Colombia, la democracia tiñosa

José Manuel Martín Méden
Público.es
30/06/08

El colombiano Álvaro Uribe es el primer presidente en la historia de América Latina acusado simultáneamente de colaborar con el narcotráfico, participar en las barbaridades criminales de los paramilitares y corromper a los parlamentarios en la reforma constitucional necesaria para su reelección.

Y ahora pretende bloquear la amenaza de los procesos judiciales mediante un plebiscito que, además de consolidar su impunidad, lo catapulte hacia un tercer periodo presidencial. El 9 de agosto de 2004, la revista estadounidense Newsweek publicó un informe confidencial elaborado en 1991 por los servicios secretos del Departamento de Defensa en el que se asegura que "Uribe ha trabajado para el Cartel de Medellín y es un amigo íntimo de Pablo Escobar".

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Las recientes confesiones de paramilitares -entregados en extradición a EEUU para bloquear sus denuncias- han confirmado la participación de Uribe en una reunión con los jefes de los escuadrones de la muerte Carlos Castaño y Salvatore Mancuso en 1997, cuando se decidió la matanza de campesinos en el caserío de El Aro.

Los testigos contaron que a uno de los vecinos lo amarraron a un árbol y le fueron arrancando los ojos, los testículos y el corazón.

Pruebas de cargo

En lo que Foreign Affairs -la conservadora revista estadounidense de análisis de política internacional- ha denominado "la agonía de Álvaro Uribe", la Corte Suprema de Justicia de Colombia considera probado que el presidente y dos de sus ministros compraron el voto de la congresista Yidis Medina -condenada por cohecho a 43 meses de prisión- resolviendo así el empate en la comisión parlamentaria que aprobó la reforma constitucional parasu reelección de 2006.

Y este órgano le encarga a la Corte Constitucional que revise la legalidad de aquella decisión legislativa porque "un delito no puede generar ningún tipo de legitimación".
La respuesta de Uribe ha sido anunciar un referéndum para blanquear el proceso electoral, de manera que el poder ejecutivo consiga mediante las urnas su blindaje contra la intervención del poder judicial por la corrupción del poder legislativo. Un referéndum que puede ser doble si incluye en la misma convocatoria el que estaba preparando para su segunda reelección.

En lugar de la independencia de los tres poderes y que todos los colombianos sean iguales ante la ley, Uribe apela al populismo de su embrujo autoritario para enrocarse en la impunidad. El opositor Polo Democrático ya ha advertido que "la voluntad popular no puede autorizar al presidente a pasar por encima de la Constitución".

Aliado circunstancial

Cuando la revista Semana -la más influyente del país- decidió por fin contar todo lo que sabía sobre la crueldad de los paramilitares, eligió para su reportaje la foto de un aura tiñosa, el popular buitre carroñero, posada sobre un cadáver arrastrado por la corriente de un río. Puede ser el símbolo de la democracia tiñosa que padece Colombia.Si en EEUU gana el candidato republicano John McCain, le va a costar sostener a un presidente de Colombia acusado de cometer los tres delitos que supuestamente Washington más combate: narcotráfico, terrorismo y corrupción.

Si el demócrata Barack Obama llega a la Casa Blanca, probablemente dejará caer a Álvaro Uribe y la agonía que Foreign Affairs le pronostica puede llevarle aldesamparo de tantos aliados circunstanciales que se han creído imprescindibles para los gringos.