Expansión de las colonias en Cisjordania: una agresión que no cesa

Palestina Libre
16/05/08

Recientemente, los medios de comunicación israelí e internacionales han presentado una serie de informes sobre los progresos en las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos. Los principales dirigentes en las negociaciones, Ahmed Qurei y Tzippi Livni, mantienen en silencio los detalles, pero han comunicado que las negociaciones siguen en marcha y que están siendo útiles. Ahora más que nunca, cuando las cuestiones más básicas del conflicto nunca se ven reflejadas en sus agendas, es evidente que la realidad de las negociaciones está cada vez más distante de la realidad que se desarrolla sobre el terreno.

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Mientras los equipos de negociación están discutiendo las formas y mecanismos para la partición del Estado de Israel, parece cada vez más difícil visionar sobre el terreno la creación de un Estado Palestino soberano. Cada vez hay más voces, por ambos lados, que argumentan que se ha convertido físicamente imposible poder eliminar las colonias judías de Cisjordania y que, como consecuencia, la solución de dos Estados es ya historia. Está claro que el objetivo de los principales dirigentes colonos de evitar cualquier futura división de la tierra se está cumpliendo ya que las colonias continúan creciendo, a pesar de ser ilegales.

Al igual que sus predecesores, el gobierno de Olmert está trabajando en dos direcciones contradictorias: por un lado, se emiten declaraciones con la necesidad clara de llegar a un acuerdo de paz con los palestinos pero, por otro lado, se aprueba la construcción y expansión de colonias más allá de la Línea Verde. Esta situación se repite sobre todo cuando los diferentes gobiernos israelíes deciden avanzar hacia una solución política pero, debido a la presión recibida por los partidos de la derecha y sus protestas, deciden seguir adelante con los planes de construcción de colonias en territorio ocupado y alterar la disposición de la tierra de manera prácticamente irreversible.

Comentario SDLT: La ampliación de las colonias ilegales en Cisjordania es claramente una política de estado que tiene como objetivo seguir desplazando a los palestinos de sus tierras.

El término que legitima todas las acciones de ampliar los asentamientos existentes y establecer otros nuevos, es conocido como "bloques de asentamientos". Los portavoces del gobierno israelí justifican cada nueva iniciativa de construir en los Territorios Ocupados con la excusa de que van a construirse bloques de asentamientos que acabarán formando parte de la soberanía israelí.

Durante los primeros meses de 2008, se llevaron a cabo trabajos de construcción en unos 101 asentamientos de Cisjordania; cerca de 500 bloques, compuestos por miles de viviendas, se están construyendo actualmente. El gobierno aprobó nuevos planes de construcción para una nueva colonia, Agan Ha’ayalot, al lado de la ya existente Givat Ze’ev, al norte de la ciudad de Jerusalén. Las empresas constructoras recibieron la orden de edificar 750 nuevas viviendas en Jerusalén Este, aunque el plan aprobado por la Comisión de Planificación israelí tiene en mente construir un total de 3.600 nuevas viviendas por todo Jerusalén Este. La mayoría de estos nuevos planes de construcción se localizan cerca de pueblos y barrios palestinos situados alrededor de la zona oriental de la ciudad.

En contraste con las declaraciones de los portavoces oficiales, las ramificaciones de los bloques de asentamientos son a menudo más agresivas que la expansión de asentamientos aislados en Cisjordania. La construcción en asentamientos aislados de Cisjordania puede llegar a ser más limitada pero en cualquier caso, los bloques de asentamientos forman parte de un plan destructivo para la construcción de miles de unidades de viviendas cerca de las fronteras, de la Línea Verde, donde acabará siendo prácticamente imposible llegar a un acuerdo de evacuar y eliminar estas colonias. Un ejemplo, la retirada de asentamientos como Ofra o Bet El, que se encuentran en pleno interior de Cisjordania, recibirá mucho más apoyo de la opinión pública que si se tratase de la evacuación de colonos de los bloques asentamientos, como los de Ma’ale Adummim o Etzion.

Por otra parte, los dirigentes palestinos han llegado a un acuerdo para que los bloques de asentamientos queden bajo soberanía israelí, en el marco de un acuerdo de paz, canjeando claramente el territorio es decir, transfiriendo territorio de un estado a otro. Todos estos núcleos de bloques de asentamientos constituyen un nuevo y complicado problema cuando se quieren determinar las futuras fronteras de los dos Estados.

El asentamiento de Modi’in Illit, que a principios de marzo fue declarado plenamente un municipio, es un excelente ejemplo de cómo el gobierno israelí ha borrado la Línea Verde de su mente, anexando nuevo territorio, mientras al mismo tiempo siguen las llamadas negociaciones de paz. En el año 1993, cuando se firmaron los Acuerdos de Oslo, los terrenos adyacentes al pueblo palestino de Bil’in estaban vacíos; sin embargo, incluso como parte del proceso de reconocimiento por parte de Israel del pueblo palestino para la creación de un Estado soberano e independiente, se empezaron a construir viviendas en esos terrenos para el sector ultra ortodoxo de Israel; estamos hablando de un total de 37.500 habitantes. Los planes para expandir la colonia hacia el interior de Cisjordania están avanzando y sólo este mes pasado se aprobaron dos nuevos planes de ampliación.

La dinámica de construcción de asentamientos, incluso en el mismo Jerusalén Este, y los bloques adyacentes a la Línea Verde, tendrían que ser una preocupación prioritaria para un gobierno israelí que pretende separarse de los palestinos dentro del marco de la solución de dos Estados. A menos que esto solo sea una nueva estrategia para que su política de expansión de colonias nos aleje aún más de la idea de dos Estados y en realidad Israel quiera vivir en un solo Estado binacional con los palestinos.