Japón volverá a enviar sus barcos al Indico en febrero

La Vanguardia
11/01/08

El Primer Ministro japonés, Yasuo Fukuda, ha cumplido la promesa hecha al Presidente George W. Bush de restablecer su cooperación con la llamada "guerra contra el terrorismo". En una maniobra con cierto riesgo para el futuro, Fukuda ha forzado la aprobación de la polémica ley que le permitía enviar barcos al Océano Índico para abastecer de carburante y agua a la armada de Estados Unidos que opera en Afganistán e Irak.

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Fukuda ha tenido que utilizar un procedimiento que no se usaba en Japón desde hace 57 años, para torear el dominio que la oposición tiene de la cámara alta del parlamento. Tanto la oposición como, en menor medida, la opinión pública, rechazan la participación en lo que un diputado calificó como "las guerras de América", considerando, además, que el papel de las fuerzas armadas japonesas en el extranjero viola los artículos pacifistas y antimilitaristas de la constitución nipona, y que se carece de un mandato de Naciones Unidas.

Japón tuvo que retirar su colaboración naval a los americanos en noviembre, después de que la oposición, que en julio se había hecho con la mayoría de la cámara alta, bloqueara la prolongación del operativo. El gobierno modificó a la baja la ley, mencionando que la colaboración se presta solo para la campaña de Afganistán, no la de Irak, pero eso no cambió la actitud de la cámara ayer, así que Fukuda hizo valer un precepto según el cual el veto de la cámara alta puede superarse en la cámara baja mediante una mayoría de dos tercios, mayoría que el partido del gobierno y sus aliados disponen.

La previsión es que dos barcos militares nipones, el petrolero de 13.500 toneladas "Oumi", y el destructor de 4.500 toneladas "Murasme", vuelvan al trabajo en el Índico en febrero.

'Normalizar' o 'remilitarizar' Japón

El embajador de Estados Unidos en Tokio Thomas Schieffer ha dicho que con esta maniobra, "Japón ha demostrado su voluntad de alinearse con quienes intentan crear un mundo más seguro y tolerante". El diputado de la mayoría conservadora gubernamental Kenji Kosaka, ha sido menos lírico al considerar que, "las operaciones de suministro de combustible (a la flota de EE.UU. en alta mar) contribuyen a la seguridad de las vías marítimas y a nuestro interés nacional, porque dependemos del petróleo de Oriente Medio".

Para el Profesor Koichi Nakano de la Universidad Sophia de Tokio, el asunto responde a los designios de, "un pequeño grupo de políticos japoneses que trabaja duro para "normalizar", es decir remilitarizar, Japón". "Si Japón se hace más útil a Estados Unidos, ellos ganan influencia en Washington", dice.

Crucial relación Tokio-Washington

Fukuda, que es un político mucho más sensato que sus predecesores Abe y Koizumi, y que ha iniciado una distensión creíble con China, ha decidido forzar el asunto de la cooperación militar naval en el Índico, que Washington consideraba crucial. Pero el éxito logrado para mantener el tono de la crucial relación de Tokio con Estados Unidos, puede cobrarse factura a medio plazo. El gubernamental Partido Liberal Democrático japonés, está muy desprestigiado y la insistencia en satisfacer a Washington cuando una mayoría de la población no ve clara la participación militar japonesa en el extranjero, no va a mejorar las cosas. La ley se ha forzado, pero también acumula más puntos para unas elecciones anticipadas.

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