Entrevista a Cristina Pantzou en Grecia: “Ataque a conquistas sociales podría llevar a un estallido sin precedentes”

Aporrea.org
10/06/10

El nuevo capítulo de la crisis mundial del capitalismo estalló en Europa y empezó en la cuna de civilización occidental, Grecia. Aporrea.org viajo para recoger en el lugar de los acontecimientos opiniones de diversos actores. Aquí presentamos la entrevista realizada a la periodista Cristina Pantzou de la redacción internacional de la edición dominical del diario Eleftherotypia (Libertad de Prensa) el de mayor circulación del país.

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Cristina nos relata de manera sencilla y comprensible las causas y consecuencias de las medidas de ajuste neoliberal que se están comenzando a aplicar en la República Helénica y las perspectiva de este gran combate entre el capital contra unos trabajadores y un pueblo que a lo largo de la historia reciente han demostrado una gran capacidad y tradición de lucha.

Cristina, en primer lugar queríamos agradecerte por el tiempo que nos dedicas. En Venezuela y en América Latina se está siguiendo con especial atención la crisis europea y en particular el proceso griego.

En 2008 cuando la gravedad de la crisis mundial del capitalismo se hizo evidente a los ojos de todo el mundo, los principales políticos en puestos de gobierno en la Unión Europea, sostuvieron, que lo que venía era una época de regulaciones al sistema financiero, cuestionaron inclusive el papel del FMI y del neoliberalismo. Y empezaron a hablar de una nueva arquitectura financiera mundial. ¿Cuál es la razón de este giro hacia la profundización de políticas neoliberales, y por qué piensas que eligen Grecia como el laboratorio para el primer ensayo a fondo?


Hay una gran contradicción. Cuando estalla la crisis global muchos reconocen que la ideología neoliberal dominante se está desplomando. Ya que ha quedado claro el carácter inescrupuloso, despiadado, predatorio del capitalismo financiero globalizado. Sin embargo son exactamente esas medidas de robo desmesurado de la riqueza social las que se pretende imponer políticamente con más fuerza que en el pasado. Pero eso no se debe a su vigencia. Sino a muchos otros factores, uno de los cuales es la ausencia de una visión alternativa. Y en Europa, donde la crisis que explota en 2007 es la causa principal de la actual crisis de deuda, eso se expresa claramente en la debilidad de la izquierda para articular una propuesta concreta y factible también ante los problemas que surgen de la crisis, en un sistema político donde rige el bipartidismo conservador – socialdemócrata.

Esta crisis, que recuerda el último fulgor de un sistema moribundo, también se desencadena por el mayor ataque especulador que ha recibido el euro en su historia y se agudiza por la insistencia alemana de imponer una extraordinaria rigidez fiscal y severidad en la estabilidad, ignorando deliberadamente las consecuencias para los demás países de la Eurozona. El déficit público en la mayoría de los países desarrollados occidentales representaba el 73% del PIB en 2007, llegó al 91% en 2010 y se proyecta en 110% en 2015. El incremento no se debe a la ausencia de una “cultura de estabilidad fiscal” como dice la canciller alemana Merkel sino a la recesión. Y cada recorte de gastos públicos en periodo de recesión lleva a mayor recesión y empeora los déficits.

Vale la pena mencionar, por ejemplo, que en los 11 años transcurridos desde la introducción del euro sólo Luxemburgo y Finlandia cumplieron al 100% los requisitos del Acuerdo de Estabilidad. Mientras que incluso Alemania, según Bloomberg, violó durante 8 años los límites permitidos de deuda y durante 5 años los de los déficits. Ahora, Alemania insiste en una política que conduce a un círculo vicioso mortal, queriendo imponer a todos los países de la zona del euro dramáticos recortes para mantener los déficits, incluso por debajo del 3% que prevé el Acuerdo de Estabilidad.

Pero esas políticas amenazan a Europa con la desestabilización y al mismo tiempo debilitan el euro. Alemania (ya que las nuevas instituciones europeas como el presidente del Consejo no tienen en realidad ningún peso), impone junto al FMI políticas económicas de recorte del costo laboral para aumentar la competitividad, mientras que ella fue la gran beneficiada de la creación de la zona del euro porque, entre otras razones, promovió sus exportaciones en el interior de la zona del euro, manteniendo ventajas comerciales al mismo momento que crecían los déficits no sólo de Grecia sino de Portugal, España, Italia. Habría que recordar, como dice el economista K. Vergopoulos, que el 75% de los superávits alemanes provienen de los respectivos déficits de los países miembros de la zona del euro, exactamente como los superávits chinos provienen de los déficits estadounidenses.

