Los halcones reviven el lobby del ataque a Irán
IAR Noticias
28/04/08
El lobby neoconservador que funciona en la Casa Blanca y el Congreso reverdece las operaciones propagandísticas orientadas a fundamentar un ataque militar a Irán antes de que finalice el mandato de Bush. Los últimos movimientos en la cúpula militar del Pentágono parecen consolidar esa orientación.
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El jefe del Estado Mayor Conjunto de EEUU, el almirante Mike Mullen, volvió a reinstalar el viernes pasado la cuestión de un conflicto militar con Irán afirmando que el Pentágono tiene listos planes opcionales para lanzar una guerra contra la nación islámica.
"Cuando digo que no queremos retirar de la mesa ciertas variantes militares, quiero decir que esas variantes existen, que las hemos elaborado desde hace tiempo, y que las continuaremos desarrollando en el futuro", señaló Mullen durante una conferencia de prensa en el Pentágono.
El almirante Mullen señaló que "Teniendo en cuenta que todavía tengo reservas en la marina y la aviación no sólo en esa zona sino también en otras parte del mundo, sería un error suponer que no contamos con los recursos bélicos".
Según el jefe del Estado Mayor norteamericano, el Pentágono tiene elaborados varios planes militares contra Irán y la ejecución de uno o varios de ellos, dependerá del desarrollo de los acontecimientos en la zona, "por ahora, prefería no hacer pronósticos al respecto", dijo.
El almirante Mullen, que el año pasado mantuvo una cumbre de evaluación de la situación de Medio Oriente con los halcones de Tel Aviv, admitió el viernes estar "sumamente preocupado" por la "influencia letal y maligna" de la República Islámica en Irak y en otras partes de la región.
Las declaraciones de Mullen impactaron en la prensa norteamericana debido a su cercanía con el lobby gubernamental que impulsa acciones militares contra Irán, que en general apoya posibles operaciones israelíes contra Siria y Líbano, y que tiene su liderazgo visible en el vicepresidente Cheney.
Además, The Washington Post destaca que el discurso del almirante Mullen coincide con la posición del general Petraues, recientemente propuesto por el presidente George Bush como jefe del Mando Central Conjunto (Cetcom), que abarca Medio Oriente, y el este de África hasta Afganistán.
En sintonía con Petraeus, el almirante Mullen afirmó el viernes que Irán se ha convertido en un factor desestabilizador en Irak donde últimamente se ha intensificado la violencia promovida por facciones chiítas leales a Teherán.
"Los últimos acontecimientos en Basora demuestran que Irán continua sus planes para desestabilizar Irak", subrayó el almirante.
De acuerdo con The Washington Post, el nombramiento de Petraeus como máximo comandante militar de EEUU en Medio Oriente estuvo influenciada por el jefe del Pentágono, Robert Gates, y del propio Mullen, quien mantenía una disputa con el saliente jefe del Cetcom, el almirante Fallon.
El general Petraeus, un favorito de Bush y del círculo de halcones que controlan la Casa Blanca, sustituirá en el cargo al almirante William Fallon, quien fue desplazado de su puesto luego de que manifestara su oposición a una posible guerra con Irán y alertara sobre las consecuencias negativas regionales que acarrearía.
La capacidad del gobierno de Bush para decidir un ataque contra Irán había sido boicoteada por la oposición del almirante William Fallon, quien el mes pasado dejó la conducción del Comando Central por sus discrepancias con la política exterior predominante en Washington.
Petraeus, en clara sintonía con los halcones de Washington, fundamentó ante el Senado el incremento de tropas en Irak, y comenzó una escalada contra Irán acusándolo de financiar y armar el "terrorismo islámico" en Irak.
Esto lo convirtió en el "favorito" de la Casa Blanca y de las usinas conservadoras que hacen lobby bélico contra Irán, para suceder al Almirante Fallon, cuyas órdenes llegó a desobedecer en claro alineamiento con Bush.
La promoción de David Petraeus -según el Post-, que actualmente diirige la "guerra contraterrorista" en Irak refuerza la posición del lobby neoconservador (encabezado por Cheney) que promueve un ataque a Irán antes de que Bush termine su mandato.
Según una percepción generalizada en la prensa norteamericana, la actual obsesión de Bush y de Cheney es no abandonar el poder sin antes atacar a la "cabeza de la hiedra" conformada por Irán y Siria, que a su juicio promueven y le dan sustento logístico a los grupos armados que atacan las fuerzas norteamericanas en Irak.
Según News Week, los últimos movimientos militares y políticos de los halcones en el gobierno de Bush son indicativos de que los planes de ataque a Irán están en vigencia, y su concreción podría estar coordinada con operaciones militares de Israel contra Siria..
En los últimos días medios y analistas estadounidenses han destacado que el problema nuclear con Irán dividió al entorno de Bush en dos líneas claramente diferenciadas: Partidaria de la "opción diplomática" una, e impulsora de la "opción militar", la otra.
La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, lidera la "opción diplomática", mientras que Bush, el vicepresidente Cheney y los funcionarios más conservadores del lobby sionista de la Casa Blanca, impulsan la "opción militar" para dar un desenlace a la crisis nuclear con Irán.
