14 países de la UE en recesión: Las bases del estallido en Europa del Este

IAR Noticias
07/04/09

La crisis financiera recesiva exportada originalmente de EEUU ya se expande por toda Europa y el colapso financiero con desaceleración económica y desempleo se contagia aceleradamente tanto por las economías centrales del euro como por los países del Este que afrontan crecientes huelgas y protestas sociales con "amenaza a la gobernabilidad". Los últimos datos ratifican esa tendencia y agravan el escenario en las potencias más ricas.

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Según datos difundidos el lunes por Eurostat (Oficina Europea de Estadística), la economía de la zona del euro cayó en el último trimestre de 2008 el 1,6% con respecto al trimestre anterior, una décima más que sus previsiones iniciales, mientras que en toda la UE la contracción fue del 1,5%.

Estas cifras confirman que la contracción económica se agravó a final de año por el deterioro de la demanda -consumo privado e inversión, así como las exportaciones e importaciones-, ya que en el tercer trimestre la bajada de la actividad había sido del 0,3% tanto en los países de la moneda única (el euro) como en los Veintisiete que integran el bloque.

Los datos oficiales determinan que tanto la zona del euro como la UE se encuentran en recesión, dado que acumulan ya tres trimestres seguidos con caídas del PIB.

De los veinticuatro Estados miembros para los que hay datos disponibles, catorce países, incluida España, han entrado en recesión técnica (que tiene lugar cuando la economía retrocede dos trimestres consecutivos).

De las grandes economías comunitarias, por ahora sólo Francia escapa de la recesión, una situación en la que sí han ingresado Alemania (su PIB cayó un 2,1% en el último trimestre del año), Italia (1,9%) y Reino Unido (1,5%), con deterioros significativos, además, respecto a los tres meses anteriores.

En el conjunto de la eurozona, el número de estados con dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo se reduce a nueve de un total de dieciséis, quedando fuera además de la propia Francia; Bélgica, Grecia, Chipre, Eslovenia y Eslovaquia.

Respecto al sector exterior, de octubre a noviembre las exportaciones de los países del euro se hundieron el 6,7% (frente a la bajada previa del 0,2%) y el 6,1% en el conjunto de la UE (desde el 0,3%).

También empeoraron significativamente las importaciones, al caer el 4,7% en la zona del euro (3,4 puntos más que en el tercer trimestre) y el 5% en los Veintisiete (4,1% puntos más). En España, el desplome fue todavía más brusco con una caída del 10,1 en las exportaciones, en tanto que las compras en el exterior disminuyeron el 11,9% (10,8 puntos más).

El impacto en Europa del Este

En este escenario de una mayor agudización de la crisis financiera recesiva en las potencias de la UE, los especialistas vislumbran a su vez un agravamiento del colapso económico en las naciones más vulnerables de Europa del Este atadas al centralismo dominante del euro en la región.

Además de los tres gobiernos de Europa del Este que colapsaron por la crisis exportada de las potencias centrales del euro (Letonia, Hungría y República Checa), otros países de la región afrontan crisis recesivas con baja del consumo y despidos laborales, devaluación de su moneda respecto del euro, déficit fiscales y endeudamiento creciente en moneda extranjera, que los pone al borde de la cesación de pagos.

Entre los países de Europa Oriental que hoy se encuentran en mayor "zona de riesgo" de huelgas y estallidos sociales, aparecen Rumania, Polonia, Estonia, Lituania y Bulgaria, a los que deben sumarse los extras comunitarios como Ucrania y Croacia, aquejados por una gran instabilidad política y social a causa de la crisis.

Con la crisis financiera recesiva, estalló hacia adentro de las ex republicas socialistas del Este europeo, un modelo de economía dependiente de las potencias centrales de la Europa occidental que marcó las profundas asimetrías existentes entre las antiguas naciones comunistas y las potencias centrales de la UE nucleadas alrededor del euro.

Luego de la caída de la URSS, la mayoría de estos países se integró al "modelo capitalista" occidental, basado en el "crecimiento económico" (con burbuja financiera y apalancamiento) mediante el endeudamiento creciente en euros o dólares con los bancos de Europa occidental y EEUU.

