Fiscalía chilena investigará fallida alerta de tsunami

TeleSUR
16/03/10

La Fiscalía de Chile investigará los hechos que motivaron a la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) y al Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA), a no alertar a la población del tsunami producido por el sismo del pasado 27 de febrero, informó este martes el fiscal nacional, Sabas Chahuán.

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La investigaciones se realizarán para "determinar si hay delito o no hay delito", destacó el Chahuán en declaraciones a un medio local.

"Si no hay ningún prejuicio, no hay antecedentes preconcebidos, o el que sea responsable que responda y el que no sea responsable que quede claro", explicó el fiscal general de la nación, quien designó a la fiscal Solange Huerta para solucionar el caso.

El funcionario indicó que Huerta trabajará con el equipo de fiscales adjuntos que sean necesarios, "ya que la instrucción es que culmine a la brevedad" la indagación.

"Que no se hayan dado las alertas de la manera en que estaba estipulado merece ser investigado. Puede que no haya responsabilidad penal, un delito; sí tal vez una negligencia que sólo por excepción es punible", agregó Chahuán.

"Estoy considerando abrir una investigación de oficio, aunque eventualmente no haya responsabilidad", continuó el fiscal.

Por su parte, el presidente de la Corte Suprema chilena, Milton Juica, afirmó que "el que quiere ejercer una responsabilidad contra alguna persona lo puede hacer, es libre de hacerlo, y los tribunales están disponibles para proveer lo que sea necesario".

Tras el terremoto, de magnitud 8,8 en la escala de Ritcher, un maremoto barrió el 50 por ciento del sector costero chileno y las zona aledañas al mar, lo que causó decenas de muertos y desaparecidos. Este hecho originó una polémica entre la Onemi y el SHOA, sobre la tardía respuesta de ambos institutos para alertar sobre la catástrofe natural.

Este conflicto entre ambos organismos provocó la salida del director del SHOA, Mariano Rojas Bustos, y de la directora de la Onemi de Chile, Carmen Fernández, quien renunció un día antes del cambio de mando presidencial y tras reconocer los errores del organismo bajo su cargo.

El SHOA y la Onemi aceptaron la responsabilidad que sobre ellos caía por no alertar el tsunami, lo que hubiera podido salvar vidas. La alerta se emitió originalmente después del sismo, pero una hora más tarde fue descartada

"Nosotros estuvimos ciegos y mudos. Tuvimos un fallo de comunicaciones y eso lo reconozco", admitió la ex directora de la Onemi antes de renunciar.

"La realidad es que hubo una información de tal nivel de imprecisión y ambigüedad que a nadie le permitió tomar una decisión", argumentó Fernández.

Entretanto, Chahuán manifestó que en principio no tenía previsto iniciar una investigación, porque "las versiones contradictorias se anulaban, pero es un tema que debe despejarse y la fiscalía tiene que investigar".

Entre el terremoto y el tsunami dejaron casi 800 fallecidos, al menos dos millones de damnificados y un millón 500 mil viviendas destruidas. Asimismo, el Gobierno chileno estimó los daños en viviendas e infraestructura vial en 30 mil millones de dólares.

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