La crisis mundial peor de lo que se preveía, según el FMI
IAR Noticias
11/04/08
En un informe difundido este miércoles, el Fondo Monetario Internacional (FMI) admitió que la crisis mundial será peor de lo que preveía, acrecentando el peligro de una recesión de alcance planetario, dado que la economía global crece a un ritmo menor a tres por ciento anual.
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El FMI, cuya principal función es mantener la estabilidad financiera del sistema capitalista, dijo en otro informe, divulgado el martes, que las pérdidas por la crisis financiera podrían llegar a US$ 945.000 millones en 2008 y 2009.
A su vez, EEUU ingresará en una recesión este año, lo que condicionará el desempeño económico mundial en los dos siguientes, pronostica el informe.
Los expertos destacan el detalle de que por primera vez el FMI utilizó la palabra "recesión" en relación a EEUU.
Cuando la institución financiera actualizó por última vez su más reciente informe bianual sobre Perspectivas de la Economía Mundial, en enero, pronosticó el peor desempeño global en cinco años, pero evitó utilizar la palabra "recesión" en relación a EEUU.
La economía estadounidense -según el informe- - se estancará a lo largo de este año y durante buena parte del próximo, a medida que el precio de los bienes raíces mantengan su rumbo descendente y se dificulte la obtención de créditos.
Los precios del mercado inmobiliario ya cayeron 10 por ciento, y el FMI anticipó que este deterioro llegará a entre 14 y 20 por ciento en el curso de 2008.
Las partidas supermillonarias asignadas por el gobierno de George W. Bush a asistir al sector financiero, alentar el gasto de los consumidores y empresas e impedir el desalojo de los tenedores de créditos hipotecarios no permitirán a la economía de Estados Unidos crecer más de un insignificante 0,5 por ciento, según el informe.
En este escenario, El FMI pronostica que el crecimiento mundial ya comienza lentificarse en medio de la crisis financiera que se profundiza y que se desató por maniobras especulativas en el poco regulado mercado hipotecaria estadounidense.
"La crisis del mercado financiero que estalló en agosto de 2007 se convirtió en la mayor conmoción financiera desde la Gran Depresión", señala el informe en referencia a la crisis internacional de 1929.
En este contexto depresivo mundial -según el FMI- América Latina y los países situados en el área del depreciado dólar estadounidense serán los más perjudicados mientras la crisis se expande por todo el planeta.
Las economías emergentes de rápido crecimiento, como China e India, serán las menos afectadas, señala. Sin embargo, esos países también sufrirán el embate de la crisis, cuando los países centrales industriales reduzcan sus importaciones.
En los 15 países de la eurozona la economía se frenará a 1,4 por ciento al cabo de 2008, y en contraste, China mantendrá su liderazgo en materia de crecimiento económico, que se elevará a 9,3 por ciento este año y a 9,5 por ciento en el siguiente, aunque 0,7 y 0,5 puntos porcentuales menos que en la estimación de hace cuatro meses, respectivamente.
La caída de las expectativas de crecimiento de India será de 0,5 y 0,2 puntos porcentuales para 2008 y 2009, hasta alcanzar 7,9 y 8,0 por ciento en cada caso.
El crecimiento de la economía de Japón, la segunda del mundo, se lentificará a 1,4 por ciento este año y aumentará a apenas 1,5 por ciento el próximo, según el FMI.
El informe del FMI coincide con documentos de la ONU, el Banco Mundial, y el G-8, que desde la semana pasada vienen advirtiendo sobre el peligro de estallidos sociales a escala global que podrían generarse por el impacto de los precios del petróleo sobre el costo de los alimentos en los países más pobres de Asia, África y América Latina.
La escalada de los precios del petróleo y su incidencia sobre el costo de los alimentos es visto por la mayoría de los especialistas como el desencadenante clave de un proceso recesivo a escala mundial, cuyo inmediato emergente pueden ser la desocupación masiva y reacciones sociales y sindicales con epicentro en los países periféricos.
