Casa Blanca y Congreso enfrentados por el rescate: peligra el plan y caen bolsas

IAR Noticias
23/09/08

La Casa Blanca advirtió el martes al Congreso que la economía en su conjunto está en riesgo si no aprueba con urgencia el proyecto de rescate financiero por US$ 700.000 millones, mientras las bolsas mundiales retrocedían nuevamente al perder confianza en ese plan.

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En ese escenario, Wal Street -que abrió el martes en leve alza- pasó al rojo poco después de mediar la jornada, mientras Paulson y Bernanke explicaban en el Senado los detalles del plan: el Dow Jones perdía 0,13% y el Nasdaq bajaba 0,14%.

También los mercados bursátiles de Europa y de la región Asia-Pacífico, escépticas ante el plan de rescate, cerraron a pérdidas.

La bolsa de Londres cerró perdiendo 1,91%, la bolsa de París cayó 1,98%, el Ibex-35 de la bolsa de Madrid cedió 1,34% y la de Francfort 0,64%.

En Asia, el índice Hang Seng de la Bolsa de Hong Kong retrocedió 3,9% y la Bolsa de Shanghai perdió 1,56%. La Bolsa de Tokio, segundo mercado de valores del mundo, estuvo cerrada el martes por feriado.

El secretario del Tesoro estadounidense, Henry Paulson, lanzó una dura advertencia al Congreso, donde la mayoría demócrata ha puesto obstáculos al plan de salvamento, luego que la semana pasada la crisis del crédito provocara enormes turbulencias en las plazas financieras del mundo.

"Si la situación persiste, amenazará a todos los sectores de la economía", destacó ante el comité bancario del Senado, que también recibió al presidente de la Reserva Federal estadounidense (Fed), Ben Bernanke.

Henry Paulson afirmó que "los mercados han alcanzado un nuevo nivel dentro de las turbulencias" que asolan Wall Street desde el estallido de la crisis. Además, advirtió de que amenazan con salpicar al resto de la economía. "Debemos tomar una acción decisiva contra las causas profundas de esta agitación", enfatizó.

Por su parte, el presidente de la Reserva Federal de EEUU, Ben S. Bernanke, mostró su respaldo al plan de rescate diseñado por el secretario del Tesoro, Henry Paulson, y urgió al Congreso de EEUU a tomar las acciones necesarias para evitar graves consecuencias para el sistema financiero y la economía.

En un discurso ante el Comité de Banca del Senado, el máximo responsable de política monetaria de EEUU, Ben Bernanke, admitió que el breve marco temporal disponible actualmente dificulta la elaboración de un exhaustivo proyecto de reformas para hacer frente a las debilidades del sistema financiero y regulatorias, puesto que requeriría un cuidadoso y extenso análisis.

"La acción del Congreso es requerida con carácter urgente para estabilizar la situación y evitar que, de otro modo, pudiera haber serias consecuencias para nuestros mercados financieros y para la economía", afirmó Bernanke.

Por otro lado, el presidente de la Fed apuntó que la economía de EEUU continúa haciendo frente a considerables desafíos, entre los que aparecen el debilitamiento del mercado laboral y una elevada inflación, y destacó que las tensiones en los mercados financieros se han intensificado "significativamente" en los últimos tiempos.

"Los mercados de capitales están bajo un gran estrés y urge adoptar acciones inmediatas para comprar acciones por valor de cientos de miles de millones de dólares intoxicados por las hipotecas basura", señaló Bernanke a la Cámara estadounidense.

En las últimas jornadas, la Casa Blanca y el Tesoro, a los que se suma la Reserva Federal, presionaron a los legisladores para la rápida aprobación del plan de US$ 700.000 millones diseñado por el secretario del Tesoro y que contempla la compra de activos en poder de las entidades financieras quebradas.

Los demócratas se niegan a concederle "superpoderes" al jefe del Tesoro para que maneje a su "gusto y placer" la multimillonaria suma destinada a estatizar las quiebras privadas del sistema financiero.

Los demócratas insisten que Wall Street también "pague el costo fiscal" que va a caer como una bomba de tiempo sobre el bolsillo de la población estadounidense.

La oposición parlamentaria quiere que el plan no se limite al sector bancario sino que incluya también a las familias que han sido víctimas de la crisis del crédito a riesgo y medidas de reactivación económica que habían propuesto a Bush y que éste rechazó.

Desde la semana pasada, la Fed inyectó más de US$ 170.000 millones en dinero fresco ante la falta de liquidez. La crisis llevó a la quiebra del ícono de Wall Street Lehman Brothers y al borde de la bancarrota a otras instituciones, que debieron ser vendidas o rescatadas en última instancia.

El sistema financiero estadounidense saltó de una crisis a otra la semana pasada, que comenzó con la quiebra del banco de inversiones Lehman Brothers por US$ 600.000 millones y la absorción de su competidora Merrill Lynch por el Bank of America. Siguió luego el rescate del gigante asegurador AIG por US$ 85.000 millones.

Pero los demócratas, a través de sus líderes y representantes parlamentarios más destacados, ya advirtieron que no piensan firmarle un "cheque en blanco" a la administración Bush (que sería como regalarle galardones al republicano MacCain en la dura disputa por la Casa Blanca)

Varios legisladores expresaron ya su reticencia ante el plan de rescate. "Me preocupa que no hayamos recibido ninguna prueba creíble de que el plan funcionará", declaró el senador republicano Richard Shelby, de Alabama (sur).

"Podríamos muy bien gastar 700.000 millones de dólares o 700 billones, y no resolver la crisis. Antes de firmar algo de semejante magnitud, quiero saber que hemos agotado todas las soluciones alternativas razonables", explicó, ilustrando el recelo expuesto por otros de sus colegas.

