Teléfono descompuesto: Los halcones de Israel "recolonizan" y van a la guerra

Manuel Freytas
IAR Noticias
18/03/10

Mientras el "progresismo" imperial decadente del eje EEUU-UE se debate en la impotencia para reencauzar el farsesco (y poco creíble) "proceso de paz", los halcones israelíes (con Netanyahu trazando sintonía fina con los conservadores militaristas USA) avanzan en sus planes de "recolonización" de los territorios ocupados. La decisión de "recolonizar" y de lanzar operaciones militares contra Irán, Siria, Gaza y Libano, se respira en el aire y aparece como inmodificable de acuerdo a la opinión generalizada de analistas y observadores.

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Todas son "quejas" y súplicas contra Netanyahu y los "duros" del Estado judío: Obama y el lobby "liberal" USA les piden "reflexión", la UE, con su emisaria, la británica Catherine Ashton visitando Tel Aviv, pide "conversaciones de paz" urgentes antes de que estalle la región, y la ONU, con el títere sionista Ban Ki Moon, solicita que "dialoguen" con los palestinos para descomprimir la olla a punto de explotar.

Netanyahu, nada. Inflexible, no escucha, no sabe, no contesta. En una decisión inédita, los halcones israelíes le pegaron un portazo en la cara a la administración gelatinosa de Obama y resolvieron solo dialogar consigo mismos y con sus aliados "ultraduros" del Pentágono, Wall Street y el Complejo Militar Industrial.

Como dicen los expertos: Sin enemigo estratégico con quien combatir, la primera potencia imperial del capitalismo trasnacionalizado se desangra en una imparable guerra interna entre "derecha" e "izquierda". Una intra-guerra entre sionistas, gente del mismo palo, con una "visión política" enfrentada respecto a qué hacer con el problema central: Irán y el "eje del mal".

La cuestión divide las aguas y precipita un proceso de "incierto desenlace", como dice The Washington Post, más cercano a los halcones militaristas que a la Casa Blanca.

Obama, caído en desgracia en las encuestas, fracasado en todas las líneas de aplicación de su gestión, obligado a exterminar población sobrante con la "guerra contraterrorista" en Asia y África, con su clientela "progre" y pacifista en desbandada, acusado de "traidor" a sus promesas por su propio sector, tildado de inútil y de "amigo de terroristas" por el lobby de "derecha", tampoco sabe muy bien que ómnibus hay que tomar para llegar a destino.

Y, políticamente, Obama y Netanyahu parecen los extremos que no se tocan.

El objetivo de Obama pasa prioritariamente por reconstituir la imagen "progresista y democrática" de su política interior y exterior, que le posibilite ganar las legislativas de noviembre donde los demócratas pueden perder la mayoría en las dos cámaras del Congreso. Situación que lo pondría definitivamente al borde del colapso. Es más, los republicanos (es vox populi) ya le tienen encarpetado un juicio político por "incapaz" y "peligroso".

Obama, un asesino serial de población sobrante, igual que Bush y todos los presidentes norteamericanos, quiere utilizar Medio Oriente, en especial la crisis palestina, para convertirse en un gladiador de la "paz", como si en vez de ser gerente de la primera potencia imperial, fuera el presidente de Zambia.

Obama tiene un solo objetivo: ganar las elecciones y mantenerse rutilante en su marketing discursivo de la "democracia y los derechos humanos", aunque la mitad de su tiempo lo emplee firmando órdenes de masacres militares en Asia, Africa y Medio Oriente.

Esta demagogia política de "doble rasero", compartida por el lobby sionista "liberal" que lo acompaña en la Casa Blanca, lo llevó a un farsesco "enfrentamiento" con sus patrones de la oligarquía bancaria de Wall Street, con planteos absurdos y demagogos de "cobrarle impuestos" al sionismo financiero.

Ahora ese fervor lo trasladó a la agenda del Medio Oriente, donde coquetea y se hace el "dialoguista de la paz", allí donde-según los halcones- sólo existe el dialogo de las balas.

