El TLC con Colombia no sale del Capitolio

Página/12
11-04-2008

El debate sobre el Tratado de Libre Comercio se hará sin tiempos establecidos, según votaron en la Cámara de Representantes. Los demócratas quieren que Bogotá primero muestre progresos en materia de derechos humanos.

El Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Estados Unidos y Colombia quedó cajoneado ayer después de la decisión de la Cámara de Representantes de eliminar los 90 días de plazo establecidos para decidir si aprueba el acuerdo. La decisión de los representantes, aprobada por 225 votos a favor y 194 en contra, supone que el TLC puede ser considerado ahora cuando la presidenta del organismo lo disponga, y no en el plazo estipulado cuando el pacto fue negociado.
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El miércoles, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, anunció su intención de suprimir el plazo de 90 días, después de que el presidente George W. Bush enviara el lunes el TLC al Congreso para su ratificación pese a la oposición de los demócratas. Estos, que controlan el Congreso, habían advertido reiteradamente a Bush que no enviara el pacto al Legislativo, porque la mayoría opositora no está dispuesta a aprobarlo hasta que Colombia muestre mayores progresos en materia de derechos humanos.

Sobre todo, los demócratas argumentaron que no permitirían al presidente decidir su agenda tratando de forzar una votación sobre el TLC, toda vez que, según esgrimen, querían continuar dialogando sobre el polémico pacto antes de que les fuera remitido. El presidente del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara, Charles Rangel, afirmó durante el debate que precedió a la votación que el presidente Bush había violado los protocolos. “Usted cambió procedimientos, nosotros defendemos las reglas de la Cámara”, añadió Rangel dirigiéndose a Bush. La medida “daña la misma idea de democracia y libre mercado”, estimó por su parte el republicano David Dreier.

La decisión de la Cámara deja ahora en stand by al TLC entre Estados Unidos y Colombia, el principal aliado de Washington en la región y principal destinatario de ayuda norteamericana del continente. La decisión sobre cuándo será abordado el Tratado que enfrenta a republicanos y demócratas queda ahora en manos de Pelosi. Los demócratas han señalado que no aprobarán el acuerdo con Colombia hasta que el gobierno de Alvaro Uribe no muestre mayores progresos en la protección de sindicalistas y en las investigaciones de las relaciones entre autoridades y legisladores colombianos con paramilitares de extrema derecha.

La paralización fue aprobada en momentos de gran incertidumbre económica para Estados Unidos, que los demócratas, sindicatos y grupos afines han utilizado como munición para oponerse al TLC y exigir más protecciones para la estrujada clase media estadounidense. La clase media, dijo el demócrata Rahm Emanuel, afronta un alza en el costo de vida, en los precios de combustible, en el costo de cuidado médico y de la educación universitaria, “pero el ingreso medio en este país se ha reducido en 1100 dólares”. “El comercio puede ser algo bueno, pero si no tienes una agenda para que los estadounidenses ganen en esa globalización, la clase media se sentirá estrujada y resistirá los esfuerzos por abrir mercados”, explicó.

Los republicanos llamaron a la resolución “la regla de Hugo Chávez”, sugiriendo que un rechazo del TLC alentaría la posición anti-estadounidense que promueve el mandatario venezolano. Insistieron en que el pacto comercial robustecerá las exportaciones y “nivelará el terreno” para la economía nacional. La oposición señaló que la votación era un mero trámite legislativo para impedir que Bush les obligue a votar sobre el TLC antes de fin de año.

El plazo indefinido de aprobación al que queda ahora expuesto el acuerdo podría permitir a los demócratas incluso introducir nuevas modificaciones al texto como las que promovieron el año pasado en materia laboral y ambiental. La ley comercial de Estados Unidos exige que el Congreso apruebe o rechace un pacto comercial sin hacerle cambios, pero también permite que se cambien las reglas del juego.

La Casa Blanca criticó duramente el miércoles la decisión de la oposición, en una rueda de prensa encabezada por la secretaria de Estado Condoleezza Rice acompañada por el secretario del Tesoro, Henry Paulson; el secretario de Comercio, Carlos Gutiérrez, y la Representante de Comercio Exterior Susan Schwab, entre otros altos funcionarios. En un comunicado, Susan Schwab insistió en que la Casa Blanca realizó extensas consultas con el Legislativo y la maniobra demócrata sólo “convierte en perdedores a los trabajadores, agricultores y proveedores de servicios” en este país.

Los dos precandidatos a la investidura presidencial demócrata, Hillary Clinton y Barack Obama, se han manifestado en contra del acuerdo con Colombia, mientras que el candidato republicano John McCain lo ha defendido.

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