Según The Economist, “la banca de Europa Occidental tiene hasta 1,5 billón de euros invertidos en la Europa Central y Oriental”. A esto deben sumarse las industrias que se instalaron en la zona y que, poco a poco, comienzan ahora a retirarse como efecto de la crisis recesiva.

Cuando colapsó la "burbuja financiera" en EEUU y Europa, el financiamiento que alimentaba artificialmente el "crecimiento" de las economías de los "hermanos pobres" de la UE se detuvo, la desaceleración económica impactó finalmente en una crisis recesiva con despidos y achicamiento del consumo, que a su vez alimentaron una escalada de huelgas y conflictos sociales que cobraron sus primeras víctimas con los gobiernos de Letonia, Hungría y República Checa.

En este escenario, los despidos con rebajas salariales y baja del consumo popular son el principal disparador de huelgas y conflictos sociales que se multiplican por los países de Europa del Este y amenazan con un quiebre del proceso de "gobernabilidad" institucional.

En la Eurozona (las economías centrales) se estima en 9,3 por ciento la cifra de desocupados para 2009, y en 10,5 por ciento para el próximo año. El caso más preocupante es España donde la cifra ya supera el 15 por ciento.

De la mano de la recesión y de la desocupación que ya padecen las economías centrales del euro, las autoridades de la Unión Europea temen un "contagio" de los conflictos sociales del Este a su propio territorio.

Las divisiones y fisuras

Los nuevos datos negativos en Europa occidental han llevado a la Unión Europea a decretar la alerta roja y una agenda de reuniones de urgencia para afrontar el terremoto económico recesivo que empieza a producir serias fisuras de división en su bloque.

Las divisiones y los enfrentamientos se acentúan por la negativa de los bancos de las potencias centrales a socorrer a los países más vulnerables de Europa del Este que han ingresado en cesación de pagos a causa de la recesión.

Hay un punto central de fricción entre las naciones desarrolladas del euro y los países del Este: Los bancos y corporaciones trasnacionales de las potencias centrales del euro son auxiliados con subsidios y proteccionismo estatal, en tanto que sus filiales situadas en Europa del Este no reciben esos beneficios y en consecuencia sufren la peor crisis recesiva de la región despidiendo trabajadores y deteriorando las condiciones laborales y el poder de consumo de las mayorías.

Mientras las potencias centrales, por boca de la canciller de Alemania, Ángela Merkel, rechazaba los llamados para lanzar un rescate de los países de Europa del Este, Hungría propuso asistencia directa y un ingreso expedito de los países del Este a la zona euro.

Alemania (la primera economía del euro) > lidera la posición de los bancos y consorcios financieros de Europa y EEUU que se muestran renuentes a financiar paquetes de "ayuda" (un macro negocio bancario con la crisis) a los países del Este acuciados por la desaceleración económica y al borde de la cesación de pagos, cuadro que se agrava con los conflictos sociales que están comprometiendo la gobernabilidad de algunos países de la región.

Alemania y las potencias más ricas del euro ya advirtieron que, en caso de que aumenten los países que quedan al borde de una cesación de pagos, sus bancos van a afrontar crecientes dificultades para acudir al rescate de los países miembros que lancen pedidos de ayuda.

Además -como sostiene The Wall Street Journal- el colapso de las divisas locales está encareciendo esos préstamos y generando más deuda impagable a los países.

Las turbulencias económico financieras, y los disturbios sociales y sindicales que ya se llevaron puestos a los gobiernos de Bélgica e Islandia, comienzan a generar inestabilidad y principios de caos social en las primeras potencias del euro, como Francia y Reino Unido, además de arrasar con las ex naciones comunistas de Europa del Este, donde se han registrado algunas de las mayores movilizaciones de los últimos 20 años.

De manera tal que la renuencia (o abierta negativa) de las potencias centrales a auxiliar a los países más vulnerables (tanto de la zona del euro como de Europa del Este) multiplica la crisis financiera recesiva que se expande y contagia por todo el bloque.

Y, consecuentemente, los conflictos y estallidos sociales ya empiezan a instalarse en las principales metrópolis de la Europa rica

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