Cuando la leche hace mal, algo que padece un 80% de la población

Datachaco
24/04/10

El doctor Carlos Mauricio Rott explicó los inconvenientes que se producen por la intolerancia a la lactosa

La intolerancia a la lactosa es una causa común de dolor abdominal en niños, mayores y adolescentes. Existen diversas formas de realizar el diagnóstico de Intolerancia a la Lactosa y van desde los métodos clínicos asociando los síntomas con la ingesta de lácteos hasta la medición de la propia lactasa en biopsias.

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Un equipo de residentes médicas de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional del Nordeste realizó una investigación bibliográfica exploratoria que hecha luz sobre una patología recurrente que, debido a su sintomatología común, no siempre es muy tomada en cuenta.

Hablamos de la Intolerancia a la Lactosa, dolencia padecida por el 80% de la población mundial que genera un desequilibrio entre la cantidad de lactosa ingerida y la capacidad de la enzima lactasa que cada individuo posee para digerirla.

La lactosa se encuentra exclusivamente en la leche de los mamíferos y constituye la principal fuente de hidratos de carbono durante la lactancia. Desde hace más de 2000 años, se conoce que la leche puede inducir diarrea y otros síntomas gastrointestinales en determinadas personas. En la actualidad se estima que las dos terceras partes de la población mundial presentan intolerancia a la lactosa, con una distribución muy variable entre las diferentes razas y áreas geográficas e incluso entre sub-poblaciones y tribus.

A nivel local no se conocen estadísticas ni relevamientos relacionados con los índices de afectados por esta patología, por lo que este trabajo es un puntapié inicial de una tarea puntual que el equipo de estudiosos universitarios pretende avanzar en un futuro cercano.

La intolerancia a la lactosa es una causa común de dolor abdominal en niños, mayores y adolescentes.

Cuando la lactosa no se digiere

La lactosa es un disacárido compuesto por dos monosacáridos: la glucosa y la galactosa, explican las profesionales. “Es decir, es un azúcar compuesto por dos componentes que necesitan ser metabolizados (digeridos y transformados) en el intestino por una enzima conocida como Lactasa. Este proceso de transformación es un proceso necesario para que la lactosa se absorba”, remarcan.

Los autores consultados por el equipo de investigación de UNNE afirman que la Intolerancia a la Lactosa es la respuesta sintomática al consumo de lactosa de diferente consideración e intensidad. Se presenta cuando existe un déficit de la enzima lactasa (hipolactasia) lo que conduce a una incapacidad por parte del intestino delgado para digerirla y transformarla en sus constituyentes básicos (glucosa y galactosa).

Las estudiosas médicas sostienen que un individuo presenta intolerancia a la lactosa cuando posee una deficiencia en la enzima lactasa o en la actividad de la misma, lo que hace que la lactosa no pueda digerirse y absorberse.

La lista de síntomas inespecíficos que vienen de la mano de esta dolencia son reconocidas por el común: flatulencias, meteorismo, dolores abdominales de distintos grados, distensión abdominal, diarrea, además de arritmia, mareos, dolores de cabeza, musculares, articulares y abdominales. Todas se dan con frecuencia en infantes, adolescentes y adultos.

Los síntomas que provoca a nivel sistémico (en todo el cuerpo) la intolerancia a la lactosa son: trastornos de la atención, afectación de la memoria a corto plazo, úlceras bucales ó aumento de micciones, entre otros.

Tres tipos de Intolerancia

Las tres formas en las que se presenta esta enfermedad en los infantes son: Deficiencia congénita de la lactosa que genera trastornos electrolíticos y deshidratación, lo que conlleva a diarreas crónicas y retardo en el crecimiento de los infantes. “En esta manifestación de la enfermedad existe una mutación del gen que forma la enzima” sostienen las jóvenes médicas.

También existe la *Deficiencia primaria de lactosa conocida como Hipolactasia tipo adulto. Esta es la más frecuente de las intolerancias. Se presenta en chicos entre 2 y 7 años y es hereditaria. “En esta manifestación hay una deficiencia de la actividad de la enzima lactasa” explican.

La tercera es conocida como *Deficiencia secundaria de la lactasa y se manifiesta en primera instancia con una deficiencia en la mucosa del intestino (originada por una gastroenteritis ó una enfermedad celíaca) lo que genera una deficiencia en la enzima en una segunda etapa. Ambas, combinadas, forman este tercer tipo de intolerancia. A esta manifestación se la puede revertir tratando la enfermedad de base.

