Ecuador: Otro golpe Made en USA
Eva Golinger
Argenpress
04/10/10
¿Qué sucede cuando un país latinomamericano ordena la salida de una base militar de Estados Unidos, minimiza su relación con Washington, rechaza al modelo neoliberal y al mismo tiempo aumenta su cooperación con Irán y Venezuela?
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Washington comenzó a mover sus piezas para desestabilizar al gobierno de Rafael Correa en Ecuador durante el año pasado, luego del golpe de Estado existoso contra el Presidente Manuel Zelaya en Honduras. No imaginaban que iba a ser muy dificil. De hace años las agencias de Estados Unidos penetraron los sectores militares, policiales, políticos, económicos y sociales en Ecuador, captando agentes y colocando sus elementos en posiciones claves de influencia.
Antecedentes
Durante las elecciones presidenciales en Ecuador en 2006, Washington estaba muy molesto con la candidatura de Rafael Correa, un joven economista educado en Estados Unidos pero con una visión política totalmente contraria al model neo-liberal capitalista. Un cable parcialmente desclasificado de mayo 2006 enviado de la Embajada de Estados Unidos en Quito a la Secretaria de Estado Condoleezza Rice en Washington y al Comando Sur del Pentágono, comentaba, “El candidato anti-estadounidense y populista Rafael Correa está atrás en las encuestas, con menos de 10% de apoyo…”
Aunque no estaban preocupados en un principio por la posibilidad de una victoria de Correa, de igual manera, el Departamento de Estado invertió millones de dólares en la campaña electoral a través de varios grupos políticos y sociales. Al estilo de la organización venezolana Súmate, que fue creada con dinero de la USAID y National Endowment for Democracy (NED) en 2003 para liderar campañas políticas contra el Presidente Hugo Chávez, en Ecuador establecieron Participación Ciudadana, encargada de “observar” al proceso electoral, apoyada con el dinero estadounidense.
En el mismo cable del Departamento de Estado de mayo 2006, la embajada solicitó fondos adicionales para “Participación Ciudadana y el grupo indígena Fundación Quel’qaj…y 650 mil dólares para CAPEL para entrenar trabajadores electorales en todos los niveles”.
Dos meses antes, el Cónsul de Estados Unidos en Guayaquil, la capital económica de Ecuador, estaba realizando reuniones con los candidatos favorables a los intereses estadounidenses, incluyendo a León Roldos y el ex-Presidente Lucio Gutiérrez. Un cable parcialmente desclasificado enviado por el Cónsul a la Secretaria de Estado en marzo 2006 destacaba como Gutiérrez “solicitó al gobierno de Estados Unidos asumir una línea más agresiva contra Chávez, cuya influencia regional está creciendo. En Ecuador, el candidato presidencial Rafael Correa tiene acceso a mucho dinero, y Gutiérrez indicó que venía de fuentes venezolanas”, aunque no presentó pruebas de dicha acusación.
Pero mientras avanzaba la campaña electoral en 2006 y la candidatura de Rafael Correa ganaba en puntos, la embajada cambió su curso y solicitó una reunión con él y su equipo. Otro cable parcialmente desclasificado de la embajada de Estados Unidos en Quito de noviembre 2006, está vez enviado a la Secretaria de Estado, las embajadas de Estados Unidos en Bogotá, Caracas, La Paz, Lima, el Consulado en Guayaquil, y la Agencia de Inteligencia del Departamento de Defensa (DIA) y el Comando Sur, hablaba de la reunión entre el embajador de Estados Unidos y el candidato Rafael Correa, “Desde que el embajador se reunió con Correa, otros funcionarios de la embajada se han encontrado con miembros de los equipos de campaña de Noboa y Correa, para abrir el diálogo, señalar la neutralidad de Estados Unidos y desarrollar puentes con miembros claves del nuevo gobierno”.
Aún Washington esperaba que si ganara Correa, lo podían subordinar. Pero no fue así.
Luego de su toma de posesión en 2007, el Presidente Correa comenzó a estrechar los vínculos con Venezuela. Se unió a la Alianza Bolivariana de las Americas (ALBA) como miembro observador hasta el 2009 cuando se incorporó como miembro pleno del grupo junto a Bolivia, Cuba, Honduras, Nicaragua, Venezuela y las islas caribeñas de Antigua y Barbuda, Dominica y San Vicente y las Grenadinas.
