Unicef alerta de posibles secuestros de niños en Haití
Gara
22/01/10
A la devastación provocada por el seísmo se suma la preocupación por el posible tráfico de niños y el aumento de las peticiones de adopciones internacionales. Unicef denunció ayer el rapto de al menos 15 menores de un hospital. Un padre llegó a tiempo para impedir que su hijo fuera introducido en un vehículo con destino incierto. Para evitar estas situaciones, las ONG han recordado que «es el momento de cooperar, no de adoptar».
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El consejero regional de Unicef (Fondo de Naciones Unidas para la Infancia), Jean-Luc Legrand, denunció ayer la desaparición de al menos quince niños no acompañados de hospitales de Haití.
«Sospechamos que han sido secuestrados por redes de trata a través de Santo Domingo», resaltó en declaraciones a la prensa en Ginebra. Explicó que estas redes «ya existían previamente y eran bastante activas, raptando niños y entregándolos al mercado internacional de adopciones. Lo que ocurre es que cuando hay una catástrofe, las redes tratan de aprovecharse de la fragilidad del Estado y de los sistemas de control». «Tuvimos el mismo problema con el tsunami que golpeó Asia en 2004. Esas redes se activan apenas ocurre una catástrofe y aprovechan la debilidad de la coordinación de los responsables en el terreno para secuestrar niños y sacarlos del país», añadió.
Horas después, el jefe de Comunicación, Jeremy Hartley, matizó que están tratando de «buscar datos más exactos» para corroborar la información dada por Legrand, aunque reconoció que «la situación que reina en Haití es muy difícil».
Sea como fuere, Unicef ha establecido mecanismos de alerta y está organizando un campo de acogida para albergar a todos los niños no acompañados que, incidió, «no son huérfanos». «En Haití la familia es extensa y estoy seguro de que habrá familiares de esos niños que querrán adoptarlos», destacó.
El organismo de la ONU ha puesto en marcha 20 puntos de acogida y atiende a unos 2.000 menores por día, con el objetivo de poder llegar a 4.000.
Por su parte, el Fondo de la ONU para la Población recordó que ya antes del terremoto Haití era el país del mundo más peligroso para que una mujer diera a luz. Se calcula que de las 63.000 mujeres embarazadas que parirán en las próximas semanas, 7.000 lo harán solas, lo que aumenta el riesgo de rapto de los bebés.
Unicef no fue el único organismo en dar la voz de alarma. El presidente de la Federación de Asociación de Adopción Internacional (ADECOP), Miguel Góngora, pidió que se eviten «por todos los medios» las adopciones internacionales. Destacó que «es el momento de cooperar, no de adoptar. Aunque pueda resultar contradictorio, lo mejor para los niños es permanecer en la isla».
En este mismo punto coincidió el director de la Plataforma de Infancia, Ángel Hernández, para quien es «más traumático para los menores sacarles del país que mantenerlos en zonas seguras dentro de su entorno».
El coordinador de Emergencias de Save the Children, Boris Aristín, definió estos lugares como espacios delimitados, con una construcción muy simple, en sitios que no fueron afectados por el terremoto y que en caso de réplica no corren peligro. Allí se reparte comida y se realizan actividades de carácter lúdico y educativo para intentar «normalizar la infancia de las víctimas». Además, estos lugares sirven como «punto de encuentro, puesto que muchos mayores acuden a estas zonas buscando a sus hijos desesperadamente», comentó la directora de Cooperación de Unicef en el Estado español, Carmen Molina.
Al igual que Góngora, consideró que la adopción debe ser «la última opción porque, en estos momentos, no se puede garantizar ningún derecho del menor. Adoptar a un menor que está en shock por los últimos acontecimientos que ha vivido y llevarlo a un país, que en muchos casos, del que no conoce ni el idioma puede suponer un doble shock para el menor y una situación traumática».
Advirtió de que «se corre el riesgo» de adoptar y de que su familia haitiana le esté buscando, por lo que ese niño no volvería a saber nada de ella.
En opinión de Góngora, los esfuerzos se deben centrar ahora en elaborar un registro de niños y adultos y sus relaciones entre ellos, porque es «esencial» poner en contacto a las dos partes. «Si no se encuentran a los progenitores, hay que buscar a familiares indirectos, vecinos, conocidos... Es necesario realizar una evaluación rápida y, sobre todo, proveerles de alojamiento, comida, apoyo sicológico, médico y educación», agregó.
«Llevarse a niños sin permiso y, más teniendo en cuenta que no se pueden tramitar adopciones en aquellos países de desastre natural o conflicto bélico, es un secuestro», concluyó.
Países de la UE aceleran los procesos de adopción
La Presidencia española de la UE anunció ayer que propondrá a sus socios la adopción de unos criterios comunes para las adopciones de niños haitianos. Pero muchos países han decidido por su cuenta acelerar estos procesos que, en teoría, comenzaron antes del terremoto. Algunas asociaciones como la francesa Adopción sin Fronteras han ido más allá y han pedido que se salten los habituales procedimientos burocráticos para agilizar la llegada de estos menores. «Los niños no son maletas», contestó un funcionario francés. Desde 2001, en el Estado francés ha habido 4.000 adopciones de niños haitianos. El proceso que se seguía antes del seísmo era largo por la corrupción y los documentos administrativos falsificados.GARA
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