BP sortea la moratoria de Obama para poder perforar en Alaska

La Voz de Galicia
25/06/10

Mientras el mundo entero contempla atónito el espectáculo del derrame en el golfo de México y asiste a los intentos del Gobierno de Washington por volver a imponer la moratoria a las perforaciones submarinas, la empresa que provocó ese desastre, BP, consigue evitar esa misma moratoria en uno de sus proyectos más polémicos en Alaska.

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El pozo, llamado Liberty , está aún en construcción y, en contra de lo que les ha ocurrido a otros pozos también submarinos, Liberty no tuvo que detenerse con la reciente moratoria impuesta por el Gobierno de Estados Unidos a las perforaciones en aguas profundas. La razón es que aunque está en el mar, a varios kilómetros de la costa, y la bolsa de petróleo se encuentra a la profundidad sobre la que actuaba la moratoria, Liberty no es, técnicamente, un yacimiento marino.

Y es que BP ha construido sobre el pozo lo que se conoce como una isla artificial, una estructura de 7.000 toneladas que ocupa cuatro hectáreas y que convierte, a efectos de legislación, un trozo de mar en continente. BP ha invertido ya en el proyecto Liberty más de 1.000 millones de dólares y había anunciado que esperaba empezar a obtener crudo de él en el 2011, unos 40.000 barriles diarios. Pero cada vez se alzan más voces que critican el proyecto. La última, la del diario New York Times, que publicaba ayer una serie de datos que reflejaban muchas de las dudas que existen sobre la seguridad del proyecto.

Una de las cuestiones que desvela el diario neoyorquino es que el Gobierno estadounidense permitió que fuera la propia compañía petrolera la que realizara el estudio de impacto ambiental del proyecto. Y que con su propio estudio de las consecuencias que el pozo y los posibles accidentes que podrían ocurrir en él tendrían para la zona, el Gobierno estadounidense le dio su aprobación en el 2007.

Apertura de la pesca

Mientras el Gobierno el Obama prepara el documento para establecer de nuevo la moratoria para las perforaciones submarinas de aguas profundas y en medio de las continuas malas noticias, ayer llegó una buena. Se han abierto a la pesca algunas de las zonas que habían permanecido cerradas hasta ahora en el golfo de México. Parte de esa zona, que en total abarca unos 8.000 kilómetros cuadrados, solo había sido cerrada a la actividad pesquera desde el lunes, fundamentalmente el área del sur de Misisipi. La zona total que permanece aún cerrada para esta actividad, un tercio de la jurisdicción de las aguas del golfo, tiene una extensión de 150.000 kilómetros cuadrados. La otra cara de la moneda fue el cierre de playas de las costas de Florida y Alabama.