En 2007, convocó una constituyente nacional para redactar una nueva Constitución, como hizo Chávez en Venezuela y Evo Morales en Bolivia, la cual fue aprobada en referéndum nacional el 28 de septiembre de 2008. Basada en la nueva Constitución, hubo elecciones presidenciales de nuevo en abril 2009, y Correa ganó con más de 55% del voto, seguido por Lucio Gutiérrez con 28%.
Elementos de injerencia
El primero de marzo de 2008, el gobierno de Colombia ejecutó una invasión ilegal en territorio ecuatoriano para bombardear un supuesto campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarios de Colombia (FARC). La acción causó una ruptura en relaciones entre Ecuador y Colombia, y luego Venezuela también rompió relaciones con Colombia como muestra de solidaridad y rechazo a sus agresiones. Como era de esperarse, Estados Unidos respaldó a Colombia en medio de la crisis regional.
Basado en supuestas evidencias conseguidas durante la operación militar en Ecuador, el gobierno de Colombia acusó al Presidente Correa de sostener vínculos con las FARC, grupo considerado “terrorista” por Washington y Colombia.
En diciembre 2008, el Presidente Correa realizó una visita oficial a Irán, reuniendose con el Presidente Mahmoud Ahmadinejad para estrechar la relación Ecuador-Iráni. Firmaron varios acuerdos y anunciaron la apertura de embajadas en sus distintos países.
Del 2007 al 2008, el comercio entre Ecuador e Irán creció de 8 millones de dólares a 168 millones de dólares. En 2009, Irán otorgó un crédito de 40 millones de dólares a Ecuador para financiar la construcción de dos plantas eléctricas. Y en 2010, el Vice Presidente de Ecuador, Lenín Moreno, realizó una visita a Irán para firmar un acuerdo para la construcción de tres centros hidroeléctricos con tecnología iraní.
Todo esto fue de gran molestia para Washington y en varias ocasiones, altos funcionarios del gobierno estadounidense intentaron convencer al Presidente Correa de que su relación con Irán no era bien visto por el norte. Correa respondió, “Nosotros no tenemos nada en contra de Irán. Irán no ha hecho nada en contra de nosotros…No vamos a dejar de acercarnos a Irán porque los Estados Unidos lo tiene en su lista negra”.
En un intento de bajar las tensiones y buscar una manera de socavar la relación entre Ecuador y Venezuela, y Ecuador e Irán, la Secretaria de Estado Hillary Clinton realizó una breve visita oficial a Ecuador el 9 de junio de 2010. Durante unas dos horas Clinton sostuve una reunión con el Presidente Correa y salieron sonrientes y abrazados, expresando respeto mútuo y ganas de trabajar para objetivos compartidos.
No obstante, la luna de miel fue bien corta. Clinton no logró frenar la integración entre Ecuador e Irán, y menos entre Ecuador y Venezuela. Sectores de la derecha estadounidense no querían esperar más. Tres años luego de su primera elección, los planes de golpe continuaban en marcha contra el Presidente Correa. [Nota: Seis golpes de Estado, o intentos de golpe de Estado, promovidos por Washington en América Latina han ocurrido luego del tercer año del gobierno: Chile (1970-1973); Venezuela (1999-2002); Haiti (2001-2004); Bolivia (2005-2008); Honduras (2006-2009) y Ecuador (2007-2010)].
La base militar
Fue en 1999 que el gobierno de Ecuador firmó un acuerdo permitiendo a Estados Unidos establecer una base militar en su territorio. La base en Manta se convertió rápidamente en centro de operaciones militares de Estados Unidos en la región andina-sur. De allí, el Pentágono realizaba misiones de espionaje, inteligencia y reconocimiento por toda la región. Manta garantizaba un espectro amplio desde el Comando Sur en el estado Florida en Estados Unidos hacia sus bases operativas en Comalapa, El Salvador, Aruba y Curazao, y hasta su presencia militar en Colombia y Ecuador. Unos 500 militares estadounidenses ocupaban a Manta, junto a una cantidad de contratistas privados. Aunque el acuerdo inicial era para combatir al “narcotráfico”, Manta fue utilizada como un centro de operaciones contra la guerrilla colombiana.
