Hacia la hiperinflación (con devaluación del dólar)
Alfredo Jalife-Rahme
La Jornada
18/05/09
En el Foro de Inversiones Globales de Qatar, Mark Patterson, mandamás de Matlin Patterson Advisers, fustigó que el rescate bancario de Estados Unidos (EU) era una "simulación", pues "estaba enriqueciendo a los especuladores a expensas del dinero público" (The Daily Telegraph, 14/5/09).
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Citó su propio ejemplo notable al haberse beneficiado con el rescate ideado por Tim Geithner, secretario del Tesoro de Obama (más que nada, instrumento de la depredadora banca de Wall Street, al unísono de Larry Summers, consejero económico estrella de la Casa Blanca, y Ben Shalom Bernanke, maltratado gobernador de la Reserva Federal [Fed]), y al haberse apoderado del banco insolvente Flagstar Bancorp (de Michigan) gracias a los masivos subsidios gubernamentales.
Ahora el banquero subsidiado Patterson posee 80 por ciento de las acciones del banco, mientras el gobierno detenta menos de 10 por ciento (otros accionistas minoritarios tienen el resto). Confesó que "los contribuyentes deben saber que estamos recibiendo un subsidio, ya que aportaron 40 por ciento del dinero pero obtuvieron muy poco de las acciones".
Lo que no dice es que los parasitarios banqueros, rescatados con dinero público, todavía se dan el lujo de despedir a sus empleados, como característica misantrópica del capitalismo barbárico anglosajón de finales del siglo XX.
No sabemos de qué se asombra Patterson cuando el mismo modelo del selectivo rescate neoliberal monetarista subsidió a la otrora banca parasitaria "mexicana", lo cual fue epitomizado por el tuxpeño ex vendedor de naranjas Roberto Hernández Ramírez, prominente accionista de Televisa (en asociación con Enrique Krauze Kleinbort, "historiador" publicista de Cemex) y "banquero" privado de Zedillo y Fox, y a quien Salinas concedió Banamex (adquirido luego por Citigroup).
No sorprende enterarse de que el desregulado neoliberalismo global está controlado por la parasitaria banca anglosajona de Wall Street (curiosamente la City es menos truculenta) que a su vez domina a los pusilánimes tres poderes de la "modernidad política": Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Lo mismo sucede en cualquier lugar del planeta donde se aplica la globalización financiera: el caso de México es quizá uno de los más obscenos.
Patterson aconsejó "nacionalizar los bancos lisiados", como en Gran Bretaña. Pero lo mejor de su diagnóstico impecable e implacable fue el mapa de ruta de lo que advendrá: "ésta no es un recesión normal y no habrá una recuperación tipo letra V (nota: es decir, inmediata). La crisis destruyó a las empresas apalancadas (nota: sobrendeudadas). Asistiremos a un incremento catastrófico (sic) del número de las empresas apalancadas que quebrarán y no existe solución, pues no se pueden refinanciar".
Así que el destino trágico de las empresas de hedge funds (fondos de cobertura de riesgo) y private equity (elitistas empresas privadas de la plutocracia política, al estilo del siniestro Grupo Carlyle, que no cotizan siquiera en bolsa) está escrito en el muro. Recordó que las principales hedge funds realizaron "sus ganancias mediante las apuestas (sic) con apalancamiento excesivo".
Viene la parte más relevante de su impactante ponencia: la gran sequía crediticia acabará en una inflación deliberada (¡supersic!), estimada como un mal menor frente a la cruda depresión, cuando el "gobierno de EU ha despilfarrado (sic) 29 por ciento (¡extrasupersic!) del PIB en esta crisis frente al 8 por ciento del inicio de los 30" y la Fed "ha triplicado su hoja contable hasta 2.7 billones de dólares" (trillones en anglosajón): medidas implementadas para "depreciar al dólar" (¡extrasupersic!) lo que "desembocará en una muy elevada inflación de aquí a tres años".
Este es el trágico escenario que esperan las autoridades financieras chinas: para pagar su estratosférica deuda, EU (sea el republicano Baby Bush, sea el demócrata Obama: da igual, estos son asuntos estructurales y no de sicoanálisis personal) inunda al mundo con el papel-chatarra del dólar (el efecto del "helicóptero" de Bernanke que imprime alocadamente billetes), propicia en forma deliberada una hiperinflación (lo que ha llevado al repunte artificial de las materias primas: básicamente el oro y el petróleo) y devalúa su billete verde, lo que en su conjunto descuartiza a los ingenuos tenedores de la deuda estadunidense como China.
Debka (8/5/09), muy proclive a la desinformación debido a sus orígenes primigenios como presunto portal del Mossad (servicios secretos israelíes), asevera que las riquísimas seis petromonarquías árabes del Consejo de Cooperación del Golfo (encabezadas por Arabia Saudita) rechazaron el llamado "secreto" (sic) de auxilio de Obama para rescatar del naufragio al sistema financiero de EU.
El "rechazo", según Debka, se debe al acercamiento de EU con Irán que ha indispuesto a Israel (¡pues sí!) y a las seis petromonarquías árabes del Golfo (¿será?).
Mucho más estructurado, pese a sus fuertes lazos con la banca israelí (que también anda en ascuas), Nouriel Roubini, en artículo en The New York Times (14/5/09), acepta lo archisabido: el declive del dólar y el ascenso irresistible del renminbi chino en la próxima década.
Roubini –quien, a nuestro juicio, cumple la función de sicofante del sistema financiero anglosajón, a la par de Joseph Stiglitz en Washington y de Ambrose Evans-Pritchard en Londres)– desecha correctamente la relevancia futura de la libra esterlina, del yen nipón y del franco suizo, debido a que no pertenecen a potencias mayores. Despotrica contra el oro, "una reliquia barbárica (sic) cuyo valor se incrementa solamente cuando la inflación es elevada". Pues sí: como ahora; a lo que habría que agregar: al unísono de la defunción caótica del monetarismo y su papel-chatarra.
Roubini pone en duda la "viabilidad en el largo-plazo de la Unión Monetaria Europea" y a su "claudicante euro" que, a nuestro muy humilde juicio, anhela balcanizar y vulcanizar el eje anglosajón. En el radar monetarista de Roubini sólo queda el renminbi como competidor creíble del alicaído dólar. Ni más ni menos que el G-2 de Brzezinski.
No se puede soslayar que Roubini fue funcionario y/o becario del FMI, la Fed y el Banco de Israel (que hoy preside Stanley Fischer, ex funcionario de Citigroup y anterior vicedirector ejecutivo del FMI), además de consejero económico de Clinton y de Tim Geithner en la Fed de Nueva York, coincidentemente uno de los culpables del tsunami financiero global cuyo epicentro se encuentra en Wall Street.
Los nihilistas del sistema financiero global se ostentan ahora como los redentores del mundo. Esta tesis expondremos el próximo miércoles en nuestra conferencia magistral en el cuarto Seminario de Economía Mundial del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
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