Violentos terremotos espaciales sacuden el campo magnético de la Tierra
Space
Traducido por Kanijo para Ciencia Kanija
28/07/10
Como terremotos en el espacio, los conocidos como espaciomotos son temblores en el campo magnético de la Tierra provocados por el plasma que vuela desde el Sol y que podrían ayudar a generar las coloridas auroras que bailan en la atmósfera, según sugiere un nuevo estudio.
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Aunque se sienten con más fuerza en la órbita de la Tierra, estos movimientos pueden también llegar hasta la propia superficie terrestre.
“Las reverberaciones magnéticas se han detectado en estaciones terrestres de todo el globo, de forma muy similar a como los detectores sísmicos miden un gran terremoto”, dice Vassilis Angelopoulos de UCLA, investigador principal de la nave THEMIS de la NASA.
Y estos movimientos pueden pegar fuerte.
“La energía total de un espaciomoto puede rivalizar con un terremoto de magnitud 5 o 6″, de acuerdo con Evgeny Panov del Instituto de Investigación Espacial de Austria. Panov es el primer autor de un artículo que informa de los resultados de un estudio sobre espaciomotos en el ejemplar de abril de la revista Geophysical Research Letters.
Los espaciomotos no son los únicos temblores no terrestres que hay cerca. Los científicos han descubierto los ‘estelarmotos’ (violentas sacudidas dentro de las estrellas), ‘selenemotos’ y ‘asteromotos’ (temblores sísmicos en la superficie de la luna y asteroides, respectivamente). De hecho, la Tierra puede en realidad estimular los terremotos en asteroides cuando las rocas espaciales vuelan demasiado cerca de nuestro planeta.
En 2007, THEMIS descubrió los precursores de los espaciomotos. La acción se inicia en la cola magnética de la Tierra, que se estira como una manga de viento debido al viento solar que sopla a millones de kilómetros por hora. A veces la cola se estira tanto y carga tanta tensión, que chasquea como una banda de goma demasiado tensa.
El plasma del viento solar atrapado en la cola sale disparado hacia la Tierra. En más de una ocasión, las cinco naves de THEMIS estaban en la línea de fuego de estos “chorros de plasma”. Claramente, los chorros iban a impactar con la Tierra. Pero, ¿qué sucedería entonces? La flotilla se movió más cerca del planeta para descubrirlo.
“Ahora lo sabemos”, dice el científico del proyecto THEMIS David Sibeck del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland. “Los chorros de plasma disparan los espaciomotos”.
De acuerdo con THEMIS, los chorros impactan en el campo geomagnético a unos 30.000 kilómetros sobre el ecuador de la Tierra. El impacto inicia un proceso de rebote, en el cual el plasma entrante rebota arriba y abajo en el reverberante campo magnético, de forma similar a como una pelota de tenis rebota en un suelo alfombrado. El primer rebote es grande, seguido por rebotes con cada vez menos amplitud conforme la energía se disipa en la alfombra.
“Hemos sospechado desde hace mucho tiempo que estaba pasando algo como esto”, dice Sibeck. “Observando in situ el proceso, no obstante, THEMIS ha descubierto algo nuevo y sorprendente”.
La sorpresa son los vórtices de plasma, enormes remolinos de gas magnetizado tan anchos como la propia Tierra, que giran en el borde del campo magnético.
Las colas de estos vórtices se cree que hacen de embudo a partículas hacia la atmósfera terrestre, disparando las coloridas auroras que danzan en los cielos nocturnos.
“Las reverberaciones magnéticas se han detectado en estaciones terrestres de todo el globo, de forma muy similar a como los detectores sísmicos miden un gran terremoto”, dice Vassilis Angelopoulos de UCLA, investigador principal de la nave THEMIS de la NASA.
Y estos movimientos pueden pegar fuerte.
“La energía total de un espaciomoto puede rivalizar con un terremoto de magnitud 5 o 6″, de acuerdo con Evgeny Panov del Instituto de Investigación Espacial de Austria. Panov es el primer autor de un artículo que informa de los resultados de un estudio sobre espaciomotos en el ejemplar de abril de la revista Geophysical Research Letters.
Los espaciomotos no son los únicos temblores no terrestres que hay cerca. Los científicos han descubierto los ‘estelarmotos’ (violentas sacudidas dentro de las estrellas), ‘selenemotos’ y ‘asteromotos’ (temblores sísmicos en la superficie de la luna y asteroides, respectivamente). De hecho, la Tierra puede en realidad estimular los terremotos en asteroides cuando las rocas espaciales vuelan demasiado cerca de nuestro planeta.
En 2007, THEMIS descubrió los precursores de los espaciomotos. La acción se inicia en la cola magnética de la Tierra, que se estira como una manga de viento debido al viento solar que sopla a millones de kilómetros por hora. A veces la cola se estira tanto y carga tanta tensión, que chasquea como una banda de goma demasiado tensa.
El plasma del viento solar atrapado en la cola sale disparado hacia la Tierra. En más de una ocasión, las cinco naves de THEMIS estaban en la línea de fuego de estos “chorros de plasma”. Claramente, los chorros iban a impactar con la Tierra. Pero, ¿qué sucedería entonces? La flotilla se movió más cerca del planeta para descubrirlo.
“Ahora lo sabemos”, dice el científico del proyecto THEMIS David Sibeck del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland. “Los chorros de plasma disparan los espaciomotos”.
De acuerdo con THEMIS, los chorros impactan en el campo geomagnético a unos 30.000 kilómetros sobre el ecuador de la Tierra. El impacto inicia un proceso de rebote, en el cual el plasma entrante rebota arriba y abajo en el reverberante campo magnético, de forma similar a como una pelota de tenis rebota en un suelo alfombrado. El primer rebote es grande, seguido por rebotes con cada vez menos amplitud conforme la energía se disipa en la alfombra.
“Hemos sospechado desde hace mucho tiempo que estaba pasando algo como esto”, dice Sibeck. “Observando in situ el proceso, no obstante, THEMIS ha descubierto algo nuevo y sorprendente”.
La sorpresa son los vórtices de plasma, enormes remolinos de gas magnetizado tan anchos como la propia Tierra, que giran en el borde del campo magnético.
Las colas de estos vórtices se cree que hacen de embudo a partículas hacia la atmósfera terrestre, disparando las coloridas auroras que danzan en los cielos nocturnos.
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