Treinta Años de Cultos y Cometas
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Traducción Signs Of The Times
Laura Knight-Jadczyk
sott.net
Traducción Señales de los Tiempos
28/01/08
Cometa del año 1532
Esta mañana estuve ojeando un nuevo libro que recibí: Impactos de Asteroides/Cometas y la Sociedad Humana (Comet/Asteroid Impacts and Human Society), publicado por la eminente editorial científica, Springer, editado por Peter T. Bobrowsky y Hans Rickman. Este libro es una colección de informes científicos presentados en un taller patrocinado por el Consejo Internacional para la Ciencia (International Council for Science). En su introducción, encontramos:
El Consejo Internacional para la Ciencia reconoció recientemente que las implicaciones sociales, culturales, políticas y económicas de un impacto de asteroide/cometa sobre la Tierra justifica una consideración inmediata por parte de todos los países del mundo.
¡Caray! ¿Así es? Eso quiere decir que no solo nosotros aquí en SOTT [SDLT], (y varios otros en la red) estamos observando el incremento de Bolas de fuego y Meteoritos que sugieren que estamos atravesando peligrosas áreas del espacio, ¿o será que quizás algo malvado viene hacia aquí?
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Si, así parece ser. En el capítulo titulado “Perspectivas sociales sobre peligros de impactos de Cometas/Asteroides (CAI): Autoridad Tecnocrática y la Geografía de la Vulnerabilidad Social”, observamos:
Hasta hace muy poco, las investigaciones sobre los peligros provenientes de cometas y asteroides estaba centrado en establecer la escala y rango de impactos anteriores, aproximaciones creíbles de su recurrencia, y modelos de escenario de impactos físicos… los peligros CAI han ido mucho más allá del reino de las especulaciones de visiones apocalípticas. Los resultados representan más que solo nuevos descubrimientos. Revolucionan, o están por revolucionar, algunos entendimientos básicos sobre la Tierra, su historia, evolución biológica y su futuro. Aunque la vida humana ha tenido su pequeño lugar en la historia, nuestro destino a largo plazo parece estar desafiado por estas fuerzas y podría estar decidido por ellas.
Fuera de broma.
En el capítulo titulado “Ciencia Social y Objetos Cercanos a la Tierra: un Inventario de Asuntos”, encontramos:
Hubiese sido ridículo, no hace mucho, admitir abiertamente que se pensaba en asteroides y cometas cayendo sobre la Tierra. Tales eventos significarían el fin del mundo tal y como lo conocemos, "TEOTWAWKI" como lo denominan los “milenialistas”, y tal clase de discurso era comúnmente ridiculizado…
Personas respetables están reflexionando sobre estos asuntos. Por ejemplo, Pete Worden, Brigadier Genera de la Fuerza Aérea de EEUU y Subdirector de Comando y Control en el Pentágono, ha dicho que cree que “deberíamos prestar más atención a los objetos de ‘Clase-Tunguska’, aquellos objetos de unos 100 metros que pueden atacar numerosas veces por siglo con el poder destructivo de un arma nuclear”.
He encontrado los comentarios del General y ahora están ingresados en la base de datos de SOTT. Parece que eso no fue todo lo que el general dijo. De hecho, declara inequívocamente:
Puedo mostrar a la gente evidencia de verdaderos ataques que han ocasionado daños locales y regionales hace menos de un siglo atrás. Incluso más convincente son las frecuentes detonaciones a nivel de kilotones que nuestros satélites de aviso temprano observan sobre la atmósfera terrestre... Dentro de la comunidad espacial norteamericana existe una creciente preocupación sobre la “conciencia de la situación espacial”.
El general escribía allá por el año 2000. “Menos de un siglo atrás”. Eso sería pasado el 1900. ¡¿Dijo que hubieron “verdaderos ataques que han ocasionado daños locales y regionales” desde el 1900?!
¿Me he perdido algo? ¿Todos nos hemos perdido algo?
Bien, volveremos pronto a eso. Hoy, retomaré desde donde quedé, el final de la Guerra de los Cien Años.