Grecia fue el eslabón más débil en esta cadena en el momento que surge una nueva fase de la crisis capitalista desatada hace tres años y de especulación contra el euro y por eso empezó acá el experimento que ahora se irá extendiendo a otros países.

Es cierto que hay corrupción, un estado de clientelismo, escándalos económicos en los que están involucrados desde ministros hasta monjes, una red de transacciones ilícitas entre políticos y empresarios, una evasión fiscal enorme o multinacionales como la Siemens que ofrecían millones de dinero negro para tener acceso a grandes contratos estatales. Pero es también cierto que los altos déficits (13%) y deuda (115%) son el resultado de esas políticas aplicadas por 11 años, no la razón de la crisis.

Pero Grecia es también el país más rebelde de la eurozona, el que ha sabido protestar masivamente durante años. Y no es coincidencia que este experimento que ha sido premeditado y planeado para ser aplicado también en el resto de Europa, se pruebe con un pueblo de larga tradición de lucha y reivindicaciones. Grecia podría ser el barómetro de la resistencia europea ante las nuevas recetas neoliberales.

En una conversación anterior nos comentaste que hay economistas y otros intelectuales que sostienen la posición de salida de Unión Europea. ¿Puedes reseñarnos cuáles son los debates principales que ha desatado la crisis y que posiciones se están mostrando entre los diferentes sectores de la izquierda?

A pesar de la enorme división de la izquierda griega, que estos días se consolida con la división del Sinapismós, el mayor partido del parlamentario SYRIZA (Coalición de la Izquierda Radical) y con la formación en SYRIZA de un frente de organizaciones que piden soluciones más radicales, todos están de acuerdo que la demolición social que significan las medidas que nos han impuesto no solucionan el problema de la deuda ni sus raíces.

La deuda pública de 298.500 millones (12,5% del PIB) pasará a 374.600 (16,78%) en 2014. Los gastos de estos pagos fueron más de 41.000 millones de euros en 2009 (el 17% del PIB). Grecia necesitará entre 2010 y 2014 unos 420.000 millones de euros para la deuda mientras que el “mecanismo de apoyo” aprobado por la “troika”, como llamamos a la UE, el FMI y el BCE Banco Central Europeo) nos concede 110.000 y con intereses altísimos del 5%. Lo que realmente hace ese mecanismo es garantizar a los grupos alemanes, franceses, ingleses y nacionales que han prestado al sector público y controlan más del 50% de la deuda pública griega y apoyar a los bancos de grupos monopólicos nacionales con otros 25.000 millones (en el 2009 les dieron otros 28.000).

La izquierda, independientemente de sus diferencias, sabe que la posibilidad de pagar la deuda es sólo teórica. Ante esa realidad innegable, lo que la EU y el FMI están promoviendo es la política de la “bancarrota controlada” con objetivo que Grecia no llegue a un “default oficial” para no causar daños al euro y en ese marco, quizás se dé una reestructuración de la deuda alargando el tiempo de pago pero con condiciones aun peores.

En este momento se están gestando varias propuestas por parte de la izquierda, entre ellas el cese unilateral de pago y la salida de la zona del euro que seguro tendría un costo para la economía griega pero será menor y de menos duración que esta recesión sin final a la que nos están conduciendo los acuerdos firmados por el gobierno.

El cese podría dar una solución al callejón fiscal sin salida, pero eso tendría un impacto fuerte en las relaciones económicas europeas e internacionales y en la política nacional ya que las economías están muy entrelazadas y los países endeudados son también acreedores. Y es muy probable que esto conduzca a la salida del euro y la edición de una moneda nacional que de la posibilidad de tener política monetaria propia, liberación de las condiciones del Acuerdo de Estabilidad y una política económica nacional flexible.

Pero en estos casos lo esencial es que todo depende del tipo de gobierno que implementaría esta política económica diferente. Estas soluciones implican la necesidad de formar un gobierno progresista que pueda reivindicar decisivamente junto al pueblo, condición que en este momento no existe en el panorama griego y no puede imponer el movimiento popular, por ahora.

