Aumenta el maltrato a mascotas en México

El Universal
17/04/09

Animales domésticos y silvestres son sometidos a maltrato en los hogares de México, en proporción de un millón de mascotas cada año.

Cada año, un millón de mascotas aproximadamente sufre maltrato en México, según cálculos de organizaciones protectoras. Además de las mascotas domésticas comunes, la fauna diversa de México llega cada vez con mayor frecuencia a los hogares como animales de compañía. No son sólo ya perros y gatos sino, de forma creciente, insectos, mamíferos, anfibios, reptiles y gran variedad de aves, expuso Joaquín de la Torre, representante en México del Fondo Internacional para la Protección de los Animales y su Hábitat.

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El convertirse en animales de compañía ha sometido a ejemplares de especies silvestres al maltrato doméstico en diferentes grados, lo cual empieza, en realidad, desde que comienzan a ser traficados ilegalmente. Un ejemplo es el de las zorras que muchas personas tienen y tratan como perros, aunque “ni el vendedor ni el comprador conocen los requerimientos mínimos para su bienestar”, explicó Daniel Rafael, veterinario del Centro de Investigación para la Conservación de la Vida Silvestre (CIVS) Los Reyes, dependiente de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) voluntariamente.

La pelea por el territorio, en plena casa

A finales de 2007, una venada de cola blanca llegó golpeada, desnutrida, con alteraciones conductuales y aterrada por estar a la intemperie y sentir bajo sus patas algo distinto al concreto, relató Jorge Yánez, encargado del CIVS San Cayetano (también de Semarnat). Fue entregada voluntariamente por la misma familia de Veracruz que la compró en el mercado negro y estaba muy afectada porque la habían mantenido en la cochera, alimentándola con galletas de animalitos, hasta que llegó a la madurez sexual y se volvió agresiva.

Sucede que algunas de las causas del maltrato tienen que ver con la reacción del animal conforme crece. Cuando es sustraído de su hábitat y empieza a convivir con humanos, añade Yánez, “no distingue ‘yo soy venado y tú humano’”, por lo cual las alteraciones de la conducta se manifiestan en agresividad; el animal empieza a competir por una posición jerárquica dentro de la casa, “como macho Alfa o como la hembra principal”.

Entonces, temerosas, las personas los agreden “en defensa propia”, explicó a su vez Porfirio Silva, voluntario en el CIVS Los Reyes, ejemplificando, indignado, con un búho adquirido por un ingeniero de San Jerónimo (en la Ciudad de México): cuando se disponía a sacarla de su caja, el ave abrió las alas; “el ingeniero se espantó y le dio una patada, sacándole un ojo y fracturándole un ala”.

Los peor tratados y sus torturadores

Por escenas como la anterior, cada año la Semarnat recibe en sus CIVS unos 4 mil 200 animales, que son sólo una mínima parte, pues no todos los “maltratadores” son denunciados, en tanto que muchos animales mueren al ser liberados en hábitat que no son los propios, explicó Daniel Rafael.

Los más maltratados por placer son perros, ratones y arañas, según la Asociación Activa, así como los toros y otros animales cuyo daño ocurre como parte de actividades consideradas arte o deporte. En cuanto a los tipos de maltrato, asociaciones protectoras consultadas y la Semarnat concordaron en que los más frecuentes son hacinamiento, golpes, abandono, mala alimentación y vivir a la intemperie total dentro de las propias casas. La Brigada de Vigilancia Animal de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal precisó que estos tres primeros tipos de maltrato representan más del 80% de los casos de maltrato doloso de animales domésticos, mientras que en el caso de los animales silvestres lo más común son la desnutrición y las alteraciones conductuales debidas a la “impronta” (como se denomina a los efectos de habituarse a convivir con el ser humano).

Estadísticas de la organización Milagros Caninos muestran que 100% de los perros que han albergado —entre 2 mil a 3 mil de 2004 a la fecha— han sido maltratados, torturados, violados o vejados; el total de los responsables son hombres, y 80% de los “peores torturadores” pertenecen a la clase socioeconómica alta, mientras que quienes tratan de ayudar a los heridos son, predominantemente, pobres.

En cerca de 70% de los casos de animales domésticos y en el total de los silvestres que sufren maltrato en los hogares se tiene como causa la ignorancia, advirtieron la Asociación Activa y la Brigada de Vigilancia Animal de la SSP. Norma Huerta, de la organización Patitas, explicó que la falta de educación y una cultura de respeto son los principales detonantes para que un animal tenga una vida llena de martirio.