En episodios previos de esta serie de artículos hemos visto como la Muerte Negra fue probablemente un período de bombardeo de fragmentos cometarios que ocasionaron una muerte masiva en una escala inimaginable. Hoy en día, en el mundo, el equivalente sería la muerte de posiblemente tres billones de personas y también de muchos animales. Solo contemplar semejante número es desalentador, por no mencionar como continuaría adelante la sociedad. La Muerte Negra no respetó jerarquías: las élites perecieron en números proporcionales a las personas comunes. Esto tiene algunas interesantes implicaciones en términos de cómo las élites están observando el asunto ahora, pero de nuevo, eso es algo sobre lo que volveremos más adelante una vez que hayamos echado un vistazo a la evidencia.
En nuestra discusión sobre la Guerra de los Cien Años, hemos aprendido que un gran encubrimiento se llevó a cabo hacia el final y que ello fue principalmente para restablecer el control religioso sobre las masas porque, por supuesto, el control religioso siempre ha sido el brazo derecho de príncipes y gobiernos.
Mientras se creía que popularmente que la esterilidad extendida era causada por brujas dominadas por la malicia del Diablo, el país entero se levantó para exterminarlas. Este movimiento fue promovido por muchos en el poder, quienes esperaban generar riquezas de la persecución. Y así, de corte en corte a través de las ciudades y pueblos de toda la diócesis, acusadores especiales corrieron a toda prisa, inquisidores, notarios, jurados, jueces y alguaciles llevaban a juicio y torturaban seres humanos de ambos sexos y quemándolos en grandes números. Aquellos que eran acusados apenas escapaban al castigo. Ni siquiera se evitaba a los prominentes hombres de la ciudad de Trier. Para el Juez, con dos Burgomaestres, varios Consejeros y Jueces Asociados, las doctrinas de diversas iglesias colegiales, curas párrocos y decanos rurales fueron devastados en esta ruina. Fue tal la sed de sangre y de botines y la locura empujada por el furioso pueblo y por la corte que casi nadie quedó como sospechoso de este delito.
Mientras tanto, notarios, copistas y fondistas se enriquecieron. El verdugo montaba un caballo sangriento, como si fuera un noble de la corte, y quedó arropado en oro y plata; su esposa competía con damas aristocráticas en la riqueza de su vestido. Los hijos de los convictos y castigados eran enviados al exilio; sus bienes eran confiscados. Una terrible peste o un invasor despiadado difícilmente podría haber arrasado el territorio de Trier como lo hizo esta inquisición y su persecución sin destino: muchas fueron las razones para dudar que todos eran realmente culpables. Esta persecución perduró durante muchos años; y algunos de los que presidieron la administración de justicia se glorificaban entre la multitud de estacas sobre las cuales seres humanos eran entregados a las llamas. Al final, aunque las llamas todavía ardían, la gente creció empobrecida, se hicieron y se pusieron en práctica reglas para restringir las retribuciones y costos y de repente, como cuando en la guerra los fondos dejan de funcionar, el celo de los perseguidores se extinguió. (Burr, Linden, Gesta Trevirorum (manuscrito en la Biblioteca de la ciudad de Trier) Latín. Impreso en Hontheim's Historia Trevirensis diplomatica (iii, p. 170) y en editorial Wyttenbach y Muller del Gesta Trevirorum. Ver LINK para recuentos de primera mano sobre persecuciones de brujas.)
Ciertamente, la cuestión que llevó a la persecución de las brujas fue de carácter religioso: ¿Cómo es que un mundo creado por un Dios observador, benevolente y prometedor se encuentre en semejante desastre? La respuesta a esta pregunta llevó al crecimiento a la industria de personas e instituciones que trataban con la muerte y la destrucción. Vemos mucho de ello en nuestros días: la “industria de la seguridad” está experimentando un boom en la mítica “guerra contra el terrorismo”.