"Que Dios haya creado el mundo en siete días no quiere decir que tengamos que aprobar esta propuesta en siete días". Con estas palabras expresó este martes el senador republicano Joe Barton su escepticismo y el de los senadores de ambos bandos presentes en el Comité de Bancos acerca de la urgencia de las medidas presentadas por las principales autoridades económicas del EE UU en el Congreso.

Los demócratas buscan reforzar el papel de supervisión del Congreso, incluir asistencia a los deudores hipotecarios y modificar las leyes de bancarrota.

"Sería algo sin precedentes dar 700.000 millones de dólares a, virtualmente, un individuo sin ningún tipo de supervisión, transparencia y rendición de cuentas", dijo el lunes el demócrata Christopher Dodd, presidente del Comité de Banca del Senado, en una entrevista con la cadena "CBS".

Ese "hombre" es Henry Paulson, el secretario del Tesoro, cuyo plan inicial, de tan sólo dos páginas y media, se reservaba la máxima flexibilidad para el uso de los fondos sin ningún tipo de mecanismo de revisión de las decisiones.

"No se trata de quitarle (al secretario del Tesoro Henry Paulson) la oportunidad de actuar. Entendemos completamente la gravedad del momento", dijo el presidente de la junta del Comité de Banca del Senado, el demócrata de Connecticut Chris Dodd, quien añadió: "Pero no se pueden simplemente entregar US$700.000 millones del dinero de los contribuyentes sin insistir en que éstos reciban protección. Vamos a exigir (...) responsabilidad".

Por su parte, John McCain, el candidato presidencial republicano, abogó por un plan que difundió la semana pasada y que prevé la creación de un comité independiente para supervisar el rescate de Wall Street, que podría costar hasta 1 US$ billón.

En su opinión, el secretario del Tesoro, Henry Paulson, tiene demasiado poder en esta crisis.

"Este acuerdo me incomoda profundamente", dijo McCain, senador por Arizona, a un grupo de estadounidenses irlandeses en Scranton, Pensilvania. "Cuando estamos hablando de un billón de dólares de dinero procedente de los impuestos, (la frase) 'confíen en mí' no es suficiente."

Alerta mundial en la ONU

Los gobiernos del mundo reclamaron este martes ante la Asamblea general de la ONU urgentes medidas para evitar que la crisis financiera se globalice y ponga los cimientos de la recesión mundial en un planeta ya castigado por la devastación climática y la crisis alimentaria.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, inauguró la sesión advirtiendo que el mundo enfrenta un "desafío de liderazgo" para lidiar con la tormenta financiera, que se suma a una crisis energética y alimentaria.

"Veo un peligro de naciones mirando más hacia dentro, en lugar de mirar hacia un futuro compartido", dijo Ban a una audiencia de más de 120 jefes de Estado o de gobierno.

El presidente de la Asamblea general, el nicaragüense Miguel d'Escoto advirtió por su parte que "la crisis financiera actual, sumada al encarecimiento de los alimentos y a la devastación humanitaria provocada por fenómenos naturales recurrentes, tendrá serias consecuencias que impedirán avances significativos -si es que se realizan avances- hacia los Objetivos del Milenio (OMD)", consistentes en reducir a la mitad la pobreza para el 2015.

Como es tradicional, Brasil fue el país cuyo jefe de Estado habló primero en tribuna mundial: Luiz Inacio Lula da Silva dedicó buena parte de su discurso a la crisis financiera y la necesidad de que cada país asuma responsabilidades.

"La naturaleza global de esta crisis implica que las soluciones que adoptemos deben ser también globales, y decididas en legítimos y creíbles foros multilaterales, sin imposiciones", advirtió Lula.

Las instituciones económicas hoy en día no tienen la autoridad ni los instrumentos que necesitan para evitar la anarquía de la especulación. Debemos reconstruirlas sobre bases enteramente nuevas", reclamó Lula.

"Solo acciones decisivas de parte de los gobiernos, especialmente en países que están en el centro de la crisis, podrán controlar el desorden que se extendió a través del sector financiero mundial, con perversos efectos en la vida diaria de millones personas", opinó Lula.

El presidente francés Nicolas Sarkozy propuso incluso una cumbre mundial antes de fin de año para "reflexionar juntos sobre las lecciones a sacar" de la "más grave" crisis financiera desde los años 30.

"Reconstruyamos juntos un capitalismo normal y regulado en el que sectores enteros de la actividad financiera no sean dejados solamente al criterio de los operadores del mercado, donde trabajan los bancos. La función de los bancos es financiar el desarrollo económico, más que la especulación", dijo Sarkozy.

Para intentar tranquilizar al resto del planeta, el presidente norteamericano George W. Bush prometió actuar "con la urgencia requerida".

"Les puedo asegurar que mi administración y nuestro Congreso están trabajando juntos", dijo Bush ante la Asamblea en Nueva York, mientras en Washington los legisladores polemizan contrarreloj con el plan de la Casa Blanca y las bolsas se derrumban por una segunda jornada consecutiva esta semana.

En opinión de David Rosenberg, economista en jefe para Norteamérica de Merrill Lynch, el plan de rescate elaborado por la administración estadounidense sólo aliviará provisionalmente la crisis. "No creemos que esto cambie mucho la situación, es decir, que la economía estadounidense está en recesión y probablemente lo siga estando", escribió en una nota titulada 'El capitalismo se toma un año sabático'.

"En el mejor de los casos, (el plan de rescate) sólo evita lo peor: el derrumbe total del sistema financiero mundial y una profunda recesión planetaria", agregó, y enfatizó que el coste de este plan para Estados Unidos equivale "a lanzarse en una nueva guerra en Iraq".

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