Licencias en NY: Como en los tiempos de los Nazis

Alexander Mondragón y Yanira Arias, La Tribuna Hispana (28-10-2007)

Las licencias de manejar para los indocumentados en Nueva York será distinta a la de los demás. El gobernador Spitzer cede ante las presiones del gobierno federal y de la extrema derecha Republicana.

Cuando el nazismo alemán implementó su política de limpieza racial, a los judíos —en Alemania y en los países que invadió— se le obligaba a colocarse un brazalete con la estrella de David para distinguirlos del resto de la población. Así era fácil identificarlos. Décadas después, esta infamia racial ha sobrevivido y está viva en los tiempos de odio y temor.
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Para aplacar la ira de los Republicanos, de los xenófobos y del gobierno del Presidente George W. Bush, el gobernador del Estado de Nueva York, Eliot Spitzer, se ha doblegado. Para llevar adelante su promesa de otorgar licencias de conducir para los inmigrantes indocumentados, ha tenido que ceder a la idea de que sean diferentes —que lleven una marca: "No Válida para Propósitos Federales". Como un estigma, una marca o un brazalete, con el cual el inmigrante —sin decir palabra alguna— se muestre así mismo —ante las autoridades— como indocumentado.

Este plan es el acuerdo al que llegaron el gobierno federal y el de Nueva York para crear tres tipos de licencias de conducir. En otras palabras, que la versión especial para los indocumentados será diferente.

La primera será una licencia con las mismas garantías contra la falsificación que un pasaporte, que será requerida incluso para hacer viajes de corta duración a Canadá.

Una segunda versión cumplirá las normas establecidas en la Ley del Verdadero Documento de Identidad (en inglés Real ID Act) , diseñada por el gobierno federal para evitar que los indocumentados o terroristas obtengan licencias de manejar.

Y una tercera licencia estará disponible para los inmigrantes indocumentados. La misma tendría la leyenda "No Válida para Propósitos Federales", con lo cual no podrán usarla para cruzar la frontera con Canadá o para abordar aviones en Estados Unidos, o incluso omnibuses o trenes interestatales, bajo la amenaza de ser detectados como indocumentados con la licencia que portan.

A pesar del acuerdo, el Secretario de Seguridad Interna, Michael Chertoff (hijo de un Rabino judío inmigrante) no quedó contento ante la perspectiva de que Nueva York emita licencias a los indocumentados, aunque reconoció que no podía evitarlo.

"No respaldo dar licencias a las personas que se encuentran aquí ilegalmente, pero la ley federal permite a los estados esa posibilidad", reconoció Chertoff.

Pero aunque diga que no le guste, una licencia "diferente" le facilitará el trabajo a las autoridades policiales —como en el Condado de Suffolk— dispuestas a reportar a los indocumentados a los agentes federales de inmigración.

Del otro lado

Spitzer dijo que la nueva licencia para inmigrantes hará a este estado más seguro al incorporar a la sociedad estadounidense "a las personas que permanecen en la sombra" y al abaratar los seguros automovilísticos. Pero este parche no sirve para cubrir la herida.

Para el gobernador está fue la única forma de salir del callejón oscuro que le hicieron los políticos más reaccionarios y xenófobos en el estado de Nueva York, opuestos a aliviar en lo más mínimo la vida a los indocumentados —a pesar de que la mayoría de ellos solo viven para trabajar, pagan impuestos y tienen cero beneficios.

Pero en esta salida, Spitzer ha cruzado el puente y se ha puesto "del otro lado", según lo expresó la New York Immigration Coalition, una de las primeras organizaciones en atacar directamente el cambio de dirección dado por el gobernador que, en principio, sugería dar la misma licencia para todos.

"Por colocarse del lado del Secretario Chertoff, y abrazar el REAL ID Act, una medida de seguridad que es parte de una cruzada anti-inmigrante del Congreso y el gobierno de Bush", dice la New York Immigration Coalition en un comunicado, "apoyar el REAL ID significa estigmatizar a millones de inmigrantes con licencias marcadas con 'Letras Escarlatas', haciéndolos vulnerables al perfil racial, a la discriminación y a una posible deportación".

También advierten las dañinas implicaciones que tendrá el "paso atrás" dado por Spitzer. "Los defensores de la seguridad pública señalaron la política de Spitzer como un ejemplo que debería ser replicado a través de toda la nación", dice la New York Immigration Coalition. "Pero él ha dejado que su buen nombre sea usado para encubrir una política rechazada por casi dos docenas de estados en la nación", y que "aplasta los derechos y las libertades civiles".

"Su movida", agregaron, "traiciona a sus más fervientes seguidores, mientras que alienta a la oposición anti-inmigrante".

El mismo sentir expresaron otros sectores de la comunidad que, el domingo 28, realizaron una protesta frente a las oficinas del gobernador Spitzer en Manhattan.

"Queremos una sola licencia para todos y todas, crear un sistema de tres niveles es discriminatorio y pondrá en las manos de inmigración a quienes no tienen documentos en este país", lamentó Guillermo Chacon, de la Red Nacional Salvadoreña Americana (SANN por sus siglas en inglés).

John Liu, Concejal de NY, lamentó que no se esté abordando el tema de las licencias de conducir sino que se promueva la discriminación.

Temor a las licencias

Ahora bien, si el gobernador mantiene su plan de las tres licencias ¿los inmigrantes indocumentados colocarán el "brazalete" de indocumentados?

"Claro que no", dijo Arturo Rosales, quien estaba entusiasmado de la idea de obtener una licencia y poder comprarse un auto. Pero con la nuevas medidas ahora lo está pensando seriamente, "será un riesgo" estar en constante "temor de no toparse con un policía que me detenga y, al enseñarle mi licencia, sepa inmediatamente que soy indocumentado", agregó.

Pero la lucha no ha terminado. Las organizaciones presentes en la demostración frente a la oficina de Spitzer, dijeron que continuarán luchando a nivel Estatal para que este plan de tres niveles no pase.

En Nueva York viven entre 500 mil y un millón de indocumentados, y muchos de ellos conducen vehículos sin licencia de manejar ni seguro automovilístico, dijo Spitzer en septiembre cuando anunció su plan.

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