Grecia, lista para pedir ayuda
Nicolás Nagle
Página 12/Rebelión
20/04/10
Luego de una leve mejora, los mercados vuelven a atacar a Grecia, que se prepara para pedir ayuda financiera al FMI y a la UE. Recientemente, los Estados miembros de la Unión Europea junto al FMI acordaron los mecanismos para otorgarle un rescate financiero a Grecia por el monto de 30 mil millones de euros. Inicialmente la medida tuvo un impacto positivo en la maltrecha economía griega. Las tasas de interés, que habían alcanzado la cifra record de 7,51 por ciento, descendieron momentáneamente a 6,637, pero luego volvieron a subir por encima de 7 por ciento.
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El gobierno griego ha conseguido refinanciar la deuda que se vencía en el mes de abril, pero a cambio ha debido pagar unos intereses altísimos. En mayo, la administración del socialista George Papandreu enfrenta un nuevo vencimiento de deuda, para el cual necesita recaudar 10 mil millones de euros. Hasta el momento, el gobierno ha intentado por todos los medios evitar pedir ayuda financiera a los Estados miembros de la UE y al FMI, ya que la ayuda sería dada únicamente a cambio de una estrecha vigilancia y una pérdida de soberanía en el manejo de la política económica.
Sin embargo, los elevados intereses han dejado al gobierno griego con pocas opciones. Actualmente, la administración Papandreu se prepara para pedir formalmente ayuda financiera al FMI y a la UE –el trámite podrá durar semanas–. Ayer, el ministro de Finanzas griego, George Papaconstantinou, tenía planeada una reunión con una delegación del FMI; sin embargo, la visita fue pospuesta debido a la interrupción del tráfico aéreo europeo causado por la erupción de un volcán islandés.
Con el empeoramiento de la situación económica, la clase política griega comienza a tener verdadera conciencia de las implicancias de un rescate financiero por parte del FMI. La economía del país deberá adaptarse a una estrecha supervisión por parte del Fondo, el Banco Central Europeo, la Comisión y los gobiernos de los Estados miembros, quienes exigirán un incremento en las medidas de austeridad.
Esta semana, el gobierno se prepara para anunciar medidas de privatización de empresas públicas por un total de 2,5 mil millones de euros. Entre los candidatos a la privatización se encuentra la empresa de telecomunicaciones pública OTE y de energía PPC. Se espera que la decisión sirva para recaudar dinero que ayudará al gobierno a pagar vencimiento de deuda. Sin embargo, a los intereses actuales, las medidas de ahorro no parecen dar resultado.
Algunos analistas creen que un default es inminente y que el paquete de ayuda económica conseguirá únicamente alargar la agonía. Sin embargo, tanto el gobierno griego como las autoridades europeas han insistido en que no permitirán que Grecia entre en bancarrota, lo cual provocaría graves consecuencias para la ya maltrecha economía de Europa. En caso de entrar en default, Grecia perdería acceso al crédito internacional y la posibilidad de financiar su sector público. Para la UE, implicaría un duro golpe para el euro y el riesgo de que la crisis se extienda a otros países con economías debilitadas.
Los imperativos del mercado y los esfuerzos del gobierno por reducir el déficit público parecen chocar con grandes sectores de la población. Muchos temen que las medidas de austeridad agraven las tensiones sociales. Actualmente, Grecia tiene un desempleo de 10,2 por ciento y se espera que crezca en los próximos meses.
El premier Papandreu se ha esforzado por convencer a la población sobre la necesidad de las medidas de austeridad y la intervención de instituciones internacionales en la economía griega. “Que nadie se engañe, debemos ser totalmente honestos: el Fondo Monetario Internacional ya se encuentra en el proceso de monitorear a Grecia”, sostuvo el primer ministro. Papandreu también señaló que un rescate del FMI y la UE era la única manera de evitar intereses prohibitivos o la bancarrota del país.
El líder del partido Izquierda Radical sostuvo luego del discurso que se trataba de “un día humillante para Grecia”. El jueves está planeada una huelga de 24 horas de funcionarios públicos y en los próximos días están previstas otras movilizaciones. En las siguientes semanas, Papandreu deberá navegar entre dos frentes: el de los mercados internacionales y el de la oposición interna.
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