El acuerdo que permitía a Estados Unidos la ocupación y uso de Manta (sin pagar nada a Ecuador) venció en 2009. El Presidente Correa había dicho anteriormente que no firmaría la renovación del convenio y de esa manera, los militares estadounidenses tendrían que salir de Ecuador. “Podemos negociar con Estados Unidos sobre una base en Manta si ellos nos permiten poner una base militar en Miami”, declaró Correa durante su campaña.
Y aunque Washington intentó presionar a Correa para permitir la permanencia de la base, Correa mantuvo su posición con firmeza. Luego fue descubierto que las fuerzas estadounidenses habían utilizado a Manta para ejecutar la operación militar conjunta con Colombia aquel 1 de marzo 2008 en territorio ecuatoriano, sin la autorización del gobierno de Ecuador.
Cuando Estados Unidos salió de Manta en 2009, el Ministro de Defensa de Ecuador, Javier Ponce, anunció que Ecuador solicitaría ayuda de Irán para colaborar en materia de defensa. Obviamente, Washington no estaba contento.
En 2010, el Informe Anual de Amenazas de la Dirección Nacional de Inteligencia de Estados Unidos, entidad que coordina las 16 agencias de inteligencia de Washington, dedicó por primera vez unas líneas a Ecuador, “El Presidente Rafael Correa de Ecuador, luego de modificar la Constitución para permitirse un segundo mandato, fue reelegido en 2009. Relaciones con Estados Unidos no han sido buenas especialmente desde que Correa terminó el uso estadounidense de la base aérea en Manta en 2008 y redujo la cooperación contra el narcotráfico”.
Washington estaba muy afectado y molesto por haber perdido su base en Manta, y más aún, por haber perdido control sobre el gobierno de Ecuador.
El golpe de Estado en Honduras que ocurrió el 28 de junio de 2009 contra el gobierno de Manuel Zelaya también tuvo como causa central una base militar de Estados Unidos, en Soto Cano. Zelaya quería terminar el uso estadounidense de la base en Soto Cano, que es una de las bases militares más importantes para las operaciones militares de Estados Unidos en la región. No lo podían permitir, y el golpe contra Zelaya lo impidió.
El golpe
Durante el intento de golpe en Ecuador el jueves 30 de septiembre, el ex Presidente Lucio Gutiérrez declaró en una entrevista televisada que “El fin de la tiranía de Correa está cerca”, pidiendo además “disolver el Parlamento y llamar a elecciones presidenciales anticipadas”.
El Presidente Correa denunció luego que personas vinculadas a Gutiérrez estaban infiltradas en los grupos de policías que provocaron el caos. Gutiérrez, quien se encontraba en Brasil, es un conocido aliado del ex Presidente George W. Bush. Días después de asumir la presidencia en Ecuador en 2003, Gutiérrez fue recibido por Bush en la Casa Blanca. El presidente estadounidense declaró en aquel momento que Gutiérrez era “El mejor aliado y amigo de Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo”.
Poco después, Gutiérrez autorizó a las fuerzas armadas estadounidenses el uso pleno del territorio ecuatoriano para sus operaciones militares. También se subordinó a los intereses de multinacionales y petroleras estadounidenses buscando explotar las reservas ecuatorianas.
Pero en noviembre 2003, apenás en su primer año de gobierno, Gutiérrez fue acusado de recibir financiamiento del narcotráfico. El periódico quiteño, El Comercio, reveló que los hermanos Luis y César Fernández, reconocidos narcotraficantes, habían contribuido 30 mil dólares a la campaña electoral de Gutiérrez. César Fernández, ex gobernador de la provincia de Manabi, fue jefe de campaña de Gutiérrez en esa región. En años anteriores, Fernández fue encarcelado por sus vínculos con un cartel internacional basado en México.
Gutiérrez confesó durante una entrevista televisada en Ecuador que, “todos los políticos tienen que buscar el apoyo de Fernández en Manabi”.
