Haití al borde del estallido social

IAR Noticias
19/01/10

El caos y los primeros linchamientos se apoderan de las calles

A seis días del terremoto que arrasó con Haití, con la ciudad sumida en el caos y en el descontrol, El gobierno, organizaciones sociales, observadores, corresponsales y analistas internacionales predicen un desenlace de violencia social generalizada a corto plazo en las áreas de la catástrofe. El caos obliga a decretar el estado de emergencia y comienzan a actuar las tropas norteamericanas.

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Las agencias y sus corresponsales coinciden este lunes en que ya se están ejecutando los primeros linchamientos contra los que acopian y especulan con el agua y la comida y el gobierno, la ONU y las organizaciones internacionales temen un estallido social.

El hambre, la sed y la angustia de las victimas (un tercio de la población, según la ONU) generan desesperación social y alimentan una "olla a presión" de violencia generalizada y sin límites que las autoridades locales advierten en forma permanente.

El caos y la violencia callejera desatados por todo Puerto Príncipe generan el detonante y las condiciones para un estallido social inminente.

"Los incidentes violentos y los saqueos aumentan en Haití, al tiempo que crece la desesperación" de los sobrevivientes. Con esas palabras sintetizó hoy el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) la situación que se vive en estas horas en Puerto Príncipe, la capital de la devastada Haití, a seis días del terremoto

Según un corresponsal de Europa Press, " En Puerto Príncipe se repitan con cada vez mayor frecuencia escenas en las que algunos grupos se cuelan en comercios cerrados o almacenes y arrojan desde el tejado todo tipo de mercancías".

"Cientos de jóvenes, muchos armados con barras de hierro o madera, y algunos con cuchillos, ocuparon el domingo una importante avenida del centro de la ciudad y forzaron la entrada de varios almacenes de la calle, ninguno de ellos de comestibles", añade.

"Muchos de ellos -continúa el corresponsal- protagonizaron enfrentamientos a golpes y empujones en plena calle por el reparto del botín, pero sin llegar a utilizar sus armas, ante la mirada de numerosos fotógrafos".

Estos saqueos, según EFE, quedan en total impunidad, ya que las fuerzas de paz de la ONU que recorren las calles capitalinas pasan por delante sin intervenir, mientras que la policía haitiana dispara al aire sin éxito. Aunque, según Radio Metropole, las autoridades mataron a dos saqueadores.

"Si se demora la llegada de alimentos y agua, en una semana tenemos un levantamiento", advirtió ayer ante esta enviada Cossy Roosevelt, del comité de ayuda a las víctimas del terremoto en Delmas 93, una de las vías importantes de esta capital. Es un periodista haitiano que trata, con su esfuerzo personal, recuperar un mínimo de acción colectiva para enfrentar el caos.

La corresponsal relata que " proliferan los síntomas que indican la inminencia de explosión social. Ayer en Cité Soleil, la barriada más pobre de las inmediaciones de Puerto Príncipe, se asistió a un episodio patético: los habitantes lincharon a un saqueador de alimentos. Amarraron sus brazos delante de su cuerpo, lo ataron con dos cuerdas y comenzaron a darle palos hasta matarlo. Luego lo arrastraron por encima de las ruinas".

"Los brotes de violencia representan un problema de seguridad para las tareas humanitarias", señaló el número dos del Comando Sur, P.K. Keen. Para él es preciso "establecer un ambiente seguro para tener éxito con la asistencia".

Viciado de inoperancia burocrática, y mientras Haití ya lleva seis días de tragedia y de caos, recién este lunes se reúne el Consejo de Seguridad de la ONU para tratar de coordinar la ayuda.

La ONU y su Consejo de Seguridad (integrado por las cinco principales potencias mundiales), en diversas reuniones la semana pasada, no consiguió acordar un plan global de coordinación y distribución del rescate y de la ayuda humanitaria en Haití.

Los gobiernos y las organizaciones internacionales, ante la ausencia de una planificación organizada, envían ayuda alimentaria y medicamentos en forma individual que, por ausencia de una autoridad distributiva, permanecen en su mayor parte concentrados en el aeropuerto y sin llegar a las millones de víctimas que se encuentran sin agua, sin comida y sin electricidad, en zonas desvastadas y con principios de epidemia por los cadáveres en descomposición y sin enterrar.

