Comienzan en Guantánamo los juicios contra acusados por el 11-S


La Crónica de Hoy - Terra Actualidad
06-06-2008

Los cinco acusados de participar en los atentados del 11 de septiembre de 2001, incluido su presunto máximo artífice, Jalid Sheij Mohamed, pidieron ayer representarse ellos mismos ante un tribunal militar antiterrorista en Guantánamo.

Los acusados rechazaron a sus abogados como medida de protesta contra el proceso y algunos, entre ellos Mohamed, manifestaron su deseo de morir como “mártires”.

La fiscalía ha solicitado la pena de muerte para los cinco hombres, que son las primeras personas encausadas por su participación directa en los atentados del 11-S.
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El juicio en sí debe comenzar “antes del 18 de septiembre”, determinó el juez militar Ralph Kohlmann, y advirtió a los acusados que si deciden no asistir a las audiencias futuras, el procedimiento continuará sin ellos, por lo que podrían ser juzgados y condenados sin pisar el tribunal de nuevo.

La vista de ayer, que duró unas seis horas, fue la primera ocasión en que los cinco acusados tuvieron oportunidad de ver enfrente a un juez y saber de qué se les acusa.

Censura militar

El juez Kohlmann declaró secretos unos siete minutos de la audiencia, cuando dos de los detenidos aparentemente describían su tratamiento en cautiverio, denunciado en reiteradas ocasiones por organizaciones humanitarias por las condiciones infrahumanas en las que son encerrados.

De hecho, el abogado de uno de los imputados, Ramzi Binalshibh, denunció que su representado apenas era capaz de entender sus derechos y lo que estaba pasando, porque está siendo “forzado” a tomar fármacos psicotrópicos, usados para la depresión y la ansiedad.

Preguntado si quería ser representado por los abogados asignados a él, el acusado Ali Abdul Aziz Ali dijo en inglés: 'Todo lo que ha pasado aquí es injusto. Desde que fui arrestado lo habría apreciado...'.

Lo que siguió de la declaración no se pudo escuchar porque el sonido fue suprimido dos minutos por orden del juez.

La vista es emitida con 20 segundos de retraso por videoconferencia a una sala de prensa a unos cien metros del complejo de Guantánamo y a un recinto acristalado dentro del propio tribunal.

Ese paréntesis da tiempo a un agente de inteligencia sentado a la derecha del juez a aconsejarle que censure el contenido.

Anteriormente, durante la vista, Ali había señalado: 'He pasado cinco años de tortura. Veo que lo paran (el sonido). No le molestaré. No lo diré'.

En la primera fase de la audiencia, el acusado de ser el cerebro del 11-S, Jalid Sheij Mohamed, también había señalado: 'No puedo hablar de la tortura. Sé que es la línea roja' que no se puede pasar.

El juez Kohlmann también censuró la audiencia durante cinco minutos en dos ocasiones mientras Ramzi Binalshibh explicaba por qué le administraban fármacos psicotrópicos, usados contra la depresión y la ansiedad, entre otros fines.

'Le voy a contar los detalles. Me fuerzan a tomar esas medicinas.

Si no, mi situación será peor que antes', dijo Ali a través de un intérprete, antes de que el juez cortara el sonido una vez.

Cuando el juez vio hacia dónde se encaminaba la reclamación del preso, cortó el sonido del intérprete al pequeño grupo de periodistas y observadores que asistieron a la audiencia. El magistrado advirtió que usa esa medida para “proteger la seguridad nacional” de Estados Unidos.

Antes de ser trasladados en septiembre de 2006 a Guantánamo, los cinco acusados estuvieron durante años en las cárceles secretas de la CIA, agencia que ha llegado a reconocer que sometió a Mohamed a asfixias simuladas.

El hombre que se propuso ser superterrorista


Jalid Sheij Mohamed no es un hombre con un odio ciego hacia Estados Unidos, pues vivió en Carolina del Norte y estudió en sus universidades, pero su rechazo a la alianza de Washington con Israel le llevó a idear, según ha confesado, un atentado que cambió el mundo.

Confesó haber participado en una treintena de complots. Muchos nunca salieron del papel, otros fueron fallidos y un puñado tuvo un “éxito” terrible.

[SDLT: Sobre estas confesiones bajo tortura, recomendamos leer:
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- La Tortura en Guantánamo Comienza a Dar Frutos]


Quiso volar el Canal de Panamá, el aeropuerto británico de Heathrow y matar a Bill Clinton, al presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, y al Papa Juan Pablo II.

Confesó haber decapitado en 2002 en Pakistán, “con mi santa mano”, según dijo, al periodista estadounidense Daniel Pearl, que era judío, y se atribuyó la responsabilidad “desde la A a la Z” por los atentados del 11-S, que fueron producto de su mente, ya que cuando conoció a Osama bin Laden le dio la idea de secuestrar aviones comerciales para convertirlos en misiles.

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