En respuesta a la delicada situación en que se encontraba su mejor aliado en la región, Bush envió su Asesor Especial para América Latina, Otto Reich - cubanoamericano responsable por las operaciones psicológicas y guerra sucia en América Latina durante los años ochenta, y el director de las operaciones terroristas contra Cuba – a Ecuador. Reich llegó a Quito para expresar el apoyo de Washington a Gutiérrez, declarando ante la prensa en medio del escándalo que “El gobierno de Ecuador sigue siendo un amigo muy cercano a los Estados Unidos”.
Para Washington, lo importante no era si Gutiérrez fuera narcotráficante o corrupto, sino si se subordinara a la agenda imperial.
Cuando Gutiérrez fue derrocado en una rebelión popular en 2005, y brevemente encarcelado por corrupción, Washington no le quitó su apoyo. Desde entonces, Gutiérrez ha mantenido sus vínculos con la derecha estadounidense, y lo siguen apoyando para que regrese al poder.
Militares
Washington también ha mantenido contactos dentro de las fuerzas de seguridad de Ecuador. Durante el golpe del 30 de septiembre, estos elementos fueron activados.
Según el periodista Jean-Guy Allard, “por lo menos uno de los tres coroneles arrestados en Ecuador, entre otras cosas por intento de asesinato del Presidente Correa, hizo una estancia de estudios en la siniestra academia militar norteamericana llamada Escuela de las Américas para un entrenamiento activo”.
“Los archivos revelan como Manuel E. Rivadeneira Tello, estuvo en esta institución norteamericana donde se prepararon, desde varias décadas, varios de los personajes más repugnantes de la historia de las dictaduras que sufrió América Latina. La Escuela de las Américas es situada en Fort Benning, en la localidad estadounidense de Colombus, Georgia. Su misión principal siempre fue de servir como instrumento para preparar a militares latinoamericanos a “cooperar” con los Estados Unidos”, relató Allard.
Según la organización School of the Americans Watch, “Miles de tropas ecuatorianas han sido formadas en la Escuela de las Américas. La Escuela de las Américas tiene una larga historia involucrada en golpes militares en América Latina. En abril 2002, el gobierno democrático de Chávez en Venezuela fue brevemente derrocado, y los militares entrenados en la Escuela de las Américas, Efraín Vásquez Velasco y el General Ramirez Poveda, estuvieron involucrados en el golpe”.
“Desde 1946, la Escuela de las Américas ha formado más de 60 mil soldados latinoamericanos en técnias de contrainsurgencia, asesinato, guerra psicológica, inteligencia e interrogación”.
En Ecuador, un escolta del Presidente Correa, mostró, el día después del golpe, cuatro impactos de fusil, tres en el capot y uno en el parabrisas del carro que lo trasladó al Palacio de Gobierno tras su rescate. Esta evidencia demuestra el objetivo de atentar contra la vida del Jefe de Estado.
Policía infiltrada
Las fuerzas de seguridad en Ecuador que participaron en el golpe también han sido penetradas por las agencias estadounidenses. Un informe secreto de la Agencia de Inteligencia del Departamento de Defensa (DIA) del 15 de diciembre de 1999 reveló como la Policía Nacional de Ecuador “ha cooperado muy bien con Estados Unidos. Con asistencia de la embajada de Estados Unidos, en 1995 la PNE inauguró la organización anti-terrorista GEMA”.
Esa cooperación con Estados Unidos ha permitido una profunda infiltración en las fuerzas de seguridad ecuatoriana. Según el periodista Jean-Guy Allard, un informe oficial del Ministro de Defensa de Ecuador, Javier Ponce, difundido en octubre 2008 evidenció “como diplomáticos norteamericanos se dedicaban a corromper a la policía y las Fuerzas Armadas”.
El informe afirmó que unidades de la policía “mantienen una dependencia económica informal con Estados Unidos, para el pago de informantes, capacitación, equipamiento y operaciones”.
En respuesta a la información, la actual embajadora de Estados Unidos en Ecuador, Heather Hodges, declaró “Nosotros trabajamos con el gobierno de Ecuador, con los militares y con la policía para fines muy importantes para la seguridad”, justificando la colaboración.