La Reforma dividió a Europa entre regiones Protestantes y aquellas leales al Papa, pero los Protestantes no se tomaron el crimen de la brujería con menos seriedad -- y podría decirse que todavía más -- que los Católicos. Alemania, en frecuentes contiendas sectarias, tuvo las tasas de ejecución más altas de Europa, más incluso que el resto del continente en su conjunto. La histeria por las brujas barrió a Francia en 1571 luego de que Trois-Echelles, acusado de brujería por la corte de Carlos IX, anunciara a la corte que había más de 100,000 brujas vagando por el país. Los jueces respondieron al pánico eliminando la mayoría de las protecciones que poseían los demás acusados. Jean Bodin en su libro de 1580, Sobre la Diablo-Manía de los Magos, abrió la puerta al uso del testimonio por parte de niños contra sus padres, arresto ilegal e instrumentos de tortura. (Breve Historia de Persecuciones de Brujería antes de Salem)
Papa Inocente VIII
El problema es, por supuesto, que los principales objetivos de cualquier persecución son aquellas personas que hablan de calamidades y hacen notar que las creencias religiosas son fallas obvias y que quizás sería mejor observar al mundo racionalmente y científicamente. Tales individuos deben ser acusados de brujos o “cultos” y deben ser silenciados porque amenazan los fundamentos de la Civilización Occidental, al Uniformitarianismo y al control Fascista de la humanidad con tales elementos.
¡Nosotros somos testigos de lo que hablamos! Echen un vistazo a El Desaparecido: SOTT.net y las conspicuas omisiones de Google y luego vean la actual difamación llevada a cabo por estos modernos cazadores de brujas: El Culto Cassiopaeo de Laura Knight Jadczyk. Nos preguntábamos cuanto tardaría en llegar un ataque de operación psicológica del tipo 11-S sobre nosotros por parte de nuestros amigos. Como comenté en el día de ayer, debemos estar asustando a aquellos en el poder ya que no pondrían tanto empeño en tratar de callarnos, suprimirnos y difamarnos.
Pero volviendo al tema (si uno va a ser difamado, ¡debería serlo por decir TODA la verdad!), en el informe narrativo de Victor Clube, patrocinado por la USAF y Oxford, el siguiente importante periodo de desastre cometario fue la Guerra de los Treinta Años. Veamos a una pequeña lista del tiempo para orientarnos.
1337 a 1453 – Guerra de los Cien Años
1347/48 - 1351 – Muerte Negra (incluida en el período de la Guerra de los Cien Años)
1400 - Renacimiento (comienza cuando está finalizando la Guerra de los Cien Años)
1431- Juana de Arco es quemada en la estaca por bruja (incluido en el período de la Guerra de los Cien Años)
1484 – El Papa Inocente VIII anunció que los satanistas en Alemania se juntaban con Demonios, realizando hechizos que destruyeron cultivos y causaron abortos.
1486 – Se publica el “Malleus Maleficarum”
1500 – Comienzan las persecuciones de Brujas
1515 – Estallidos de histeria por la brujería, con subsecuentes ejecuciones en masa.
1591 – El Rey James autoriza la tortura de sospechosas de brujería en Escocia
1600 – El Renacimiento finaliza “oficialmente”
1606 – Se presenta “Macbeth” de Shakespeare
1616 – Comienza la Guerra de los Treinta Años
1642 – Final de la Guerra Civil Inglesa
1643 – La más grande caza de brujas tiene lugar en Francia. Durante dos años, solo en Languedoc, hay al menos 650 arrestos. Al mismo tiempo se lleva a cabo una intensa caza de brujas en Inglaterra a medida que la guerra civil Inglesa creó una atmósfera de intranquilidad que alimentó la caza, especialmente al mando de Matthew Hopkins.
1648 – Finaliza la Guerra de los Treinta Años
1651 – Finaliza la Guerra Civil Inglesa
1660 – Finalizan las persecuciones de brujas. Entre 50,000 y 80,000 sospechosas de brujas son ejecutadas. Cerca del 80% son mujeres. Los promedios de ejecución varían según cada país, desde un pico de 26,000 en Alemania, hasta cerca de 10,000 en Francia, 1000 en Inglaterra, y solo 4 en Irlanda. El inferior número de fatalidades en Inglaterra e Irlanda se debió, en parte, a mejores medidas preventivas. (LINK)
1682 – Inglaterra ejecuta su última bruja, Temperance Lloyd, una mujer senil de Bideford. El Jefe de Justicia Sir Francis North, apasionado crítico de los juicios a brujas, investigó el caso Lloyd y lo denunció como una farsa. La caza de brujas alternó de un lado del Atlántico al otro con el estallido de histeria en Salem en 1692.
