Retrospectiva: Alguien está robando tu vida

Michael Ventura
lycaeum.org
26/01/90
Traducción SDLT

La mayoría de los estadounidenses adultos se despierta entre las 6 y 7 de la mañana. Se van a trabajar a las 8 o 9. Finalizan alrededor de las 5. De vuelta a casa, a eso de las 6. Cincuenta semanas al año. Durante 45 años aproximadamente.

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La mayoría se alegra de tener trabajo, pero realmente no lo eligen. Ellos pueden soñar, pueden estudiar e incluso pueden capacitarse intensamente para el trabajo que desean, pero tarde o temprano, para la mayoría, eso no pone el pan sobre la mesa. Entonces toman lo que pueden y lo hacen. La mayoría tiene familias que mantener, por lo que necesitan de sus trabajos más de lo que sus trabajos admiten necesitar de ellos. Ellos son empleados. Y, como empleados, la mayoría no puede decir absolutamente nada acerca de sus trabajos. El propósito o el servicio, los objetivos de la empresa a corto y largo plazo literalmente “no es el negocio de ellos” – aunque estos problemas influyen drásticamente en cada aspecto de sus vidas. No importa que hayan dado años día a día para la supervivencia de la empresa; los empleados (incluso cuando son llamados "gerentes") sobre todo reciben órdenes. O si no... Parece una extraña forma de sociedad libre: La mayoría de las personas tienen poca o ninguna autoridad sobre lo hacen cinco días a la semana durante 45 años. No suena muy parecido a la “vida, libertad y la búsqueda de la felicidad.” Mas bien suena como una nación de autómatas.

La compensación por ser un autómata estadounidense solía ser la libertad para vivir en una casa propia, a nuestra extraña manera, en una limpia y segura comunidad donde sus niños tuvieran la oportunidad de ser felices, autómatas más ricos que tú. Pero los trabajadores que trabajan duro y cobran bajos sueldos ahora no se pueden permitir el lujo de tener una casa propia, menos comunidades limpias, ni seguras, y para sus hijos las expectativas son peores. Esta condición puede deberse a que durante cinco días a la semana, durante 45 años, usted no ha expresado su opinión – mientras que otras personas han estado tomando decisiones que no han sido buenas para usted. Yo no estoy seguro la felicidad DE QUIÉN hemos buscado últimamente, pero una cosa está clara: No es la felicidad de los que han hecho nuestra sociedad de trabajo.

Por otro lado – o eso es lo que "ellos" dicen – usted es libre, y si no le gusta su trabajo, puede buscar la felicidad emprendiendo su propia actividad, convirtiéndose en un empresario “independiente”. Pero usted es sólo tan independiente como su crédito se lo permite. Y para competir en la comunidad de negocios, encontrará que tendrá que tratar a los demás –a sus empleados– como esclavos tanto como pueda. Págueles tan poco como lo puedan tolerar y no les de la posibilidad de que digan nada, ya que eso es lo más eficiente y rentable. El dinero es la norma absoluta. La libertad y la dignidad y el bienestar de los semejantes, simplemente no figuran en la fórmula básica.

Ésta puede ser una manera bastante áspera para mostrar las reglas que rigen hoy en día la vida en Norteamérica. Pero si parezco radical, no es por haber leído mucho en una cómoda universidad, para luego salir corriendo a emitir como una prima donna una opinión en la prensa alternativa. Aprendí sobre los autómatas siendo uno de ellos. Desde los 18 a los 29 años (salvo unos meses de distracción en la universidad cuando tenía 24 años) trabajé en las clase de empleo que esperaba tener toda mi vida: tipógrafo durante dos años, transcriptor de cintas por tres, corrector de pruebas (uno groseramente incompetente) por unas pocas semanas, mensajero durante unos meses, y secretario (si, secretario) por un año y medio. Luego dejé el trabajo a "tiempo completo" y los empleos que encontré fueron desalentadores: ordenanza de hospital, vendedor de aspiradoras, ayudante de caja, camarero, martillador de clavos, mezclador de cemento, limpiador de baños, chofer.

Fue durante los años de trabajo en la oficina que comprendí: Tengo dos semanas de vacaciones pagas al año. Un año tiene 52 semanas. Incluso un comparativamente trabajador no calificado, y sin estudios como yo, que no puede (aún no puedo) hacer fracciones o largas divisiones – tengo la suficiente habilidad en las matemáticas para resolver 52 sobre 2 … ¿Cuanto da? Veintitantos. Lo que significa que me llevaría 26 años de trabajo tomarme 1 para mí mismo. Y podría tenerlo solo en 26 pedazos, así ni siquiera se sentiría como un año. En otras palabras, no hay tiempo realmente mío. Mi jefe meramente me permitió tener una ilusión de libertad, un pequeño espacio para retomar el aliento, de las 50 semanas que viví en su posesión. Mi empleador utiliza 26 años de mi vida por cada año que yo logro quedarme. ¿Y qué obtengo a cambio de esta enorme cosa que estoy dando? ¿qué obtengo a cambio de mi vida?

Un cheque de pago tan miserable como les sea posible. Si tengo suerte, un seguro médico. (Si realmente tengo suerte, la definición de “salud” del patrón, incluirá mis dientes y mis ojos – quizá incluso mi mente) Y, en un lugar de trabajo realmente "iluminado", la pensión o una “participación en las ganancias” lo suficientemente buena como para manterme enganchado, pero no lo suficiente como para permitirme tener una vida diferente. Y eso es todo.

