Lectura alternativa del asesinato del dirigente de Hamas Mahmoud Al-Mabhouh
Ramzy Baroud
Asia Times Online
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
14/03/10
El asesinato del activista palestino Mahmoud al-Mabhouh el 19 de enero de 2010, fue una clara manifestación de un violento y bien planeado acto de sadismo perpetrado por asesinos israelíes en Dubai, en la supuesta seguridad de un país soberano, los Emiratos Árabes Unidos.
Sí, Mahmoud al-Mabhouh era un activista palestino. No tenemos razón alguna para pensar otra cosa. Pasó años de su vida en una prisión israelí –y un año en una cárcel egipcia- por su activismo político. Sin embargo, esto no otorga credibilidad a la acusación de Israel de que era un asesino de israelíes. Esta afirmación pierde aún más fuerza si consideramos que el asesinato de al-Mabhouh fue, según los medios británicos, ordenado por todos esos políticos de la derecha israelí que están acusados de crímenes de guerra.
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Según el Sunday Times, Meir Dagan, el actual director del Mosad, informó del plan de asesinato al Primer Ministro Benjamín Netanyahu durante una reunión celebrada a primeros del mes de enero. “El pueblo de Israel confía en ti. Buena suerte”, dijo Netanyahu, según la información de que se dispone, al final de esa reunión.
Es ya bastante vergonzoso que los asesinos utilizaran pasaportes europeos de forma fraudulenta, así como tarjetas de crédito de un banco estadounidense para perpetrar sus planes. Pero mucho más inquietante es el hecho de que esa cruel y calculada acción no haya inspirado más que expresiones de “indignación”. ¿Acaso es que nos hemos resignado a la impunidad israelí?
¿Qué hay de la santidad de la vida, de la soberanía de las naciones y del respeto al derecho internacional? ¿Son todos esos valores prescindibles cuando la víctima es palestina y el lugar del crimen un país árabe?
A Al-Mabhouh se le ha privado cruelmente de su propia importancia en la historia. Realmente no sabemos mucho sobre ese hombre, aparte de lo que Israel se ha empeñado en darnos a conocer: un alto operativo de Hamas responsable del secuestro y asesinato de dos soldados israelíes; uno de los fundadores del brazo militante de Hamas, Izz al-Din al-Qassam; el mediador entre Hamas en Gaza y la Fuerza al-Quds de la Guardia Revolucionaria en Irán.
¿Quién ha tejido ese relato reduccionista de la vida de al-Mabhouh en tan corto espacio de tiempo? ¿Su familia? ¿Hamas? ¿Los medios palestinos? No, ninguno de ellos. El creador de esa biografía es Israel, el mismo país que le asesinó. ¡Qué escándalo y qué vergüenza! El asesino escribe y convence al mundo de la historia de la víctima asesinada. Y los medios de comunicación van y la asumen con sumo placer.
Como es de suponer, un palestino contaría la historia de al-Mabhouh de un modo enteramente diferente. Nació en Yabaliya, uno de los campos de refugiados más pobres y más atestados de Gaza. Sólo esas palabras clave -Gaza, pobre, atestado, refugiado- pueden ayudarnos a desentrañar la verdadera historia de al-Mahouh. Es la historia compartida por tantas gentes que siguen viviendo una existencia plagada de angustia, pobreza y resistencia en la Franja de Gaza –y en muchos sitios más-, sometida a un asedio inhumano y a una sucesión de guerras por parte del cuarto ejército más fuerte del mundo. La historia no va de soldados ocupantes secuestrados, sino de millones de refugiados, no trata de Irán, sino de Gaza y Palestina, no nos muestra hoteles de lujo sino horrendos y desolados campos de refugiados.
Pero los palestinos –como tantos pueblos oprimidos por todo el mundo- no tienen derecho a su propia narrativa. Su historia es insignificante, cuando no totalmente irrelevante. Israel perpetra el asesinato e Israel ofrece la explicación y, finalmente, es también Israel quien se escapa con la mentira del crimen. El asesinato de al-Mabhouh podría finalmente inspirar varios documentales que pondrían de relieve la naturaleza asesina de los militantes palestinos y la inigualable brillantez de la venganza israelí. Otro Munich de Steven Spielverg podría estarse ya gestando. Seguro que en la primera escena del film no aparecería la familia de al-Mabhouh obligada a huir de su pueblo en Palestina tras la inenarrable carnicería cometida por militantes sionistas en 1948. En lugar de eso nos mostrarían a un amenazante palestino de piel oscura desafiando con matar a dos indefensos soldados israelíes que suplican por sus vidas.
Se nos ha dicho, más o menos, que nos olvidemos de al-Mabhouh. Después de todo, su nombre va en la misma frase junto con Hamas e Irán. Eso debería ser ya suficiente para decirnos que su vida es prescindible, al igual que las vidas de alrededor de 1.400 palestinos asesinados por el ejército israelí en Gaza entre diciembre de 2008 y enero de 2009. Israel puede muy bien estar preparando otro ataque contra la depauperada Franja. Los túneles que representan el ancla de salvación de la inmensa mayoría de los palestinos en Gaza están siendo rutinariamente bombardeados por los aviones de combate israelíes, dinamitados y bloqueados por un muro de acero egipcio. A los gazatíes no se les permite tener armas para poder defenderse. La “comunidad internacional” ha celebrado muchas reuniones para asegurarse bien de que ningún arma pueda llegar a Gaza. En especial EEUU se mantiene totalmente firme en relación a esta cuestión, aunque no exhibe esa firmeza para asegurar que lleguen medicinas o alimentos a la Franja. Quizá Israel mató a al-Mabhouh debido a su creencia de que estaba armando a la resistencia. Esto explica parcialmente por qué la “comunidad internacional” se ha quedado indiferente ante el asesinato. Al-Mabhouh podría estar tratando de romper el consenso occidental que le niega a Gaza alimentos y armas.
La Unión Europea sólo se preocupa por su vinculación con la historia pero le trae al pairo el asesinato mismo. Una declaración de la UE emitida en Bruselas el 22 de febrero condenó el “hecho de que los implicados en esa acción utilizaran fraudulentamente pasaportes de los Estados miembros de la UE”. Ni siquiera nombraron a Israel. Como resolvió el Financial Times: “La crítica de la UE fue todo lo enérgica que podía ser teniendo en cuenta que Alemania, Italia y otros países pusieron gran énfasis en las estrechas relaciones que se mantienen con Israel”.
Uno sólo puede imaginar lo que sucedería si Hamas decidiera devolver el golpe, ampliando el campo de batalla de Gaza al resto del mundo. ¿Expresaría la UE su desaprobación ante el uso por Hamas de pasaportes fraudulentos y se contendrían de nombrar al grupo, debido al temor, es un decir, de molestar a los países musulmanes?
No. Pero cuando la víctima es un palestino y los asesinos son israelíes –y van ya 27- es una historia totalmente diferente, y un concepto absolutamente distinto de la justicia.
Ramzy Baroud (www.ramzybaroud.net) es un columnista internacionalmente reconocido y editor de PalestineChronicle.com. Su libro más reciente es “My Father Was a Freedom Fighter: Gaza’s Untold Store” (Pluto Press, London), disponible ya en Amazon.com.
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