La economía china comienza a tambalearse

IAR Noticias
29/03/08

Las incertidumbres en los mercados internacionales, los malos resultados empresariales y una inflación por las nubes -se encuentra en su nivel más alto en once meses- están pasando factura al mercado y a la economía china, señala el Journal.

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Los beneficios del sector industrial, petrolero o minero se han ralentizado (lentificado) en los primeros dos meses del año, según el último informe del Gobierno, mientras la bolsa no deja de caer .

De acuerdo con el primer ministro chino, Wen Jiabao, éste será "el año más complicado para la economía china"

Según el Journal, los años de euforia han dado paso a titubeo en los precios de las viviendas, a compañías devoradas por su propio éxito y ambición y a empresarios muy ricos en terreno pero muy pobres en liquidez.

A su vez China experimenta un proceso inflacionario récord que podría complicar las decisiones de los bancos centrales en el resto del planeta que aún están preocupados por la reciente turbulencia en los mercados financieros.

La inflación en China alcanzó el 7,1% en enero pasado, la tasa más alta de los últimos 11 años, de acuerdo a cifras oficiales.

El incremento en los precios al consumidor fue provocado por un aumento del 18,2% en los costos de los alimentos, en relación al mismo período de 2007, informó el Buró Nacional de Estadísticas.

La tasa de 7,1% en enero había estado en 6,5% en diciembre, que a su vez fue la más alta desde 1996, cuando los precios al consumidor habían aumentado un 7,4%.

La inflación en productos no alimenticios trepó en enero solamente un 1,5% en el lapso de un año, según muestran las cifras oficiales.

La repercusión más inmediata de la suba récord de los precios del petróleo -según los expertos- puede ser una escallada mundial de los precios de los alimentos de consumo diario, esenciales para la supervivencia, debido a la alta incidencia de los combustibles en sus costos, principalmente en el sistema de producción y comercialización y el transporte, y China no es una excepción.

La suba de los alimentos de consumo esencial, a su vez, actúa como principal disparador de la tasa de inflación y del consecuente proceso de recesión económica que ya experimenta sus primeros síntomas en China.

Los precios del petróleo, por su incidencia en la cadena de precios, afecta directamente a los alimentos de mayor demanda de consumo, como pan arroz, papas, azúcar, carne, leche, huevos y manteca, esenciales en la cadena alimentaria de cualquier familia.

El incremento de los costos de los alimentos y de la inflación (con devaluación de salarios) es un problema para el gobierno chino, en un país donde este tipo de aumentos están ligados a disturbios sociales, indica el corresponsal de la BBC en Beiging.

A la vez, si los productos chinos de exportación suben de precio, las autoridades monetarias de muchos países podrían enfrentar un problema mucho mayor a la hora de recortar las tasas de interés presionadas por el fantasma de la inflación en casa.

A todo esto -señala el Journal- se suma un mercado inmobiliario interno cada vez más débil.

Incluso los gigantes ya experimentan dificultades. Country Garden Holdings, la inmobiliaria china más grande por capitalización bursátil en Hong Kong, canceló una emisión de deuda de 1.500 millones de dólares a finales del año pasado.

Soho China, una promotora comercial y residencial en Pekín, abandonó recientemente la idea de realizar hacer un domestic stock listing por las condiciones del mercado. Pan Shiyi, su presidente y cofundador, dijo a la prensa que los promotores chinos encontrarían "extraordinarias dificultades financieras".

Pero el panorama de "crisis embrionaria" de la economía china (la tercera del mundo después de EEUU y la Unión Europa) que describe The Wall Street Journal se configura a partir de su interdependencia del modelo capitalista globalizado con epicentro en EEUU y Europa.

Como efecto de la interdependencia económica, el factor crisis financiera dólar débil-petróleo alto, hoy afecta en primer término a las "economías centrales" de EEUU y Europa, y se cierne como un fantasma sobre China, la llamada "fábrica del mundo", y mayor demandante global de petróleo y materias primas, que -como lo describe el Journal- ya empieza a experimentar los primeros síntomas inflacionarios-recesivos en su economía.

La suba de los alimentos de consumo esencial (como efecto de la escalada de los precios del petróleo), a su vez, actúa en China, como principal disparador de la tasa de inflación y del consecuente proceso de recesión económica que conlleva lo que los expertos denominan estanflación.

EEUU y Europa son los principales compradores de productos chinos, y el gigante asiático, a su vez, es el principal importador de petróleo y materias primas de los "países emergentes", con lo que se puede deducir que si el Imperio estadounidense (en proceso recesivo) reduce sus compras, el impacto se va a proyectar inevitablemente en una crisis de China proyectada a los "países emergentes".

Con un proceso recesivo de su economía y un dólar devaluado, EEUU (el principal comprador de la "gran fábrica" asiática) reduciría drásticamente sus compras a China, y Europa, que ya enfrenta un fenómeno recesivo en su economía comunitaria, ingresaría en una contracción de sus sistema económico productivo.

Como impacto inmediato, la economía china también ingresaría en un proceso recesivo (detención del crecimiento) que la obligaría a reducir sus importaciones de materias primas y de petróleo,

A su vez la reducción en la importación de materias primas y de petróleo por parte de China (el principal importador mundial) impactaría en las economías de Rusia y de los "países emergentes" (los principales exportadores de petróleo y de materias primas a China) que también podrían ingresar en un proceso recesivo.

En esta ecuación radica la importancia clave que revestiría para el modelo capitalista globalizado un eventual derrumbe de la economía china, cuyos primeros síntomas empiezan a manifestarse.

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