Y en segundo lugar, estas propuestas, que se dan no solo en la izquierda extraparlamentaria sino también un muchas de las organizaciones componentes del SYRIZA, muchas veces son articuladas sin la convicción necesaria ya que en el fondo de la argumentación esta el tema crucial de la no inminente perspectiva de una unidad de acción de la izquierda y de un movimiento progresista capaz de acceder al poder.

En este momento son propuestas minoritarias en el sentido de que las masas populares, incluso las que bajan en manifestaciones bajo la bandera de “fuera el FMI”, no están convencidas que un cese de pago o una salida del euro no empeorara su vida. Estas propuestas es casi como que si se murmurasen en vez de gritarse, no han sido ampliamente presentadas, analizadas, argumentadas dentro de la sociedad.

En lo que se refiere al PC, declara que hay que ser muy cuidadosos con las propuestas tanto de renegociación de la deuda como de la salida de la zona del euro que proponen varias organizaciones de la izquierda, “porque esas propuestas dejan intacta la propiedad capitalista de los grupos monopólicos y la participación del país en la UE”, denunciando que “esa retórica supuestamente anticapitalista que en realidad lo que propone es una jerarquía diferente en las coaliciones de la clase dominante con los centros imperialistas “.

Cómo ha actuado la Fundación que preside Felipe González y en la que colaboran entre otros, Lech Walesa y su plan para Europa 2030 en la elaboración de estos planes de ajuste.

Me referí a medidas premeditadas que la UE está tratando de imponer a los países miembros independientemente de la existencia o no de déficits o de deuda. Es revelador en ese ámbito el informe Proyecto Europa 2030 que la UE encargo en 2007 (mucho antes de la actual crisis de deuda) a un supuesto Grupo de Sabios, en el que designo a 12 políticos, empresarios y académicos bajo la presidencia de Felipe González y en el que participa, entre otros el líder anticomunista polaco Lech Walesa, el ex presidente ejecutivo de Nokia Jorma Olilla o la profesora de Nikolaidis, ex consejera del primer ministro griego Papandreou.

El informe que fue presentado el mes pasado y será discutido este mes para su posible adopción habla con el doble discurso de los textos comunitarios. Reconoce que hay que salvaguardar el modelo social europeo, para después proponer que hay que reformarlo a base de los cambios que se han dado. Y luego concretar que hay, por ejemplo, que aumentar la fuerza de trabajo pero no a base del empleo sino de la “empleabilidad”, la flexibilidad del mercado laboral, que conduce a empleo parcial a trabajo precario y a desempleo masivo. Que hay que salvaguardar las pensiones, pero que habrá que aumentar significativamente la edad de jubilación llegando a proponer la ¡creación de un mercado laboral para los de 50 a 70 años! Que debe haber desarrollo pero primero estabilidad. Los programas de ajustes que se están adoptando en los países europeos con o sin problemas de déficits o deudas, son una política neoliberal decidida desde hace mucho, que la actual crisis simplemente hizo más “fácil” su aplicación.

Cómo percibes el estado de ánimo de la población frente a esta ofensiva contra el nivel de vida de los sectores más desprotegidos y cómo han influido, en ese estado de ánimo, las huelgas generales de los últimos meses para encontrar salidas a la situación.

Yo creo que hay una consigna que expresa de la mejor manera nuestro estado de ánimo “Que paguen los ladrones”. Y esa consigna no está dirigida solo a las élites nacionales sino también a las europeas e internacionales. Aquí le han usurpado mucha riqueza social al pueblo. Y ahora, frente a la bancarrota es al pueblo que le imponen pagar.

Los ciudadanos se sienten exasperados, furiosos, decepcionados de una clase política que gobierna para defender sus privilegios y los de sus “sponsors” económicos. La mayoría del pueblo no ha robado ni un centavo, ha pagado sus impuestos y sus contribuciones sociales, ha trabajado toda su vida y muchísimo.