Compare esto con lo que mi empleador obtiene: Si la compañía tiene éxito, él (normalmente es un él) consigue un nivel de vida más allá de mis más locos sueños, incluyendo lo que yo consideraría una fantástica protección para su familia, y el acceso a un mundo que lastimosamente puedo imitar solo cambiando canales en el televisor. Su nivel de vida no sería posible sin el trabajo de personas como yo -pero mi empleador no cree que esto sea un hecho significativo. Él ciertamente no cree que esto me de derecho para decir nada acerca de la empresa. Ni mencionar un reparto significante del negocio. Oh no. El negocio es suyo para hacer lo que le plazca, y él posee mi trabajo. Punto.

No quiero decir que los jefes no trabajan. La mayoría trabaja duro, y tienen la satisfacción de saber que lo que hacen es suyo. Grandioso. El problema es: lo que yo hago también es suyo. Sin embargo, si mis compañeros trabajadores y yo no hiciéramos lo que hacemos – entonces nada sería de nadie. Así que ¿cómo se explica que lo que hacemos no es nuestro? ¿Cómo puede ser que él se enriquezca mientras nosotros tenemos suerte de pagar los gastos? ¿Cómo puede ser que él haga lo quiera con la empresa sin consultarnos a nosotros, pero seamos nosotros los que hacemos la mayoría del trabajo y suframos las consecuencias?

La única respuesta es que el empresario fue el primero en llegar con el dinero para emprender el negocio, por lo que él y sus financistas deciden todo y obtienen todos los beneficios.

Perdónenme, pero parece un poco desequilibrado. Esto no toma en cuenta que nada pasa al menos que se haga el trabajo. ¿No debería eso indicar, que al ser el trabajo tan importante, los hacedores de ese trabajo merecen una fórmula más justa para medir quién obtiene qué? No hay dudas que las personas que corren el riesgo o juntan el dinero para formar una empresa, o la saquen de un apuro, merecen un justo retorno a su inversión –pero ¿es justo que ellos obtengan todo? Se necesita más que la inversión y la gestión para hacer funcionar una empresa. Se necesita de la mano de obra, la capacidad, y el talento de las personas que hacen el trabajo de la empresa. ¿No es esto una inversión? ¿No merecen una retribución justa, una voz, una parte del poder?

Sé que esto parece terriblemente simplista, pero ninguna escuela me enseñó algo sobre las maneras de la economía y el poder (tal vez porque no querían que lo sepa), así tuve que deducirlo lentamente, basado en lo que vi a mi alrededor todos los días. Y he visto:

Que no importa cuánto tiempo haya trabajado o lo bien que lo haya hecho. Podría tener un aumento de salario, incluso tal vez beneficios médicos y algunas bonificaciones, pero no se me permitiría tener poder sobre mi propia vida – ningún poder respecto a decisiones fundamentales sobre las que depende mi vida. Mi futuro está en manos de personas cuyos nombres generalemente ni conozco y con quienes nunca me reúno. Su inversión es el único factor a tomarse en serio. Se alimentan de mi trabajo, de mi vida, pero reservan todo el poder para sí, prerrogativas y beneficios.

Lentamente, muy lentamente, llegué a una conclusión que para mí es fundamental: Mis empleadores están robando mi vida.

ELLOS. ESTÁN. ROBANDO. MI. VIDA.

Si las personas que hacen el trabajo no poseen una parte del producto, y no tienen ningún poder sobre lo que ocurre en su empresa – ellos están siendo robados. Y no pienso ni por un minuto que los que están robando, no saben que te están robando. Ellos saben lo mucho que reciben de usted y lo poco que devuelven. Son ladrones. Ellos están robando su vida.

Por ejemplo, la cadena de montaje no es responsable de la destrucción de la industria automotríz de Norteamérica. Los responsables son aquellos que menos heridas recibieron, los ejecutivos, y accionistas que, según Los Ángeles Times, ganan de 50 a 500 veces lo que el trabajador de línea gana, pero que han hecho una miserable gestión de sus puestos de trabajo. Sin embargo, son los trabajadores los que más sufren. Despidos, cierre de plantas, y "aquellos" sin duda son necesarios –como las abundantes pegatinas decían, ¡así estan las cosas!– pero no es necesario que los trabajadores no tengan ningún poder en las decisiones fundamentales de gestión que los involucran.

Como trabajador, no soy un “costo operativo”. Yo soy como el trabajo es hecho. Yo soy el trabajo. Yo soy la empresa. Sin mí y mis compañeros los trabajadores, no hay nada. Estoy dispuesto a asumir mi parte en un mundo muy poco seguro, pero es que merezco expresar mi opinión. No solo alguna "entrada" (N. del T. "Input") cosmética, sino un significativo poder en buenos o malos tiempos. Un lugar en la mesa donde se toman las decisiones. Nada menos es justo. Así que nada menos es moral.

Y si usted, como dueño, o gerente o gobernante, me niega esto –entonces está eligiendo no ser moral, y está cometiendo un delito contra mí. ¿Espera que no luche?

¿Espera que seamos pasivos por siempre mientras se enriquece robando nuestras vidas?

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