No estoy muy segura porque se dice que el Renacimiento finaliza en el 1600, me resulta más convincente que finalizó con la Guerra de los Treinta Años. Pero no tiene importancia, esa es la fecha convenida por la mayoría de los investigadores.
La Guerra de los Treinta Años se libró entre 1618 y 1648, principalmente en el territorio de la actual Alemania, e involucró a la mayoría de las potencias europeas. Comenzó aparentemente con un conflicto religioso entre protestantes y católicos y se desarrolló gradualmente hacia una guerra general involucrando a casi toda Europa, relacionado con la rivalidad Francia y Habsburgo por el liderazgo de Europa, llevando luego a una guerra directa entre Francia y España.
Notas para reflexionar: La Guerra de los Treinta Años se extendió a gran parte del reinado de Luís XIII de Francia (1610-1643). Galileo vivió desde 1564 a 1642. Muchos adherentes al Catarismo, huyendo de una inquisición papal emprendida en contra de sus supuestas herejías en Francia, habían emigrado hacia Alemania y Savoy. Esto pudo haber sido la raíz del inicial conflicto religioso. De hecho, el Catarismo podría haber alimentado la Reforma Protestante.
En la Guerra de los Treinta Años se utilizaron ejércitos mercenarios en una gran escala, y se dijo que estos asesinos contratados habían devastado regiones enteras dejando a sus habitantes sufriendo extensas hambrunas y enfermedades que diezmaron a la población. Esto afectó principalmente a los estados alemanes y, un tanto menos, a los Países Bajos e Italia. Al mismo tiempo, quebró a muchos de los gobiernos involucrados. Suena parecido a lo que sucede hoy en día, ¿no es cierto?
La Guerra Civil Inglesa, que comenzó luego de la Guerra de los Treinta Años, siguió su curso durante 25 años y consistió en una serie de conflictos armados y maquinaciones políticas que tuvieron lugar entre los Parlamentarios (conocidos como Cabezas Redondas) y los Monárquicos (conocidos como "Cavaliers").
La pregunta es, ¿encontramos alguna mención de cometas u otro extraño fenómeno astronómico durante este período? Resulta que si.
David Herlicius publicó en 1619 un discurso sobre un cometa que apareció fugazmente en 1618 y enumeró las calamidades que este cometa, y los cometas en general, traen consigo:
Sequía de cultivos y esterilidad, pestes, grandes vientos tormentosos, grandes inundaciones, naufragios, derrotas de ejércitos o destrucción de reinos…el deceso de grandes genios y estudiosos, fallas en las religiones, etc. Los portentos de los cometas se dividen en tres partes, naturales, políticos y teológicos. [William Whiston y el Diluvio]
El siglo diecisiete fue testigo de numerosos avistamientos de cometas, incluyendo aquellos de 1618, 1664, 1665 y 1677. Cuestionamientos sobre estos cometas han producido un gran número de textos científicos incluyendo al An Astronomical Description of the Late Comet de Samuel Danforth (1665), el tratado De Cometis de John Gadbury (1665), y Cometa, un informe para la Sociedad Real de Robert Hooke en 1678. Estos relatos complementaron el anterior trabajo de Brahe y Kepler y ayudaron a expandir el emergente entendimiento técnico de este particular fenómeno cósmico.
Otra referencia: “Este año (1618) trajo tres brillantes cometas”
En relación a Kepler: Sus observaciones sobre los tres cometas de 1618 fueron publicadas en De Cometis, contemporáneamente con Harmonice Mundi (Augsburgo, 1619).