Por ejemplo, cuando un niño pequeño desea una mascota, sus padres le compran una tortuga porque es pequeña, no huele feo y sirve de adorno, señaló Norma Huerta. El problema es que las tortugas no son de ornato y, además de ser portadoras de salmonela, un estudio de la asociación Animanaturalis reportó que son los animales que agonizan por más tiempo, pues muchas veces son enterradas o tiradas vivas por el drenaje. Son reptiles que tienen ciertos requerimientos de espacio y humedad. Si no los tienen, se deshidratan, su caparazón se vuelve blando y sus ojos se hunden. La gente supone que han muerto y se deshace de ellas, aunque en realidad pueden pasar años antes de que mueran.

En manos sádicas

Son frecuentes los maltratos de animales debidos a “mentes enfermas” que disfrutan del dolor ajeno, explicó Emma Saldaña, representante de Asociación Activa para la Supresión de la Crueldad hacia los Animales. Está el caso de Sinforosa, una perrita que el 15 de septiembre de 2005 fue lanzada de la azotea de un edificio de tres pisos en Xochimilco, con cohetes amarrados a sus cuatro patas, por dos niños de 11 y 12 años que “celebraban muy a su manera”, refiere Miguel España, encargado de Milagros Caninos. La mascota llegó al albergue con quemaduras severas y fracturas en todo el cuerpo.

Quienes maltratan animales por placer podrían estar expresando posible psicopatía. Según el reporte “Crueldad animal”, elaborado en 2009 por Patricia España, representante de Milagros Caninos, “la crueldad hacia los animales es reconocida como característica del trastorno de personalidad antisocial en el DSM-IV (libro que cataloga y explica enfermedades psiquiátricas), psicopatía y otros trastornos de la conducta que pueden llegar a poner en peligro a los humanos”.

A Fernanda Montiel, del DF, su antigua pareja quiso asesinarla. El agresor tiene antecedentes de maltrato a animales; “ha maltratado perros callejeros gran parte de su vida. Algunas veces invitó a mi hijo de seis años a hacerlo; afortunadamente él se rehusó siempre. Hace dos años me apuntó a los ojos con una pistola”.

La explicación de lo anterior, afirmó Fernando Cortés, jefe del Departamento de Control y Remediación (responsable de los CIVS) de Semarnat, es que una persona que gusta de ver y hacer sufrir a un ser vivo va desensibilizándose; “empieza con un insecto y sigue con un mamífero, para terminar atentando contra un ser humano”.

Al respecto, Othón Sánchez, director de la Brigada de Vigilancia Animal de la SSP, citó estudios en Estados Unidos, Inglaterra, Suiza y Alemania que han comprobado que 70% de los acusados de violación, homicidio y secuestro han hecho lo mismo previamente con animales. Además, explicó que dichos estudios son totalmente aplicables al caso de México, aunque por falta de fondos públicos y, quizá de interés, no se han realizado aquí.

Los agresores, impunes

En México jamás se ha sancionado a alguien por maltratar a su animal de compañía, sostuvieron asociaciones protectoras de animales. En casi todos los estados hay una ley de “protección animal” que no se cumple, mientras que no existe una ley federal que proteja expresamente.

Emma Saldaña, de la Asociación Activa, dijo que esas leyes locales son extensas y están escritas “para que nadie las entienda”, incluyendo a los jueces. Refiere un caso en Morelos, hace aproximadamente tres años, que llegó hasta el juez cívico, quien no sólo negó que existiera ley al respecto, sino que reconoció que “yo también pateo a mi perro, no me venga con estas cosas”.

El juez fue acusado con el gobernador por el abogado de Asociación Mexicana por los Derechos de los Animales y fue relevado por contestar de esa forma, dice Emma Saldaña.

El único caso de relativo éxito que ha tenido la Asociación Activa fue el de una persona que le arrojó ácido al perro del vecino, aunque, de nueva cuenta, el agravio no fue por el daño al perro, sino por daños en propiedad ajena.

La única respuesta del gobierno federal ha sido instituir brigadas de vigilancia animal en algunos estados, enfocados en prevenir ataques de animales de compañía, más que en proteger a éstos. Ni a nivel estatal, ni las procuradurías Federal de Protección al Ambiente (Profepa) o la General de la República (PGR) han actuado contra persona alguna por maltratar animales.

Porfirio Silva, del CIVS Los Reyes, comentó que sabe que sólo fueron multados y arrestados dos vendedores del mercado de Sonora por mantener especies exóticas en jaulas muy pequeñas, otra expresión de maltrato animal.

Por su parte, Othón Sánchez, de la Brigada de Vigilancia Animal de la SSP capitalina, comentó que el Ministerio Público, en Coyoacán aprehendió a un individuo que abusaba de su doberman, golpeándolo y utilizándolo como arma de asalto. En ninguno de esos casos, sin embargo, se castigó al responsable del animal por maltratarlo; en el caso del mercado de Sonora al hombre se le procesó por traficar con especies y al responsable del doberman por robo “a mano armada”.

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