No consumir lácteos, pero sí complementos que suplanten la quita de vitaminas y calcio

El tratamiento más simple y directo para tratar un paciente con Intolerancia a la Lactosa se basa específicamente en la exclusión de los lácteos y sus derivados de la dieta. Las autoras del trabajo remarcan que, si bien se deben quitar lo lácteos de la alimentación del individuo enfermo, existen algunos derivados de la leche, como el yogurt o el queso, que poseen bajo contenido de lactosa y alto contenido en lactobacilos que no se eliminan de las dietas tratamiento.

Comentaron además que son muy recomendables los productos deslactosados que existen hoy en el mercado porque permiten disminuir notablemente el consumo de lactosa, no así del calcio, el fósforo y las vitaminas, preservando así la estructura ósea de los pacientes.

El dato destacado es que resulta sumamente necesario compensar la deficiencia de vitaminas que se produce al eliminar los lácteos de la dieta de la persona tratada con otros alimentos ricos en calcio y vitaminas para que el cuerpo continúe recibiendo similares cantidades de componentes que si se consumiesen lácteos.

Normalmente un niño debe consumir 500 mgrs de calcio diario y los adolescentes/adultos 1000 mgrs. La carencia de calcio y vitaminas que genera la falta de consumo de lácteos en la dieta de una persona con intolerancia a la lactosa se debe suplir necesariamente con alimentación o suplementos.

Las investigadoras sugieren una serie de alimentos simples que sirven para compensar las deficiencias vitamínicas y de calcio: verduras de hojas verde oscura, garbanzos y también pescados enlatados con espina (sardinas, jurel ó caballa, etc). “Existen además tabletas con enzimas de lactasa que puede consumir el paciente durante el tratamiento, pero son de muy elevado costo” comentaron.

Diagnóstico

Existen diversas formas de realizar el diagnóstico de Intolerancia a la Lactosa y van desde los métodos clínicos asociando los síntomas con la ingesta de lácteos hasta la medición de la propia lactasa en biopsias. También están las pruebas de hidrogeno espirado luego de una carga de lactosa y el clásico test de tolerancia a la lactosa que se realiza midiendo la glucemia después de una ingesta de lactosa. “Pero estos estudios son muy costosos” comentan. Es por ello que en nuestro medio, los diagnósticos se realizan en primera instancia observando la clínica del paciente y en base a ella determinar si los síntomas están vinculados o no a la ingesta de leche y sus derivados. Si es así, se le debe suspender el consumo del hidrato de carbono sospechoso por dos semanas y evaluar su comportamiento.

El doctor Carlos Mauricio Rott remarcó que si bien son muchos los niños que concurren al Hospital “Juan Pablo II” con dolor y distensión abdominal por gases, la recomendación médica de quitar la leche y sus derivados de la alimentación no es la habitual. Es que la mayoría de los infantes tratados son de condición muy humilde y recomendarles “no tomar leche” sería muy nocivo para su salud integral, porque no poseen medios económicos para costear una alimentación suplementaria. En los casos más leves de la patología, sostiene Rott, se los medica para contrarrestar el meteorismo (flatulencias) porque la dieta libre de lácteos necesita de complementos costosos para suplantar el calcio, fósforo y vitaminas presentes en un simple vaso de leche” subrayó el pediatra.

Información científica sobre la Intolerancia a la Lactosa

El trabajo de revisión bibliográfica se concretó con el aporte científico volcado en artículos de renombrados especialistas internacionales consultados por las investigadoras de la UNNE Nora Cynthia Ivonne Luna Gil, María Celeste Pereira Scromeda y Elida Elena Torres bajo la supervisión del doctor Carlos Mauricio Rott, profesor Adjunto de la Cátedra II “Pediatría y Puericultura” de la Facultad de Medicina de la UNNE. “Recurrimos a libros de textos, revistas científicas, enciclopedia medline plus y bases de datos electrónicas como Scielo y Lilacs con una selección de artículos de los últimos 5 años.

La minuciosa revisión bibliográfica realizada por las jóvenes médicas permitió recabar información fehaciente sobre el tema y ampliar los conocimientos teóricos sobre el tratamiento y las últimas experiencias para diagnosticar la enfermedad.

Si bien todavía no han trabajado con casos reales en infantes, las jóvenes explicaron que el manejo certero de datos les permitirá en un futuro, investigar cómo se manifiesta esta patología en la población infantil que visita el Hospital “Juan Pablo II” de la ciudad de Corrientes.

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