiento y luego abandonada por Stalin

Parece probable que si Mikolajczyk hubiera aceptado las demandas territoriales y políticas soviéticas y se hubiera unido al PKWN, Stalin habría ordenado a Rokossovsky que tome Varsovia. Sabemos que el Consejo de Guerra de Rokossovsky envió un cable a Stalin el 8 de agosto, diciendo que su grupo armado podía atacar a los alemanes en Varsovia comenzando el 25 de agosto, solicitando la asistencia de algunas unidades del Primer Frente Ucraniano al sur de su ubicación. Sin embargo, el ataque a Varsovia no sucedió. ¡Las unidades que Rokossovsky necesitaba fueron enviadas a Rumania por Stalin!

En este momento, los medios soviéticos mantenían un silencio absoluto sobre el levantamiento de Varsovia, mientras que la superioridad militar soviética sobre los alemanes en este sector del frente era abrumadora, particularmente en el aire. Sumado a esto estaba el rechazo a permitir el aterrizaje de aviones aliados, para que aquellos que se arriesgaran a volar desde Bari, Italia, y regresaran sin aterrizar se expusieran a una muerte casi segura. En lugar de avanzar, el grupo armado de Rokossovsky se mantuvo en el lado este del Vístula, y luego ocupó el este de Varsovia a mediados de septiembre. De hecho, Rokossovsky no “liberó” lo que quedaba de la ciudad hasta el 17 de enero de 1945.

Mientras tanto, el ejército rojo había ingresado y tomado Rumania, Bulgaria y Hungría, y se dirigía hacia el norte de Yugoslavia y Austria. También luchaba contra los alemanes en el este de Prusia. El 24 de enero de 1945, sus principales fuerzas se apostaron en el Río Oder preparándose para avanzar a Berlín.

Entonces, parece que la actitud de Stalin hacia Varsovia fue dictada por consideraciones políticas. Probablemente haya permitido deliberadamente a los alemanes destruir tanto al Ejército Nacional como la capital polaca porque Mikolajczyk rechazó sus demandas.

En Moscú, Mikolajczyk se enteró oficialmente por primera vez que Churchill y Roosevelt estaban de acuerdo con los términos de Stalin, e intentó rescatar lo que pudo del gobierno polaco en exilio haciéndoles aceptar tales demandas. Ellos se negaron y Mikolajczyk renunció. No podia hacer más. Fue reemplazado por Tomasz Arciszewski, un antiguo socialista polaco.

Deberíamos recordar que, justo antes de las elecciones presidenciales de noviembre de 1944, Roosevelt aseguró a los líderes polacos-norteamericanos que trabajaría por una Polonia fuerte e independiente. Incluso recibió a una delegación del Congreso Polaco-Norteamericano en la Casa Blanca y posó con ellos frente a un gran mapa de la Polonia preguerra, indicando claramente que apoyaba el reestablecimiento de la frontera polaca-soviética de preguerra. Aseguró a los polacos norteamericanos que mantendría los principios del Acuerdo del Atlántico respecto a Polonia. Hizo esta promesa una semana antes de las elecciones sin intención aparente de cumplirla. Pero, no mucho después de haber sido elegido, estaba muerto. ¿Karma?

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