La presa más peligrosa del mundo
Patrick Cockburn
CounterPunch
Traducido para Rebelión por Sinfo Fernández
03/11/07
Un fallo catastrófico en la mayor de las presas en Iraq provocaría una ola de 20 de metros de altura que se precipitaría sobre el valle del río Tigris y podría acabar con las vidas de hasta 500.000 personas, advirtieron el pasado miércoles varios ingenieros estadounidenses.
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La presa, que se encuentra cerca de Mosul, al norte del país, fue construida en 1984 sobre un lecho de roca soluble y agua, hallándose en peligro de inminente colapso. “En cuanto a la potencial erosión interna de los cimientos, la presa de Mosul es la presa más peligrosa del mundo”, según un informe del cuerpo de ingenieros del ejército estadounidense. “Si se produce algún pequeño problema en la presa, puede llegar a reventar”. El colapso de la presa, de algo más de tres kilómetros de largo, daría lugar a la liberación hacia el lago de ocho mil millones de metros cúbicos de agua tras una ola gigantesca que inundaría Mosul –una ciudad río abajo con 1,7 millones de personas- hasta una altura de unos 20 metros.
“Un fallo catastrófico de la presa de Mosul podría inundar todas las tierras que forman la vega del río Tigris en su camino hasta Bagdad”, advirtieron el General David Petraeus y el Embajador estadounidense Ryan Crocker al Primer Ministro iraquí, Nuri al Maliki, en una carta con fecha 3 de mayo de este año”. “Previendo el peor de los escenarios, un fallo instantáneo de la presa de Mosul, si se llena hasta alcanzar su nivel operativo máximo, podría provocar una ola de 20 metros que inundaría la ciudad de Mosul, acarreando pérdidas importantes en vidas y propiedades.”
El agitado debate entre los gobiernos de EEUU e Iraq por la peligrosa situación de la presa se mantuvo en secreto durante meses para evitar el pánico de la gente y llamar la atención de los insurgentes. El cuerpo de ingenieros del ejército estadounidense ha tratado de controlar su deterioro y ha emprendido actividades de reparación.
El estado de la presa, y la opinión de los expertos de que estaba al borde del colapso, fue revelado por vez primera en un artículo del día 8 de agosto.
“Podría suceder en cualquier momento”, dijo a este periódico un antiguo trabajador de mantenimiento de la presa, que conocía los esfuerzos de los ingenieros estadounidenses e iraquíes para salvarla. “Las posibilidades de que ocurra un desastre son muy grandes”.
Esta historia se vio ayer confirmada (1) al publicarse un informe del Inspector Especial de EEUU para la Reconstrucción de Iraq, en el que se decía que los cimientos de la presa podrían ceder en cualquier momento. Explicaba públicamente con detalle el grado de alarma que está viviendo el cuerpo de ingenieros, que ha dado órdenes para que se traslade a zonas más altas todo el equipamiento militar estadounidense que hay situado sobre la planicie aluvial del Tigris. El principal problema es que la presa fue “construida en sitio equivocado”, según Jasro Goran, el gobernador adjunto de la provincia de Nínive, de la cual Mosul es capital.
En 1980 se empezó la construcción de la presa, conocida inicialmente como la Presa Saddam, completándose cuatro años más tarde cuando el lago que está por detrás empezó a llenarse.
“La presa fue construida sobre unos cimientos de marga, que es una mezcla de yeso soluble, anhidrita y piedra caliza cárstica que está disolviéndose continuamente”, dijo un especialista en la embajada de EEUU en Bagdad. “Esa disolución crea un riesgo creciente de que la presa se colapse.”
La llanura mesopotámica fue el [supuesto] lugar del diluvio bíblico donde Noé lanzó su arca para escapar del crecimiento de las aguas. Gran parte de la historia fue sacada de la leyenda sobre Gilgamesh, el antiguo héroe de Mesopotamia, que relata el cuento de una gran inundación con detalles sorprendentemente parecidos al relato del Génesis.
Durante milenios, Iraq estuvo sujeto a sufrir inundaciones cuando las nieves del invierno se fundían en las montañas de Turquía llenando los ríos Tigris y Eúfrates. En el siglo XX, las inundaciones pudieron controlarse a través de un complejo sistema de presas y diques. Pero todo eso sería incapaz de soportar las inmensas cantidades de agua que se liberarían si la presa de Mosul estalla.
El primero en hablarme del inminente desastre fue un antiguo trabajador que temía que nadie hiciera nada para impedir el desastre. “Es una bomba de relojería que no tardará en estallar”, dijo. “Todo el mundo conoce la amenaza pero tienen otras preocupaciones, en el caso de los extranjeros, todo está ahora prácticamente en manos iraquíes”. Añadió que algunas radios militares entregadas al personal estadounidense llevaban botones de alarma para presionarlos cuando la presa empezara a ceder.
Los defectos de la presa se hicieron pronto patentes una vez construida; desde finales de la década de 1980, el principal método utilizado para fortalecer los cimientos fue bombearles cemento líquido o en forma de lechada. Desde mayo de este año se ha hecho bajar el nivel del agua en el pantano que hay detrás de la presa, bajo el asesoramiento de un comité internacional de expertos designado por el Ministerio iraquí de Recursos Acuíferos, que es ahora el responsable del proyecto.
Latif Rashid, el ministro encargado, continúa creyendo que puede evitarse el desastre. Pero, si la prensa se rompe, no habrá nada que pueda parar una pared de agua de 20 metros cayendo sobre cientos de miles de personas entre Mosul y Bagdad.
Patrick Cockburn es autor de “The Occupation: War, resistance and daily life in Iraq”, libro que fue finalista en los Premios Book Critics’ Circle , concedidos al mejor libro de no ficción de 2006.
N. de la T.:
(1) 31 de octubre pasado.
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