La economía de EEUU busca sostenerse con capitales extranjeros

La Jornada
16/01/08

“América a la venta”, exclama la cabeza en la portada del New York Daily News, haciendo eco de una creciente preocupación de que el destino financiero del superpoder está cada vez más en manos de extranjeros.

Como reportó La Jornada, dos de las empresas financieras más grandes del país, Citigroup y Merrill Lynch, han buscado inyecciones de capital de emergencia en Asia y Medio Oriente, junto con otros varios bancos comerciales y de inversión estadunidenses de gran renombre.

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Así, fondos controlados por los gobiernos de China, Singapur, Kuwait y la familia real de Arabia Saudita han invertido miles de millones de dólares en rescatar a estas prestigiosas instituciones –mismas que se proclaman calificadoras, asesoras y hasta jueces del manejo financiero de varios países, incluyendo México– de una debacle financiera con pérdidas récords, y que aún enfrentan un panorama de mayor crisis.

“Parece que el sector financiero verá un gran desplome en sus utilidades, y la única vez que ha ocurrido esto en los últimos 100 años –que firmas financieras pasen de tener buenas ganancias a utilidades negativas– fue en la Depresión de los años 30”, indicó Richard Sylla, profesor de historia financiera de la Universidad de Nueva York en entrevista con The New York Times. Aunque, apuntó, no cree que esta vez será tan desastrosa la situación, por las acciones de la Reserva Federal.

Pero el anuncio de que el banco más grande del país sufrió pérdidas récords de casi 10 mil millones de dólares en el último trimestre de 2007, de que Merrill Lynch, la empresa de Wall Street más grande, está por anunciar pérdidas masivas este jueves, y de que la crisis hipotecaria que en parte está provocando esta situación no está resuelta, además de una desaceleración de la economía, un incremento en la tasa de desempleo –ayer con la noticia de que las ventas comerciales de diciembre fueron las más bajas en años–, son factores que apuntan a que la economía avanza hacia una recesión.

Lo que hasta ahora ha mantenido el crecimiento –el gasto de los consumidores, que representa 70 por ciento de la actividad económica– se está reduciendo, como señalan las cifras de las ventas al consumidor en diciembre. Ese consumo estaba apoyado por el crédito personal, y es ahí donde se ubica una parte clave de la crisis actual.

De hecho, Citigroup y otros bancos reportan crecientes pérdidas en sus ramas de crédito para hipotecas, automóviles y tarjetas de crédito, y esto podría continuar nutriendo lo que cada día parece más una recesión.

Para el economista Doug Henwood, especialista en el sector financiero, todo esto era previsible, y se repite lo de siempre: “los bancos suelen privatizar las ganancias pero socializar las pérdidas”. En este caso, “parece que estamos de nuevo ante un ‘accidente’ financiero que termina con un rescate estatal, aunque por ahora parece que son los fondos estatales de países asiáticos y árabes”, dijo a La Jornada.

El editor de la publicación especializada Left Business Observer y autor de Wall Street considera que la crisis de las hipotecas es ejemplo de lo de siempre en la rama bancaria, donde se inventan nuevos instrumentos financieros poco entendidos por los de afuera, lo cual se descontrola, las agencias gubernamentales no hacen nada y después “el público tiene que encargarse de limpiar el desastre”. El problema con instituciones tan grandes como las involucradas en esta crisis es que “el Estado se ve obligado a rescatarlas para evitar una descomposición completa” de la economía.

Aunque el consenso convencional en Wall Street indica que lo peor de esta crisis será superado en pocos meses, Henwood advierte que este “evento puede ser mucho más grande, cuyas consecuencias podrían prolongarse un par de años”.

Argumenta que el mercado de bienes raíces era la fuerza principal para nutrir la economía durante una expansión caracterizada por uno de los crecimientos de empleo más débiles en tiempos recientes, y ahora que eso se está deshaciendo podría estallar una recesión prolongada.

Desde esta semana estas noticias provocaron que en Washington la Casa Blanca y la legislatura iniciaran un debate sobre paquetes de estímulo económico, pero aún están muy lejos de un consenso. Mientras tanto, miles de empleados de Citigroup y Bank of America, entre otros, estarán recibiendo notificaciones de que ya no tienen empleo, pagando las cuentas de los ejecutivos cuyas decisiones llevaron a esta situación, pero que esta noche cenarán muy bien.

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