Lección de capitalismo: ¿Quién se que quedó con tu parte del pastel?

Manuel Freytas
IAR Noticias
20/04/10

En términos concretos y realistas, vamos a pensar al mundo capitalista como si fuera un gran pastel.

Todo lo que se produce en el planeta, alimentos, productos, tecnología, bienes y servicios, conforman matemáticamente las tajadas de ese pastel y es el valor acumulado (riqueza) de la actividad humana a través de los siglos (el trabajo).

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El valor acumulado es el resultante interactivo de una ecuación:

Recursos naturales+sistemas económicos productivos+bienes producidos= el gran pastel.

De esta manera, y para no caer en subjetivismos (o emocionalismos) fundamentalistas hay que pensar al mundo no en términos filosóficos, sino como lo hacen los capitalistas: en términos matemáticos y concretos, como si fuera un gran pastel.

De manera tal, y como se hace con un pastel, la mesa está servida y llegó la hora de consumir y gozar del mismo (consumir la riqueza producida).

La pirámide

¿Y cómo se sirve un pastel?

En tajadas. Los comensales sentados a la mesa (la humanidad) consumen el pastel repartido en tajadas. El pastel a repartir es uno solo (PBI mundial), los comensales son miles de millones, pero las tajadas no son proporcionalmente iguales para todos.

Imaginemos la mesa como si fuera una gran pirámide, que se extiende desde un vértice hasta la base.

Vamos a cortar el pastel: Los que se encuentran en el vértice y en el medio de la pirámide (mesa) recibirán el 90% del pastel, y los que se encuentran en la base recibirán sólo el 10% del mismo.

Según el lugar de la pirámide (la mesa) en que se encuentren ubicados, los comensales (la humanidad) recibirán su tajada del pastel (el producido total de la riqueza de todo el planeta).

Concretamente, y en términos matemáticos, el pastel se produce entre todos, pero el reparto de tajadas no es igualitario: los del vértice y el medio de la pirámide se quedan con el 90%, y el resto, los de la gran base, se quedan con el 10%.

El reparto desigual

Matemáticamente, los del vértice de la pirámide (la minoría) se quedan con la tajada más grande del pastel, y los de la base (la mayoría) se quedan con una tajada infinitamente menor del mismo.

El resultante de ese reparto inequitativo del pastel, la desigualdad de las tajadas, produce, también matemáticamente, ese fenómeno "misterioso" que los macroeconomistas denominan "pobreza estructural", cuyas causales no se atribuye a la desigual repartija del pastel, sino a las "crisis económicas".

Concretamente, en planos realistas, la tajada del pastel (el producido del trabajo del conjunto) correspondientes a las mayorías (los de la base de la pirámide) no "desapareció": se encuentra en manos de los del vértice de la pirámide (las minorías).

El emergente, también estadístico y matemático, de ese reparto desigual, se traduce en la existencia de dos polos opuestos: los ricos (el vértice de la pirámide) y los pobres (la base de la pirámide).

¿Y quién decidió los términos desiguales de esa repartija del pastel producido por todos?

En términos concretos y realistas, los que se erigieron en dueños del pastel, los comensales del vértice de la mesa-pirámide.

Caricatura de Carlos Slim, el "ultra-millonario" latinoamericano cuya fortuna asciende a 13.900 millones de dólares.

El Poder

¿Y a título de qué se quedan con la tajada del pastel de la mayoría?

La respuesta también es concreta y matemática: porqué manejan el poder.

Léase: medios de producción, recursos naturales, sistemas económicos productivos, ejército, policía, medios de comunicación, Estado, Justicia, cultura, reglas morales, y hegemonía del concepto filosófico del "bien" y del "mal".

En consecuencia, y en términos también concretos y realistas, el control del poder le permite a la minoría decidir cuáles son los términos y las condiciones de la repartija del pastel.

Por imperio de la fuerza y del poder, los del vértice de la pirámide son los dueños del pastel, y como sus estómagos no pueden consumir la enorme tajada que le robaron a los de la base de la pirámide (las minorías), lo que les sobra lo cargan en un camión y se lo llevan a su casa.

Esa es la base primaria de lo que se llama: acumulación de la riqueza en pocas manos.

Y de su emergente inmediato titulado: acumulación de la pobreza en muchas manos.

La pobreza

En términos también concretos y realistas, sin emociones ni ideología, estamos describiendo el mecanismo de apropiación y explotación del sistema capitalista.

Un sistema de producción de bienes y recursos (el pastel) que, hasta ahora, dejó a más de tres mil millones de comensales (de un total de seis mil quinientos millones sentados a la mesa) sin la tajada del pastel que le correspondería consumir.

A esa masa de desposeídos de su tajada del pastel (su porcentaje de propiedad de la riqueza producida por el conjunto), los tecnócratas, analistas, economistas, filósofos, gurúes, periodistas, del sistema, llaman "pobreza estructural", cuyas causales y efectos son materia de largos y sesudos estudios, que, lamentablemente, hasta ahora no arrojaron ningún resultado.

Los números

Si Ud quiere allanar el camino, le aconsejamos que empiece por donde empieza un capitalista del vértice de la pirámide: los números.