Lo del griego vago es un mito contemporáneo: según la Eurostat, trabajamos 42 horas por semana, más que nadie en la UE, y también más que los alemanes con 40,8, con unos de los sueldos básicos más bajos de la UE antes de su expansión, para ahora quedarnos sin trabajo porque nadie nos emplea hasta los 65 o sin pensión porque no habremos cumplido 40 años de trabajo, o con una pensión de miseria si llegamos a poder trabajar por 40 años, porque no queremos regresar a la economía de intercambio, aprender a coser nuestra ropa ni cultivar tomates en nuestros balcones en vez de flores, no podemos aceptar que la vejez sea una condena a la indigencia, que la cultura sea un privilegio, que los libros y la educación sean un lujo y que nuestros hijos -cuya educación "publica" nos ha costado decenas de miles de euros por muchos años- se transformen en una generación sin futuro o tengan que emigrar como lo hicieron nuestros padres hace 50 anos, cuando tenían su edad.

El pueblo no quiere permitir esto y ha participado masivamente en las huelgas generales que han sido muy exitosas. Pero no sucede lo mismo con las demostraciones. El pasado fin de semana hubo muy poca gente en la manifestación convocada por los sindicatos. Y esa es una muestra de que también empieza el agotamiento y que sin darles perspectiva concreta a las movilizaciones y las huelgas existe el gran peligro de degeneración del movimiento de protesta y de no participación. Cuanto más que por meses y con la ayuda de parte de los medios de comunicación se presento la situación como un callejón sin salida y el propio gobierno “reconoce” cuan dolorosas e incluso injustas son las medidas pero asegura que son necesarias y no hay alternativa. Y eso se ve en las encuestas, en las cuales a pesar de la indignación de la gente el gobierno de los socialistas sigue teniendo respaldo popular por la simple razón de que por el momento no hay una izquierda con una propuesta alternativa global de salida que sea convincente.

Da la impresión que hasta ahora la dirección de la izquierda parlamentaria simplemente se opone a las medidas pero no ha presentado una propuesta alternativa global de salida. ¿A qué se debería esta falta de propuesta alternativa?

En la izquierda griega hay dos tendencias que en cierta medida (aunque no absolutamente) definen diferentes posturas. Hay la tendencia antieuropeista que desde un principio se opuso al ingreso del país en la UE y el sistema monetario común, considerándola un mecanismo imperialista más, una Europa de los monopolios y del capital. Y hay la izquierda europeísta, que está por la participación de Grecia en la UE, que cree en la posibilidad de la Europa social de los pueblos, una utopía, palabra griega que significa el lugar inexistente, la cual incluso si no nos lleva al paraíso esperado es útil porque nos hace siempre avanzar. Ambas tendencias están representadas en el parlamento, la primera por el Partico Comunista y la segunda por Sinapismos, la componente mayoritaria del SYRIZA (Coalición de la Izquierda Radical), que en las elecciones del 2009 vieron sus fuerzas disminuir y tomaron 7,54% y 4,60% respectivamente.

Dentro del SYRIZA existen grupos y formaciones que están contra la participación de Grecia en la UE, mientras que las formaciones de la izquierda extraparlamentaria, entre ellas los grupos trotskistas y comunistas que no participan en el SYRIZA, los maoístas, etc., (que todos juntos en las últimas elecciones no sobrepasaron el 0,7% con unos 46.000 votos) a pesar de presentarse en unas 4-5 listas diferentes tienen como punto común el rechazo de la EU y de la intervención del FMI, y como objetivo nuestra salida de la EU y a largo plazo “derrocar el sistema del capital”.

El por qué no reivindican decisivamente la solución que cada uno elige como propuesta alternativa global de salida creo que tiene que ver con lo que te comentaba sobre las propuestas que se están gestando. Lo más importante es que todas suponen además del rechazo de las medidas de la UE y el FMI un otro gobierno capaz de hacer la ruptura. Una solución alternativa supone un sujeto político alternativo, que no solo la izquierda parlamentaria sino también la extraparlamentaria está tratando de crear. Pero de manera muy fragmentada y sectaria y sin unidad, y dificultando así el propio surgimiento de ese nuevo sujeto político.

Esto es crucial, porque la experiencia europea nos demuestra que las crisis no han podido ser capitalizadas por la izquierda sino al contrario en muchos casos es la extrema derecha la que sale beneficiada. Y en este momento en Grecia se están gestando nuevos partidos de la llamada centro-derecha reciclando los mismos viejos protagonistas que podrán serle muy útiles al bipartidismo. Ante la crisis profunda del sistema político ya hay quienes hablan de un gobierno de tecnócratas y empresarios y de “gente limpia” como se autodenomina el líder del partido de extrema derecha LAOS, que coquetea con la idea de su participación en el poder. Y además ya todo indica podría estar surgiendo un Berlusconi griego.

