El ojo artificial más antiguo del mundo tiene 5.000 años
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Ciencia y Tecnología
telecinco.es
30/06/08
Un grupo de arqueólogos iraníes e italianos encontró este asombroso ojo en una de las más de 40.000 tumbas que conforman el yacimiento de Ciudad Quemada.
La apariencia física es de las preocupaciones humanas más viejas. Un ojo artificial fabricado hace 5.000 años así lo demuestra. La pieza, encontrada en una región desértica de Irán, ha revelado además el conocimiento de la instrumentación de la óptica antigua. Hasta el momento, los ojos artificiales más antiguos que se conocían tenían entre 400 y 450 años. Este, fabricado con betún pertenecía a una sacerdotisa.
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El ojo, un hemisferio ya ennegrecido de unos 25 milímetros de diámetro, estaba incrustado en la órbita izquierda del cráneo de una mujer de entre 25 y 30 años de edad, de alta clase social, que estaba enterrada en la tumba número 6.708 de la necrópolis de Shahr-i Sokhte.
La mujer, que había sido sepultada junto con un espejo, tenía rasgos africanos y medía cerca de dos metros, una altura del todo atípica entre las mujeres iraníes de la época, que no solían medir más de un metro y medio.
El ojo artificial estaba hecho de betún, un material resinoso, similar al alquitrán, mezclado con grasa animal, y tenía dos pequeños orificios, uno en cada extremo, que permitían, con una cuerda, sostener el ojo a modo de un parche en la cabeza.
Un grupo de arqueólogos iraníes e italianos lo encontró en una de las más de 40.000 tumbas que conforman el yacimiento de Ciudad Quemada, un poblado preindoeuropeo que durante más de un milenio fue un importante centro agrícola y de intercambio comercial. El hallazgo, fue realizado en 2006, pero es ahora que empiezan a conocerse los detalles.
El investigador estadounidense Jay Enoch, catedrático de Optometría de la Universidad de Berkeley (EEUU), ha explicado uno de los aspectos más fascinantes del hallazgo es el intento de verosimilitud de la pieza, ya que ésta tenía grabado un iris y unas pequeñas líneas paralelas que imitaban las venas capilares del ojo, que estaban rellenas de finas hebras de oro.
El resto, estaba pintado de blanco, imitando, en la medida de lo posible, los rasgos del ojo humano. La mujer, posiblemente una sacerdotisa, hacía años que llevaba el ojo artificial, ya que las cuerdas que lo sustentaban en la cuenca habían desgastado levemente los huesos de su cabeza.
Este experto sostiene que la mujer llevaba puesto el ojo falso debajo del párpado, lo que debía ser tremendamente molesto, teniendo en cuenta que cualquier lente mal puesta o incluso una mota de polvo causa una gran molestia ocular.
Enoch ha hablado del primer ojo artificial, hallado en 2006, en el museo Cosmocaixa de Barcelona, y ha instado a los arqueólogos iraníes a seguir investigando sobre esta misteriosa pieza para intentar responder a las numerosas incógnitas que aún quedan en el aire.
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