Mi búsqueda de material acerca de evidencias de primera mano sobre eventos inusuales en aquellos tiempos ha sido bastante frustrante. He encontrado que las personas o investigadores que han leído los documentos originales se refieren a estas descripciones como hipérbolas, o metáforas “religiosas”, por eso resulta frustrante que estos fragmentos se encuentren citados en su idioma original, generalmente alemán. Sin quedarme atrás, envié el material a un amigo alemán de SOTT y rápidamente me devolvió una traducción.
En la revista, German Life and Letters 54:2, Geoffrey Mortimer publicó un artículo titulado “Estilo y Ficcionalización de relatos personales de testigos sobre la Guerra de los Treinta Años” [Style and Fictionalisation in Eyewitness Personal Accounts of the Thirty Years War]. En él escribe:
Los relatos personales de testigos sobre la Guerra de los Treinta Años son interesantes, no solo por su contenido manifiesto, sino como ejemplos de cómo el proceso de escritura en sí puede moldear tanto el texto resultante como el significado derivado por el lector. Las técnicas adoptadas por los escritores, probablemente inconscientemente, buscan dar fuerza a sus narrativas, aquí colectivamente calificadas como “ficcionalización" y esto se agrega a los problemas conocidos acerca de los testimonios oculares para afectar la evaluación histórica de tales fuentes.
Veremos que, aparentemente, ¡el Sr. Mortimer no ha estado leyendo el trabajo de Víctor Clube! Prosigue explicándonos a través de sus páginas que las personas que escribieron estos relatos eran en su mayoría simples individuos que no poseían pretensiones literarias, y los trabajos mismos eran una especie de diarios y registros que tenían la intensión de ser pasados a través de las familias. Uno de los ítems que dice haber sido escrito para “crear la impresión deseada, posiblemente a expensas de la estricta exactitud figurativa” es el siguiente:
A causa de la guerra, la peste, la subida de precios y las hambrunas, nuestra gente ha sido reducida en tal grado, que será difícil que nuestros descendientes lo crean.
Ahora, uno debe tener el mente el significado de la palabra “peste” como ya hemos discutido en una previa sección. Jon Arrizabalaga, en un artículo incluido en Medicina Práctica desde Salerno a la Muerte Negra, discute la etiología de esta palabra y de cómo fue comprendida por las personas de aquel tiempo. Él escribe:
El énfasis puesto en las causas celestiales de la “peste”, por diferentes médicos estudiados aquí, varía enormemente… En 1340 Augustine de Trent, fraile ermitaño de San Agustín, justificó haber escrito un trabajo médico y astrológico sobre “pestes y enfermedades” que sucedían por toda Italia, debido a la ignorancia de los médicos sobre la base de las enfermedades; este hecho fue considerado por él como un “pestilente error que involucra a muchos médicos”, y los culpó por su “ignorancia sobre astronomía”…
Trabajos provenientes de otras áreas geográficas asignaron un rol más relevante a las causas celestiales en la génesis de la “peste”…
Jacme d’Agramaont... no dijo nada concerniente al término epidemia, pero desarrolló extensamente lo que quiso decir por pestilencia. Le dio a este último término una muy peculiar etimología, de acuerdo a una forma de conocimiento establecido por Isidore de Sevilla (570-636) en su Etymologiae, que fue ampliamente aceptado en Europa durante la Edad Media. Dividió el término pestilencia en tres sílabas, cada una con un significado particular: pes = tempesta: ‘tormenta, tempestad’; te = “tempo, tiempo’; lencia = clardat: ‘brillo, luz’; concluyó que la pestilencia era “el tiempo de la tempestad causada por la luz de las estrellas”.
Y así, tenemos una mejor idea de lo que nuestro diarista alemán quiso decir:
A causa de la guerra, la peste, la subida de precios y las hambrunas, nuestra gente ha sido reducida en tal grado, que será difícil que nuestros descendientes lo crean.