La embajadora
La embajadora Heather Hodges fue enviada a Ecuador en 2008 por el entonces Presidente George W. Bush. Anteriormente, tuvo una gestión exitosa como embajadora en Moldovia, país socialista que antes formaba parte de la Unión Soviética. En Moldovia dejó sembrado la pista para una “revolución de colores” que ocurrió, sin éxito, en abril 2009 contra la mayoría elegida del partido comunista en el parlamento.
Hodges estuvo frente a la Oficina de Asuntos Cubanos, como Subdirectora en 1991, división del Departamento de Estado que se dedica a promover la desestabilización en Cuba. Dos años después, fue enviada a Nicaragua, para consolidar la gestión de Violeta Chamorro, presidenta seleccionada por Estados Unidos luego de la guerra sucia contra el gobierno Sandista que logró su salida del poder en 1989.
Cuando Bush la envió a Ecuador, era con la intención de sembrar la desestabilización contra Correa, en caso de que el presidente ecuatoriano se negaba a subordinarse a la agenda de Washington. Hodges logró incrementar el presupuesto de la USAID y NED para organizaciones sociales y grupos políticos que promueven los intereses de Estados Unidos, incluso en el sector indígena.
Frente a la posible reelección del Presidente Correa en 2009, la embajada comenzó a fomentar desestabilización. La semana antes del golpe en Ecuador, fuentes confiables cuentan que los encargados de seguridad de las embajadas de Estados Unidos en Centroamérica, dónde el año pasado realizaron el golpe en Honduras, se mobilizaron hacia Ecuador.
Manos blancas
No es coincidencia que en 2008, líderes estudiantiles de la oposición en Venezuela, financiados por las agencias de Washington, viajaron a Ecuador para realizar una serie de conferencias y talleres con jovenes ecuatorianos. Yon Goicochea, conocido dirigente del partido Primero Justicia (de la extrema derecha), quien también recibió un “premio” de 500 mil dólares del ultraconservador Instituto Cato en Washington, fue fundador del grupo “manos blancos” en Venezuela que buscó impulsar una “revolución de colores” contra el gobierno de Hugo Chávez en 2007.
En mayo 2008, Goicochea, junto a Geraldine Álvarez, dirigente estudiantil de oposición, realizó conferencias en la Universidad Católica en Quito, buscando fomentar un movimiento de “manos blancas” para enfrentar al Presidente Correa. Justo ese año se realizaba el referéndum nacional para aprobar la nueva constitución que, entre otras cosas, permitiría la reelección de Correa. Días después de la visita de Goicochea, grupos de estudiantes contra Correa comenzaban a protestar en las calles, pero en aquel momento, no tuvieron mayor impacto sobre el proceso electoral.
USAID - Sociedad civil
Como siempre, gran parte de la ayuda estadounidense se dirige a la sociedad civil, para fomentar descontento con el gobierno y consolidar un movimiento opositor que promueve los intereses de Washington. En el caso de Ecuador, la ayuda estadounidense, principalmente canalizada a través de la USAID y la NED, ha apoyado a organizaciones de izquierda tanto como de derecha.
Durante los últimos años, algunos grupos sociales progresistas han expresado su descontento con las políticas del gobierno de Correa. No hay duda de que existen legítimas quejas y reclamos a su gobierno. No todos los grupos u organizaciones que están en contra de las políticas de Correa son agentes imperiales. Pero sí existe un sector dentro de ellos que recibe financiamiento y lineamientos para provocar situaciones de desestabilización en el país, más allá de las expresiónes naturales de crítica u oposición a un gobierno.
En el 2010, el Departamento de Estado aumentó el presupuesto de la USAID en Ecuador a más de 38 millones de dólares. En los últimos años, un total de $5,640,000 en fondos fueron invertidos en el trabajo de “descentralización” en el país. Uno de los principales ejecutores de los programas de la USAID en Ecuador es la misma empresa que opera con la derecha en Bolivia: Chemonics, Inc. que ha estado financiado a los sectores separatistas en el país andino e incluso, aquellos que intentaron ejecutar un golpe de Estado contra el gobierno de Evo Morales en 2008.
Organizaciones en Ecuador como Participación Ciudadana y Pro-justicia ha dispuesto de financiamiento de USAID y NED, tanto como miembros y sectores de CODEMPE, Pachakutik, la CONAIE, la Corporación Empresarial Indígena del Ecuador y la Fundación Qellkaj.
