Francia sigue el ejemplo de EEUU: Un sostenido incremento de represión

Antoine Lerougetel
World Socialist Web Site
Traducción SDLT
20/12/07

Desde la elección de Nicolás Sarkozy como presidente de la República de Francia en mayo pasado, se ha observado un tangible incremento de actividad represiva y brutalidad por parte de la policía. Así es como el ala derecha Gaullista del gobierno apunta a tratar con la resistencia a su programa de destrucción de los derechos sociales y democráticos de los trabajadores, jóvenes e inmigrantes. De esta manera, Sarkozy tiene como objetivo crear las condiciones para incrementar las ganancias y competitividad de los grandes negocios de Francia en la economía global.

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Esta represión se ha intensificado particularmente desde la huelga de ferroviarios del 21 de noviembre, la cual dejó políticamente aislados a los trabajadores y a los jóvenes y dio un espaldarazo de confianza al gobierno en su habilidad para aumentar sus brutales medidas estatales.

La rebelión juvenil en los suburbios de Villiers-le-Bel al norte de París, fue encendida por la muerte de dos jóvenes el 25 de noviembre
Larami de 16 años y Moushin de 15– en un choque con un auto de la policía. Esta rebelión fue suprimida seguidamente mediante la ocupación del área por parte de 1000 policías armados en exceso.

Sarkozy declaró en aquel entonces, “Lo que sucedió no tiene nada que ver con crisis social,” y acusó a los indignados jóvenes de criminales y distribuidores de drogas. Sus palabras hicieron eco del famoso dictamen de Margaret Thatcher, “No existe tal cosa como la sociedad.”

Los comentarios del presidente fueron llevados a su conclusión lógica por el Juez Jean de Maillard, vice-presidente de la suprema corte de Orleáns y por un profesor del Instituto de Ciencias Políticas de París. En la declaración sobre el uso de armas de fuego contra la policía, el juez describió a los jóvenes como potenciales asesinos: “Estoy convencido de que hasta ahora hemos tenido suerte de que los secuaces y futuros asesinos de los suburbios no se hayan atrevido a utilizar su poder de fuego.”

Las noticias sobre el número de policías heridos por armas de fuego han variado notablemente, desde la entrevista al presidente Sarkozy el 29 de noviembre, donde menciona 3 heridos, hasta la revista Mariane que habló de 55. Esta aparente manipulación de las figuras ha dado cierto lugar a expresiones altamente exageradas tales como “guerra de guerrillas urbanas” para describir los choques entre los jóvenes y la policía. Provee una buena justificación para el incremento de medidas represivas por parte del estado francés.

El ministro de inmigración, Brice Hortefeux, ha determinado la deportación de 25,000 inmigrantes ilegales en 2007. Esto, combinado con la política de “inmigración seleccionada” venerada en la última Ley de Inmigración, ha llevado a un sostenido deterioro de las relaciones entre las organizaciones que apoyan a los inmigrantes y la policía. Las visitas por parte de la policía los hogares de inmigrantes aterrorizados de ser deportados ha llevado a intentos de suicidios, lesiones graves y muertes por intentos de escapes.

[Comentario SDLT: Cabe resaltar aquí que a comienzos de este año, cuando el Sr. Sarkozy aún era ministro del Interior, puso en marcha un plan que supuestamente ayudaría a los inmigrantes sin documentos. Se les pidió a estos últimos que fuesen a declararse a la municipalidad, y que seguidamente se les otorgarían permisos de residencia. Pero lo que sucedió fue que, una vez los nombres registrados, la policía detuvo a muchos de ellos y exigió que fuesen deportados. En el pasado mes de marzo, por ejemplo, hubo varios casos que todavía siguen en vigencia en que la policía esperó a los padres en frente de una escuela, cuando éstos de disponían a buscar a sus hijos. Se los llevaron, y no aportaron ninguna solución para los niños. Ahora también están arrestando a los niños sin documentos. Este es el tipo de juego sucio que prefiere Sarkozy, como buen psicópata que es.]

En un encuentro de activistas de derechos humanos del grupo de apoyo Sans Papiers (Sin Documentos) en Amiens el pasado martes, se reportó que las autoridades han rechazado escuchar las peticiones de organizaciones tales como RESF (Red de Educación Sin Fronteras) para disminuir las redadas policiales en barrios de inmigrantes.

La policía continúa utilizando la violencia para quebrar las protestas en apoyo a las 600.000 personas que viven en la pobreza y por los 86.000 sin hogares. Esto fue primera plana el pasado sábado cuando la asociación Les Enfants de Don Quichotte (los Niños de Don Quijote) intentó levantar un campamento de 250 carpas a orillas del río Sena en las cercanías de la Catedral de Notre Dame en París. Protestaban contra las promesas incumplidas del gobierno de proveer alojamiento para los sin hogar.

La población francesa observó shockeada las noticias de la televisión que mostraban a los sin hogar y a quienes los apoyaban siendo empujados brutalmente por la masiva intervención policial apenas habían comenzado a levantar las carpas, ocasionando que una de las personas cayera a las congeladas aguas.

El delegado de la Unión por el Movimiento Popular dijo que se encontraba “consternado” y que “los gritos de desesperación no se debían tratar mediante la fuerza”. François Hollande, primer secretario del Partido Socialista, dijo de Sarkozy: “Antes que cumplir su promesa, envía a las fuerzas del orden para castigar, dar caza y expulsar, para empujar la pobreza hacia los márgenes de la sociedad”.