En los últimos días -según consigna News Week- el jefe del Pentágono; Robert Gates, y el jefe del Estado Mayor, almirante Mullen, que militaban en la opción "realista" de negociar con Irán y Siria, se pasaron a la trinchera del lobby que impulsa acciones militares inmediatas para evitar que Irán consiga la bomba nuclear.
El vicepresidente Dick Cheney y el ex embajador ante la ONU, John Bolton, son los más claros exponentes ante el establishment de poder de esos planes militares que acaba de revivir el jefe del Estado Mayor, el viernes pasado.
Precisamente, el informe de la Casa Blanca, la semana pasada, vinculando a Corea del Norte y a Siria con actividades nucleares comunes surge en el marco de una nueva escalada con Irán y un escenario de crecientes rumores de guerra en la región.
The Washington Post evaluó que un ataque a Siria y una posible acción bélica israelí contra la guerrilla de Hezbolá en Líbano podría llevarse a cabo con el respaldo de EEUU, que en febrero pasado envió tres barcos, el destructor USS Cole y dos buques cisterna, a las costas libanesas.
En las usinas demócratas del Congreso se asegura que el informe parlamentario (presentado por la CIA) donde se vincula a Corea del Norte con supuestos "planes nucleares" de Siria, fue impulsado por el lobby neocon de la Casa Blanca conducido por el vicepresidente Cheney.
Este "reverdecer" del lobby neoconservador del ataque a Irán tiene su epicentro -según The New York Times- en la Casa Blanca y el Congreso, desde donde McCain y los republicanos intentan imponer la cuestión del "peligro nuclear" iraní como eje del debate electoral.
A este objetivo responde -según News Week- la creación de un comité especial dirigido por Bolton que orientará los discursos del virtual candidato republicano a la presidencia de EEUU, John McCain.
La información de que el vicepresidente de EEUU, Dick Cheney, promovió la realización de la reunión informativa sobre el "vinculo nuclear" de Corea del Norte y Siria en el Congreso, alimentó las especulaciones de la prensa norteamericana acerca de que los halcones se preparan para una gran movida en Medio Oriente, que posiblemente revierta el enfoque diplomático que caracterizó el segundo mandato de Bush.
Además, el momento elegido para divulgar la información sobre los "planes nucleares" de Siria, es interpretado por algunos analistas como un intento deliberado por tensar la relación entre Washington, por un lado, y Pyongyang y Damasco, por otro.
La operación es interpretada como una maniobra orientada a provocar una reacción de los halcones norcoreanos y del régimen de Damasco, que hasta ahora no sucedió, ya que Siria minimizó el informe, y el gobierno de Pyongiang mantiene (hasta ahora) silencio de radio.
El intento -según el Post- pretendió desbaratar las prolongadas negociaciones entre el Departamento de Estado (cancillería) de EEUU y Corea del Norte y por un acuerdo de paz entre Israel y Siria, con mediación de Turquía.
El lobby encabezado por Cheney es contrario a negociar con Corea del Norte y Siria, y sostiene una postura a favor de un "cambio de régimen" en ambos países, provocado por acciones militares que desgasten sus situaciones internas.
"Si no logramos que otros países se nos unan en ese esfuerzo, tendremos que intentar el cambio de régimen apoyando a los grupos de oposición y cosas así", dijo recientemente John Bolton, el principal operador internacional del vicepresidente de EEUU, Dick Cheney.
El lobby en el Congreso y en la comunidad conservadora basamenta su prédica y accionar en que Irán está a punto de conseguir la bomba nuclear y hay que evitarlo, y con la denuncia del "plan nuclear" sirio se pone al gobierno de Damasco en la misma situación.
Por otra parte, se interpreta que el informe de la CIA impulsado por Cheney fue una provocación para obligar Corea del Norte a reaccionar y dejar negociaciones a "seis bandas".
En sucesivos informes, durante el año pasado y en el curso del 2008, The Washington Post, The New York Times, y el semanario The New Yorker coincidieron en informar que los halcones nunca abandonaron sus objetivos de atacar Irán.
La prensa norteamericana, así como varios medios británicos, han coincidido en que, desde el año pasado, funciona en el Pentágono un comité para planear un ataque a Irán que pueda llevarse a cabo sólo 24 horas después de que el presidente así lo decida.
Un grupo de planificación especial fue establecido dentro de la oficina de Jefes del Estado Mayor Conjunto, mientras el Pentágono realiza continuos ejercicios de bombardeo a las plantas nucleares de Natanz y Arak, señalaron tanto The Washington Post como The New York Times.
Con la renuncia del almirante Fallon y la asunción del Comando Central por el general Petraeus -señala el Post- la balanza del poder parece inclinarse para lado de Cheney y del lobby de halcones que impulsan un ataque militar antes del final del mandato de Bush.
Norman Podhoretz, el icono doctrinario del lobby neoconservador y uno de los favoritos de Bush, escribió en un artículo titulado: "El Caso para Bombardear Irán", en junio de 2007 : "La verdad llana y brutal es que si Irán será impedido de desarrollar un arsenal nuclear, no hay ninguna alternativa al uso real de fuerza militar".
El guante ya fue recogido por los propios demócratas en la campaña presidencial.
La precandidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, señaló la semana pasada, en declaraciones televisivas a la ABC, que si asume destruirá por completo a Irán en el caso de que la nación islámica realice un ataque nuclear a Israel.
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