La Bolsa de España pierde un 7,5% y registra la mayor caída de toda su historia

El Mundo
21/01/08

La Bolsa ha vivido hoy una de las jornadas más negras que se recuerdan en su historia. El índice Ibex, el indicador que recoge la cotización de los 35 valores principales del parqué, ha perdido un 7,54%, el mayor desplome de su historia, mientras que todo el mercado en su conjunto ha sufrido su mayor 'crash' bursátil desde octubre de 1987.

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Dos décadas después de aquel 'crash' bursátil, muchos analistas ven escenarios similares: una Bolsa en soportes elevados, el sector inmobiliario en crisis, el petróleo disparado y un dólar débil. Además, ahora está muy presente el factor incertidumbre que tanto daño hace en los mercados.

Los grandes valores del mercado han sido muy castigados: Santander terminó la jornada con un descenso del 9%; Telefónica, del 6,87%; BBVA del 6,98%; Repsol, del 9,71%, e Iberdrola -la más castigada del índice-, del 12,58%.

La banca ha sido uno de los sectores que ha salido peor parado en esta sesión, algo explicable porque la crisis financiera heredada de Estados Unidos les ha situado en el ojo del huracán. A Santander y BBVA les acompañaron los descensos de Banco Popular (-6,98%), Bankinter (-6,79%), Banesto (-5,63%) y Banco Sabadell (-4,29%).

Respecto a Iberdrola, la más castigada, no sólo es la peor del Ibex sino también de todo el conjunto de Europa. De todas formas, "no hay mucha desviación con el resto de compañías del sector energético. E.On cae un 10%, RWE un 8% y Suez un 9%", explicaron fuentes bursátiles.

La economía de Estados Unidos atraviesa por un momento difícil. El presidente George W. Bush ha anunciado un paquete de medidas para reactivar la economía, aunque cunde la sospecha de que en vez de desaceleración vive una recesión real. Este anuncio suscita la desconfianza de los mercados, porque los inversores consideran que una simple desaceleración no necesitaría tal sacrificio.

Las medidas parecen no haber valido para mucho. Desde Tokio hasta Sao Paulo, un 'efecto cadena' ha propagado el pánico en los principales indicadores en una jornada sin precedentes desde los atentados del 11-S en EEUU.

Por suerte, o por desgracia, la Bolsa estadounidense cerraba hoy por festivo. Sin Wall Street como referencia, por la mañana todos los mercados pusieron la vista en Asia, los primeros parqués en abrir. Todos ellos cerraron en rojo, castigados por una crisis global.

Así, valores representativos como el Nikkei de Tokio (-3,86%), el Hang Seng de Hong Kong (-5,49%) y el Kospi de Seúl (-2,95%) abrieron la veda del desplome.

Un problema nacido de las hipotecas estadounidenses

El origen de la crisis se remonta a los problemas hipotecarios en Estados Unidos. Las entidades de aquel país han sufrido un duro golpe financiero al confiar en las hipotecas basura ('subprime') gran parte de su negocio. Este sector implicó tanto riesgo que con los primeros indicios de problema se ha formado una bola de nieve de funestas consecuencias.

Las pérdidas han sido tan grandes que han necesitado inyecciones externas. Gigantes como Citigroup, Merrill Lynch o Morgan Stanley han recurrido a fondos asiáticos para poder contar con dinero, aunque sus problemas se han extendido más allá y ya han alcanzado a la banca europea, como pueden probar la entidad suiza UBS y la inglesa Northern Rock.

Para luchar contra la crisis de liquidez, los bancos centrales de América y Europa se han unido. Ante las turbulencias financieras, los organismos inyectaron dinero en los mercados de forma coordinada. Sin embargo, ésto no ha devuelto la confianza a los inversores.

Las aportaciones de liquidez de la Reserva Federal estadounidense (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE) parecían haber calmado la volatilidad de los mercados financieros desde finales del pasado verano. No obstante, los malos resultados trimestrales de los bancos dejaban claro que la tormenta no había pasado. Por ello, la Fed también ha recortado los tipos de interés -el precio del dinero en los préstamos- para facilitar la presencia de más liquidez en los mercados.

Frente a la medida adoptada por la Fed, la política del BCE ha sido mantener los tipos de interés en el 4% para combatir la presión inflacionista. Sin embargo, el fuerte incremento de los precios de los combustibles y la cesta de la compra ha puesto en entredicho esta medida al coincidir con la crisis financiera, por lo que el organismo que preside Jean-Claude Trichet debate cuál será su próxima elección. Mientras, ex presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan advierte de que EEUU podría encontrarse sumida ya en una recesión.

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