He visto 1.200 fotos de tortura

David Swanson
Global Research
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
14/07/09

Me parece ahora, cuando el Fiscal General de EE.UU. afirma que está considerando la posibilidad de permitir que se implementen las leyes de ese país contra la tortura, es oportuno que revele que he visto más de 1.200 fotos de tortura y una docena de vídeos que están en posesión de los militares de EE.UU. Son fotografías que muestran tortura, las víctimas de la tortura, y otros tratamientos inhumanos y degradantes. Varios vídeos muestran a un prisionero que golpea intencionalmente su cabeza, con la cara, con mucha fuerza contra una puerta de metal. Los guardias lo filmaron desde diversos ángulos en lugar de impedirlo.

Special Broadcasting Service (SBS) de Australia, reveló varias de esas fotografías, el vídeo de los golpes con la cara, y un vídeo de prisioneros obligados a masturbarse, como parte de un informe noticioso en 2006. Pero toda la colección no ha sido puesta a disposición del público o de un fiscal especial, aunque fue mostrada a miembros del Congreso en 2004. Cuando esas fotos terminen por ser publicadas, sugiero que les eches una buena mirada. Una vez que se te pase el malestar, tal vez valga la pena que consideres los últimos años de inacción del Congreso. Y volverás a sentirte mal.

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En enero de 2004, los militares confiscaron fotos y vídeos que estaban en computadoras y teléfonos celulares en la prisión Abu Ghraib en Iraq. Los que tienen que ver con el abuso de prisioneros eran, que yo sepa, los que están en la colección que vi. Por lo tanto, esa colección no incluye imágenes de torturas o maltratos que puedan haber tenido lugar en Abu Ghraib después de esa fecha o en otros sitios en cualquier época. Tengo motivos para creer que fotos semejantes existen en grandes cantidades y que muestran tipos de abusos que todavía no hemos visto.

La mayoría de la gente ha visto menos de 100 fotos de Abu Ghraib. He puesto en línea muchas de las que han sido dadas a conocer. No son una mala muestra representativa del conjunto, pero están lejos de ser completas. Hay entre las más de 1.200 fotos, imágenes de prisioneros y de personal militar que no han sido publicadas. Hay escenas horripilantes de las que no hemos visto en público una sola imagen. Y las imágenes que hemos visto son, en la mayoría de los casos, una sola imagen o dos de una larga serie de fotos de un incidente. En muchos casos, la colección incluye múltiples series de imágenes de un mismo evento fotografiado por múltiples cámaras. Las imágenes públicas han sido recortadas y/o censuradas para ocultar caras o genitales. En las versiones no recortadas hay, en algunos casos, más personas en la foto.

Si todas esas fotos de Abu Ghraib fueran dadas a conocer, pero las de otros tiempos y sitios siguieran ocultas, y si no conociéramos las órdenes ejecutivas, los memorandos del Departamento de Justicia, declaraciones firmadas por el presidente, informes del Congreso, de la Cruz Roja, confesiones televisadas del presidente y del vicepresidente, etc., los militares podrían seguir afirmando que fue la obra aislada de unas pocas “manzanas podridas”. Pero sabríamos mejor cuál fue esa obra. Y si esas imágenes estuvieran a disposición del público, o sólo de un fiscal especial, sugerirían un cierto interés en la busca del rendimiento de cuentas de los responsables, pero que no están presentes en las fotografías. Por otra parte, el que se oculte la evidencia mientras se procesa a los soldados que posaron en algunas de las fotos parece cada vez más como una busca de chivos expiatorios en beneficio de la Inteligencia Militar, la CIA, y contratistas que instruyeron a los soldados, así como de sus comandantes hasta llegar al secretario de defensa quien dio alas a la tortura, los abogados que trataron de asegurar la inmunidad, y al presidente y vicepresidente que dieron las autorizaciones. Hay que recordar que para que el fiscal general Eric Holder decida que las leyes contra la tortura de EE.UU. puedan ser implementadas, no tiene que esperar hasta que se revele cada pieza nueva de evidencia para luego reaccionar apropiadamente. Ya tiene toda la evidencia y mucha más, de la que sabemos pero no hemos visto.

Las más de 1.200 imágenes que he visto se suman a algunas historias que nos han sido esbozadas anteriormente. Hemos visto el cuerpo del prisionero asesinado, Manadel al-Jamadi, envuelto en hielo. Hemos visto al cabo Charles Graner posando junto a él, y a la cabo Sabrina Harman haciendo lo mismo. Pero la colección más completa muestra el proceso de limpieza del cuerpo. Una cuchillada gigantesca en la parte superior de la cabeza del hombre es suturada, su ojo parchado, etc. Fotos, algunas de ellas publicadas, muestran el piso cubierto con la sangre de esta víctima.

