El paquete vudú de Bush para estimular la economía

Mike Whitney
Counterpunch.org
Traducido para Rebelión por Germán Leyens
21/01/08

En la próxima quincena, George Bush demostrará que los últimos 30 años de economía de oferta, de libre mercado, no fue solo fue un montón pútrido de bosta de caballo. De hecho, ahora mismo, cargan los B52 con paletas llenas de billetes de 100 dólares recién impresos que serán lanzados desde el aire de mar a mar.

El sistema de rescate de emergencia es dirigido por el ex súper mandamás de Goldman Sachs, Hank Paulson. Paulson advierte que la economía se está derrumbando “de un modo bastante concreto” y necesita un masivo sacudón de capital para impedir que se hunda por completo.

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“Estamos considerando cosas que se puedan hacer rápidamente,” dijo con voz trémula Paulson. “Lo esencial es el tiempo.”

El ex secretario del tesoro Larry Summers ha recomendado un recorte de impuestos “oportuno, orientado y temporal de 250 dólares por contribuyente y de 500 dólares por pareja para familias con ingresos tributables de menos de 100.000 dólares.” (Wall Street Journal) Alguna variación del plan de Summers será indudablemente implementada en el futuro cercano. La “mano invisible” del mercado – que Bush ensalza ad nauseam – será utilizada para dirigir los helicópteros de la Reserva Federal mientras diseminan por las fructíferas llanuras la riqueza del país como si fuera confeti.

Actualmente, el sistema financiero está tan atascado con porquería de alto riesgo y otra basura respaldada con hipotecas, que los bancos ni siquiera pueden otorgar préstamos a solicitantes con buenos antecedentes crediticios. Los engranajes simplemente se han congelado. Por eso la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro amañaron este arreglo para distribuir decenas de miles de millones de dólares mediante recortes tributarios a familias de bajos y medianos ingresos. Es el único camino que les queda para reanimar al agotado consumidor estadounidense lo suficiente para que pueda comenzar a gastar de nuevo. Si Paulson se sale con la suya, la oficina de impuestos comenzará a reducir las cuentas en unas semanas, lo que hará que las cajas registradoras de las tiendas vuelvan a operar poco después.

La ciudad reluciente sobre el monte podría ser un asilo de indigentes
30 años de reaganismo han destruido el país. Han eviscerado nuestra base industria, roto el contrato social, aplastado nuestros sindicatos, arrasado nuestras escuelas e infraestructura, y han trasferido la riqueza de la nación de la clase media a los 5% de arriba. Los salarios se han estancado, el dólar cae en picada, el sistema bancario está paralizado, y el veneno de alto riesgo emerge por el sistema global estremeciendo a los bancos y los negocios en todo el mundo.

Desde luego, algunos argumentarán que los cheques de 250 dólares del gobierno constituyen un respiro bienvenido y una confirmación del “conservadurismo compasivo.” ¿Pero cómo se ajusta esto a nuestros 7 años de experiencia con GW Bush?

¿Es éste le mismo Bush “compasivo” que retuvo deliberadamente los suministros de alimentos, agua y medicinas de las víctimas del desastre de Katrina mientras se aglomeraban en el hediondo Superdome infestado con heces o se agarraban a los techos de sus casas mientras los botes de rescate eran rechazados por los matones de la FEMA?

Bush y sus colegas se oponen ideológicamente a dar una oportunidad a la gente trabajadora; sólo que esta vez no les quedó otra alternativa. El mercado inmobiliario se desploma, el mercado bursátil va camino a la Unidad de Cuidados Intensivos, y los gigantes financieros del país están estirados sobre una losa de mármol esperando que comience la música en la catedral. Bush sabe que tiene que actuar rápido o sufrir las consecuencias. Por eso abandonó su pretendido compromiso con el “fundamentalismo de libre mercado” y ordenó a la Reserva Federal que ponga las prensas a trabajar a full. ¡Al diablo los principios, es la hora de la verdad!

Lo que planea Bush es el equivalente moral de la exhumación de Milton Friedman de su enmohecido sepulcro y de clavar una estaca de palo a través de su corazón. Albert Einstein lo resumió sucintamente hace 60 años en un artículo intitulado “¿Por qué socialismo?”: “En ninguna parte hemos superado realmente... “la fase predatoria” del desarrollo humano... La anarquía económica de la sociedad capitalista... es la verdadera fuente del mal [Comentario SDLT: Más concretamente, la verdadera fuente del mal es Ponerología Política, Una Ciencia de La Naturaleza del Mal ajustada a Propósitos Políticos]

“El capital privado tiende a concentrarse en pocas manos, (creando una oligarquía con un poder enorme (que) que no puede ser efectivamente controlada ni siquiera por una sociedad política democráticamente organizada... El verdadero propósito del socialismo es precisamente superar, e ir más allá de, la fase predatoria del desarrollo humano.”

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