La fábrica del terror en EE.UU. mata la libertad de expresión

Yvonne Ridley
Information Clearing House
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
23/06/10

EE.UU. sigue avergonzado por las infames audiencias de McCarthy que arruinaron las vidas de miles de inocentes durante los años cincuenta.

En aquel entonces cualquier sospechoso de vinculación con el comunismo era arrestado, interrogado y encarcelado u obligado a revelar nombres de otros acusados de tendencias comunistas. Y así el temor y la intimidación se propagaron como una gran plaga por todo EE.UU.

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Se pusieron nombres en listas negras, carreras y vidas arruinadas, mientras las autoridades explotaban los temores, la paranoia y las debilidades de la gente.

Declaraban culpable a la gente con poca o ninguna evidencia y también sospechaban de cualquiera que se atreviera a cuestionar alguna de las acciones y extravagantes acusaciones. Pero, ¡escuchadme!, eso sucedió en los años cincuenta y varios gobiernos decidieron que la misma histeria demencial, el odio y los temores no volverían jamás a ensombrecer el País de los Libres.

Desgraciadamente las cacerías de brujas al estilo de Salem han vuelto, pero los nuevos malvados ya no son comunistas. La Amenaza Roja ha sido reemplazada por los que gritan ¡Viva Palestina!

Desde los más importantes legisladores hasta el más sencillo hombre de a pie tienen un temor irracional tan grande que muchos se quedan como rehenes en sus casas, sitios de trabajo y escuelas.

Su visión se ha deformado tanto que no pueden distinguir entre lo que es real y lo que no lo es.

Y así, cuando les dicen que soldados israelíes fuertemente armados matan a quemarropa a activistas por la paz porque se están defendiendo, pocos se atreven a cuestionarlo.

Cuando ven bebés que mueren en la Franja de Gaza por falta de equipamiento médico debido al bloqueo impuesto por Israel, guardan silencio.

Y menos todavía se atreven a criticar a Israel.

Millones y millones de estadounidenses se despiertan atemorizados, se duermen atemorizados, mientras otros se nutren con el odio y la cólera vomitados por políticos, predicadores, académicos y los medios, que les dicen que Israel es bueno y Palestina es mala.

Hay algunos políticos a quienes les gustaría que los heroicos estadounidenses que participaron en los convoyes de ¡Viva Palestina! y en la reciente Flotilla de la Libertad dirigida a Gaza fueran enjuiciados por terrorismo.

Hoy revisé algunas de las páginas en los medios estadounidenses y allí, entre las columnas, hay historias que ilustran perfectamente la "fábrica sionista del temor" en marcha.

Los Angeles Times revela que la Universidad de California Irvine ha dicho a sus estudiantes universitarios que la Unión de Estudiantes Musulmanes se suspenderá durante un año porque se atrevió a criticar a Israel y protestó durante un discurso del embajador israelí. De modo que la libertad de expresión está prohibida.

Esa acción sin precedentes también envía un mensaje escalofriante a los estudiantes en todo EE.UU. que pudieran plantearse la realización de manifestaciones, reuniones o protestas contra el Estado sionista y sus partidarios. La libertad de expresión, parece, es algo del pasado en el EE.UU. de Barack Obama.

Y por si tuviérais alguna duda, leed una historia sobre la última decisión de la Corte Suprema de EE.UU.

En un dictamen de 6 contra 3 se hace virtualmente imposible que alguien envíe alimentos a bebés desnutridos en Gaza o dé dinero a una obra benéfica para que se haga cargo de ese acto humanitario.

Por demencial que suene, ahora es un crimen en EE.UU. trabajar por la paz y los derechos humanos en Gaza, porque el funcionamiento diario de La Franja es competencia del Gobierno democráticamente elegido de Hamás. Por ello sería virtualmente imposible soslayar a Hamás para operar en Gaza.

En un dictamen sorprendentemente parecido a McCarthy incluso cualquier estadounidense que asesore a organizaciones prohibidas como Hamás, incluyendo la asistencia legal y la información sobre la solución de conflictos, será procesado como terrorista. Tened miedo, mucho miedo… esto está ocurriendo en EE.UU., ahora mismo.

El gobierno delirante de Barack Obama piensa que incluso el asesoramiento con propósitos pacíficos se considerará “apoyo material” al terrorismo. “La corte suprema ha dictaminado que los defensores de los derechos humanos que suministren entrenamiento y asistencia en la solución no violenta de disputas, pueden ser procesados como terroristas”, dijo David Cole, profesor de derecho de la universidad de Georgetown quien alegó el caso ante la corte. En nombre de la lucha contra el terrorismo, la corte ha dicho que la primera enmienda [sobre la libertad de expresión] permite que el Congreso convierta en un crimen que se trabaje por la paz y los derechos humanos. Está mal.”

El dictamen tiene el propósito de intimidar a los partidarios de Palestina y sus actividades de recolección de fondos. Algunos ya han sido procesados y encarcelados por reunir dinero para grupos sociales que se ocupan de temas como la vivienda y la asistencia social en Gaza.

El caso del Gobierno fue defendido con entusiasmo en febrero por Elena Kagan, que es ahora la candidata del gobierno de Obama para la corte suprema. Dijo: “Hizbulá construye bombas. Hizbulá también construye casas. Lo que el Congreso decidió fue que cuando se ayuda a Hizbulá a construir casas, también se está ayudando a Hizbulá a construir bombas. Es toda la teoría de la norma”

Bueno, si es así, se vislumbra una interesante situación legal –a menos que toda esta legislación haya sido hecha sólo para partidarios de Palestina.

Un subcomité del Congreso, dirigido por el representante John F. Tierney, demócrata de Massachusetts, ha descubierto evidencias que muestra que dineros públicos de EE.UU. financian a los talibanes.

La fuente es un contrato denominado "Host Nation Trucking", por 2.100 millones de dólares emitido por el Pentágono, que paga por el movimiento de alimentos y suministros a unas 200 bases estadounidenses. Parece que firmas de seguridad afganas han estado extorsionando hasta 4 millones de dólares por semana y canalizando luego los restos a señores de la guerra y a los talibanes a cambio de libre paso. En breve, EE.UU. está financiando al enemigo y debilitando los esfuerzos internacionales por estabilizar el país.

¡Um!, ¿no se trata de apoyo material para el terrorismo? Pienso que el Comandante en Jefe debe ser acusado con efecto inmediato.

Yvonne Ridley es una de las fundadoras de ¡Viva Palestina! y presidenta europea de la Unión Internacional de Mujeres Musulmanas.

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