Hemos visto unas pocas imágenes (una, dos, tres) de un hombre atacado y mordido por perros. Pero una serie mayor de fotos nos muestran mucho más de las heridas en sus piernas y brazos, así como su número de identificación: 153863.

Muestran a otro prisionero con identificación (153399) al que le falta un gran trozo de la cabeza. Es uno de una serie de cadáveres mostrados en las fotografías. SBS (el canal noticioso australiano) encontró un informe del ejército sobre su muerte y concluyó que esos prisioneros muertos habían sido probablemente muertos a tiros por guardias durante un disturbio o asesinados por guardias en otras circunstancias. Otros han afirmado que hubo ataques con mortero desde el exterior de la prisión.

Charles Graner y Sabrina Harman aparecen bastante en esas fotos, posando y sonriendo, pero también curando heridas. La soldado Lynddie England, parece en relativamente pocas, las que hemos visto con un gesto de aprobación y mostrando a prisioneros que se masturban. Otras fotos muestran a más personal militar. En una de ellas, Graner y otros dos soldados colocan una bolsa sobre la cabeza de un prisionero. En una un posible contratista privado lleva una placa de identificación.

Hay muchas fotos de las más de 1.200 que muestran a prisioneros desnudos, a veces encadenados a literas o con sus piernas sujetas entre barras. Hay un prisionero desnudo tirado boca abajo en el suelo con sangre al lado, con un policía militar sobre su espalda y dos más mirando.

Previamente hemos visto y oído de un prisionero que perdió la mente y se cubrió con heces fecales, que recibió el mote “muchacho de mierda.” En la colección ampliada, lo vemos desnudo de frente en la ducha, con guantes blancos de látex. Lo vemos inmovilizado entre camillas, pero también de pie, apretado entre colchones de espuma encadenados sobre su persona como una túnica, con sacos atados sobre sus manos, y en otras posiciones. Y dicen que es el mismo al que muestran golpeando su cabeza contra una puerta.

Vemos a un prisionero desnudo, encapuchado, de pie sobre dos cajas de comidas prefabricadas, e inclinado. Vemos fotos tomadas desde un balcón de dos prisioneros sentados o acuclillados con sus manos detrás de sus cabezas, uno de ellos en el suelo y el otro sobre una caja de comidas prefabricadas. Vemos a un prisionero con su número de identificación escrito sobre el pecho desnudo con marcador rojo, y con caras sonrientes hechas con marcador rojo alrededor de sus tetillas. (Su número, oscurecido por su capucha, es 200- -4, y el primer número faltante es 1 o 7, el segundo 9 o 4.)

Por cierto, también vemos las fotos de electrocución simulada de un prisionero encapuchado de pie sobre una caja de comida prefabricada, con alambres atados. Y vemos a un prisionero al que al parecer se le obliga a introducir un plátano en su ano. Vemos a una joven que levanta su falta, pero sin recortar y con los ojos borrados. La vemos junto con otra joven. Vemos una serie de fotos de esas jóvenes posando, totalmente vestidas. Vemos a la primera vestida y posando con la cabo Sabrina Harman, ambas sonriendo. Según SBS la historia es que las dos prisioneras fueron arrestadas acusadas de prostitución.

Hay tres fotos de un niño pequeño desnudo, con una túnica, y completamente vestido. Aunque es muy perturbador ver las fotos de este pequeño niño en medio de esta asquerosa colección, no tengo idea del motivo por el que se encuentran allí y si fue maltratado, o si alguien fue amenazado con su maltrato. Pero sé que el principal abogado que posibilitó nuestra campaña nacional de tortura y que es famoso por haber dicho que un presidente de EE.UU. tiene derecho a aplastar los testículos de un niño, es profesor de una prestigiosa universidad, mientras su jefe está sentado como un juez vitalicio en el Noveno Circuito porque el Congreso se niega a encausarlo. La excusa corriente para la demora es que el Departamento de Justicia planifica publicar muy pronto su informe interno (de la Oficina de Responsabilidad Profesional), como lo ha estado haciendo durante muchos meses. Si Holder finalmente publica el informe y anuncia simultáneamente el nombramiento de un fiscal especial, tienen que ocurrir dos cosas:

No debemos permitir que el Congreso retarde el encausamiento de Bybee por más tiempo con la nueva excusa de que se está efectuando una investigación criminal.

Tenemos que presionar para que el fiscal especial actúe sin demora y sin considerar que alguien está por sobre las leyes escritas por el Congreso.

David Swanson es autor del próximo libro "Daybreak: Undoing the Imperial Presidency and Forming a More Perfect Union" de Seven Stories Press.

© Copyright David Swanson, Global Research, 2009

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