Según la ONU, el Banco Mundial y el G-8, lo que ya se visualiza claramente (a nivel de acción-reacción) es el impacto de la escalada del costo del petróleo y de la energía en los precios de los alimentos a escala global.
Confirmando lo que ya habían proyectado los expertos a finales de 2007, el precio del crudo sigue batiendo sus propios récords y ya superó la barrera tan temida de los US$ 100 para cotizarse, el martes, por encima de los US$109 el barril, impulsado, entre otros factores, por la crisis financiera en EEUU y la baja del dólar.
Otros factores claves de incidencia en el precio del petróleo como detonante de una crisis mundial -según los analistas económicos- se motorizan por medio de la especulación bursátil con las acciones energéticas, la sobredemanda de energía, y el escenario siempre latente de conflictos geopolíticos y militares que se se cierne sobre regiones petroleras estratégicas en Asia, Africa y Medio Oriente.
En sus últimos informes, el FMI y el Banco Mundial coincidieron en que la mayoría de los países no lograron derrotar el hambre y la desnutrición, ni las de mejorar los indicadores de salud y educación en los parámetros establecidos.
Y como se sostenía al principio de este informe, paradojalmente, los que denuncian sobre un "agravamiento de la pobreza y de la injusticia escala mundial" son los gendarmes financieros del sistema capitalista (caso del FMI y del Banco Mundial) , cuya dinámica de apropiación privada de riquezas y de trabajo humano generan las propias crisis económicas y los estallidos sociales que traen como consecuencia.
Tanto el FMI como el Banco Mundial, señalaron que el estancamiento del aporte financiero de los países ricos, la asistencia oficial al desarrollo, cayó en 2006 y 2007, a pesar del compromiso asumido en 2005 por los ocho países más poderosos del mundo de duplicarla para 2010.
Según el FMI, en el actual escenario parece improbable un aumento de la asistencia, pues el costo del crédito continúa aumentando a causa de la crisis.
El aumento de precio de los productos básicos elevó las ganancias por exportaciones de países pobres, pero también dejó muchos alimentos de consumo esencial fuera del alcance de numerosos habitantes de esas mismas naciones debido a la escalada de precios y a la inflación.
En 2007 el precio global de los alimentos registró un aumento del 40%, y como su efecto más inmediato, se está incrementando el número de personas que pasan hambre en el mundo, advirtió la agencia de Naciones Unidas responsable de la ayuda alimentaria a los países pobres.
Según publica The Wall Street Journal este jueves, el alza en los precios de los alimentos y de la energía impactan con especial fuerza a los países emergentes, donde los consumidores gastan una proporción mayor de su ingreso en ambas necesidades.
El FMI prevé en su informe vaticina que la inflación en los países emergentes crecerá 7,4% este año, la tasa más alta desde 2001. En China, los precios habían aumentado 8,7% entre febrero del año pasado y febrero de este año, el ritmo más rápido en más de una década. En Venezuela, la inflación actual es del 25,4%; en Ucrania, del 21,9%.
La suba de los alimentos de consumo esencial, a su vez, actúa como principal disparador de la tasa de inflación y del consecuente proceso de recesión económica que conlleva lo que los expertos denominan estanflación.
Acompañando a los sombríos pronósticos sobre la economía mundial los mercados bursátiles vienen padeciendo una caída tras otra, y sus períodos leves de recuperación no alcanzan a compensar las pérdidas, siempre acompañadas por el declive constante del dólar y una escalada constante de los precios del petróleo, que el miércoles alcanzaron un récord de US$ 112,21 el barril, superando el pico de US$ 111,80 alcanzado el 17 de marzo.
La crisis financiera ya está contaminando la economía real, y los efectos mundiales, advierte el FMI en su informe, van a ser "más amplios, profundos y prolongados" de lo que se creía.
Según los expertos, sí las "turbulencias" en los mercados bursátiles se juntan finalmente con la escalada de los precios del petróleo y de los alimentos, y la baja del dólar, el cóctel recesivo anunciado se puede convertir en dinamita social con un polvorín de conflictos sociales y sindicales estallando en cadena por todo el planeta.
Se trata, del escenario más temido.
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