Colapso total: Para el FMI "lo peor no ha llegado"

IAR noticias
07/10/08


EEUU y Europa intentan contener el pánico pero continúan el derrumbe bursátil y la paranoia bancaria


Los mercados mundiales han llegado al colapso total. No hay liquidez para nadie y los "inversores" (especuladores privados e institucionales) retiran apresuradamente el dinero que tienen en distintos activos para tratar de colocarlos en cualquier refugio seguro.

La fórmula podría resumirse así: Los bancos desconfían de los bancos y los mercados no creen en los rescates estatales. Estalló la confianza y la "economía de papeles" del reinado de la burbuja financiera, que se desploma inexorablemente mientras nadie tiene todavía la respuesta de cual es el piso del derrumbe. Ya no hay lógica ni ilógica: Sólo hay mercados que suben o bajan, que titilan en verde o en rojo, sin que los analistas le encuentren correlación con la realidad.

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Los derrumbes son históricos: Ya no alcanzan los discursos ni el plan "anticrisis" de Bush, y la medidas descoordinadas e individualistas de la Unión Europea son impotentes para detener la sangría bancaria y la crisis financiera que ya se proyecta como un virus por las principales economías reales de la eurozona. Las bolsas, con Wall Street a la cabeza sufrieron derrumbes históricos tan significativos como el descenso del Dow Jones por debajo de la línea de los 10.000 puntos, el mercado monetario marcó nuevos récords en niveles demenciales, el dólar se sigue fortificando y el euro y el petróleo se hunden cada vez, mientras los mercados emergentes sufrieron su peor caída en 20 años y ya están dando pasos (como es el caso de Brasil) para iniciar sus propios planes de "rescate financiero" con sus reservas US$ acumuladas. Desde EEUU y Europa, y a través de las bolsas y el sistema financiero, la crisis se propaga como un virus contagioso a los países periféricos de Asia, África y América Latina. En el medio del manicomio, el FMI dice que aún "lo peor no ha llegado".

El caos en las bolsas y el temor a que se produzca un catastrófico éxodo bancario en Europa obligó a los ministros de Finanzas de los 27 a reunirse en Luxemburgo para ampliar la garantía de depósitos bancarios de 20.000 a 50.000 euros (27.200 a 68.200 dólares).

Los ministros de finanzas de la Unión Europea acordaron el martes una serie de principios que regirán los potenciales rescates de bancos y aseguradoras, pero no establecieron un fondo de rescate conjunto al estilo de Estados Unidos.

"Hemos reiterado nuestra determinación de garantizar la estabilidad y solidez en nuestro sistema bancario", dijo la ministra de Finanzas francesa Christine Lagarde en una conferencia de prensa después de la reunión mensual de los ministros.

Los ministros acordaron que los países deben actuar a un "nivel nacional" para apuntalar a sus grandes instituciones financieras, una decisión que algunos ministros consideran insuficiente. Ellos dijeron que el sistema financiero de la UE aún sería vulnerable si un banco transnacional colapsa.

La UE también se comprometió a actuar en "forma coordinada" ante la crisis financiera y apoyar a todos los grandes grupos financieros en caso de dificultades.

Brasil, por su lado, otorgó nuevos poderes al banco central para ayudar a bancos que necesiten liquidez o que estén en problemas, mientras Rusia indicó que concederá créditos por hasta 26.700 millones de euros (36.000 millones de dólares) a los principales bancos del país.

El presidente del Banco Central de Brasil, Henrique Meirelles, anunció el lunes por la noche que desde ese momento la institución podría comprar las carteras de crédito externas de bancos brasileños en dificultades.

Imitando a Washington, Brasil también anunció que utilizará parte de sus reservas internacionales de US$ 207.000 millones para financiar operaciones de crédito a bancos brasileños.

Las golpeadas bolsas vivían otro día en la montaña rusa: subieron brevemente, volvieron a caer y luego a recuperarse tras los desplomes del lunes.

Moscú también se declaró dispuesto a conceder un crédito de 4.000 millones de euros (US$ 5.400 millones ) a Islandia para salvar sus bancos, que representan de ocho a nueve veces el PIB islandés.

Al borde de la quiebra, Islandia nacionalizó el martes el segundo banco del país, Landsbanki, e inyectó un crédito de 500 millones de euros (678 millones de dólares) en el principal banco islandés, Kaupthing. El tercer banco del país, Glitnir, fue nacionalizado la semana pasada.

La Reserva Federal estadounidense (Fed) anunció que comprará obligaciones negociables, instrumentos financieros que permiten a las empresas enfrentar necesidades imprevistas de liquidez, para dar impulso a un mercado completamente paralizado.

La Fed dijo que ofrecerá a los bancos en diciembre al menos 450.000 millones de dólares, en el marco de una acción concertada entre varios bancos centrales para permitir la liquidez en dólares del circuito bancario.

El Banco Central Europeo (BCE) confirmó este calendario de acciones adicionales coordinadas e inyectó el martes 50.000 millones de dólares (37.000 millones de euros) en el mercado interbancario.

Irlanda, Grecia, Alemania, Dinamarca, Portugal e Islandia han garantizado los depósitos bancarios de particulares, en algunos casos por montos ilimitados.

Tras el derrumbe bursátil mundial del lunes, este martes los mercados internacionales, dominados por los nervios y el pesimismo, cerraron nuevamente con fuertes pérdidas a pesar de cierta recuperación respecto de la jornada anterior.