El domingo, el titular de la ONU,titular Ban Ki-moon, aterrizó en el aeropuerto Toussaint Louverture, custodiado y manejado desde el viernes por personal y soldados estadounidenses.

El tular de la ONU reconoció que la situación de caos "puede volverse incontrolable", después de una reunión con el presidente René Preval donde este le indicó que se había quedado sin sus ministros.

La falta de un plan central y de coordinación hace que ni el gobierno haitiano, ni las potencias, ni los gobiernos extranjeros, ni las organizaciones internacionales cuenten con datos fidedignos sobre lo que está pasando en las distintas zonas del desastre (estimación numérica de daños, muertos y víctimas a socorrer).

En toda la zona en catástrofe reinan la improvisación y lafalta de acciones coordinadas.

Según la corresponsal de Clarín, "el domingo, quinto día del desastre provocado por el temblor 7,3 de la escala Richter, apenas se veían dos equipos profesionales operando en la zona en búsqueda de vivos y muertos. En la Legislatura y en el Senado haitiano no se veían rescatistas y sin embargo se sabe que bajo las ruinas de ambos edificios quedaron enterrados centenas de personas, entre legisladores y funcionarios".

"Las cifras hablan por sí solas (señala): apenas se rescataron 70 personas con vida desde el terremoto cuando las víctimas se cuentan por decenas de miles. Y en esa situación sólo se vieron dos equipos de rescate en un recorrido de más de 3 horas por la zona".

Seis días después del terremoto que sembró la destrucción en Haití, el primer ministro, Jean-Max Bellerive, afirmó o que ya se han enterrado 70.000 cadáveres en fosas comunes, aunque estima que la cifra total de fallecidos por la catástrofe podría llegar a 200.000.

Bellerive afirmó que hasta que los equipos de rescate no lleguen a todas las zonas de la capital y sus alrededores, donde tuvo su epicentro el terremoto, no se podrá ofrecer un recuento fiable de los fallecidos. "Hasta que lleguemos a las zonas marginales, donde vive el grueso de la población, no sabremos el número exacto", afirmó el primer ministro haitiano.

Además del estado de emergencia, que suspende varias garantías constitucionales, el gobierno ha decretado un periodo de duelo nacional de 30 días desde hoy y hasta el 17 de febrero.

Según Reuters, " la desesperación y la violencia aumentan en las calles de Haití, cinco días después del terremoto, mientras la comunidad internacional lucha por frenar estos problemas inmediatos y se plantea la reconstrucción a largo plazo".

La llegada de los camiones con paquetes de ayuda genera casi siempre tumultos y caos. "Para nosotros, una distribución exitosa de alimentos o agua es aquella en la que nadie sufre daños", dijo a la agencia el capitán Marco León Peña, del contingente boliviano de la Misión de la ONU en Haití (Minustah).

Por esa razón, "nunca anunciamos el lugar donde vamos a repartir la comida para evitar tumultos", agregó Peña.

A su vez, el Comando Sur de EEUU dijo que unos 2.200 marines con equipo pesado para despejar escombros, ayuda médica y helicópteros, los que se sumarán a los aproximadamente 5.000 marines estadounidenses que ya comienzan a custodiar puntos estratégicos de la ciudad, entre ellos el aeropuerto y el palacio presidencial

El objetivo es tener aproximadamente 10.000 efectivos militares estadounidenses en el área para participar en la operación de seguridad y de rescate, informó el portavoz del Comando Sur de EEUU, José Ruiz.

Además de un portaaviones, barcos, aviones y submarinos con capacidad nuclear apostados frente a Haití, EEUU planea desembarcar varios contingentes de tropas especiales.

Como parte de esa misión, una brigada de la poderosa 82 División Aerotransportada de EEUU ya está en Puerto Príncipe y los marines norteamericanos ya tomaron el control del aeropuerto, un área desde donde se distribuye la (poca ayuda) ayuda humanitaria a todas las zonas devastadas.

En resumen, EEUU ya empieza a poner bajo su control los dos elementos claves de a zona de catástrofe: La seguridad militar y el centro de las decisiones en las operaciones de ayuda y rescate.

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