En la página 5 (101) del informe de Mortimer, vemos lo que un joven oficial, en los tiempos de Magdeburgo en 1631, escribió en sus memorias:
Se levantó [una] gran tormenta de viento, la ciudad estaba inflamada en todos los lugares posibles, por lo que incluso cualquier tipo de asistencia [rescate] era de ayuda [apreciada]… luego vi toda la ciudad de Magdeburgo, a excepción del domo, el monasterio y el Nuevo Mercado, yaciendo en ascuas y cenizas, lo cual duró solo unas 3 o 3 horas y media, de lo cual deduje el extraño castigo y la omnipresencia de Dios.
¿Una “gran tormenta de viento” y una ciudad que al mismo tiempo estaba “inflamada” por todos lados, y quemada hasta sus cimientos en 3,5 horas? Quizás el lector querrá volver atrás y releer la descripción de cómo se manifestaría una explosión cometaria, citada al comienzo de nuestra previa sección, Guerras, Pestes y Brujas.
Observen la fecha del evento mencionado: 1631. Como vemos, en aquel momento estaba sucediendo otras cosas misteriosas en el planeta. En su libro, Cometas y Cultura Popular y el Nacimiento de la Cosmología Moderna, Sara J. Schechner escribe:
Los cometas, como otras maravillas, fueron explotados por polemistas en libros de portentos. En 1661-1662, por ejemplo, los disidentes radicales ingleses publicaron informaciones sensacionalistas acerca de portentos, incluyendo cometas, que de modo pesimista dieron la bienvenida a la restitución de Carlos II… No hubo menos de veinticinco apariciones visibles en el siglo diecisiete en Europa, y estos cometas hicieron frecuentes apariciones en polémicos periódicos de gran formato y en libros de coplas que se vendían en los mercados…
Aparentemente en aquellos tiempos los cometas eran arrojados por todos lados. Uno de los lapsos donde se vieron estos cometas fue en 1680, 1682, 1683. En otro se observan cinco cometas entre 1664 y 1682. Existen otros relatos de cometas en 1618. Un folleto titulado "Las Señales de los Tiempos" muestra un montón de portentos que acompañaron a los cometas. Schechner continúa:
Todos estos estallidos eran afectados con específicas disputas políticas. Sin embargo, algunos folletistas, se elevaron por sobre las aguas locales para tener una mejor vista. Pensaron que veían una rápida aproximación del fin del mundo y sus trabajos adoptaron un tono apocalíptico. El cometa de 1580 confirmó la opinión de Francis Shakelton de que el Día del Juicio estaba cerca…
Aunque los Regiomontanos y otros acordaron que 1588 sería un año de grandes revoluciones y mutaciones mundiales, Jesús aún no había de reaparecer cuando William Lilly vio los cometas de 1664, 1665 y 1673 como señales del principio del fin. En cometas como el de 1680, E. Tonge, Christopher Ness y otros vieron la gran “estrella del norte”, el heraldo mesiánico de los últimos días vaticinado por el profeta Tiburtina y Tycho Brahe.
El pánico y la alegría se intensificaron con la gran conjunción de Júpiter y Saturno en 1682 que vino emparentado con la aparición de un cometa. Mientras grandes conjunciones tienen lugar cada veinte años, esta en particular era parte de una serie de profundas conjunciones astrológicas que comenzaron con la conjunción climatérica sobre el final del siglo dieciséis. Por definición, las conjunciones climatéricas ocurrían solo cada ochocientos años cuando la gran conjunción de Júpiter y Saturno regresaba al signo de Aries. Fue ampliamente reportado por la prensa popular que Tycho Brahe, Johannes Kepler y Johann Heinrich Alsted correlacionaron los períodos históricos con las conjunciones climatéricas y creyeron que habían augurado grandes mutaciones y reformas…
Tycho Brahe consideró que todas las máximas conjunciones fueron auspiciosas y urgió a las personas a observar al período de la conjunción sabática o séptima climatérica desde la Creación del mundo la cual creía que seguiría a la conjunción de Aries de 1583. Durante las conjunciones de Leo en octubre de 1682, los planetas estarían supuestamente en la misma configuración que tenían cuando comenzó el mundo. Alsted creía que esta sería la última conjunción del mundo actual y anunció públicamente que el Milenio comenzaría en 1694.
