Un palo para Netanyahu y su inmobiliaria

Página 12
20/03/10

Rusia, EE.UU., la Unión Europea y las Naciones Unidas llamaron a que Israel pare las demoliciones en Jerusalén Este y desmantele lo construido desde 2001. El gobierno israelí contestó con dureza y se negó a retroceder.
Estados Unidos, Rusia, la Unión Europa y las Naciones Unidas condenaron de forma unánime la construcción de asentamientos israelíes en los territorios palestinos ocupados. A sólo unos días del llamado de Hamas a una nueva Intifada en protesta por la expansión israelí en Jerusalén oriental, el llamado Cuarteto de Mediadores para Medio Oriente se reunió en Moscú para tomar una posición común e intentar reabrir el diálogo de paz. “El Cuarteto llama al gobierno de Israel a congelar todas sus actividades de construcción de asentamientos, desmantelar todos los erigidos desde marzo de 2001 y abstenerse de demoler edificios y hacer desalojos en Jerusalén Este”, reclamaron los cancilleres en el comunicado final. Desde Tel Aviv, el gobierno de Benjamin Netanyahu rechazó las críticas y las condiciones impuestas por la comunidad internacional.

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Hillary Clinton con Vladimir Putin, en Moscú, donde fue la reunión del Cuarteto de Mediadores.

Hillary Clinton, su par ruso y anfitrión Sergei Lavrov, la alta representante para Asuntos Externos de la Unión Europea, Catherine Ashton, y el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon mantuvieron ayer una larga reunión a puertas cerradas. Era un momento sensible. Por un lado, Estados Unidos e Israel aún no logran superar el cortocircuito que provocó el anuncio de la construcción de nuevos edificios israelíes en Jerusalén Este. La Casa Blanca tomó como un insulto que el gobierno lo informara justo cuando el vicepresidente estadounidense Joe Biden visitaba el país para reabrir el proceso de paz. Por otro lado, la incesante expansión de los asentamientos sobre territorios palestinos y, especialmente, la reapertura de una sinagoga a unos 400 metros de la Explanada de las Mezquitas, uno de los principales sitios sagrados para el Islam, provocaron una serie de protestas en la Franja de Gaza, en Cisjordania y en Jerusalén Este, que sólo fueron aplacadas a través de una cruenta represión.

Para terminar de enturbiar el clima, el jueves un cohete Qassam disparado desde la Franja de Gaza mató a un tailandés que vivía en un kibbutz, cerca de la frontera. Ayer el gobierno israelí respondió bombardeando el sur de la franja. Según el diario Haaretz, los objetivos fueron talleres de fabricación de armas y túneles de contrabando en la frontera sur, con Egipto. Se registraron dos heridos, según las autoridades palestinas, civiles.

En medio de esta escalada verbal y represiva, el Cuarteto intentó acorralar a Israel y frenar los enfrentamientos. “Creemos que el anuncio de hoy aclara nuestra postura sobre la situación y allana el camino para las negociaciones indirectas”, aseguró Lavrov, el anfitrión de la tarde.

El texto consensuado entre los cuatro líderes de la diplomacia internacional no sólo reclama un cese de la expansión israelí sobre los territorios palestinos, sino que llama a retomar las negociaciones indirectas, un diálogo que había comenzado a mediados del año pasado tras la ruptura de las negociaciones directas por la invasión a la Franja de Gaza. Hace unos meses la Autoridad Palestina volvió a suspender las conversaciones en protesta por el crecimiento de los asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este.

Aprovechando el consenso, el Cuarteto estableció incluso un plazo. “Las conversaciones indirectas deben conducir a un acuerdo negociado entre las partes en un plazo de 24 meses que ponga fin a la ocupación que comenzó en 1967”, sentenció el comunicado final. Los representantes del Cuarteto terminaron el anuncio con una sonrisa y satisfechos. Para ellos la estocada había sido fulminante. “Creo que vamos a ver una reanudación de las negociaciones, y eso significa que ha valido la pena, porque ése es nuestro objetivo”, aseguró Clinton, cuando la prensa le preguntó si la presión ejercida por Washington en los últimos días serviría para volver a traer a Israel a la mesa de negociación.

Pero la respuesta israelí no tardó en llegar y no fue la que esperaban los representantes de la comunidad internacional. “La declaración del Cuarteto ignora las experiencias de los últimos 16 años (desde los Acuerdos de Oslo) y no tiene en cuenta que la paz debe construirse sobre el terreno, con acciones prácticas en el terreno”, reclamó el canciller, el ultraconservador Avigdor Lieberman, durante una visita a Bruselas.

El canciller de Netanyahu dejó muy claro que no se dejarán presionar por la comunidad internacional. Sin disimular su mensaje con frases diplomáticas, Lieberman rechazó los dos pedidos del Cuarteto y estimó que las negociaciones con los palestinos podrían extenderse hasta 16 años antes de encontrar una solución viable. “Estos anuncios sólo alejan el objetivo de alcanzar un auténtico acuerdo entre Israel y los palestinos al dar a la otra parte la falsa impresión de que arrastrar los pies y rechazar sentarse a la mesa de negociaciones bajo falsos pretextos los acercará a su objetivo”, agregó.

En Ramalá, en cambio, el comunicado del Cuarteto fue bienvenido. “La declaración es muy importante, pero más importante aún es que Israel cumpla su contenido para poder lanzar el proceso de paz”, aseguró el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas. Más tarde el jefe de sus negociadores, Saeb Erekat, para el conflicto con Israel lo puso aún en palabras más simples. “Los israelíes tienen dos opciones: o continúan con sus actividades de asentamiento o se involucran en el proceso de paz”, explicó el funcionario palestino.

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