La izquierda del país tiene la responsabilidad de asumir el reto. Hoy no será juzgada por sus pequeños equilibrios o sus títulos sino por su capacidad incluso de autocrítica para responder a la coyuntura histórica.

Qué escenario crees que se presentará a medida que la población sienta más directamente el peso de las medidas.

A pesar del poco tiempo en que se han tomado estas medidas el impacto es enorme. Antes de recurrir al “mecanismo de apoyo” del FMI, la UE y el BCE (Banco Central Europeo) más del 20% de la población vivía bajo la línea de pobreza (ingresos menores al 60% del promedio) mientras que en la UE el porcentaje es 16% y el país tenia sueldos básicos y pensiones de la más bajas en Europa. En 2009 Grecia tenía una relación entre ingresos de propietarios e ingresos salariales del 0,43 mientras que el promedio en la zona del euro es del 0,25. Podría imponer un impuesto del 45% a las ganancias empresariales como era bajo la ley que estaba en vigencia antes de que los neoliberales la abolieran, imponer controles para los ingresos altos que son los responsables de la evasión fiscal, obligar a los 8.401 empresarios a pagar su deuda fiscal de 20.000 millones de euros, imponer impuestos a las transacciones financieras y aumentar los impuestos de la iglesia que tiene una cantidad enorme de propiedades. Pero optó por admitir un acuerdo neoliberal que pone la carga en las espaldas del pueblo y neocolonial, que primero nos impone condiciones incumplibles prestándonos con intereses altísimos del 5% ¡y luego deciden que si no cumplimos tienen el derecho de confiscar propiedades públicas o de asumir la explotación de grandes obras publicas o programas de desarrollo! Los que nos llevaron a esta condición han garantizado sus capitales mientras que el pueblo paga. En los primeros meses del año el desempleo sobrepaso el 12%, debido al recorte de sueldos en el sector público y de todas las pensiones y el alza del IVA y los precios. El consumo en varios sectores ha disminuido en 20% (en el sector automovilístico en el 54%) y más de 15.000 pequeñas empresas han cerrado entre febrero y mayo. Mientras que unas 65.000 están bajo eminente peligro de cerrar. Nuestro PIB disminuirá en un 4% en 2010 según las previsiones del FMI, quien suele errar como demostró en Letonia donde la previsión de disminución del PIB en 5% fue desmentida por una baja real del 18% en el 2009.

Los resultados de las políticas nefastas neoliberales que han sido adoptadas se agudizarán en septiembre cuando decenas de miles de trabajadores de tiempo parcial en el sector del turismo quedarán desempleados. Muchas más empresas cerraran y las inspecciones oficiales de la “troika” encontraran que los objetivos impuestos no fueron alcanzados. Los primeros 5 meses del año el déficit disminuyo solo 8% en vez del 11% previsto. Y como lo único que les importa son los números (“sanear” los índices económicos de estabilidad y dejar morir al pueblo) pedirán nuevas medidas que ya han empezado a conversar abiertamente, como el recorte de los sueldos en el sector privado, la liberalización de los despidos del 2% al 4% mensualmente, el recorte de la indemnización por despido, la duplicación del IVA en productos básicos, el aumento del impuesto en los pocos depósitos bancarios que han quedado en el país y que no pertenecen seguramente al gran capital que fugo todo del país, el recorte del sueldo básico de 700 euros a 540 para los que entran en el mercado laboral.

Todo esto nos lleva a un panorama de graves tensiones sociales. La primera gran prueba de cuan decidido esta el pueblo y de si se puede formar una nueva alianza social capaz de imponer soluciones será dentro de poco cuando el gobierno presente la nueva ley sobre el sistema de pensiones, o mejor dicho de desmantelamiento del sistema de pensiones. Y digo ley y no proyecto de ley, porque ha sido establecida por la troika, quien cambia artículos o leyes en base de sus criterios y del acuerdo convenido para prestarnos. El parlamento no puede decidir modificaciones ya que esto significaría incumplimiento de las condiciones del préstamo. Su presentación en el parlamento podría llevar a un estallido social sin precedentes.

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