La administración "progre" de Obama, que preside el Imperio para el sionismo capitalista, del cual Israel es la "madre patria", ahora resulta que quiebra la barrera del sonido criticando y "condenando" a los halcones militaristas que siguen su ruta con su objetivo principal: terminar militarmente con Irán y la resistencia armada contra el Estado de Israel.

En resumen, Obama y la línea "liberal" quieren parar la política "derechista" de los asentamientos, aislar a los sectores "extremos" (judíos e islámicos) convocar a nuevas "negociaciones de paz", como una estrategia política de "dividir para reinar".

Esto es, fortalecer las líneas "democráticas" internas contra los ayatolas, contra Hamás y Hezbolá, y contra las organizaciones armadas islámicas que plantean una "guerra a muerte" contra el Estado judío en todos los frentes.

La olla estalló cuando el gerente negro le impartió una "orden" a Netanyahu y a los halcones: Detener la política de asentamientos y llamar a "negociación" con todo el mundo: Con Irán, con los palestinos, con los sirios y con todos los "terroristas" que le tiran cohetes a las ciudades israelíes de la frontera.

La situación colmó el vaso: Netanyahu y los halcones se plantaron y le dijeron a Obama y a sus "emisarios", ustedes negocien que nosotros nos preparamos para el ataque. El vice de Obama, Joe Biden, y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, sufrieron desplantes y humillaciones increíbles en sus viajes a Tel Aviv.

Y no se trata de Israel, sino de una proyección de lo que está sucediendo en las más altas esferas del poder sionista en EEUU.

La llamada "crisis" entre EEUU e Israel generada por el anuncio de la construcción de 1.600 viviendas en Jerusalén Oriental, realizado durante la visita del vicepresidente Joe Biden a Tel Aviv, dividió a las organizaciones judías en Washington y puso al descubierto las posiciones divergentes que tienen para enfrentar el "problema iraní".

La más poderosa organización sionista a nivel mundial, AIPAC (American Israeli Public Affairs Committee), criticó y repudió enérgicamente la dura reacción del gobierno de Obama frente al anuncio de "recolonización" de Netanyahu señalando que "todo es una distracción para no lidiar con el programa nuclear iraní".

Por su parte, "J. Street", una organización judía "progresista", dedicada a promover el diálogo entre israelíes y palestinos, apoyó a la administración Obama bajo el argumento de que sus críticas a Netanyahu habían sido "comprensibles" y adecuadas".

En un duro comunicado, AIPAC exigió que Obama adopte inmediatamente medidas para "desactivar la tensión con el Estado Judío". Mientras que el presidente de la Anti-Difamation League, Abraham Foxman, dijo que estaba "atónito y sorprendido por el tono del gobierno de Obama".

Este apoyo interno envalentonó a Netanyahu y a los halcones, tanto en Washington como en Tel Aviv.

El miércoles, el premier israelí Benjamin Netanyahu reiteró por décima vez su intención irrenunciable de llevar adelante los asentamientos, mientras el Departamento de Estado controlado por Obama pedía una "explicación oficial".

Barack Obama es un "infiltrado comunista", protege a Al Qaeda y negocia con los "terroristas islámicos", es la idea que resume los "dossier" conspirativos que circulan por las usinas de los republicanos y la ultraderecha conservadora sionista de EEUU.

Para los halcones de Tel Aviv y Washington, el desarrollo del poder económico- nuclear-militar de Irán es directamente proporcional a una amenaza a la existencia del Estado de Israel y a la supervivencia de los intereses capital-imperialistas-militares de EEUU y del eje sionista en la región del Medio Oriente.

En ese escenario, la crisis con Obama, la guerra interna del lobby sionista, está tocando extremos inconcebibles, y ningún analista podría proyectar sus emergentes inmediatos en el peligroso polvorín militar de Medio Oriente.

La variable de ajuste, como siempre, es la ojiva que puede producir el plan nuclear iraní.

En definitiva, el "estado de la ojiva iraní", es el que define la hora señalada del agendado ataque militar judío a las usinas de Teherán.

Un hecho "consumado" que podría terminar de un plumazo con Obama y el lobby "progresista" en la Casa Blanca.

(*) Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.

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