El sistema capitalista (los que reparten el pastel) está conformado sobre una base numérica de sumas y restas.

Si Ud. quiere saber porqué existen más de tres mil millones de comensales de la mesa que fueron despojados de su correspondiente tajada del pastel, cómprese una maquinita de calcular, sumar, y restar.

No hace falta saber ninguna ciencia ni haber concurrido a ninguna universidad, solo hace falta empezar por donde empieza todo capitalista (el del vértice de la pirámide): por la suma, las restas, y la diferencia resultante.

Cuando encuentre la diferencia resultante de la suma y la resta, Ud. habrá descubierto al ladrón que le robó (a Ud. y al resto de los tres mil millones de la base) parte de su tajada de la torta.

El robo

En otras palabras, habrá descubierto al sistema imperialista-capitalista, en vivo y en directo.

El procedimiento para descubrirlo es sencillo:

Sume la cantidad del pastel (el PBI de su país), divídalo por la cantidad de comensales de la mesa (la población), y saque la diferencia: la tajada real que le tocaría a cada uno de los productores del pastel (los trabajadores).

Si la suma del pastel (la totalidad producida) no encaja con la tajada que recibió (su parte de la producción) es porqué alguien se lo robó.

Empiece a mirar para el lado de los del vértice de la pirámide (los súper millonarios del sistema capitalista), y chequee sus bolsillos.

Le damos una pista: tome la maquinita y sume los activos, bienes y fortunas de los banqueros, políticos y empresarios (la tajada) , y luego divídalos por la totalidad del pastel (el PBI).

El resultante de la operación de suma, resta, y división, las tajadas de más que se encuentran en los bolsillos y el estómago del ocupante del vértice de la pirámide (el capitalista) es la parte del pastel que le robaron a Ud. y al resto de los comensales de la base de la pirámide (los desposeídos).

La plusvalía

El promedio del robo se calcula sobre la base de la parte proporcional del pastel que le tocaría al capitalista (la tajada), y luego se le resta al patrimonio de riqueza que realmente tiene acumulado.

Lo que le sobra de la tajada que tiene en su poder (deducida de lo que en realidad le correspondería) al capitalista del vértice de la pirámide, es el resultante del robo institucionalizado de mercado llamado: "política de negocios".

Antiguamente, cuando existían los comunistas, a esa modalidad de macro-robo de tajadas del pastel se la denominaba: plusvalía.

La palabra plusvalía pasó de moda, pero el robo de tajadas sigue vigente y en ascenso.

Según Forbes, en el año 2005, 587multimillonarios (léase ladrones de tajada del pastel) sumaban una fortuna de casi dos billones de dólares.

La suma acumulada por los 587 "afortunados" representa casi 100 veces el PBI (producto bruto interno anual) de un país como Bolivia, y casi 20 veces la riqueza anual producida por un país como Argentina.

A la vez, esa suma equivale al presupuesto anual de EEUU, la mayor potencia imperialista del planeta, y a decenas de PBI (producción de pastel) anuales de países dependientes.

En el otro extremo de la pirámide (los que fueron despojados de su tajada del pastel), según informes de la ONU , sobre una población mundial de 6.000 millones de habitantes, 3.000 millones de pobres sobreviven con menos de dos dólares al día.

La maquina de calcular

Si quiere saber cuantas tajadas del pastel faltante se robaron esos multimillonarios, sume su fortuna, y luego divídala por la totalidad del pastel (El PBI mundial): lo que le sobra (al capitalista) de la parte que en realidad le tocaba, es el producido del robo capitalista.

Y una advertencia: deseche esa argumentación absurda (matemáticamente irreal) de que "el dinero se hace trabajando".

El dinero (riqueza acumulada) se hace robando las tajadas del pastel al resto de los comensales.

Si quiere comprobarlo: cómprese la maquinita y realice las operaciones aconsejadas en este informe.

Si después de realizar con éxito la operación comprobatoria, Ud. continúa creyendo que la pobreza es producto de las "crisis económicas" o del "mal manejo de los políticos", como sostienen los analistas del sistema, a Ud. le pueden suceder dos cosas:

O es un capitalista asumido (ladrón de tajadas de pastel) o es un AP (Alienado Programado) compulsivo de última generación.

Si no es así, si internaliza las pruebas del robo de tajadas del pastel, Ud, habrá comenzado la primera etapa de su terapia de recuperación.

En ese caso, comenzará a entender de que se trata, en realidad, el sistema imperial-capitalista de mercado, mirado no desde la óptica de la ideología y la "doctrina", sino desde la realidad más simple y lógica del sentido común.

Un principio básico para no morir (buscando la tajada del pastel) con el cerebro colonizado y convertido en un vegetal como le pasa a la mayoría de los televidentes alienados del mundo.

O lo que es peor: morir en la conjura intelectual o ideológica "progresista", sin entender que el sistema capitalista es una simple operación de sumas, divisiones y restas, realizadas para quedarse con la tajada del semejante.

Y en este escenario, el que sepa multiplicar, dividir y restar la plusvalía capitalista, ya se graduó de revolucionario.

(*) Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.

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