Denis Baupin, concejal de Green París, alcalde de Bertrand Delanoë, el mayor partido socialista de París, declaró, “Denuncio la increíble violencia utilizada por la policía para desalojar el campamento…La respuesta al escándalo de la falta de hogares no debería ser el bastón de mando de la policía, o tirar gente al Sena, sino aportar soluciones inmediatas y concretas para todas las personas en esta emergencia.”

La hipocresía de estas declaraciones, provenientes particularmente de la izquierda parisina, no se encuentra en los tantos sin hogar. Las municipalidades tienen el derecho legal de solicitar casas inhabitadas, de las miles que hay en París, muchas de ellas en posesión de personas que especulan un alza astronómica del costo de las viviendas de la capital francesa. Pero estos políticos temen la reacción de la burguesía ante la invasión de sus derechos de propiedad. Todas las partes han presidido durante décadas la degeneración de la situación de la vivienda y del crecimiento de los sin hogar en la región de París y a través de toda Francia.

La actual lucha de siete semanas de estudiantes en contra de la ley sobre la autonomía universitaria (LRU), que abre posibilidades a las corporaciones privadas y prepara el camino para una masiva reducción del acceso a las universidades, ha sido sujeta a brutales intervenciones policiales para arruinar las manifestaciones, sentadas, y despliegues. Como innovación, los administradores de las universidades han echado mano a fuerzas de seguridad privadas para intimidar a los estudiantes y profesores.

Un informe de Alice Verstraeten, profesora de Antropología de la Universidad de Lyon, sobre la situación en su universidad ha circulado extensamente en sitios web de intercambio estudiantil. Provee un entendimiento de las experiencias desarrolladas en las universidades de todo el país. Ha publicado sus comentarios en respuesta a la falta de cobertura por parte de los principales medios de estos métodos policiales.

Ella describe la escena: “Durante unos cuantos días el presidente de la universidad ha recurrido a las “fuerzas de la ley y del orden”: grupos de seguridad privada, muy jóvenes, oficialmente no reconocidos, arrogantes y sobrepasados por los eventos, patrullan la universidad con una banda alrededor de sus brazos que dice “seguridad”. Gritan a todo el mundo y nos hacen justificar nuestra presencia llevando una tarjeta…”

Continúa: “Vale la pena señalar que nuestra universidad, de acuerdo a la ley, es un ‘establecimiento público con propósitos científicos y culturales’…Los estudiantes protestaban al grito de “Secuaces, escorias”. Porque algunos agentes del grupo de seguridad detuvieron a mujeres estudiantes para hacerles declarar, mientras otros se peleaban con estudiantes de la misma edad que ellos…”

Nueve vehículos pesados de la policía antidisturbios CRS [Comentario SDLT: Esta es una rama de la policía que pertenece al ejército y que está completamente subordinada al presidente, y NO a la policía nacional, quien recientemente también manifestó su descontento por las nuevas medidas de Sarkozy.] apoyados por unidades militares han sido apostados cada mañana a las 7:30 en dos de las ciudades universitarias.

“Yo estuve ayer a la mañana”, escribió la Sra. Verstraeten. “Dos de mis estudiantes mujeres me dijeron que habían sido “molestadas” por los CRS el día anterior y querían que yo fuera testigo. Si, de hecho, las inmovilizaron en el suelo, las empujaron, y las golpearon con bastones en el estómago y en la cabeza.”

Ella describió otro incidente: “Ayer a la orilla del río, dos estudiantes líderes del sindicato fueron identificados por policías de civil antes de ser perseguidos por las calles por los CRS. Lo que significa, podemos convenir, que un trabajo previo de “inteligencia” se había llevado a cabo y que estos arrestos fueron diseñados para destruir los movimientos estudiantiles.”

Los dos individuos fueron llevados bajo custodia policial y conducidos a la corte al día siguiente. En una declaración de prensa llena de mentiras, el presidente de la universidad declaró que eran “externos de la universidad” y que los arrestos fueron realizados luego de los disturbios. La profesora afirmó: “Muchos de nosotros, los profesores, somos testigos de que no hubo disturbios y que la protesta fue pacífica”.

Alice Verstraeten se pregunta: “Si el presidente de la universidad realmente los hizo venir sólo para permitir que los estudiantes pudiesen entrar a la universidad, ¿por qué los está filmando?...”

“Muchos profesores, entre quienes me incluyo, nos hemos negado a dar clases. Me niego a entrar a una universidad ocupada por la policía, gendarmes, grupos de seguridad privada. Me niego a mostrar mi identificación para ir a trabajar. Me niego a ser maltratada por los CRS. Me niego a ser tratada maleducadamente por personas que no conozco. Me niego a escuchar a alguien de la seguridad privada insultar a uno de mis colegas…

También informa que aquellos que continúan dando clases y conferencias lo hacen corriendo un riesgo considerable en caso de incendio del ruinoso edificio, ya que las salidas de emergencias fueron selladas por las fuerzas de seguridad.

Ella le da aire a la extensa furia de los estudiantes y profesores: “Hasta donde yo sé, no estamos en un estado totalitario. De lo contrario deberán decírnoslo claramente, porque eso significaría que las reglas han cambiado. Yo creía que teníamos el derecho de protestar en este país. Creo que lo que más me molesta es recibir notificaciones del presidente de la universidad asegurando que la situación ahora es “normal”. Si esta situación es normal, yo renuncio”.

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