Por si misma, la gran conjunción en el triángulo ardiente fue un asunto serio pero su poderío fue corroborado por muchos otros signos. Marte se unió a Júpiter y Saturno en 1682. Hubo un eclipse solar. Pero más críticamente, la gran conjunción fue conducida por los cometas de 1680 y 1682 y del anterior se dijo haber sido inigualable en ochocientos años. Muchos pensaron que los cometas auguraban el Apocalipsis…el fin del mundo…
En la literatura sensacionalista callejera, los folletistas radicales sacaron ventaja de estos cometas…En la restauración, la Corona reprimió los almanaques de Lilly y otros, culpándolos de fomentar la insurrección y la no religión durante la Guerra Civil y el Interregnum…
Luego la autora discute sobre los grandes controles que se implementaron para callar la discusión popular de predicciones, interpretaciones…de las “señales de los cielos”. Así podemos entender como fue cubierto este período de “pánico” de cuando “los gobiernos cayeron”. Teniendo en cuenta el número de panfletos y circulares, debe haber sido una época de locura y todos pensaban que el mundo iba a terminar. PERO, a medida que avanzamos en esta descripción, encontramos un ítem aún interesante que relata lo que nuestro joven oficial observó en la caída de Magdeburgo:
La soleada disposición del clima durante la coronación (de Carlos II) fue vista como el cumplimiento de una profecía. En 1630, al momento del nacimiento de Carlos, una estrella de mediodía o sol rival apareció en el cielo…Aurelian Cook en Titus Britannicus explicó su significado: ‘Apenas nacido, el Cielo se dio cuenta de él, y lo miró con una estrella, apareciendo como si estuviera provocando al Sol del Mediodía…’
Para Cook, el sol extra anunció que Carlos gobernaría por derecho divino. Más aún, el momento de la entrada de Carlos en su cumpleaños en Londres fue políticamente calculado para cumplir con lo que se había augurado en su nacimiento. Abraham Cowley, poeta, diplomático y espía para la corte escribió:
Ninguna estrella hizo, creo,
Tan vigorosa asistencia,
Como aquella hace treinta años,
En el nacimiento de Carlos, hizo a despecho de lo soberbio
Luz de sol meridional,
Sus futuras Glorias,
Se anuncian este año.
Edward Matthew dedicó un libro entero al cumplimiento de la profecía declarando a Carlos “ordenado a ser el Monarca más poderoso del Universo…”
El regreso de Carlos fue visto como un renacimiento de Inglaterra y fue debidamente registrado con un acta especial en el libro de estatutos, que proclamó que el 29 de mayo era el cumpleaños más memorable, no solo de su Majestad como hombre y Príncipe, sino también como verdadero Rey…
Entonces, un “segundo sol” fue avistado alrededor del 29 de mayo de 1630, y el 20 de mayo de 1631, un año después, Magdeburgo cayó según la descripción del joven oficial.
La descripción histórica estándar de la caída de Magdeburgo se asemeja a lo siguiente:
La caída de Magdeburgo horrorizó a Europa. La ciudad moría de hambre y luego fue bombardeada sin piedad. El bombardeo de artillería fue tan abrumador, que la ciudad ardió en llamas. Cerca de 20,000 ciudadanos perecieron en el asedio y en el cataclismo que lo finalizó. La ciudad en si misma fue quemada hasta sus cimientos. La cruel e innecesaria devastación marcó una nueva baja, un acto aborrecido por una generación bien acostumbrada a los horrores. [Link]
La guerra continuaría durante 17 años más. 20 o 30 años después se observaron gran cantidad de cometas, y yo solía pensar que este “segundo sol” que se vio en el nacimiento de Carlos II podría haber sido la aparición de nuestro gemelo solar desde los lugares más inaccesibles de nuestro sistema solar. Sin embargo, con la información científica provista por Clube y Napier, he cambiado mi opinión.
