Antiterroristas cubanos: injusticia estadounidense por doquier

Prensa Latina
10/02/10

Después de permanecer 11 años en cárceles de Estados Unidos, tres de los cinco antiterroristas cubanos cargan nuevas sentencias, cuando hoy sus compatriotas y admiradores del mundo exigen el fin del encierro.

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Al acudir a la sala del Distrito de Miami, en el sureño estado de Florida, durante la parte final de un proceso que dispuso el Onceno Circuito de la Corte de Apelaciones de Atlanta, Antonio Guerrero, Fernando González y Ramón Labañino recibieron condenas menores a las impuestas en 2001.

Antonio recibió en octubre último una pena de 21 años y 10 meses en prisión, así como cinco años de libertad supervisada, cuando originalmente cargaba sobre sí una cadena perpetua y 10 años.

Los dictámenes de Fernando y Ramón indicaron en diciembre último 17 años y nueve meses, y 30 años en la cárcel, respectivamente.

Antes sus condenas eran de 19 años, y una cadena perpetua y 18 años, respectivamente.

Gerardo Hernández y René González, los otros dos integrantes del grupo, fueron excluidos del proceso de resentencias al ser ratificadas sus penas (dos cadenas perpetuas y 15 años, el primero, y 15 años, el segundo) por la referida Corte de Apelaciones. Después de los resultados de esta etapa, la madre de René, Irma Schewerert, aseveró que identificarse con los Cinco, conocidos así en las campañas internacionales por su excarcelación, es una cuestión humana, no política.

Ellos, detenidos el 12 de septiembre de 1998 cuando monitoreaban las acciones vandálicas de grupos anticubanos asentados en el sur estadounidense, son hijos, padres, hermanos, esposos, amigos, y sobre todo inocentes, puntualizó.

A juicio del presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, las resentencias dictadas en Miami contra Antonio, Fernando y Ramón continúan siendo injustas pues ellos, consideró, deben ser liberados.

Recordó que en 2008 la Corte de Apelaciones de Atlanta tomó una decisión indebida al ratificar la culpabilidad de los Cinco, pero a la vez los magistrados reconocieron que cuatro sentencias se apartaban de la ley.

Instantes después de conocer los nuevos fallos, Antonio, Fernando y Ramón subrayaron en una declaración que durante los 11 años de prisión no se ha hecho justicia en ninguna de las instancias del sistema estadounidense.

En ese documento, los antiterroristas señalaron la arbitraria exclusión del proceso a Gerardo, cuya situación, sostuvieron, prosigue siendo la principal injusticia en el caso.

Afirmaron que, como mismo sucedió en el momento de su arresto y en otras ocasiones durante estos años, ahora también recibieron propuestas de colaboración de la administración estadounidense a cambio de obtener sentencias más benévolas.

Sin embargo, Antonio, Fernando y Ramón rechazaron dichos ofrecimientos y reconocieron la labor de los grupos de solidaridad en las demandas mundiales por lograr su definitiva libertad.

Para Leonard Weinglass, abogado defensor de Antonio, los Cinco no fueron enjuiciados por violar la ley estadounidense, sino porque su trabajo sacó a la luz a quienes sí lo hacían.

Al infiltrarse en la red de terrorismo que se permite que exista en la Florida, demostraron la hipocresía de la tan aclamada oposición de Estados Unidos al terrorismo, opinó el jurista.

Numerosas pruebas judiciales y el testimonio de altos jefes militares norteamericanos sostienen que los antiterroristas cubanos nunca atentaron contra la seguridad de la poderosa nación.

Los generales Charles Whilhem y Edgard Atkinson, el almirante Eugene Carol, el coronel George Busckner, e incluso, el ex director de la Agencia de Inteligencia del Pentágono, James Clapper, negaron que ellos tuvieran acceso a datos clasificados o secretos.

Junto a las excesivas condenas, los antiterroristas cubanos también han sufrido confinamiento solitario en sus celdas, y a las esposas de Gerardo y René les han negado repetidas veces la visa de viaje para visitarlos.

Dicha actitud, constante en los últimos ocho años, viola leyes de Estados Unidos y del mundo, mientras que protestas de organizaciones defensoras de derechos humanos son rechazadas.

Según el criterio de muchas personas en el mundo, el caso de los Cinco califica como un proceso netamente político, y sólo el reclamo solidario de las gargantas del orbe hará regresar a sus hogares a Gerardo, René, Antonio, Fernando y Ramón.

Para reconocidos abogados, la justicia continúa ausente en un país que se autoproclama verdadero luchador contra el terrorismo y, al mismo tiempo, permite pasear por sus calles a confesos criminales como Luis Posada Carrilles.

Ese antiguo empleado de la estadounidense Agencia Central de Inteligencia es el autor intelectual de la destrucción en pleno vuelo de un avión cubano de pasajeros frente a las costas de Barbados, el 6 de octubre de 1976, que dejó 73 personas muertas.

Venezuela, país donde Posada Carriles cometió varias fechorías de sangre como en otros de América Latina, presentó una solicitud para su extradición en junio de 2005, pero el pedido aún no ha sido atendido por la Casa Blanca.

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