El partido político Red Ética y Democracia (RED) también recibió financiamiento y capacitación de la NED y USAID, via el Instituto Demócrata Nacional (NDI) desde por lo menos el año 2005. Del 2005 al 2007, documentos desclasificados evidencian además como la USAID financió a Participación Ciudadana para “conducir un programa de capacitación en liderazgo y política para jovenes”.
La congresista Martha Roldós del partido RED también fue financiada por USAID/NED/NDI. En 2009, Roldós fue candidata presidencial contra Correa. Su campaña fue principalmente fundamentada en atacar al Presidente Correa, sin presentar una agenda política alternativa.
El dinero de la USAID/NED en Ecuador también ha sido utilizado para penetrar e infiltrar los movimientos indígenas, como han hecho en Bolivia, con la intención de sembrar una oposición a Correa en uno de los sectores más progresistas e influyentes de la sociedad ecuatoriana.
Y la estrategia ha dado frutos.
Durante los acontecimientos del jueves 30 de septiembre en Ecuador, uno de los grupos progresistas financiados por la USAID y NED, Pachakutik, emitió un comunicado respaldando a la policía golpista y exigiendo la renuncia del Presidente Rafael Correa y responsabilizándolo por los hechos. Incluso, lo acusó de mantener una “actitud dictatorial”. Pachakutik entró en alianza política con Lucio Gutiérrez en 2002 y su vínculo con el ex-presidente es muy conocido:
“PACHAKUTIK PIDE LA RENUNCIA AL PRESIDENTE CORREA Y LLAMA A CONFORMAR UN SOLO FRENTE NACIONAL
Boletín de Prensa 141
El Jefe de Bloque del Movimiento Pachakutik, Cléver Jiménez, ante la grave conmoción política y crisis interna, generada por la actitud dictatorial del Presidente Rafael Correa, al violentar los derechos de los servidores públicos y de la sociedad en su conjunto, convocó al movimiento indígena, movimientos sociales, organizaciones políticas democráticas, a constituir un solo frente nacional para exigir la salida del Presidente Correa, al amparo de lo que establece el Art 130, numeral 2 de la Constitución, que dice: “La Asamblea Nacional podrá destituir al Presidente de la República en los siguientes casos: 2) Por grave crisis política y conmoción interna”.
Jiménez respaldó la lucha de los servidores públicos del país, incluyendo a los policías de tropa que se encuentran movilizados en contra de las políticas autoritarias del régimen que pretende conculcar derechos laborales adquiridos. La situación de los policías y miembros de las Fuerzas Armadas debe ser entendida como una justa acción de servidores públicos, cuyos derechos han sido vulnerados.
Pachakutik está convocando para esta tarde a todas las oganizaciones del movimiento indígena, a los trabajadores, hombres y mujeres democráticos a construir la unidad y preparar nuevas acciones en rechazo al autoritarismo de Correa, en defensa de los derechos y garantías de todos los ecuatorianos.
Responsable de Prensa
BLOQUE PACHAKUTIK”
Conclusión
Toda esta evidencia, aunque incompleta, demuestra sin duda que la agresión imperial fue activada una vez más contra un gobierno que se negaba a subordinar a la agenda de Washington. No obstante, el golpe fue precipitado. Todas las piezas no estaban en su lugar y el golpe no se logró concretar.
Es por esa razón, que la primera declaración del Departamento de Estado cuando apenás estaba comenzando el golpe, fue un simple “estamos vigilando la situación de cerca en Ecuador”.
No fue sino varias horas después, cuando ya una mayoría de gobiernos regionales habían condenando al golpe y a su vez, expresado su apoyo contundente al Presidente Correa, que la Secretaria de Estado Hillary Clinton emitió una declaración de tres líneas “repudiando la violencia y la violación del estado de derecho y expresando nuestro apoyo al Presidente Rafael Correa y las instituciones democráticas del país”.
La derrota del golpe en Ecuador no significa que el objetivo de acabar con el gobierno de Rafael Correa no siga en marcha. Ecuador es una pieza clave en la conspiración permanente que mantiene Washington contra los movimientos revolucionarios en América Latina.
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