En clave de humor negro -- Creo que la vida en la tierra se acabará pronto, lo que no deja de ser un alivio
Guillermo F. Parodi Desde el siglo XX, Occidente se propuso acabar con la maléfica filosofía oriental. Primero con el enclave insertado en Israel, un país habitado por extraterrestres a quienes no se puede, por tanto, aplicar ninguna ley terrestre y que además poseen una capacidad prodigiosa de dominar a los poderosos con una percepción muy fina de sus debilidades (el dinero, que obviamente implica poder cuando se maneja adecuadamente). Dicen que los judíos en el mundo son 14 millones, yo no lo creo. Judío no significa necesariamente pro israelí, pero por la gran mayoría de los judíos que conozco lo es, aunque de todas formas son muy pocos; los israelíes deben de tener algo especial que habrán traído de su planeta natal. Israel llevó a EEUU a invadir la antigua Babilonia destrozando sus museos y apropiándose de sus tesoros [2]. Pero si bien domina a EEUU [3], con Europa no se queda atrás. Europa «la culta», la cuna del humanismo ¡Qué disparate! Veamos algunos ejemplos. Francia, integrante de las fuerzas de la FINUL en Líbano, bajó la cabeza y reaccionó tímidamente ante el simulacro de ataque a sus tropas por la aviación israelí [4]. Holanda hizo lo propio ante el atropello israelí al premiado periodista palestino Mohammed Omer bajo su custodia [5]. Al menos en dos países europeos (Alemania y Austria), negar el «Holocausto» tiene pena de cárcel. Los revisionistas están muy mal vistos. ¡Pero serán ignorantes! La historia, amigos, la escribe el vencedor, y el revisionismo histórico es fundamental. Si hay ideas opuestas y buena fe, como bien decía Hegel, se puede llegar a una idea mejor, es el fundamento de la dialéctica. En realidad, las prohibiciones e impedimentos tienen un solo fin, que no tiene nada que ver con la dialéctica, a saber: que Israel use la técnica de hacerse la víctima para que no se note tanto el holocausto permanente de los palestinos. Agreguemos que los europeos, tan finos ellos, tienen en su haber reciente dos guerras mundiales, las matanzas en la ex Yugoslavia y ahora dos vergüenzas para la civilización que se proclama democrática: el Tratado de Lisboa [6] y la Directiva del Retorno [7]. El primero, una fantochada antidemocrática para conseguir lo que los NO de Francia y Holanda habían impedido, y el segundo la felonía mayor: morder la mano de quien –en otra época- se la tendió. ¿Qué se puede esperar de Occidente? A los chinitos ya los enfermaron con el «american way of life», que está contagiando velozmente a la India. ¿Se imaginan ustedes a 1.300 millones de chinos y 1.100 millones de indios convertidos en consumistas? Pues bien, eso es lo que está pasando. Como dice la sentencia: «En boca del mentiroso, lo cierto se hace dudoso». Dicho que aplico sin ninguna duda a los informes sobre el calentamiento global financiados por las grandes corporaciones con el apoyo del gobierno de EEUU. ¡No es cierto! No nos quedan 200 años. Ni siquiera 50, ¡esto se acaba antes! ¡Miremos los polos! ¡Observemos el clima caótico! Pero los consumistas siguen consumiendo, siguen quemando petróleo. Ahora ya encontraron la solución para cuando se acabe: los biocombustibles, que harán del Sur la sede de los grandes yacimientos. Combustible contra alimentos, y ganan, por KO, los combustibles, con un tendal de muertos de hambre para que el Norte siga usando automóviles. Para que ingenuamente piensen: todo seguirá igual. Al mismo tiempo siguen guerreando para llevar a todos los rincones del mundo, la «democracia», o mejor «plutocracia» o, mejor todavía, la «psicopatocracia». Gaia necesitará sacudirse todos los molestos piojos que la están torturando. Deberá desparasitarse y desratizarse. Esta vez no hará falta un asteroide que colisione, ellos solitos, los malvados habitantes, están preparando su fin y ocurrirá como leí por ahí: La Tierra terminará como empezó, sin la presencia de seres humanos. Y esto es bueno. Sin ser un depresivo, sino más bien una persona que sonríe mucho, no me parece razonable seguir trayendo niños a este mundo, la mayoría para que sufra. Habrá algún otro lugar en el universo donde los seres pensantes no sean tan vulnerables a la locura que hoy prevalece en el mundo. Occidente ganó. Sus valores se están haciendo mundiales, pero está claro que son valores muy «desvalorizados», como la competencia, el egoísmo, el desamor, el consumismo, la codicia, el amor al dinero, a la fama. Mucha ciencia, mucha tecnología pero, ¿y lo demás? Vaya, vaya ¡Cuánta porquería! Habrá quien diga: este tipo está loco; y yo le contesto con una pregunta: ¿Viviría 1.000 años en este infierno? Notas : [1] La confusión de los años y los siglos. http:// www.lanacion.com.ar/00/12/30/u01.htm [2] La verdadera razón de la guerra de Irak. http:// www.rebelion.org/noticia.php?id=68698 [3] El Lobby israelí y la política exterior estadounidense. http:// www.rebelion.org/noticia.php?id=29522 [4] ¿Es Francia una provincia de Israel? http:// www.rebelion.org/noticia.php?id=43658 [5] Israel: Periodista palestino de IPS atacado en cruce de frontera. http:// ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=88933 [6] Texto completo del Tratado. http://europa.eu/lisbon_treaty/full_text/index_es.htm [7] La Eurocámara aprueba la norma que permite retener 18 meses a los «ilegales». http:// www.elmundo.es/elmundo/2008/06/18/internacional/1213783999.html Guillermo F. Parodi es escritor, profesor universitario y miembro del Observatorio Internacional de la Deuda y de los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Este artículo se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor y la fuente.
Rebelión
Revisado por Caty R.
04/07/08
La cultura comenzó en Oriente, sobre todo en China y la India. Esa cultura implicaba un desarrollo interno para que en lo externo todo fuese mejor.
El Occidente conocido iba muy por detrás. En la Edad Media, en Europa no se conocían los números posicionales ni el cero. Se los enseñaron los árabes, que a su vez los copiaron del Bramagupta un libro famoso de la India, donde aparecían los números hindúes que erróneamente se llaman arábigos. Eso ocurrió en el siglo IX y por eso los siglos y los años del calendario gregoriano siempre van adelantados un año ¡No conocían el cero! Y el primer año lo llamaban I, como si de un bebé de un mes se dijese que tiene un año [1]. Pero eso de los años sólo es una muestra, hasta que no llegaron de Oriente (cosa que ocurrió antes de los números): nada de brújula, nada de papel, nada de pólvora (por suerte). Los estudiosos de Occidente, empezando por la antigua Grecia, hasta el resto de lo europeos se nutrían de Oriente.
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