Alerta en el Vaticano: Un caso de pederastía cuando el Papa era obispo de Munich

Urgente 24
14/03/10

Durante el tiempo en que Joseph Ratzinger (hoy Benedicto XVI) fue arzobispo de Munich, en su jurisdicción fue apartado de sus funciones un sacerdote acusado de abusos sexuales a niños y que fue juzgado y condenado en los tribunales en los años '80. Sin embargo, desde entonces, el sacerdote ha seguido trabajando en tareas eclesiásticas aunque sin contacto con niños o jóvenes.

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El diario Süddeutsche Zeitung acaba de revelar este caso, en el que un sacerdote ocupó el ministerio en una parroquia, después de ser acusado de cometer abusos en otra diócesis. Sólo después de una reincidencia, fue apartado definitivamente del cargo.

¿Quién fue el culpable de la tolerancia hacia el pedófilo?

Joseph Ratzinger, por entonces arzobispo de Munich (al sur de Alemania), acogió en su diócesis, en 1980, al sacerdote pedófilo para que se sometiera a terapia. "A petición del obispado de Essen, el abad H. fue acogido en el arzobispado de Munich y Freising en enero de 1980", señaló un comunicado del Arzobispado.

"Él estaba decidido a conceder alojamiento al abad en una parroquia con el fin de que pudiera someterse a terapia. El antiguo arzobispo [Joseph Ratzinger] participó en la toma de decisiones", agregó el comunicado.

Ratzinger fue arzobispo entre 1977 y 1982.

El sacerdote fue juzgado en 1986 y condenado a una pena de 18 meses de prisión y a una multa de 4.000 marcos (algo más de €2.000), por abusos sexuales a menores. El Tribunal de Ebersberg ordenó además que se sometiera a psicoterapia.

A su vez, el portavoz del Arzobispado de Munich confirmó, en declaraciones a la edición digital del diario Süddeutsche Zeitung, que en los años '80 se cometieron "graves errores" y que el traslado del cura pedófilo se hizo "con la autorización del entonces arzobispo (Joseph Ratzinger)".

Pero desde Roma, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, ha subrayado que Benedicto XVI, entonces Joseph Ratzinger, no estuvo directamente relacionado con los hechos.

El portavoz vaticano Lombardi intentó minimizar el alcance de la revelación.

Desde el Arzobispado de Munich se asumió toda la responsabilidad por aquellos hechos, que se califica de error. El ex vicario general de Munich, Gerhard Gruber, de 81 años, dijo que él era totalmente responsable de que este sacerdote continuara en activo.

En su comunicado, el portavoz Lombardi recordó que el hoy Papa era ajeno a los hechos y responsabiliza directamente a Gruber. "Evidentemente, el vicario no hizo caso de las indicaciones del por entonces arzobispo Joseph Ratzinger, que había dispuesto que el sacerdote no desarrollase actividad pastoral alguna", dijo Lombardi.

Alemania está inmersa en una revisión sistemática de casos antiguos de abusos o maltratos a raíz del escándalo destapado en varios colegios católicos durante las décadas de los años '60 y '70.

Sexo oral al prelado

El sacerdote, cuenta el diario alemán, había obligado a un menor de 11 años a practicarle sexo oral, y fue trasladado desde Essen a Baviera cuando Ratzinger, que fue obispo de Munich entre 1978 y 1981, era el teórico responsable de asignar las misiones y ordenar los traslados de los curas. En Baviera, el cura se entregó a nuevas violencias pedófilas y nunca fue denunciado por la Iglesia a la justicia civil, ni tampoco apartado de su cargo pues sigue ejerciendo el sacerdocio.

El jueves 11/03, el Vaticano vivió una jornada de enorme tensión, con la visita a Roma del jefe de la Iglesia alemana, Robert Zollitsch.

El presidente de la Conferencia Episcopal Alemana (CEA) se reunió durante 45 minutos con el Papa tras entrevistarse con los responsables de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y luego dio la cara ante unos 50 periodistas.

El arzobispo de Friburgo y líder de los obispos alemanes leyó una solemne declaración en la que pidió perdón por los abusos y reveló que el Papa había animado a su Iglesia a "seguir adelante con decisión y valentía en la tarea de descubrir toda la verdad, sin lagunas y por antigua que ésta sea, para satisfacer los derechos de las víctimas".

Zollitsch aseguró que el Vaticano mantendrá una línea dura y de transparencia total ante la pedofilia, y reveló que el ex Santo Oficio está reuniendo toda la información de los abusos y estudia endurecer en breve sus normas internas para aumentar la prevención y la colaboración con las instancias civiles.

Entre otras medidas, la Santa Sede denunciará a los sospechosos de abusos a la justicia ordinaria, siempre que las víctimas no se opongan, y permitirá que los procesos civiles sean independientes de las causas canónicas, un novedoso movimiento aplicado ya de forma incipiente en Irlanda, Austria y Alemania.

"Benedicto XVI ha recibido con gran malestar y profunda conmoción nuestro informe sobre los horribles casos de violencia registrados en el país", contó Zollitsch, "y ha respaldado nuestra actuación y el catálogo de normas que hemos puesto en marcha para afrontar los abusos a menores".

"No habrá disimulos ni ocultamientos", enfatizó el jerarca alemán. "Ya hemos apoyado las investigaciones penales, e invitamos a todas las víctimas, no solo a las de abusos cometidos por curas, a presentarse y denunciar. Informaremos a las autoridades judiciales cuando haya sospechas, y se abrirán dos procesos, uno penal y otro canónico. Serán ámbitos independientes, separados, y el estatal no estará subordinado al canónico. Incluso si la justicia de la Iglesia resuelve la inocencia de un acusado, no interferiremos en el proceso penal", prometió.

Las normas aprobadas el pasado 25 de febrero por la CEA refuerzan las medidas que la Iglesia alemana tomó en 2002. Según Zolltisch, solo Austria y Alemania han puesto en práctica ese protocolo que tiene como modelo la experiencia irlandesa y que debería ser, según dijo, la base del nuevo código interno en preparación.

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