Zapatero pretende aligerar el tamaño del Gobierno como respuesta a la crisis

El País
07/04/09

El presidente planea reordenar un año después las competencias de los ministerios - Vivienda y Cultura, entre las carteras que pueden desaparecer

La crudeza extrema de la situación económica está detrás de la inminente remodelación que prepara el presidente en su Ejecutivo. El Gobierno "para la crisis", que según fuentes gubernamentales planea José Luis Rodríguez Zapatero, no sólo incluye cambio de caras. Entre sus objetivos está aligerar la maquinaria del Estado, con una reducción de ministerios, y reordenar sus competencias, aunque ello suponga deshacer el organigrama que creó hace un año en circunstancias económicas muy diferentes.

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Los criterios que maneja el presidente para su nuevo Gobierno son los de coordinación y eficacia para hacer frente al deterioro de la economía. La idea con la que trabaja Zapatero con sus colaboradores más cercanos es sumar una vicepresidencia más a las dos actuales, pero aligerando el Gobierno por otro lado para que no aumente el aparato gubernamental. Fuentes del Ejecutivo apuntan a la desaparición de los ministerios de Vivienda y Cultura y a una reorganización competencial que dejaría muy mermado al de Ciencia.

De las tres vicepresidencias -Presidencia, Económica y Territorial, que dependerían de María Teresa Fernández de la Vega, probablemente Elena Salgado (ahora en Administraciones Públicas) y Manuel Chaves, respectivamente- colgarán todos los ministerios, que responderán a un organigrama nuevo.

Zapatero está meditando reconsiderar parte de la estructura que diseñó hace un año, ya que algunas de las propuestas, como separar Universidades de Educación, no han dado el resultado previsto. El esquema que ideó, formando un equipo en el que intercaló renovación generacional con veteranía y con muchas carteras de nueva creación, "ha saltado por los aires", señalan los interlocutores consultados.

El presidente, que ha regresado a España procedente de Estambul esta madrugada, dejó sobre la mesa antes de salir para las distintas cumbres internacionales en las que ha participado, esa nueva estructura, aunque aún le queda algún retoque.

El futuro vicepresidente territorial, Manuel Chaves, es quien más conversaciones ha mantenido con Zapatero por el alcance y las consecuencias de su nombramiento: dimisión de la presidencia de la Junta de Andalucía y su sustitución. Chaves y Zapatero han forjado una estrecha relación personal y política en estos años. El actual presidente de la Junta tendrá la tarea de coordinar la política territorial, conseguir la cooperación entre el Gobierno central y las autonomías y de éstas entre sí. "Los pactos de La Moncloa de principios de los ochenta contra la crisis que asolaba España se hicieron entre partidos políticos, más sindicatos y patronal. Ahora, los agentes sociales son imprescindibles, pero también lo son las comunidades autónomas", señalan las fuentes gubernamentales consultadas para justificar la misión de Chaves. En su área se englobarán las competencias territoriales que están actualmente en el Ministerio de Administraciones Públicas. Sin embargo, las de función pública pasarán al Ministerio de la Presidencia, que controla la vicepresidenta De la Vega, quien compartirá su poder político con Chaves.

En la vicepresidencia económica, que probablemente dirigirá Elena Salgado en sustitución de Solbes, el objetivo es impulsar reformas a largo plazo encalladas. Se pretende una política de gasto pegada a la actividad económica. Fuentes del área económica apuntan, a modo de ejemplo, la promoción del transporte de mercancías y la apertura al sector privado en la política de puertos.

La elección de Salgado no causa sorpresa en medios gubernamentales, ya que en ese ámbito es conocida la alta consideración que Zapatero tiene hacia esta ministra. También para Pedro Solbes la todavía ministra de Administraciones Públicas ha sido un referente para sustituirle y así se lo ha dicho repetidamente al presidente. La futura vicepresidenta económica, que tiene estrecha amistad con el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y con el director del gabinete del presidente, José Enrique Serrano, ha salido muy bien parada de la tarea de poner en marcha de forma urgente el procedimiento para que todos los ayuntamientos hicieran uso de los 8.000 millones de euros en obras públicas. "Es un perfil serio y riguroso, como Solbes, pero sabe que ahora toca más gasto público y no poner pegas", explican en fuentes gubernamentales.

En esta área se producirán más cambios ya que, previsiblemente, se incorporarán al Ministerio de Industria, a cuyo frente seguirá Miguel Sebastián, las áreas de Investigación, Desarrolló e Innovación y también las políticas "verdes". Las fuentes consultadas no se atreven a asegurar la desaparición del Ministerio de Ciencia y Tecnología, aunque sí reconocen que en todos los diseños las competencias de Investigación salen de Ciencia para situarse en Industria. Durante este tiempo los ministros Cristina Garmendia y Miguel Sebastián han mantenido serios choques por las competencias. También las Universidades, que se cedieron a Ciencia, podrían volver a Educación, por lo que el ministerio de Garmendia podría quedar seriamente tocado.

Una intencionalidad muy clara mueve al presidente al situar a José Blanco al frente del Ministerio de Fomento, en sustitución de Magdalena Álvarez, a quien Zapatero siempre ha defendido y valorado. Ahora toca "hacer política" desde un ministerio desde el que se quiere paliar la crisis económica con una fuerte inversión en obra pública. Blanco, además, mantendrá la vicesecretaría general del PSOE, es decir, el poder del partido.

Ninguna fuente consultada prevé cambios en Interior, cuyo titular es Alfredo Pérez Rubalcaba; en Justicia, con Francisco Caamaño, recién nombrado; Defensa, con Carme Chacón, y Exteriores, con Miguel Ángel Moratinos. Tampoco ven fuera del organigrama a la ministra de Igualdad, Bibiana Aído.

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