De todos modos, comenzamos a ver el porqué escribió Clube:
Cuando el prospecto de estas catástrofes globales recurren, la tensión nerviosa que se despierta en la humanidad es tal que los principales líderes de la civilización han tenido el hábito de disimularlo por mucho tiempo en beneficio propio, simplemente con el objetivo de preservar la calma pública y evitar la falla total de los asuntos civiles…
Desde el Renacimiento europeo, todas las culturas cristianas, islámicas y judías han adoptado una irracional postura anti apocalíptica, aparentemente ignorante de la floreciente ciencia de catástrofes. La historia, según parece, se está repitiendo a si misma: la Era Espacial ha aceptado revivir la voz Platónica de la razón pero emerge esta vez en una tradición anti-fundamentalista, anti-apocalíptica sobre la cual los gobiernos no podrían, como antes, ejercitar el control… Los cínicos (o sofistas modernos), dirían que no necesitamos amenazas celestiales para disfrazar las intenciones de la Guerra Fría; ¡más bien necesitamos la Guerra Fría para disfrazar las intenciones celestiales!
Vemos que los eventos de aquellos tiempos han sido encubiertos y/u olvidados, en su mayor parte del contexto histórico.
Mucho tiempo después del evento, John Dryden sugirió que los cometas de 1664 y 1665 estaban relacionados con el Sol que fue avistado en el nacimiento de Carlos II. Describió a esta aparición como “Aquel brillante compañero del Sol…”
Luego de finalizada la Guerra de los Treinta Años, los cometas fueron asociados con brujas y ambos fueron catalogados como supersticiones por los protestantes que se enorgullecen de si mismos de haber anunciado la era científica. Andrew C. Fix, profesor de Historia en el Colegio LaFayette, PA, escribe:
Blathasar Bekker fue ministro de la iglesia en la Reformada Holanda, primero en Friesland y luego en Holanda. Fue educado en filosofía y teología en las universidades norteñas holandesas de Groningen y Franeker, convirtiéndose en Doctor de Teología en Franeker. Influenciado por la filosofía Cartesiana, fue un importante crítico de las creencias de la brujería en su libro De Betoverde Weerld (el Mundo Embrujado) en el cual discute en contra de la posibilidad de que espíritus sin cuerpos pudieran contactar, influenciar, o hacer el mal a seres humanos, y de tal manera contra la posibilidad de la brujería. …
Luego de escribir un trabajo crítico de la influencia terrestre de los cometas, Bekker se interesó en otras supersticiones populares incluyendo a la brujería y la magia. Se aproximó a estos temas desde el punto de vista de ministro Reformado sosteniendo el poder y la influencia de Dios contra el supuesto poder de brujos y espíritus…
En las discusiones sobre el Sabbath, los efectos terrestres de los cometas, y la brujería, Bekker estaba motivado en parte por el racionalismo Cartesiano, en parte por su idea Calvinista de la omnipotencia de Dios, y en parte por su idea de la exégesis bíblica, que incluía la doctrina de acomodamiento, la idea de que Dios acomodó en ciertos lugares su lenguaje sagrado para la limitada comprensión del hombre.
En el volumen uno de El Mundo Embujado, Bekker mantiene esa creencia en el Diablo y en espíritus malvados así como también sobre predicciones de fortuna, hechicería y brujería que eran originalmente creencias paganas fundamentadas en la ignorancia, prejuicio y miedo que poco a poco se han metido en la iglesia Católica e incluso en la propia tradición Reformista de Bekker.
En el volumen dos del trabajo, Bekker aplicó un dualismo Cartesiano para discutir que el mundo material y espiritual no podían interactuar el uno con el otro fuera del hombre y por lo tanto los espíritus fuera de cuerpos como el Diablo no podían influenciar o afectar a las personas. Andrew C. Fix: Angels, Devils, and Evil Spirits in Seventeenth-Century Thought: Balthasar Bekker and the Collegiants)
Y así fue como los registros de los fenómenos de la época acerca de cualquier impacto en asuntos Terrestres han sido explicados, encubiertos, desechados y consignados a supersticiones y “cultos”.
Nota: Si alguien puede encontrar cualquier pista del evento al cual el general se estaba refiriendo al inicio de este artículo, ¡por favor envíelo a sott!
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