'Bush es simplemente el hijo de un perro'
Javier Espinosa
El mundo
10/01/08
Visita del líder de EEUU a Rámala.
El contraste con Jerusalén era tan evidente como simbólico. Mientras que las autoridades israelíes se habían encargado de multiplicar hasta la saciedad la presencia de banderas de EEUU en esa villa, en pleno centro de Ramala no se distinguía ni una sola enseña norteamericana o cartel alguno que aludiera a la visita de George Bush.
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"¡Mejor, porque si hubieran colocado alguna las habríamos quemado!", aseguró un joven de los que se habían congregado a las 10 de la mañana en la plaza de Al Manar, el referente más emblemático de la población palestina.
Hasta allí se habían trasladado también decenas de policías afectos al presidente Abu Mazen para evitar cualquier algarada ante la llegada del presidente norteamericano.
Ello no impidió que un pequeño grupo de manifestantes se personara en el enclave portando pancartas como la que exigía "Enjuiciar a Bush por crímenes de guerra" o aquella otra que le acusaba de "matar de hambre a 1,5 millones de personas en Gaza".
Pese a los intentos policiales por disuadir a cuanto palestino se acercaba a conversar con los numerosos periodistas extranjeros presentes en el lugar, personajes como Hassem Al Barguti no dudaron en confirmar a voz en grito su desprecio hacia Bush, el cercano aliado de Israel.
Insultos y manifestaciones
"Es simplemente el hijo de un perro. Es una desgracia que una persona tan degenerada como él este visitando la Mukata, donde resistió nuestro presidente Abu Amar (el apodo con el que se conocía a Yaser Arafat). Dicen que ha obligado a retirar los retratos de Abu Amar y que no ha querido visitar su tumba. Es una humillación que Abu Mazen nunca debería haber aceptado", afirmaba con notable desprecio Al Barguti.
La opinión del funcionario palestino de 36 años era sólo un reflejo del sentimiento generalizado de la mayoría de los vecinos de Ramala, que acogieron esta mañana el periplo de Bush entre insultos, manifestaciones o la indiferencia más absoluta.
El boato quedó reducido a la Muqata, el palacio presidencial, donde el precario líder de la Autoridad Nacional Palestina, Abu Mazen, sí recibió a Bush con la necesaria alfombra roja y toda suerte de parabienes. El jefe de Estado llegó por carretera desde Jerusalén y pudo apreciar en su trayecto los controles y el muro israelí que están asfixiando la economía de la población de Cisjordania.
El régimen de Abu Mazen desplegó cerca de 4.000 policías en toda la urbe y decretó el toque de queda en torno al recinto donde se entrevistó con el dignatario. Los residentes de los edificios cercanos se encontraron atrapados por dichas directrices que les impidieron incluso asomarse a las ventanas o encaramarse a los balcones ante el riesgo de convertirse en objetivo de los francotiradores.
Las autoridades de Ramala habían prohibido cualquier tipo de protesta pública contraria al encuentro con Bush
La contradicción entre los discursos que se escuchaban a través de la televisión y las imágenes que se sucedían en las calles de Ramala no podían ser más evidentes.
Mientras Bush alababa las credenciales "democráticas" de Abu Mazen, los uniformados leales a este último arremetían a porrazos contra las docenas de manifestantes de grupos izquierdistas como el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) o movimientos centristas como el liderado por el ex ministro Mustafa Barguti pese al carácter pacífico de su convocatoria.
Las autoridades de Ramala habían prohibido cualquier tipo de protesta pública contraria al encuentro con Bush y, por ello, se emplearon con contundencia con sus temidos bastones de madera.
Cerca del Parlamento palestino, los uniformados no dudaron en pisotear pancartas y golpear hasta a la diputada palestina Khalida Jarrar, miembro del FPLP.
Al tiempo que los agentes exhibían su capacidad represiva, los manifestantes -no más de 200- les dirigían los mismos cánticos que utilizan contra las fuerzas de ocupación israelíes. "¡Libertad, libertad para Palestina!", coreaban.
Uno de los asistentes de Mustafa Barguti, Abbas Milhan, no dudó en equiparar los "60 años de lucha que hemos mantenido contra los israelíes" al intento por oponerse "a los esfuerzos de estos tipos (los militantes de Abu Mazen) por asfixiar nuestra incipiente democracia".
El propio Barguti recurría a las estadísticas y recordaba que lo único que "progresa" en el caótico escenario palestino "es el presupuesto de las Fuerzas de Seguridad".
"Abu Mazen ha dedicado un 1% a cultura, un 9% a sanidad y, sin embargo, reserva un 35% para sus uniformados. ¡Es lo que le queremos decir a Bush!¡No queremos otro estado policial como los que existen en Oriente Próximo sino una verdadera democracia», sentenció.
SDLT: Los psicópatas sionistas israelies y norteamericanos desean un estado palestino meramente de nombre, de pura apariencia. Pues será una prisión controlada por los sionistas, como es en la actualidad Palestina. Con la diferencia de que si Palestina recobra su derechos como estado independiente, los sionistas podrán, mediante ataques de falsa bandera del mossad, hacer una nueva guerra contra el terrorismo, y aniquilar al pueblo palestino.
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