Un ex prisionero de Guantánamo: 'Los agentes españoles me interrogaban cada 6 meses'

Roberto Montoya
El mundo
09/10/08

Entrevista al marroquí Lahcen Ikassrien

- Antes de Guantánamo, fue brutalmente torturado en Mazar-i-Sharif y en Kandahar
- En 2002, fue enviado a la prisión en un avión, encapuchado y encadenado al asiento
- Cuando agentes españoles lo visitaban se recrudecían las torturas
- Lo extraditaron a España en 2005 y, en 2006, fue absuelto por el Tribunal Supremo

"Los agentes españoles que me interrogaban cada seis meses en Guantánamo entre julio de 2002 y mayo de 2004, siempre me advertían que si no colaboraba con ellos como confidente me quedaría 200 años ahí". Lahcen Ikassrien asegura que su respuesta era siempre la misma: "Prefiero estar 200 años en este infierno a que traigan aquí a otra persona por mi culpa".

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Este marroquí, de 40 años, originario de un paupérrimo pueblo de Marruecos, llegó en 1990 a España como tantos, en busca de trabajo. Vivió y trabajó varios en España hasta que en 2000 se vio atraído por el proceso por el que pasaba Afganistán. "Allí los talibán tenían un régimen más acorde con mis creencias musulmanas y quise vivir esa experiencia".

Un año después se produce el 11-S, comienzan los bombardeos de EEUU y Ikassrien es capturado desarmado, en su tienda, cerca de la localidad de Kunduz, por tropas de la Alianza del Norte, aliada de EEUU, que lo venden junto con cientos de otros prisioneros a las fuerzas estadounidenses, asegurando a éstas que todos eran combatientes.

"Primero nos llevaron a una fortaleza cercana a Mazar-i-Sharif en unos camiones 'container' donde muchos murieron asfixiados. A causa de los maltratos hubo un motín y los americanos nos bombardearon matando a cientos de prisioneros, sobrevivimos unos 40, yo resulté herido", recuerda. Ikassrien fue trasladado a una prisión de EEUU en Kandahar, donde fue brutalmente torturado. "Los soldados te apaleaban, apagaban sus cigarrillos sobre cualquier parte de tu cuerpo, te daban culatazos".

Finalmente, en 2002, fue enviado a la prisión de Guantánamo en un avión, vestido con un uniforme naranja, encapuchado y encadenado al asiento. "No nos permitieron ir al baño ni una vez durante todo el trayecto, nos hacíamos todo encima". "Durante los primeros seis meses estuvimos en celdas a pleno sol, separadas unas de otros por una alambrada, por lo que veíamos las torturas que le hacían a los demás. Se negaban a decirnos donde estaba La Meca para poder dirigir nuestros rezos hacia allí".

Entre el 22 y el 25 de julio de 2002 es interrogado por primera vez por agentes españoles, según consta en el informe policial aportado en la causa instruida por el juez Baltasar Garzón contra la célula de Al Qaeda en España.

"Estaba solo con ellos, por lo que aproveché para explicarles las condiciones en las que estaba en el Campamento Delta, pero no me hicieron ni caso. No me acusaban de nada pero a mí como a todos los otros que interrogaron nos mostraban fotos de sospechosos de cualquier parte del mundo para que les diéramos información de ellos".

Según este ex preso, "cuando se iban los españoles, entre dos y seis según las ocasiones, se recrudecían las sesiones de tortura". "Los españoles nos dijeron que tú eras un traficante de drogas, que con el dinero que sacabas financiabas el terrorismo", le decían sus torturadores estadounidenses.
Nuevos -e iguales- interrogatorios

En 2004, posiblemente en mayo según sus cálculos, se produjo la última visita de agentes españoles. "Una guardia de origen mexicano, a la que llamaban Ana, me dijo que en esa ocasión me iban a sacar las esposas y cadenas ante los agentes españoles y me explicó que eran de un Gobierno nuevo, que habían cambiado de presidente, que las relaciones no eran buenas porque habían decidido retirar las tropas de Irak.

Pero el interrogatorio fue igualmente duro, repetitivo, igual al que me hacían antes y similar también al de los agentes marroquíes, que también vinieron allí. Vinieron a interrogarnos policías de muchos países. Amnistía Internacional tiene la convicción de que uno de los interrogadores españoles era un diplomático acreditado en Estados Unidos.

Sin recibir ninguna explicación Lahcen Ikassrien fue finalmente extraditado a España el 18 de julio de 2005, nuevamente encapuchado y encadenado, tras permanecer tres años y medio en Guantánamo. Fue interrogado en la Audiencia Nacional por el juez Grande Marlaska, que sucedía a Baltasar Garzón en la causa.

El magistrado lo mantuvo en prisión preventiva durante más de un año, hasta que en 2006 la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional decretó su libertad provisional. La Sala entendió que la acusación se había basado en las pruebas aportadas por las autoridades militares de Guantánamo, similares a las que ya habían sido anuladas por el Tribunal Supremo en la sentencia que absolvió al ceutí Hamed Abderrrahman Ahmed, el llamado 'talibán español'.

"En octubre de 2006 finalmente fui absuelto, pero me dejaron en otro 'limbo'. Desde entonces estoy sin ninguna documentación, por mi aspecto magrebí me han detenido ya varias veces y Marruecos también se niega a darme pasaporte para poder volver a mi país y reencontrarme con mi familia. Me dicen que es responsabilidad de España darme documentación".

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