Los principales índices bursátiles de Estados Unidos registraban pérdidas el martes después del mediodía en tanto las acciones del sector financiero caían víctimas de las preocupaciones sobre la disponibilidad de crédito en Wall Street.

El Promedio Industrial Dow Jones, que llegó a ganar 169 puntos justo después de la apertura, caía 257 puntos 9706, presionado por el descenso del 18% en las acciones de Bank of America. El banco anunció el lunes por la noche que reducirá su dividendo y que tratará de recaudar US$10.000 millones en capital.

Todos los componentes financieros del Dow caían, excepto American Express, que ganaba el 1%.

El índice Standard & Poo's 500 bajaba 19,79 puntos a 1037, con un descenso en sus sectores financiero y de productos discrecionales para el consumidor, y el Índice Compuesto Nasdaq cedía 46 puntos.

Más temprano, la Bolsa de Valores de Tokio volvió a registrar fuertes pérdidas. El principal selectivo japonés, el Nikkei, cedio 317,19 puntos, un 3%, para cerrar en 10.155,90 unidades. Temporalmente, el Nikkei cayó durante la sesión del martes por debajo de la marca de 10.000 puntos, por primera vez en cinco años.

La Bolsa de Hong Kong estuvo cerrada el martes por un feriado. Shanghai cayó un 0,7%; la de Nueva Zelanda, un 1,5%; la de Filipinas, un 3%, y la de Indonesia, un 0,3%. Sin embargo, Sídney (0,7%), Seúl (0,5%) y Taiwán (0,3%) terminaron la sesión con ganancias.

En Buenos Aires, el Merval, que había abierto con un alza del 2%, pierde ahora un 0,51%, mientras que el dólar aumentó dos centavos a $ 3,23 y los bonos registran una fuerte caída que promedia el 4%.

En San Pablo, en tanto, el índice Bovespa -que fue uno de los que más cayó ayer- estuvo en terreno negativo casi toda la jornada y a media rueda muestra un rojo del 3,48%.

Los índices de Europa pasaron de ganar más del 2% a un positivo más moderado o directamente al rojo para el cierre. El FTSE londinense ganó un 0,35%; el CAC parisino, un 0,55%, y el IBEX de Madrid, un 1,3%, pero el DAX alemán perdió un 1,12%.

Detrás de este derrumbe hay que señalar una caída del petróleo superior al 5% ante las expectativas de una recesión global, con lo que el West Texas perdió los 90 puntos.

El creciente temor a una crisis económica mundial generalizada está dejando por el piso a los precios del petróleo y está empujando hacia abajo los precios de las acciones de las empresas petroleras más importantes, a pesar de las ganancias récord de los últimos dos años.

Exxon Mobil Corp., la compañía más grande de EE.UU. y la mayor petrolera occidental según su valor de mercado, ha perdido un 19% del precio de su acción desde enero, su peor desempeño desde 1981.

El euro también volvió a sufrir ante la debacle del sector financiero europeo, con lo que perdió los 1,35 dólares.

Los "inversores" huyen de todo activo con el más mínimo riesgo, incluso de los hedge funds, que están sufriendo reembolsos brutales -tienen una ventana de liquidez al cierre de cada trimestre- pese a que su objetivo es precisamente conservar el patrimonio o incluso ganar cuando los mercados caen.

El titular de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, dijo el martes que los gastos de los consumidores, ajustados por inflación, se han "contraído significativamente" desde mayo, mientras que la debilidad de las ventas y la mayor incertidumbre "han comenzado también a afectar con más fuerza los gastos en inversiones".

En medio de ese escenario, "los esfuerzos permanentes para estabilizar los mercados financieros son esenciales", manifestó, y destacó que la inestabilidad del mercado y las bajas en los precios de los activos "pueden tener un alto costo sobre la economía en general si no se controlan".

Aparte de la incapacidad de las autoridades globales del sistema capiatalista para inyectar "confianza", el panorama económico es cada vez más negro.

La economía norteamericana sufre actualmente o caerá pronto en recesión, según dos tercios de los economistas sondeados por la Asociación Nacional de Economía Empresarial (NABE, por su sigla en inglés).

UBS emitió el martes un informe en el que pronostica que EEUU, Reino Unido y la zona euro entrarán en recesión en 2009.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que las pérdidas relativas a préstamos en Estados Unidos y a los activos financieros vinculados a éstos podrían alcanzar US$1,4 billones.

En un informe, publicado este martes, el FMI dice que será necesario invertir más recursos públicos para garantizar el retorno a la estabilidad financiera.

El informe dice que el sistema financiero global atraviesa "un período de turbulencia sin precedentes" y predice que los bancos tendrán mayores pérdidas.

Según el documento, el continuo declive del mercado hipotecario estadounidense y la desaceleración económica más amplia indican que son cada vez mayores los problemas con el reembolso de los préstamos, no sólo de hipotecas, sino también de otros tipos.

Estos problemas todavía no han alcanzado su punto máximo, dice el informe.

El FMI señala que, a medida que la desaceleración se extiende a nivel internacional, las instituciones financieras corren el riesgo de tener pérdidas relacionadas con préstamos fuera de EEUU.

Los mercados emergentes y los países en desarrollo más avanzados también corren mayores riesgos, en particular en Europa Oriental, donde los precios de las casas se han disparado y donde los bancos les han hecho préstamos considerables a los compradores de propiedades, subraya el organismo financiero internacional

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