Wall Street vive su segundo "lunes negro" en una semana

Finanzas.com
Victor Martín
7/10/2008


La Bolsa de Nueva York vivió hoy una nueva jornada de pánico, al igual que otras plazas europeas y latinoamericanas, y registró durante la sesión una caída récord de 800 puntos, aunque al final se amortiguó algo y cedió un 3,58 por ciento.

Los lunes están poniendo a prueba los nervios de los inversores, pues no sólo han tenido que reaccionar en recientes semanas a las sorpresas que les deparaban algunas firmas financieras o hipotecarias con problemas durante el fin de semana, sino también a los vaivenes del plan de rescate financiero que finalmente se aprobó el viernes.

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El lunes pasado y nada más conocerse que la Cámara de Representantes no daba su visto bueno al plan de 700.000 millones de dólares del Departamento del Tesoro, el índice Dow Jones de Industriales cayó en picado, 777 puntos, lo que representaba el mayor descenso en puntos de su historia.

Ese desplome quedó hoy superado y llevó a ese índice, que agrupa a algunas de las mayores corporaciones estadounidenses, a perder el nivel de 10.000 puntos, por primera vez desde el 26 de octubre de 2004.

Al finalizar la sesión el Dow Jones de Industriales quedaba en 9.955,50 unidades, lo que representa una pérdida de 369,88 puntos (3,58%) respecto del viernes.

El mercado Nasdaq, donde negocia gran parte de las empresas de tecnología e Internet, descendió 84,43 puntos (4,34%) y quedó en 1.862,96 unidades.

El selectivo S&P 500 perdió 42,34 puntos (3,85%) y cerró la sesión en 1.056,89 unidades.
Esta primera sesión de la semana se adivinaba oscura desde antes de sonar la campana que marca el inicio de las contrataciones en la bolsa neoyorquina, después de los fuertes descensos que habían registrado los principales mercados asiáticos y que tenían continuación en las bolsas europeas, que hoy también sufrieron caídas históricas.

La bolsa de Londres perdió un 7,85 por ciento, la de París un 9,04 por ciento, la bolsa de Fráncfort retrocedió un 7,07 por ciento, la de Madrid cayó un 6,06 por ciento y la de Milán retrocedió un 8,24 por ciento.

En Latinoamérica, los mercados (con Brasil a la cabeza) vivieron también una auténtica pesadilla en medio del pánico mundial y los indicios de que la crisis financiera internacional ya pesa en la economía real.

La percepción de que la crisis financiera no es un problema que atañe sólo a firmas y bancos estadounidenses sino que tiene reflejo también en entidades europeas ha suscitado ansiedad en esos mercados y en numerosos gobiernos, que se han apresurado en los últimos días a garantizar a sus ciudadanos la seguridad de sus depósitos bancarios.

En Estados Unidos el presidente George W. Bush trató de calmar el nerviosismo que imperaba en Wall Street y en otros mercados afirmando que el plan recientemente aprobado por el Congreso, y que él convirtió en ley poco después, surtirá efecto, aunque no de forma inmediata.
Bush explicó que el plan de rescate pretende liberar el crédito, aunque admitió que "eso va a tardar un tiempo".

El fuerte declive en la bolsa neoyorquina contrasta con el fortalecimiento que registra el dólar ante el euro y otras divisas, aunque el "billete verde" perdió terreno de forma significativa ante el yen.

Por un euro se pagaban hoy 1,3519 dólares, comparado con los 1,3806 dólares del viernes pasado.

En relación con la moneda japonesa, el dólar se cambiaba a 101,61 yenes, frente a los 104,14 yenes de la sesión anterior.

El fortalecimiento del dólar y las perspectivas más sombrías que se ciernen sobre la economía de EE.UU. y de otros países desarrollados continuó presionando a la baja a los precios del crudo y de los combustibles en el mercado mayorista, lo que podría favorecer también un descenso en los costes de energía de los consumidores.

El precio del crudo de Texas bajó hoy un 6,47 por ciento y cerró la sesión en la Bolsa Mercantil de Nueva York a 87,81 dólares el barril, su nivel más bajo en ocho meses.

Los operadores del mercado petrolero están cada día más inquietos por el efecto que la crisis financiera y la ralentización de la economía a nivel global tendrá en la demanda de crudo y de combustibles.