Psicopatía política: maquiavélicos y narcisistas

Carlos Báez Evertsz
Clave Digital
08/05/08

Los maquiavélicos, en su relación con los demás, lo que buscan es aprovecharse de ellos, como instrumentos para el logro de sus objetivos individuales. Para ello no reparan en utilizar cualquier medio, desde la seducción hasta la intimidación, pasando por el uso sistemático de la mentira, el fraude y la compra pura y simple de voluntades políticas.

Comentario SDLT: Para más información ver "Ponerología Política: Una Ciencia de La Naturaleza del Mal ajustada a Propósitos Políticos".

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Sin entrar en mayores consideraciones sobre lo que significa Maquiavelo en el pensamiento político, deseo recordar lo que señalaba mi profesor Antonio Truyol y Serra, refiriéndose a Spinoza y Rousseau, que intentando redimir al autor de El Príncipe, de la mala fama, vieron en su obra màs famosa una enseñanza para los pueblos, al mostrarle las prácticas secretas de los tiranos, y hoy, diríamos, de los políticos inescrupulosos.

No obstante, lo que ha quedado como veredicto histórico del maquiavelismo y los denominados teóricos maquiavelistas, ha sido una condena de dicha concepción, lo cuál no impide que se sigan practicando sus principios, por los sutiles, de manera más fina, y por los políticos de medio pelo, de la manera burda a que nos tienen tan acostumbrados tantos de nuestros políticos criollos, con sus maneras y estilos de la “Cosa Nostra” tropical.

Sin embargo, nos vamos a limitar a una consideración operativa para los tipos psicopáticos calificados como maquiavélicos. En este sentido serían individuos que tienen como norma de conducta la defensa a ultranza de su éxito personal y de su poder, por encima de cualquier otra consideración.

Los maquiavélicos, en su relación con los demás, lo que buscan es aprovecharse de ellos, como instrumentos para el logro de sus objetivos individuales. Para ello no reparan en utilizar cualquier medio, desde la seducción hasta la intimidación, pasando por el uso sistemático de la mentira, el fraude y la compra pura y simple de voluntades políticas.

Las tendencias básicas del individuo maquiavélico son la utilización de la manipulación de manera habitual en sus relaciones con los otros, y el hecho de que experimentan una satisfacción personal cuando logran manipular con éxito a las demás personas para obtener sus fines. Pero yo entiendo que lo fundamental del maquiavelismo, además, de lo anterior, es la absoluta carencia de sentimiento de culpa para llevar a cabo esas acciones.

Manipulan, engañan, mienten, atropellan, se apropian indebidamente de lo ajeno o de lo público, de una manera natural, con total distanciamiento, y con la casi íntima convicción de que todo lo que hacen, en cuanto les beneficia, es correcto, y está bien hecho. Es una tendencia típica de la mentalidad propia del delincuente. Esto me gusta, esto me interesa, sirve a mis objetivos o me impide alcanzarlo, entonces, lo tomo, lo adquiero, lo elimino.

Hay una absoluta separación entre el interés individual y cualquier norma de comportamiento privada o pública. Entre ética, moral y política. Es la idolatría del éxito como fin absoluto. La mala conciencia no existe en ellos, ya que el logro de sus fines económicos, políticos y sociales, lo justifica todo y todo lo hace bueno. Ganar es lo que importa, perder es el único mal. Es la relación directa entre política y delito, entre política y criminología.

La psicopatía narcisista se basa en el mito de Narciso descrito por Ovidio. El oráculo vaticinó a Narciso un triste destino si intentaba conocerse a sí mismo. Narciso era bello y atraía a las mujeres. Era orgulloso y despreciaba a quien le amaba. Una de las menospreciadas solicita a la diosa Némesis que reciba castigo por su orgullo. Un día que Narciso vuelve cansado de una cacería, se inclina a beber en una fuente y se produce el castigo divino. Al verse en el agua de la fuente, Narciso queda enamorado del que ve en la fuente. Poseído de una gran pasión abraza y besa a la figura reflejada hasta que se percata que la figura es el mismo y muere ahogado en la fuente.

La psicología define el narcisismo como un exagerado amor por sí mismo que llega a perjudicar a la propia persona y a los que se relacionan con ella. El psicópata narcisista tiene los siguientes comportamientos: posee una idea grandiosa de su propia importancia, tiene fantasías de éxito y poder ilimitados, se considera alguien especial y diferente a los demás, tiene una necesidad excesiva de ser admirado, y cree que se le debe todo.

Además, se aprovecha de los otros para conseguir sus fines, carece de empatía y es incapaz de reconocer las necesidades y sentimientos de terceros, siente envidia de los demás y cree que los otros le envidian, manifiesta actitudes prepotentes y arrogantes. Esta sobrevaloración patológica del yo, lo que pretende compensar es un vacío personal y un déficit de verdadera autoestima.

En situaciones de ejercicio del poder, los maquiavélicos y narcisistas, como los arribistas, suelen ser personajes muy nocivos para los gobernados por su papel de depredadores sociales y políticos.

Bruselas, 9 de abril de 2008

Carlos Báez Evertsz. Doctor en ciencias políticas y sociología. Funcionario de carrera del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado (España). Actualmente trabaja en la Comisión Europea en políticas de migración y desarrollo.

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