Robert Fisk sobre Gaza y los medios de información

Stefan Christoff
ICH
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens.
26/02/09

La información independiente desde las primeras líneas de fuego de la guerra es un grado de compromiso cada vez más raro de periodistas que trabajan para importantes medios noticiosos internacionales. De Iraq a Afganistán, los periodistas están cada vez más empotrados con las fuerzas militares occidentales, y operan sin independencia.

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Cuando las fuerzas armadas israelíes lanzaron una invasión a la Franja de Gaza, prohibieron el ingreso de periodistas internacionales al territorio durante la mayor parte del conflicto, a pesar de un dictamen de la Corte Suprema israelí que llamaba al gobierno a permitir reporteros internacionales en el territorio. Los principales medios noticiosos internacionales, incluidos CNN y la BBC, terminaron por informar desde las cumbres de colinas en territorio controlado por Israel, a kilómetros del verdadero conflicto.

El periodista británico Robert Fisk ha presentado informes intensamente independientes sobre los conflictos en todo Oriente Próximo durante décadas. Estacionado en Beirut en el Líbano, Fisk informa para el periódico Independent basado en el Reino Unido y es ampliamente leído en todo el mundo. Fisk habló con el activista y periodista comunitario, Stefan Christoff, sobre la reacción de los medios en la reciente guerra contra Gaza.

Stefan Christoff: A menudo no se incluye el contexto histórico en los informes diarios sobre Oriente Próximo. ¿Podría darnos algunas perspectivas históricas para la reciente guerra en Gaza?

Robert Fisk: En 1948, cuando los palestinos huyeron o fueron expulsados de sus casas – 750.000 es la cifra ampliamente aceptada – aquellos en el norte del área de Galilea de lo que se convirtió en Israel huyeron hacia el Líbano, los del área de Jerusalén huyeron hacia el este a lo que ahora llamamos Cisjordania y los del sur huyeron a lo que ahora llamamos Franja de Gaza.

Por ejemplo, en 2000, después que los israelíes terminaron su retirada final después de 22 años de ocupación y cruzaron la frontera de vuelta hacia Israel, muchos palestinos en el Líbano fueron a la frontera y miraron al otro lado, no porque estuvieran mirando hacia el norte de Israel sino porque estaban mirando a la parte norte de Palestina como la habían conocido – algunos pudieron efectivamente ver las aldeas de las que habían venido sus padres o abuelos en 1948.

De modo que existe toda esta Diáspora alrededor del Estado de Israel que no puede volver a casa porque su casa se encuentra al otro lado de la frontera. Esta realidad tiene que ver con todo el tema de la Resolución 194 de la Asamblea General de la ONU sobre el derecho al retorno, [que estipula que] esos refugiados palestinos tienen derecho al retorno a sus hogares.

Bastante más de la mitad de la gente que vive en Gaza pertenece a familias, sobrevivientes o descendientes de palestinos que vivían a sólo 16 o 19 kilómetros dentro de lo que ahora es Israel. De modo que cuando se oye a los israelíes diciendo que los terroristas disparan cohetes hacia Israel, los palestinos en Gaza pueden decir en muchos casos: ‘Bueno, mi nieto dispara un cohete hacia mi ciudad, porque antes de 1948 esas áreas eran de propiedad palestina.’

SC: ¿Puede hablarnos de sus percepciones de la cobertura en los medios sobre la última guerra en Gaza?

RF: Ocurrieron dos cosas. Primero, la prensa internacional dejó un margen para su propia humillación: Israel dijo a la prensa que no podía ir a Gaza y los medios realmente no trataron de hacerlo, así que la prensa se quedó fuera de Gaza y pontificó desde tres kilómetros de distancia. Israel quería mantener a la prensa internacional fuera de Gaza y la mantuvo, y eso es todo.

Es instructivo señalar que ningún medio occidental importante tenía un periodista basado dentro de Gaza al comenzar el ataque. Evidentemente, después del secuestro de un reportero de la BBC, que estaba basado en Gaza, no es sorprendente que las agencias noticiosas internacionales hayan dudado antes de enviar periodistas al lugar. Sin embargo, también es instructivo señalar que fue el gobierno de Hamás el que hizo que liberaran al periodista de la BCC, lo que ahora no mencionan a menudo.

SC: ¿Así que qué efecto más amplio tuvieron los periodistas que quedaban en Gaza sobre los medios occidentales?

RF: Ante el hecho de que los únicos periodistas que quedaban dentro de Gaza eran periodistas palestinos, las principales redes se vieron obligadas a poner sus reportajes en manos de árabes palestinos, que en muchos casos eran refugiados dentro de Gaza. Eso significa que había reporteros palestinos en el terreno que hablaban sobre su propia gente, sin trabas de periodistas occidentales que los interrogaran o que trataran de colocar un 50% de la historia de una parte y un 50% de la historia de la otra.

Al Jazeera emergió como héroes del periodismo porque tuvieron su servicio internacional, su servicio inglés y también su servicio árabe operacionales en todos los aspectos desde oficinas dentro de Gaza. Palestinos individuales que trabajan para organizaciones noticiosas occidentales mostraron que podían ser periodistas competentes, y la imagen de los periodistas occidentales clavados fuera de Gaza fue tan patética como lo que es crecientemente su información sobre Oriente Próximo.

Los periodistas palestinos contaban sus propias historias, en el caso del reportero palestino [del Independent] dentro de Gaza, su padre fue muerto en un ataque aéreo, su padre, partidario de la Autoridad Palestina, anglófono, un juez muy educado, fue muerto en su huerto. De modo que el Independent tuvo en su primera plana esa terrible y trágica historia de ese hombre inocente, atomizado en trozos de carne por un ataque aéreo israelí en su huerto, una historia sobre la que informó su propio hijo en nuestro periódico.

Ese fue el tipo de periodismo desde Palestina que no habíamos visto en los principales periódicos [occidentales], de modo que hubo un aspecto positivo en el hecho de que la prensa [internacional] fuera excluida de Gaza. Sin embargo, el trabajo de los periodistas internacionales fue verdaderamente patético.

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Stefan Christoff es organizador y periodista comunitario basado en Montreal.

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